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Historia del Sábado

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    16 – Origen de la observancia del primer día

    El domingo un festival pagano desde la remota antigüedad – Origen del nombre – Razones que indujeron a los líderes de la iglesia a adoptar este festival – Era un día generalmente observado por los gentiles en los primeros siglos de la era cristiana – Elegir otro día hubiera sido sumamente inconveniente – Esperaban facilitar la conversión de los gentiles al guardar el mismo día que ellos observaban – Tres festivales semanales en la iglesia en memoria del Redentor – El domingo pronto elevado por encima de los otros dos – Justino Mártir – La observancia del domingo encontrado primero en la iglesia de Roma – Ireneo – El primer acto de usurpación papal fue en favor del domingo – Tertuliano – Primer indicio de abstinencia del trabajo en domingo – Declaración general de hechos – La iglesia romana hizo su primer gran ataque sobre el sábado al convertirlo en un ayuno

    El festival del domingo es más antiguo que la religión cristiana, perdiéndose su origen en la remota antigüedad. Sin embargo, no se originó por ningún mandato divino ni por la piedad hacia Dios: por lo contrario, fue puesto aparte como un día sagrado por el mundo pagano en honor de su dios principal, el sol. De este hecho es que el primer día de la semana obtuvo el nombre Domingo, nombre por el cual se conoce en muchos idiomas. El diccionario Webster define así la palabra:HSPDS 165.1

    “Domingo. Así llamado porque este día antiguamente estaba dedicado al sol o a su adoración. El primer día de la semana; el sábado cristiano; un día consagrado al descanso del empleo secular, y a la adoración religiosa; el día del Señor”.HSPDS 165.2

    Y el diccionario Worcester, usa un lenguaje similar:HSPDS 165.3

    “Domingo. Así llamado porque antiguamente era dedicado al sol o a su adoración. El primer día de la semana; el sábado cristiano, consagrado al descanso del trabajo y a la adoración religiosa; el día del Señor”.HSPDS 165.4

    Estos lexicógrafos llaman al domingo el sábado cristiano, etc., porque en la literatura teológica general de nuestra lengua, se lo designa así, aunque nunca de ese modo en la Biblia. Los lexicógrafos no procuran resolver preguntas teológicas, pero sencillamente definen los términos como se los usa en un lenguaje específico. Aunque todos los demás días de la semana tienen nombres paganos, solo el domingo fue un destacado festival pagano en los días de la iglesia temprana. La North British Review [Revista Británica del norte], en un elaborado intento de justificar la observancia del domingo por el mundo cristiano, designa ese día, “el turbulento feriado solar [es decir, festival en honor del sol] de todos los tiempos paganos”.1Tomo xviii, p. 409.HSPDS 165.5

    Verstegan dice:HSPDS 166.1

    “Siendo paganos los más antiguos germanos, y habiendo designado su primer día de la semana a la peculiar adoración del sol, por ello ese día todavía en nuestra lengua inglesa retiene el nombre de Sunday [día del sol], y designaron el día siguiente a él a la adoración especial de la luna, por lo cual retenemos con nosotros el nombre de Monday [día de la luna, lunes]; ellos ordenaron el siguiente día a estos planetas celestiales a la adoración específica de su grande y reputado dios, Tuisco, del cual retenemos en nuestro idioma el nombre de Tuesday [martes]”.2Verstegan, Antigüedades, p. 10, Londres, 1628.HSPDS 166.2

    El mismo autor habla así con respecto a los ídolos de nuestros antepasados sajones:HSPDS 166.3

    “De estos, aunque tenían muchos, a siete entre el resto los designaron especialmente a los siete días de la semana… Al día dedicado a la adoración especial del ídolo del sol, le dieron el nombre de Sunday [día del sol, domingo], como para decir el día del sol. Este ídolo fue puesto en un templo, y allí lo adoraron y le sacrificaron, porque ellos creían que el sol en el firmamento hacía con este ídolo lo que correspondía y cooperaba”.3Antigüedades, p. 68.HSPDS 166.4

    Jennings dice que esta adoración del sol es más antigua que la liberación de Israel de Egipto. Porque, hablando del tiempo de esa liberación, él habla de los gentiles:HSPDS 166.5

    “Las naciones idólatras que en honor de su dios principal, el sol, comenzaban su día al salir éste”.4Antigüedades judaicas, libro iii, cap. 1. Ver también Cyclopedia, de McClintock y Strong, 4, 472, artículo Idolatría; Dr. A. Clarke, sobre Job 31:26; y el Dr. Gill, sobre el mismo; Webster, bajo la palabra Sabianism, y Worcester, sobre Sabian.HSPDS 166.6

    Él los representa también como apartando el domingo en honor del mismo objeto de adoración:HSPDS 166.7

    “El día que los paganos en general consagraron a la adoración y el honor de su dios principal, el sol, que, de acuerdo con nuestro cómputo, era el primer día de la semana”.5Íd., libro iii. cap. 3.HSPDS 166.8

