Hay quienes dudan de los testimonios
Es el plan de Satanás debilitar la fe del pueblo de Dios en los Testimonios. Satanás sabe cómo hacer sus ataques. Obra sobre las mentes para excitar los celos y la desconformidad para con aquellos que están a la cabeza de la obra. Luego se ponen en duda los dones; y por supuesto, más tarde tienen poco peso y las instrucciones dadas por medio de las visiones son despreciadas. Luego sigue el escepticismo en cuanto a los puntos vitales de nuestra fe, los puntales de nuestra posición, y a continuación la duda en cuanto a las Santas Escrituras y la marcha descendente hacia la perdición. Cuando se ponen en duda los Testimonios en los cuales se creía una vez y se renuncia a ellos, Satanás sabe que los seducidos no se detendrán con esto, y él redobla sus esfuerzos hasta lanzarlos en abierta rebelión, que se vuelve incurable y acaba en la destrucción. Cediendo a las dudas y la incredulidad acerca de la obra de Dios, y albergando sentimientos de desconfianza y celos crueles, se están preparando para la seducción completa. Se levantan con sentimientos amargos contra aquellos que se atreven a hablar de sus errores y reprender sus pecados.2JT 287.2
Un testimonio para ciertos jóvenes, publicado por primera vez en 1880, habla de este punto como sigue: “Un escepticismo prevaleciente continúa creciendo con referencia a los Testimonios del Espíritu de Dios; y estos jóvenes estimulan las dudas y cavilaciones en vez de suprimirlas, e ignoran el espíritu, el poder y la fuerza de los Testimonios.”2JT 288.1
Me fué mostrado que muchos tienen tan poca espiritualidad que no comprenden el valor de los Testimonios o su verdadero objeto. Hablan con ligereza de los Testimonios dados por Dios para beneficio de su pueblo, y los juzgan dando su opinión y criticando esto y aquello, cuando sería mejor haber puesto la mano sobre los labios y haberse postrado en el polvo; pues no pueden apreciar el espíritu de los Testimonios, porque conocen tan poco del Espíritu de Dios. ...2JT 288.2
Si perdéis la confianza en los Testimonios, os apartaréis de la verdad bíblica. He temido que muchos asumiesen una actitud dubitativa e inquisidora, y en mi angustia por vuestras almas quisiera amonestaros. ¿Cuántos escucharán la amonestación? De acuerdo a la manera en que consideráis ahora los Testimonios, si fuese dado alguno de ellos que atravesase vuestro camino y corrigiese vuestros errores, ¿os sentiríais en perfecta libertad para aceptarlo o rechazarlo en cualquiera de sus partes o en su totalidad? Aquello que menos inclinados os sintáis a recibir, es con toda seguridad la parte que más necesitáis.2JT 288.3
Hermanos míos, desconfiad del corazón malo e incrédulo. La Palabra de Dios es clara y precisa en sus restricciones; reprende vuestra complacencia egoísta; por eso, no la obedecéis. Los Testimonios de su Espíritu llaman vuestra atención a las Escrituras, señalan vuestros defectos de carácter, y reprenden vuestros pecados; por eso, no los escucháis. Y para justificar vuestra conducta carnal, y vuestro amor a la comodidad, empezáis a dudar de que los Testimonios sean de Dios. Si obedecieseis sus enseñanzas, estaríais asegurados respecto de su origen divino. Recordad que vuestra incredulidad no afecta su veracidad. Si son de Dios, habrán de subsistir.2JT 289.1
Se me ha mostrado que la incredulidad en los testimonios de amonestación, aliento y reprensión está excluyendo la luz del pueblo de Dios. La incredulidad les cierra los ojos, de manera que quedan en la ignorancia de su verdadera condición. Piensan que es innecesario el testimonio reprensivo del Espíritu de Dios, o que no se les aplica. Los tales tienen suma necesidad de la gracia de Dios y del discernimiento espiritual, para poder descubrir su deficiencia en conocimiento espiritual.2JT 289.2
Muchos de los que han apostatado de la verdad reconocen como motivo de su conducta que no tienen fe en los Testimonios. Lo que importa saber ahora es: ¿Renunciarán al ídolo que Dios condena, o continuarán en su errónea conducta de complacencia, rechazando la luz que Dios les ha dado en reprensión de las cosas en las cuales se deleitan? Lo que deben decidir es: ¿Me negaré a mí mismo y recibiré como de Dios los Testimonios que reprenden mis pecados, o rechazaré los Testimonios porque reprenden mis pecados?2JT 289.3
En muchos casos se reciben plenamente los Testimonios, se rechaza el pecado y la complacencia, e inmediatamente se inicia una reforma en armonía con la luz que Dios ha dado. En otros casos, se sigue en las complacencias pecaminosas, se rechazan los Testimonios, y se dan a otros muchas excusas falsas acerca de la razón que se tiene para negarse a recibirlos. No se da la verdadera razón. Es una falta de valor moral y de una voluntad fortalecida y regida por el Espíritu de Dios para renunciar a los hábitos nocivos.2JT 289.4
Satanás es hábil para sugerir dudas e idear objeciones al testimonio directo que Dios envía, y muchos piensan que es una virtud, un indicio de inteligencia en ellos el ser incrédulos y presentar dudas. Los que desean dudar, tendrán abundante ocasión para ello. Dios no se propone evitarnos toda oportunidad de ser incrédulos. El da evidencias, que deben ser investigadas cuidadosamente con mente humilde y espíritu susceptible de ser enseñado; y todos deben decidir por el peso de la evidencia. Dios da suficiente evidencia para que pueda creer el espíritu sincero; pero el que se aparta del peso de la evidencia porque hay unas pocas cosas que su entendimiento finito no puede aclarar, será dejado en la atmósfera fría y helada de la incredulidad y de la duda, y perderá su fe. ...2JT 290.1