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Estudios en Educación Cristiana

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    El gobierno propio de los alumnos y la democracia cristiana

    El sistema papal de educación y otros sistemas derivados de él al final destruyen la individualidad, la originalidad y la independencia de pensamiento y acción del estudiante. Los promotores de este sistema tienen la intención de destruir estos elementos vitales del carácter a fin de hacer del individuo un siervo dispuesto, ciego y obediente a los mandatos de los hombres. El papado no puede prosperar a menos que destruya estas facultades del hombre que son más similares a las de Dios. La individualidad, la originalidad y la independencia de pensamiento y acción se desarrollan en la educación cristiana. Este sistema tiene la intención de desarrollar mentes capaces de ser guiadas por el Espíritu Santo, aunque ese camino parezca a veces ser diametralmente opuesto a las determinaciones humanas. Aprenden a recibir sus órdenes del Capitán del ejército del Señor cuya mano está entre las ruedas de los asuntos de los hombres para evitar la confusión, la anarquía y la desobediencia a cualquier organización que está basada sobre principios correctos.EEC 57.2

    Dios estaba preparando un grupo que pudiera ser guiado completamente por su Espíritu al dar el clamor de medianoche. Solo los que estaban preparados para tomar la iniciativa, para gobernarse a sí mismos, se atreverían a separarse —en base al llamado de Dios— de los errores y las costumbres de Roma que se encuentran en las iglesias protestantes.EEC 57.3

    “‘El clamor de medianoche’ fue anunciado por miles de creyentes. Como marea creciente, el movimiento se extendió por el país… El fanatismo desapareció ante esta proclamación como helada temprana ante el sol naciente… Todos son de un corazón y de una mente… Ocasionó un gran desapego de las cosas de este mundo, hizo cesar las controversias y animosidades, e impulsó a confesar los malos procederes… Fueron enviados ángeles del cielo para despertar a los que se habían desanimado, y para prepararlos a recibir el mensaje… No fueron los de mayor talento, sino los más humildes y piadosos, los que oyeron y obedecieron primero al llamamiento. Los campesinos abandonaban sus cosechas en los campos, los artesanos dejaban sus herramientas y con lágrimas y gozo iban a pregonar el aviso. Los que anteriormente habían encabezado la causa fueron los últimos en unirse a este movimiento. Las iglesias en general cerraron sus puertas a este mensaje, y muchos de los que lo aceptaron se separaron de sus congregaciones… Iba acompañado de un poder que movía e impulsaba el alma” (El conflicto de los siglos, pp. 451-454).EEC 58.1

    No se requiere un pensamiento profundo para descubrir la causa del fracaso del sistema educacional de las denominaciones protestantes en preparar hombres y mujeres para participar del clamor de medianoche. Todo el plan de educación de esa era, aparte del movimiento de reforma que mayormente había sido quebrantado por la presión de los líderes de las iglesias populares, fue hacer que los hombres fueran conservadores, temerosos de abandonar los caminos de acción bien transitados, y por supuesto “las iglesias en general cerraron sus puertas contra este mensaje”. Los maestros y predicadores protestantes, en armonía con el papado, por años habían atado las mentes de los estudiantes y de los miembros de iglesia a credos, tanto en educación como en religión, hasta que sus adherentes eran gobernados por la tradición, el prejuicio, el fanatismo, y el temor a sus líderes. Ellos habían perdido su amor y el poder del auto gobierno. En consecuencia, Dios no podía guiarlos con su Espíritu, su organización fue rechazada; ellos habían caído moralmente; el segundo ángel los llamó Babilonia. Por otro lado, unas pocas escuelas dedicadas, algunos reformadores y ministros, habían preparado un pequeño grupo que apreciaba el privilegio de ser gobernados por el Espíritu de Dios como se revela en su Palabra. Habían practicado lo que se les había enseñado en el auto gobierno, hasta que estuvieron dispuestos a seguir la conducción del Espíritu. Esto muestra que el auto gobierno no significa hacer lo que a uno le plazca; significa que el yo será gobernado por la Palabra de Dios. Aunque este grupo fue expulsado de las organizaciones eclesiásticas, a la vez que abandonaban sus cosechas, sus herramientas y sus empleos anteriores de todas clases para participar en lo que parecía un movimiento fanático a aquellos que no habían aprendido el auto gobierno, no obstante de ese grupo surgió la maravillosa iglesia adventista del séptimo día. Y esta iglesia está llamada a presentar delante del mundo un sistema de escuelas, instituciones y organizaciones de cristianos auto gobernados, tales como el mundo nunca ha visto antes.EEC 58.2