    La Revista Británica del Norte defiende así la introducción de este antiguo festival pagano en la iglesia cristiana:HSPDS 166.9

    “Ese mismo día era el domingo de sus vecinos paganos y respectivos conciudadanos; y el patriotismo alegremente se unió con la conveniencia en hacer juntos su día del Señor y su sábado, ... si la autoridad de la iglesia ha de ser ignorada totalmente por los protestantes, no hay problemas, porque la oportunidad y la conveniencia común son seguros argumentos suficientes para un cambio tan ceremonial como el mero día de la semana para las observancia del descanso y la santa convocación del sábado judío. Esa iglesia primitiva, de hecho, estaba cerrada para la adopción del domingo, hasta que quedó establecido y supremo, cuando era demasiado tarde para hacer otra alteración; y no era una cosa irreverente ni desagradable adoptarlo, ya que el primer día de la semana era su propio día cumbre de todos modos; de modo que su aceptación y civilidad fueron recompensados para la redoblada santidad de su festival tranquilo”.6Tomo xviii, p. 409.HSPDS 166.10

    Parecería que algo más poderoso que el “patriotismo” y la “conveniencia” se requerirían para transformar este festival pagano en el sábado cristiano, o aún para justificar su introducción en la iglesia cristiana. Una declaración adicional de las razones que impulsaron su introducción, y una breve noticia de los pasos anteriores hacia la transformación en una institución cristiana, ocuparán el resto de este capítulo. Chafie, un clérigo de la Iglesia Anglicana, en 1652, publicó una obra para vindicar la observancia del primer día, titulada: “El sábado del séptimo día”. Después de mostrar la observancia general del domingo por el mundo pagano en los primeros días de la iglesia, Chafie asevera así las razones que impidieron que los cristianos intentaran guardar cualquier otro día:HSPDS 167.1

    “1. Por causa del desprecio, burlas y escarnio que con ello hubieran soportado, entre todos los gentiles con los cuales vivían… Cuán doloroso serían sus burlas y críticas contra los pobres cristianos que vivían con ellos y bajo su poder por su recién establecido día sagrado, si los cristianos hubieran elegido cualquier otro día que no fuera el domingo… 2. La mayoría de los cristianos entonces eran los esclavos o la clase más pobre; y los gentiles, muy probablemente, no les habría dado libertad a sus esclavos para dejar de trabajar en cualquier otro día fijado constantemente, excepto en su domingo… 3. Porque si hubieran probado tal cambio habría sido solo trabajo en vano; … ellos nunca hubieran conseguido que ocurriera”.7Pp. 61, 62.HSPDS 167.2

    De este modo se ve que en el momento cuando la iglesia temprana comenzó a apostatar de Dios y a fomentar en su seno ordenanzas humanas, el mundo pagano –como lo habían hecho por mucho tiempo– muy generalmente observaban el primer día de la semana en honor del sol. Muchos de los padres tempranos de la iglesia habían sido filósofos paganos. Desafortunadamente, ellos trajeron consigo a la iglesia muchos de sus antiguos conceptos y principios. Específicamente se les ocurrió que al unirse con los paganos en el día de celebración semanal facilitarían grandemente su conversión. Las razones que indujeron a la iglesia a aceptar el antiguo festival de los paganos como algo listo para usar, son aseveradas así por Morer:HSPDS 167.3

    “No ha de negarse sino que tomamos prestado el nombre de este día de los antiguos griegos y romanos, y aceptamos que los antiguos egipcios adoraron el sol, y como un memorial permanente de su veneración, dedicaban este día a él. Y encontramos que por la influencia de su ejemplo, otras naciones, y entre ellas los judíos mismos, homenajeándolo a él;82 Reyes 23:5; Jeremías 43:13. no obstante estos abusos no impidieron que los padres de la iglesia cristiana sencillamente al rechazar, o poner a un lado, el día o su nombre, con solo santificar y usar ambos, como también lo hicieron con los templos paganos contaminados antes con servicios idolátricos, y otros casos mediante los cuales los buenos hombres siempre fueron capaces de realizar cualquier otro cambio que los que eran evidentemente necesarios, y en cosas tales como eran claramente inconsistentes con la religión cristiana; de modo que el domingo siendo el día en el cual los gentiles adoraban solemnemente ese planeta, y lo llamaron día del sol, parcialmente por su influencia en ese día especialmente, y parcialmente por respeto a su cuerpo divino (como ellos lo concebían), los cristianos pensaron apropiado guardar el mismo día y el mismo nombre de él, para que ellos no parecieran obstinados sin causa, y por ese medio, estorbar la conversión de los gentiles, y traer un gran perjuicio que de otro modo pudiera usarse contra el evangelio”.9Diálogos acerca del día del Señor, pp. 22. 23.HSPDS 167.4

