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Joyas de los Testimonios 2

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    Tesoros en los cielos

    Y ahora, en vez de buscar costosas moradas aquí, debemos prepararnos para trasladarnos a una patria mejor, la celestial. En vez de gastar nuestros recursos en la complacencia propia, debemos buscar la economía. Cada talento prestado por Dios debe ser empleado para su gloria en amonestar al mundo. Dios tiene una obra para sus colaboradores en las ciudades. Nuestras misiones deben ser sostenidas y deben abrirse nuevas. El llevar a cabo esta obra con éxito requerirá desembolsos no pequeños. Se necesitan casas de culto, donde la gente pueda ser invitada a oír las verdades para este tiempo. Con este mismo fin, Dios confió capital a sus mayordomos. No dejéis que vuestras propiedades estén inmovilizadas en empresas terrenales de carácter mundanal, de manera que esta obra sea impedida. Colocad vuestros recursos donde podáis manejarlos para beneficio de la causa de Dios. Enviad vuestros tesoros delante de vosotros al cielo.2JT 166.1

    Los miembros de la iglesia deben mantenerse individualmente, con todo lo que poseen, sobre el altar de Dios. Ahora, como nunca antes, se aplica la amonestación del Salvador: “Vended lo que poseéis, y dad limosna; haceos bolsas que no se envejecen, tesoro en los cielos que nunca falta; donde ladrón no llega ni polilla corrompe. Porque donde está vuestro tesoro, allí también estará vuestro corazón.” Lucas 12:33, 34. Los que inmovilizan sus recursos en grandes casas, en tierras, en empresas mundanales, dicen por sus acciones: “Dios no los puede tener; los quiero para mí.” Han envuelto su único talento en un lienzo, y lo han ocultado en la tierra. Los tales tienen motivo para alarmarse.2JT 166.2

    Hermanos, Dios no nos ha confiado recursos para que los dejemos ociosos, ni para que los retengamos codiciosamente o los ocultemos, sino para que los empleemos en hacer progresar su causa, en salvar las almas de los que perecen. No es ahora tiempo para invertir el dinero del Señor en vuestros costosos edificios y vuestras grandes empresas, mientras su causa se ve estorbada y debe avanzar mendigando, con su tesorería suplida a medias. El Señor no aprueba esa manera de trabajar. Recordad que se acerca rápidamente el día en que se dirá: “Da cuenta de tu mayordomía.” Lucas 16:2. ¿No podéis discernir las señales de los tiempos?2JT 167.1

    Cada día que pasa nos acerca más al último grande e importante día. Estamos un año más cerca del juicio, más cerca de la eternidad, de lo que estábamos al principio de 1884. ¿Nos estamos acercando también más a Dios? ¿Estamos velando en oración? Otro año del tiempo en que podemos trabajar ha pasado a la eternidad. Cada día hernos estado asociados con hombres y mujeres que van encaminados hacia el juicio. Cada día puede haber sido la línea divisoria para algún alma; alguno puede haber hecho la decisión que determinará su destino futuro. ¿Cuál ha sido nuestra influencia sobre estos compañeros de viaje? ¿Qué esfuerzos hernos hecho para llevarlos a Cristo?2JT 167.2

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