    El carácter capaz de llevar el clamor de medianoche tenía que ser desarrollado en las escuelas cristianas de trabajo manual, o en la escuela de los senderos comunes de la vida. El líder de este movimiento, William Miller, “el profeta agricultor”, como Cristo y Juan el Bautista, fue educado en esta última. Su biógrafo, un hombre bien calificado para juzgar el valor del sistema educacional popular en las iglesias, escribió:EEC 59.1

    “¿Cuál habría sido el efecto de lo que se llamó un curso regular de educación? ¿Lo habría pervertido a él, como a millares? ¿O lo habría hecho un instrumento de mayor bien en la causa de Dios? ¿Hubiera ella realizado su obra apropiada, la de disciplinar, ensanchar, y equipar a la mente, dejando intacto el proceso de sus energías naturales, su sentido de dependencia y responsabilidad ante Dios? ¿O lo habría puesto en las apiñadas filas de aquellos que se conforman con compartir el honor de repetir los disparates, verdaderos o falsos, que pasan por ser verdades en la escuela o secta que los ha hecho lo que son? Pensamos que hubiera sido difícil pervertirlo, pero donde tantos que han sido considerados prometedores han sido arruinados por la operación, él habría estado en grave peligro. Podría haber llegado a ser externamente un sujeto mejor para el artista; pero dudamos que hubiera sido un mejor sujeto para ser un instrumento de la Providencia. Hay quienes sobreviven el curso regular sin perjudicarse; hay quienes son beneficiados por él hasta el punto de elevarse al mismo nivel de la gente de capacidad ordinaria, que no nunca podrían lograr sin ayuda especial. Y hay una tercera clase, quienes son una representación estereotipada de lo que el curso los convierte; si elevan a un compañero del pantano, nunca lo ponen más cerca del cielo que la escuela donde fueron educados. Cualquiera haya sido el resultado de cualquier curso establecido de educación, en el caso de William Miller, tal curso estaba más allá de su alcance; él fue privado del beneficio, él escapó de la perversión” (James S. White, Sketches of the Christian Life and Public Labors of William Miller, pp. 15, 16).EEC 59.2

    Este era el tal William Miller, “el profeta agricultor”, quien más tarde llevó el mensaje del primer ángel a Oberlin. La futilidad de depender de hombres que no han sido adiestrados para el auto gobierno se ha visto en la experiencia del clamor de medianoche. Cada adventista del séptimo día está acercándose a su prueba, así como las iglesias protestantes se acercaban a la de ellas en 1844. La nuestra vendrá con el fuerte pregón, la lluvia tardía. Aquellos a quienes les falta la preparación para el gobierno propio, los que no son capaces de depender de sus propios esfuerzos para sostenerse, los que no hacen de la Biblia la base de su estudio, y la fisiología la base de cada esfuerzo educacional, todos aquellos que, en otras palabras, “no comprenden la ciencia de la verdadera educación” no tendrán parte en el reino de Dios ni en el fuerte pregón.EEC 59.3

    El carácter necesario para el fuerte pregón es similar al del clamor de medianoche:—EEC 60.1

    “Será proclamado el mensaje del tercer ángel. Cuando llegue el tiempo de hacerlo con el mayor poder, el Señor obrará por conducto de humildes instrumentos, dirigiendo el espíritu de los que se consagren a su servicio. Los obreros serán calificados más bien por la unción de su Espíritu que por la educación en institutos de enseñanza. Habrá hombres de fe y de oración que se sentirán impelidos a declarar con santo entusiasmo las palabras que Dios les inspire” (El conflicto de los siglos, p. 664).EEC 60.2