    En los tiempos de Justino Mártir, el domingo era un festival semanal, ampliamente celebrado por los paganos en honor de su dios, el sol. Y así, al presentar al emperador pagano de Roma una “Apología” en favor de sus hermanos, Justino se preocupa en decirle tres veces que “los cristianos realizaban sus asambleas en este día de observancia general”.10Apología, cap. 67; Testimonio de los Padres, pp. 34, 35. El domingo, por lo tanto, hace su primera aparición en la iglesia cristiana como una institución idéntica en tiempo con el festival semanal de los paganos, y Justino, que es el primero en mencionar este festival, había sido un filósofo pagano. Sesenta años más tarde, Tertuliano reconoce que no era sino una apariencia de verdad que los hombres declaraban al sol como el dios de los cristianos. Pero él les contestaba que aunque adoraban hacia el este como los paganos, y dedicaban el domingo a regocijarse, era por una razón muy diferente de la adoración del sol.11Apología, sec. 16; Testimonio de los Padres, pp. 64, 65. Y en otra ocasión, al defender a sus hermanos de la acusación de adorar el sol, él reconoce que esos actos, oraciones hacia el este, y hacer del domingo un día de festividad, daba a los hombres la oportunidad de pensar que el sol era el Dios de los cristianos.12Ad Nationes, libro i, cap. 13; Testimonio de los Padres, p. 70. Por lo tanto, Tertuliano es un testigo del hecho de que el domingo era un festival pagano cuando obtuvo el ingreso a la iglesia cristiana, y que los cristianos, en consecuencia de observarlo, fueron ridiculizados como adoradores del sol. Es notable que en sus réplicas él nunca pretende para su observancia algún precepto divino o ejemplo apostólico. Su punto principal era que tenían el mismo derecho a hacerlo como lo tenían los paganos. Ciento veintiún años después de Tertuliano, Constantino, siendo aún pagano, emitió su famoso edicto en favor del festival pagano del sol, día que fue denominado “venerable”. Y esta ley pagana hizo que en todo el Imperio Romano se observara ese día, y se estableciera firmemente tanto en la iglesia como en el estado. Es cierto, por lo tanto, que en el tiempo de su ingreso a la iglesia cristiana, el domingo era un antiguo festival del mundo pagano.HSPDS 168.1

    Que este festival pagano ocurriera en el día de la resurrección de Cristo sin duda contribuyó poderosamente para ayudar al “patriotismo” y la “conveniencia” al transformarlo en el día del Señor o el sábado cristiano. Porque, con motivos piadosos, como podemos concluir razonablemente, el profeso pueblo temprano de Dios concedió una consideración voluntaria a varios días, memorables en la historia del Redentor. Mosheim, cuyo testimonio en favor del domingo ya ha sido presentado, usa el siguiente lenguaje en relación con el día de la crucifixión:HSPDS 168.2

    “También es probable que el viernes, el día de la crucifixión de Cristo, desde temprano fuera distinguido con honores especiales de los demás días de la semana”.13Hist. Ecles., siglo 1, parte ii, cap. 4, nota a la sec. 4.HSPDS 169.1

    Y del segundo siglo, él dice:HSPDS 169.2

    “Muchos también observaban el cuarto día de la semana, en el que Cristo fue traicionado; y el sexto, que fue el día de su crucifixión”.14Hist. Ecles, siglo 2, parte ii, cap. 1, sec. 12.HSPDS 169.3

    El Dr. Peter Heylyn dice de aquellos que eligieron el domingo:HSPDS 169.4

    “Por cuanto nuestro Salvador resucitó ese día de entre los muertos, así eligieron el Viernes para otra [fiesta], por causa de la pasión de nuestro salvador; y el Miércoles, en el cual él fue traicionado: el Sábado [Saturday], o antiguo Sábado, fue retenido entretanto en las iglesias orientales”.15Historia del sábado, parte ii, cap. 1, sec. 12.HSPDS 169.5

    De una comparación del carácter sagrado de estos tres festivales voluntarios, el mismo escritor testifica:HSPDS 169.6

    “Si consideramos ya sea la predicación de la palabra, la ministración de los sacramentos, o las oraciones públicas: el Domingo en las iglesias orientales no tenía gran prerrogativa por sobre otros días, especialmente por sobre el Miércoles y el Viernes, salvo, como es muy probable, que las reuniones eran más solemnes, y la concurrencia de personas mayor que en otros momentos”.16Íd., parte ii, cap. 3, sec. 4.HSPDS 169.7

    Y además de estos tres festivales semanales, también había dos festivales anuales de un carácter muy sagrado. Estos eran la Pascua y el Pentecostés. Y es digno de notarse especialmente que aunque el festival del domingo puede rastrearse no más temprano en la iglesia que Justino Mártir, 140 d. C., la Pascua puede rastrearse a un hombre que pretendía haberlo recibido de los apóstoles. Ver el capítulo trece. Entre estos festivales, considerados sencillamente como memoriales voluntarios del Redentor, el domingo tenía muy poca preeminencia. Porque Heylyn lo expone bien:HSPDS 169.8

    “Tome el que quiera, ya sea los Padres o los modernos, y no encontraremos ningún día del Señor instituido por ningún mandato apostólico; ningún sábado levantado por ellos sobre el primer día de la semana”.17Hist. del sábado, parte ii, cap. 1, sec. 10.HSPDS 169.9

