Seguridad del éxito
Puede hacerse una obra grande y buena con el colportaje evangélico. El Señor ha dado a los hombres tacto y capacidad. Los que usen para la gloria de él los talentos que les confió y entretejan con su vida los principios bíblicos, recibirán éxito. Hemos de trabajar, orar y poner nuestra confianza en Aquel que nunca fracasará.2JT 555.2
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Entréguense los colportores evangélicos a la dirección del Espíritu Santo para que obre por su medio. Por la oración perseverante, echen mano del poder que proviene de Dios y confíen en él con fe viva. Su grande y eficaz influencia acompañará a todo obrero fiel y veraz.2JT 555.3
Así como Dios bendice al ministro y al evangelista en sus fervorosos esfuerzos por presentar la verdad a la gente, bendecirá al colportor fiel.2JT 555.4
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El obrero humilde y eficiente, que responde obedientemente al llamamiento de Dios, puede tener la seguridad de que recibirá la asistencia divina. Sentir una responsabilidad tan grande y santa, es en sí mismo elevador para el carácter. Pone en acción las cualidades mentales más elevadas, y su ejercicio continuo fortalece y purifica la mente y el corazón. La influencia ejercida sobre la vida de uno, como sobre la de los demás, es incalculable.2JT 555.5
Los espectadores negligentes no aprecian tal vez nuestro trabajo ni ven su importancia. Tal vez piensen que es un negocio que reporta pérdidas, una vida de labor ingrata y sacrificio propio. Pero el siervo de Jesús la ve de acuerdo con la luz que brilla de la cruz. Su sacrificio le parece pequeño en comparación con el de su bendito Maestro, y se alegra de seguir en sus pisadas. El éxito de su labor le proporciona el gozo más puro, y es la más rica recompensa de una vida de trabajo paciente.2JT 556.1