La misma seguridad para la iglesia remanente
De igual manera, cuando Dios estaba por revelar al amado Juan la historia de la iglesia durante los siglos futuros, le reveló el interés y cuidado del Salvador por su pueblo, mostrándole “uno semejante al Hijo del hombre,” que andaba entre los candeleros que simbolizaban a las siete iglesias. Mientras se le mostraban a Juan las últimas grandes luchas de la iglesia con las potencias terrenales, también se le permitió contemplar la victoria final y la liberación de los fieles. Vió a la iglesia en conflicto mortífero con la bestia y su imagen, y la adoración de esa bestia impuesta bajo la pena de muerte. Pero mirando más allá del humo y el estruendo de la batalla, contempló a una hueste sobre el monte de Sión con el Cordero, llevando, en vez de la marca de la bestia, “el nombre de su Padre escrito en sus frentes.” Y también vió a “los que habían alcanzado la victoria de la bestia, y de su imagen, y de su señal, y del número de su nombre, estar sobre el mar de vidrio, teniendo las arpas de Dios” (Apocalipsis 1:13; 14:1; 15:2), y cantando el himno de Moisés y del Cordero.2JT 351.1
Estas lecciones son para nuestro beneficio. Necesitamos afirmar nuestra fe en Dios; porque está por sobrecogernos un tiempo que probará las almas de los hombres. Sobre el monte de las Olivas, Cristo explicó los temibles juicios que habrían de preceder a su segunda venida: “Oiréis guerras, y rumores de guerras.” “Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestilencias, y hambres, y terremotos por los lugares. Y todas estas cosas, principio de dolores.” Mateo 24:6-8. Aunque estas profecías se cumplieron parcialmente con la destrucción de Jerusalén, se aplican más directamente a los postreros días.2JT 351.2
Estamos en el mismo umbral de acontecimientos grandes y solemnes. La profecía se está cumpliendo rápidamente. El Señor está a la puerta. Pronto ha de empezar un período de interés abrumador para todos los vivientes. Las controversias pasadas han de revivir y surgirán otras nuevas. Nadie sueña siquiera en las escenas que han de producirse en nuestro mundo. Satanás está trabajando por medios humanos. Los que están haciendo un esfuerzo para cambiar la constitución y obtener una ley que imponga la observancia del domingo, no se dan cuenta de lo que será el resultado. Una crisis está por sobrecogernos.2JT 352.1