    Domville presenta el siguiente testimonio, que es digno de un recuerdo duradero:HSPDS 170.1

    “Ningún escritor eclesiástico de los primeros tres siglos atribuyó el origen de la observancia del domingo ya sea a Cristo o a sus apóstoles”.18Exam. de los seis Textos, suplemento, pp. 6, 7.HSPDS 170.2

    Sin embargo, el “patriotismo” y la “conveniencia”, antes de mucho elevaron inmensurablemente por sobre sus compañeros, uno de estos festivales voluntarios que correspondía con el “infundado feriado solar” del mundo pagano, haciendo que ese día por fin fuera “el día del Señor” de la iglesia cristiana. El testimonio más temprano en favor de la observancia del primero día que tiene alguna pretensión de ser considerado genuino es el de Justino Mártir, escrito por 140 d. C. Antes de su conversión, él era un filósofo pagano. El momento, el lugar, y la ocasión de su primera Apología o Defensa de los cristianos, dirigido al emperador romano, es afirmado del siguiente modo por un eminente historiador católico romano. Él dice de Justino MártirHSPDS 170.3

    “estaba en Roma cuando la persecución ocurrida bajo el reinado de Antonino Pío, el sucesor de Adriano, comenzó a surgir, donde compuso una excelente apología en favor de los cristianos”.19Du Pin, Hist. Ecles., t. 1, 50.HSPDS 170.4

    De las obras atribuidas a Justino Mártir, Milner dice:HSPDS 170.5

    “Como muchos de los padres antiguos, él aparece ante nosotros con la mayor desventaja. Obras realmente suyas se han perdido; y otras se las han atribuido a él, parte de las cuales no son suyas; y el resto, por lo menos, de autoridad ambigua”.20Hist. Ecles., siglo 2, cap. 3.HSPDS 170.6

    Si los escritos atribuidos a él son genuinos, es poco adecuado que los defensores del sábado del primer día usen su nombre. Él enseñó la abrogación de la institución sabática; y no hay sugerencia en sus palabras de que el festival del domingo que él menciona fuera otra cosa que una observancia voluntaria. De este modo se dirige al emperador de Roma:HSPDS 170.7

    “Y en el día llamado domingo, todos los que viven ya sea en la ciudad o en el campo se reúnen en el mismo lugar, donde se leen los escritos de los apóstoles y los profetas, por tanto tiempo como se pudiera; cuando se terminó la lectura, el obispo hace un sermón, en el cual instruye a la gente, y los anima a practicar tan hermosos preceptos: a la conclusión de su discurso, todos nos ponemos de pie y oramos; y habiendo terminado las oraciones, como he dicho, se ofrecen pan y vino y agua, y el obispo, como antes, eleva oraciones y agradecimientos, con todo el fervor de que es capaz, y la gente concluye todo con la gozosa exclamación de Amén. Entonces se distribuyen los elementos consagrados, y todos los presentes participan de ellos, y envían a los ausentes por medio de los diáconos. Pero los ricos y los dispuestos, pues cada uno tiene libertad, contribuye lo que consideren adecuado; y esta colecta es entregada al obispo, y de ella se da alivio a los huérfanos y a las viudas, y a los que tienen necesidad por enfermedad u otra causa, y a los que están en cadenas, y a los extranjeros que vienen de lejos; y en una palabra, él es el guardián y el que distribuye limosnas a todos los indigentes. En el domingo nos reunimos, siendo el primer día en que Dios se puso a trabajar sobre el abismo vacío, a fin de hacer el mundo, y en el cual Jesucristo nuestro Salvador resucitó de los muertos; porque el día antes del sábado fue crucificado, y el día después, que es el domingo, apareció a sus apóstoles y discípulos, y les enseñaba lo que ahora le propuse para su consideración”.21Justino Mártir, Primera Apología, tr. por Wm. Reeves, p. 127, sec. 87, 88, 89.HSPDS 170.8

    Este pasaje, si es genuino, provee la referencia más temprana a la observancia del domingo como un festival religioso en la iglesia cristiana. Debiera recordarse que este lenguaje fue escrito en Roma, y dirigido directamente al emperador. Por lo tanto, muestra cuál era la práctica de la iglesia en esa ciudad y sus alrededores, pero no determina cuán extendida era su observancia. Contiene una prueba incidental fuerte de que la apostasía había hecho progresos en Roma; la institución de la Cena del Señor ya se había cambiado en parte a una ordenanza humana; ahora el agua era tan -esencial para la Cena del Señor como el vino o el pan. Y lo que es todavía más peligroso como pervertir la institución de Cristo, los elementos consagrados eran enviados a los ausentes, un paso que rápidamente resultó en que llegaran a ser objetos de veneración supersticiosa, y finalmente, de adoración. Justino le dice al emperador que Cristo así lo ordenó; pero tal aseveración se aparta gravemente de la verdad del Nuevo Testamento.HSPDS 171.1