    Las escuelas jesuitas enseñaron a sus estudiantes la obediencia ciega. No se requería que el estudiante fuera a Dios por sabiduría en cuanto a su conducta. Su maestro asumía esa responsabilidad. El verdadero gobierno propio, que puede definirse como llevar la conducta de uno a la armonía con los principios divinos como están expresados en su Palabra, era absolutamente descuidado. Los terribles efectos del sistema papal de disciplina escolar se vieron durante el mensaje del primer ángel. Aquellos estudiantes que siguieron ciegamente a sus maestros antes que a los principios de Dios quedaron atados a costumbres, tradiciones, organizaciones y líderes en un momento en que el Espíritu de Dios estaba llamándolos a seguir la verdad. Como una preparación para el fuerte pregón, se nos dice,EEC 60.3

    “El plan de las escuelas que estableceremos en estos años finales de la obra ha de ser de un orden completamente diferente de los que hemos instituido” (“The Madison School”, p. 28).EEC 60.4

    “El objeto de la disciplina es educar al niño para que se gobierne solo” (Elena G. de White, La educación, p. 287).EEC 60.5

    “No habiendo aprendido jamás a gobernarse, el joven no reconoce otra sujeción fuera de la impuesta por sus padres o su maestro. Desaparecida ésta, no sabe cómo usar su libertad, y a menudo se entrega a excesos que dan como resultado la ruina” (Ibíd., 288).EEC 60.6

    “No debería hacérsele sentir que no pueden salir o entrar sin que se los vigile” (Ibíd., p. 289).EEC 61.1

    “Hágase sentir a los jóvenes que se les tiene confianza y pocos serán los que no traten de demostrarse dignos de ella… Es mejor pedir que ordenar; así se da oportunidad a la persona a quien uno se dirige de mostrarse fiel a los principios justos. Su obediencia es más bien el resultado de su propia decisión que de la obligación. En todo lo posible, las reglas que rigen en el aula deberían representar la voz de la escuela… De ese modo se sentirá responsable de que se obedezcan las leyes que él mismo ayudó a formular. Las reglas deberían ser poco numerosas pero bien meditadas; y una vez promulgadas, se deberían aplicar” (Ibíd., p. 290).EEC 61.2

    “Los que desean dominar a otros deben primero dominarse a sí mismos” (Ibíd., p. 292).EEC 61.3

    “La cooperación debería ser el espíritu del aula, la ley de la vida… Ayuden los mayores a los menores, los fuertes a los débiles… Esto estimulará el respeto propio y el deseo de ser útil” (Ibíd., pp. 285, 286).EEC 61.4

    Jefferson, el padre de la democracia, sabiendo que no se enseñaba el gobierno propio en las escuelas de sus días, y que la democracia no puede existir en el país a menos que sus principios sean primero enseñados y practicados en la escuela, introdujo este principio en la Universidad de Virginia.EEC 61.5

    “Es muy bien conocido que en la Universidad de Virginia existe un notable sistema de gobierno propio de los estudiantes, por el cual se ha mantenido con éxito un elevado espíritu de equipo y una actitud varonil de dependencia propia” (Thomas Jefferson and the University of Virginia, p. 94).EEC 61.6

    Se contrasta el gobierno propio con lo que se llamó “espionaje profesoral”.EEC 61.7

    “El gobierno propio estableció un espíritu franco y bondadoso de cooperación entre el maestro y el alumno. Reprimió toda clase de prácticas deshonrosas de copiar en las recitaciones y los exámenes, y promovió un espíritu de independencia y respeto propio” (Ídem.).EEC 61.8

    Oberlin encontró necesario, en la preparación de la clase correcta de misioneros, el desarrollar un sistema de gobierno propio. En Oberlin,EEC 61.9

    “El sentimiento democrático, el espíritu de igualdad, la ausencia de clases y castas basada sobre distinciones meramente artificiales, es casi tan notable en la institución como en la aldea… Los docentes… nunca procuraron enseñorearse sobre los alumnos como si ellos fueran superiores, ni insistieron en una muestra específica de homenaje, reverencia o aún respeto… Desempeñaron, en cambio, el papel de hermanos mayores para sus alumnos” (The Story of Oberlin, p. 398).EEC 61.10

    Los títulos eran desconocidos, y los estudiantes se dirigían a sus maestros como “Hermano Finney”, o “Hermano Mahan”.EEC 62.1

    “El auto gobierno era el ideal. Los jóvenes reunidos habían de aprender cómo usar la libertad siendo dejados libres. Un juicio correcto había de ser la fuerza controladora” (Ibíd., p. 409).EEC 62.2