    Esta aseveración de las razones para la observancia del domingo es especialmente digna de atención. Él le dice al emperador que ellos se reunían en el día llamado domingo. Esto era equivalente a que le dijera: Observamos el día en el cual nuestros conciudadanos ofrecen su adoración al sol. Aquí tanto “patriotismo” como “conveniencia” se descubren en las palabras de Justino, que fueron dirigidas a un emperador perseguidor en favor de los cristianos. Pero como si fuera consciente de que la observancia de un festival pagano como el día de adoración cristiana no fuera consecuente con su profesión como adoradores del Altísimo, Justino reflexionó buscando razones para defender esta observancia. Él no le asigna un precepto divino ni un ejemplo apostólico para este festival. Pues su referencia a lo que Cristo les enseñó a sus discípulos, como aparece en esta conexión, era al sistema general de la religión cristiana, no a la observancia del domingo. Si se dijera que Justino podría haber aprendido de la tradición lo que no se encuentra en el Nuevo Testamento en relación con la observancia del domingo, y que después de todo, el domingo podría ser un festival divinamente designado, es suficiente responder:HSPDS 171.2

    1) Que este argumento mostraría solo la tradición en favor del festival del domingo.HSPDS 171.3

    2) Que Justino Mártir es guía muy inseguro; su testimonio con relación a la cena del Señor difiere del que ofrece el Nuevo Testamento.HSPDS 171.4

    3) Que la Sociedad Norteamericana de Tratados, en una obra que publica en contra del romanismo, da el siguiente testimonio con respecto al punto que está delante de nosotros:HSPDS 171.5

    “Justino Mártir aparece de hecho peculiarmente sin condiciones de pretender ser una autoridad. Es notorio que el suponía que un pilar levantado en la isla del Tíber a Semo Sanchus, una antigua deidad sabina, fuera un monumento levantado por el pueblo romano en honor del impostor Simón el Mago. Si un error tan grosero fuera hecho por un escritor moderno al relatar un hecho histórico, se haría una exposición de inmediato, y su testimonio de allí en adelante sería sospechoso. Y seguramente la misma medida debería aplicarse a Justino Mártir, quien yerra tan tremendamente con referencia a un hecho al cual alude Livio el historiador”.22El espíritu del papado, pp. 44, 45.HSPDS 171.6

    Justino asigna las siguientes razones en apoyo de la observancia del domingo: “Que siendo el primer día en el que Dios se puso a trabajar sobre el abismo vacío a fin de hacer el mundo, y en el cual Jesucristo nuestro Salvador resucitó de los muertos”. El Obispo Jeremy Taylor muy adecuadamente replica a esto:HSPDS 172.1

    “La primera de éstas parece más una excusa que una razón justa; porque si alguna cosa de la creación fuera hecha la causa de un sábado, debería ser el final, no el comienzo; debiera ser el descanso, no la primera parte del trabajo; debiera ser aquello que el Creador asignó, no [lo] que el hombre tomara como una justificación posterior”.23Ductor Dubitantium, parte i, libro ii, cap. 2, regla 6, sec. 45.HSPDS 172.2

    Por lo tanto, debe observarse que el primer rastro del domingo como un festival cristiano se encuentra en la iglesia de Roma. Pronto después de este momento, y de allí en adelante, encontraremos “al obispo” de esa iglesia haciendo vigorosos esfuerzos para suprimir el sábado del Señor, y elevar en su lugar el festival del domingo.HSPDS 172.3

    Es apropiado notar el hecho también de que Justino era un opositor decidido del antiguo sábado. En su Diálogo con Trifón, el judío, se dirigió así a él:HSPDS 172.4

    “Esta nueva ley te enseña a observar un sábado perpetuo; y tú, cuando hayas pasado un día en ocio, piensas que has cumplido los deberes de la religión… Si alguien es culpable de adulterio, que se arrepienta, entonces él ha guardado el verdadero y delicioso sábado para Dios… Porque realmente debemos observar que la circuncisión que es en la carne, y el sábado, y todas las fiestas, si no hubiéramos conocido la razón por la que se impusieron sobre ustedes, es decir, por causa de vuestras iniquidades… Fue por causa de vuestras iniquidades, y las iniquidades de vuestros padres, que Dios les ordenó observar el sábado… Vosotros veis que los cielos no están ociosos, ni ellos observan el sábado. Sigan como han nacido. Porque si antes de Abrahán no hubo necesidad de circuncisión, ni de sábados, ni de fiestas, ni de ofrendas antes de Moisés; así ahora, de la misma manera, no hay necesidad de ellos, ya que Jesucristo, el Hijo de Dios, nació de una virgen de la simiente de Abrahán sin pecado, por determinado consejo de Dios”.24Traducción de Brown, pp. 48, 44, 52, 59, 63, 64.HSPDS 172.5

    Esta línea de razonamiento de Justin no merece una respuesta. Sin embargo, muestra la injusticia del Dr. Edwards al mencionar a Justino Mártir como testigo del cambio en el día de reposo,25Manual del sábado, p. 121. ya que él argumentaba que Dios creó el sábado debido a las iniquidades de los judíos y lo abolió por completo como resultado del primer advenimiento de Cristo, lo cual nos lleva a creer que la fiesta dominical pagana fue evidentemente adoptada por la iglesia en Roma por razones de “conveniencia” y quizás “patriotismo”. Si es genuino, el testimonio de Justino tiene un valor especial por una razón: muestra que, hasta 140 d. C., el primer día de la semana aún no había recibido ningún título de santidad, porque él lo menciona varias veces, tres de ellas como “el día llamado Día del Sol [domingo]”, dos de ellas como “el octavo día”, y también usando otros términos, pero nunca con ningún nombre sagrado.26Diálogo con Trifón, p. 65.HSPDS 172.6

    El siguiente testigo importante en favor del carácter sagrado del primer día es así presentado por el Dr. Edwards:HSPDS 173.1

    “De aquí que Ireneo, obispo de Lyon, un discípulo de Policarpo quien había sido compañero de los apóstoles, 167 d. C., dice que el día del Señor era el sábado cristiano. Sus palabras son, ‘En el día del Señor cada uno de nosotros cristianos guardamos el sábado, meditando en la ley y regocijándonos en las obras de Dios”.27Manual del sábado, p. 114.HSPDS 173.2

    Este testimonio es altamente valorado por los escritores del primer día, y a menudo es presentado en forma prominente en sus publicaciones. Sir Wm. Domville, cuyo elaborado tratado sobre el sábado ha sido varias veces citado, expone el importante hecho siguiente relacionado con esta cita:HSPDS 173.3

    “He escudriñado cuidadosamente todas las obras sobrevivientes de Ireneo y puedo declarar con certeza que ningún pasaje tal, o alguno que se le parezca, se puede encontrar. La edición que consulté fue la de Massuet (Paris, 1710); pero para asegurarme todavía más, he mirado desde entonces las ediciones de Erasmo (Paris, 1563), y Grabe (Oxford, 1702), y en ninguna de ellas encuentro el pasaje en cuestión”.28Examen de los seis textos, pp. 131, 132.HSPDS 173.4

    Es un hecho notable que aquellos que citan esto como el lenguaje de Ireneo, si dan alguna referencia, envían a sus lectores a la Teología de Dwight en lugar de referirlos al lugar en las obras de Ireneo donde se encuentra. Fue el Dr. Dwight quien primero enriqueció el mundo teológico con esta cita muy valiosa. ¿Dónde, entonces, obtuvo Dwight este testimonio que se ha dado tantas veces como el de Ireneo? Sobre este punto, Domville observa:HSPDS 173.5

    “Él tuvo la desgracia de ser afligido con una enfermedad en los ojos desde la temprana edad de veintitrés, una calamidad (dice su biógrafo) por la cual fue privado de la capacidad de leer y estudiar… El conocimiento que él obtuvo de los libros después del período arriba mencionado [por el cual el editor debe significar su edad de veintitrés] fue casi exclusivamente de segunda mano, con la ayuda de otros”.29Íd., p 128.HSPDS 173.6

    Domville afirma otro hecho que nos da incuestionablemente el origen de esta cita:HSPDS 174.1

    “Pero aunque no puede encontrarse en Ireneo, hay en los escritos atribuidos a otro padre, o sea, en la epístola interpolada de Ignacio a los Magnesios, y en uno de sus pasajes interpolados, expresiones tan claramente parecidas a las citas del Dr. Dwight como para no dejar dudas de la fuente de la cual él citó”.30Íd., p 130.HSPDS 174.2

    Tal es, entonces, el fin de este famoso testimonio de Ireneo, ¡quien lo obtuvo de Policarpo, quien lo recibió de los apóstoles! Fue provisto para el mundo por un hombre cuya vista estaba deteriorada; quien en consecuencia de su enfermedad tomó de segunda mano un pasaje interpolado de una epístola falsamente atribuida a Ignacio, y la publicó al mundo como el testimonio genuino de Ireneo. La pérdida de la vista, como podemos pensar con caridad, condujo al Dr. Dwight al serio error que él cometió; pero por la publicación de este testimonio espurio, que pareció venir de una línea directa de los apóstoles, ha hecho que multitudes fueran incapaces de leer correctamente el cuarto mandamiento, como él, por la pérdida de su vista natural, lo era de leer a Ireneo por sí mismo. Este caso ilustra admirablemente la tradición como guía religiosa; es un ciego guiando a otro ciego hasta que ambos caen en el pozo.HSPDS 174.3