    “Cada individuo tenía la plena libertad de hacer lo máximo de sí mismo, y representar exactamente lo que valía en su corazón o su cerebro. Gritos y colores de clases han entrado últimamente, y ocasionalmente sombreros, bastones y cosas similares, en raros intervalos una vestimenta de la clase, pero con el consenso del juicio y buen gusto en contra de cualquier alejamiento de las modas de vestimenta en boga en otras partes de la buena sociedad” (The Story of Oberlin, p. 399).EEC 62.3

    “Había pocos reglamentos. Nunca se realizó una vigilancia personal estricta. El estudiante había sido mayormente puesto a cargo de su propia responsabilidad, con el entendimiento de que el gozar continuamente de los privilegios de la escuela debe depender de su comportamiento satisfactorio… Nunca se adoptó un sistema de monitoreo. Cada joven informa semanalmente por escrito al profesor a cargo, sus éxitos o fracasos en la realización de sus deberes prescritos. Las niñas informan a la directora de las niñas” (Oberlin: The Colony and the College, pp. 263-265).EEC 62.4

    Esto suena muy similar a lo siguiente:EEC 62.5

    “Debe impresionarse a los jóvenes con la idea de que se les tiene confianza… Si los alumnos reciben la impresión de que no pueden ni salir ni entrar, sentarse a la mesa o estar en cualquier lugar, aun en sus habitaciones, a menos que se los vigile, un ojo crítico esté sobre ellos para criticar y delatarlos, esto tendrá la influencia de desmoralizarlos y un pasatiempo no les proporcionará placer. Este conocimiento de una vigilancia continua es más que una tutoría paternal y mucho peor… Esta vigilancia continua no es natural y produce los males que está procurando evitar” (Conducción del niño, p. 46).EEC 62.6

    Horace Mann sobre el gobierno propio:—En aquellos días cuando las denominaciones protestantes estaban fijando su destino eterno, cuando estaban decidiendo si escucharían el mensaje del juicio universal, y se prepararían para el clamor de medianoche, hombres como Horace Mann escribió: “Uno de los más elevados y más valiosos objetivos para los cuales la escuela puede ser conducente, consiste en adiestrar a nuestros niños a tener gobierno propio”. El Sr. Mann tuvo la siguiente experiencia al tratar con los estudiantes. Les dio a entender a los jóvenesEEC 62.7

    “que buscaba que ellos fueran sus propios policías: y cuando un tutor, que había residido en un dormitorio de varones para mantener el orden, fue cambiado por una docente femenina, él apeló a los alumnos del último año, un día después de la asamblea, para saber si no eran suficientemente fuertes en lo moral para cuidar del edificio sin tal supervisión. Ellos se pusieron de pie simultáneamente, aceptaron el encargo con alegría y confianza, mantuvieron bien su promesa, y trasmitieron ese espíritu a sus sucesores” (Life and Works of Horace Mann, t. 1, p. 438).EEC 63.1

    Sin embargo, el Sr. Mann estaba siempre alerta para ayudar a estos estudiantes que se gobernaban a sí mismos con una palabra de advertencia, o previniéndolos de problemas inminentes. “Era el orgullo y delicia del Sr. Mann desde entonces el caminar por el dormitorio de caballeros a cualquier hora del día o de la noche, y llevar visitantes consigo para convencerlos de que un verdadero espíritu de honor y fidelidad podía evocarse en los jóvenes” en asuntos de gobierno propio. En una ocasión escribió:EEC 63.2

    “Nuestro dormitorio, casi lleno de estudiantes varones, no tiene tutor ni celador ni supervisor. En las horas de estudio, es tan silencioso como una casa. No tenemos escándalos, no se beben licores embriagantes, no hay juegos de azar o de cartas, y hemos casi llegado al éxito… en eliminar la profanidad y el tabaco” (Ibíd., p. 515).EEC 63.3

    “Ve a la hormiga, oh perezoso,EEC 63.4

    mira sus caminos, y sé sabio;EEC 63.5

    la cual no teniendo capitán, ni gobernador, ni señor,EEC 63.6

    prepara en el verano su comida,EEC 63.7

    y recoge en el tiempo de la siega su mantenimiento”-EEC 63.8

    Proverbios 6:6-8.EEC 63.9