    Ni es esto todo lo que hay que decir en el caso de Ireneo. ¡En todos sus escritos no hay ningún caso en el cual él llame al domingo el día del Señor! Y lo que también es muy notable, ¡no hay ninguna sentencia escrita por él en la cual mencione el primer día de la semana!31Ver su testimonio completo en el Testimonio de los Padres, pp. 44-52. Sin embargo, parece, por varias declaraciones de escritores antiguos, que él mencionó el día, aunque ninguna sentencia de él en la que se lo mencione haya sobrevivido. Él sostuvo que el sábado era una institución típica, que señalaba los séptimo período de mil años como el gran día de descanso de la iglesia;32Contra las herejías, libro iv, cap. 16, sec. 1, 2; Íd. libro v, cap. xxviii, sec. 3 él dijo que Abrahán estuvo “sin la observancia de los sábados”;33Íd., libro iv, cap. 16, sec. 1, 2. y no obstante él hace que el origen del sábado es la santificación del séptimo día.34Íd., libro v, cap. 33, sec 2. Pero él expresamente asevera la perpetuidad y la autoridad de los diez mandamientos, declarando que son idénticos con la ley que la naturaleza implantó desde el principio en la humanidad, que ellos permanecen perpetuamente con nosotros, y que si alguno no los observa no tiene salvación.35Contra las herejías, libro iv, cap. 15, sec. 1; cap. 13, sec. 4.HSPDS 174.4

    Es un hecho notable que el primer caso registrado en el cual el obispo de Roma intentó gobernar la iglesia cristiana fue por un edicto en favor del domingo. Había sido la costumbre de todas las iglesias celebrar la pascua, pero con esta diferencia: que mientras las iglesias orientales la observaban el decimocuarto día del primer mes, no importando en qué día de la semana cayera, las iglesias occidentales la observaban el domingo que sigue a ese día; o más bien, el domingo que sigue al Viernes Santo. Víctor, obispo de Roma, en el año 196,36Bower, Historia de los papas, t. 1, pp. 18, 19; Rose, Neander, pp. 188-1909; Dowling, Historia del romanismo, libro i, cap. 2, sec. 9. tomó sobre sí el imponer la costumbre romana sobre todas las iglesias; es decir, forzarlas a observar la pascua en domingo. “Este atrevido intento”, dice Bowen, “podemos llamarlo el primer ensayo de usurpación papal”.37Historia de los papas, t. 1, p. 18. Y Dowling lo denomina el “primer caso de usurpación romanista”.38Historia del romanismo, título de la pág. 32. Las iglesias del Asia Menor informaron a Víctor que ellas no podían acatar su mandato despótico. Entonces, dice Bower:HSPDS 174.5

    “Al recibir esta carta, Víctor, dando las riendas a una pasión impotente e ingobernable, publicó amargas filípicas contra todas las iglesias de Asia, declarándolas separadas de su comunión, envió cartas de excomunión a sus respectivos obispos; y, al mismo tiempo, a fin de cortarlos de la comunión de toda la iglesia, escribió a los otros obispos, exhortándolos a seguir su ejemplo, y abstenerse de comunicarse con sus hermanos refractarios del Asia”.39Historia de los papas, t. i, p. 18.HSPDS 175.1

    El historiador nos informa que “ni uno siguió su ejemplo o consejo; ninguno otorgó la menor consideración a sus cartas, o mostraron la más mínima inclinación de secundarlo en tal intento apresurado y severo”. Además dice:HSPDS 175.2

    “Viendo así frustrado su intento, sus sucesores tuvieron cuidado de no revivir la controversia; de modo que los asiáticos siguieron pacíficamente su antigua práctica hasta el concilio de Nicea, que por complacer a Constantino el Grande, ordenó que la solemnidad de la Pascua fuera observada en todas partes el mismo día, según la costumbre de Roma”.40Íd. pp. 18, 19; Giesler, Hist. Ecles., t. i, sec. 57.HSPDS 175.3

    En esta lucha, la victoria no fue obtenida por el domingo, como testifica Heylyn:HSPDS 175.4

    “Hasta el gran Concilio de Nicea [325 d. C.], apoyado por la autoridad de un emperador tan grande [Constantino], lo estableció mejor que antes; ninguno sino unos pocos cismáticos esparcidos, que aparecían de vez en cuando, se atrevieron a oponerse a la resolución de ese famoso sínodo”.41Historia del sábado, parte ii, cap. 2, sec. 4, 5.HSPDS 175.5

    Constantino, por cuya poderosa influencia el Concilio de Nicea fue inducido a decidir esta cuestión en favor del obispo romano, que era fijar la pascua en domingo, urgido por las siguientes razones fuertes para esa medida:HSPDS 175.6

    “No tengamos más nada en común con el muy hostil populacho de los judíos”.42Boyle, Panorama histórico del Concilio de Nicea, p. 52, ed. 1842.HSPDS 175.7

    Esta sentencia es digna de notarse. Una decisión de no tener nada en común con los judíos tenía muchísimo que ver con la supresión del sábado en la iglesia cristiana. Aquellos que rechazaban el sábado del Señor y escogían en su lugar el festival de los paganos, más popular y más conveniente del domingo, estaban tan apasionados con la idea de no tener nada en común con los judíos, que ellos nunca cuestionaron si era apropiado el tener un festival en común con los paganos.HSPDS 176.1

    Este festival no era semanal, sino anual; pero su eliminación desde el catorce del primer mes hasta el domingo siguiente al Viernes Santo fue la primera legislación que intentó honrar el domingo como un festival cristiano; y como Heylyn lo expresa pintorescamente: “El día del Señor encontró que era un asunto no pequeño el obtener la victoria”.43Hist. del Sáb., parte ii, cap. 2, sec 5. En un período breve después del Concilio de Nicea, por las leyes de Teodosio, se aplicaba la pena capital a los que celebraban la fiesta de la pascua en algún otro día que el domingo.44Declinación y caída del Imperio Romano, cap. 27. Los bretones de Gales pudieron por mucho tiempo mantener su posición contra este proyecto favorito de la iglesia romana, y tan tarde como el siglo sexto “resistían obstinadamente los mandatos imperiosos de los pontífices romanos”.45Íd., cap. 38.HSPDS 176.2

    Cuatro años después del inicio de la lucha que recién se narró, nos llevan al testimonio de Tertuliano, el más antiguo de los padres latinos, quien escribió por el año 200 d. C. El Dr. Clarke nos dice que los padres “estaban entre sí y no”. Tertuliano es un buen ejemplo de esto. Él pone el origen del sábado en la creación, pero en otra parte dice que los patriarcas no lo observaron. Dice que Josué quebrantó el sábado en Jericó, y más tarde muestra que él no lo quebrantó. Dice que Cristo quebrantó el sábado, y en otro lugar prueba que él no lo quebrantó. Él representa el octavo día como más honorable que el séptimo, y en otra parte declara lo contrario. Asevera que la ley está abolida, y en otros lugares enseña su perpetuidad y autoridad. Él declara que el sábado fue abrogado por Cristo, y más tarde afirma que “Cristo de ningún modo anuló el sábado, sino impartió “santidad adicional” al “día sábado mismo, que desde el principio había sido consagrado por la bendición del Padre”. Y sigue diciendo que Cristo “proveyó salvaguardas divinas a este día, un punto que sus adversarios hubieran perseguido para algunos otros días, para evitar honrar el sábado del Creador”.HSPDS 176.3

    Esta última declaración es muy notable. El Salvador proporcionó salvaguardas adicionales al sábado del Creador. Pero “su adversario” hubiera hecho eso a algunos otros días. Ahora es claro, primero, que Tertuliano no creía que Cristo santificó otro día para ocupar el lugar del sábado; y segundo, que él creía que ¡la consagración de otro día era la obra del adversario de Dios! Cuando escribió estas palabras ciertamente no creía que Cristo había santificado el domingo. Pero Tertuliano y sus hermanos se encontraron observando como un festival ese día en el cual se adoraba al sol, y ellos, en consecuencia, fueron ridiculizados por ser adoradores del sol. Tertuliano niega la acusación, aunque reconoce que había alguna apariencia de verdad en ella. Él dice:HSPDS 176.4

    “Otros, además, ciertamente con más información y mayor verosimilitud, creen que el sol es nuestro Dios. Seremos contados como persas, tal vez, aunque no adoramos el orbe del día pintado sobre un trozo de lienzo, teniéndolo por todas partes en su propio disco. Sin duda, la idea se originó en que se sabe que nos volvemos hacia el este en oración. Pero ustedes, muchos de ustedes también, con el pretexto a veces de adorar los cuerpos celestiales, mueven sus labios en la dirección del nacimiento del sol. Del mismo modo, si dedicamos el domingo a regocijarnos, por una razón muy diferente que la adoración del sol, tenemos alguna apariencia para aquellos de ustedes que dedican el día a Saturno para la comodidad y el lujo, aunque ellos, también, se alejan muchísimo de los caminos judíos, de los cuales ellos son ignorantes”.46Tertuliano, Apología, sec. 16.HSPDS 177.1

    Tertuliano no recurre a un mandato divino ni al ejemplo apostólico para su práctica. De hecho, él no ofrece ninguna razón para la práctica, aunque sugiere que él tenía una para ofrecer. Pero él encuentra necesario en otra obra rechazar esta misma acusación de la adoración del sol, por causa de la observancia del domingo. En su segunda respuesta a esta acusación, él presenta la base de defensa más claramente, y aquí encontraremos su mejor razón. Estas son sus palabras:HSPDS 177.2

    “Otros, con mayor consideración de las buenas costumbres, debemos confesar, suponen que el sol es el dios de los cristianos, porque es un hecho bien conocido de que oramos hacia el este, o porque hacemos del domingo un día festivo. ¿Entonces, qué? ¿Hacen menos que eso? ¿No hay muchos entre ustedes, con una afectación de adorar a veces a los cuerpos celestiales del mismo modo, mueven sus labios en la dirección del nacimiento del sol? Son ustedes, en todo caso, los que hasta han admitido al sol en el calendario de la semana; y ustedes han seleccionado su día (domingo), en preferencia sobre el día precedente, como el más adecuado en la semana ya sea para una abstinencia entera del baño, o por su postergación hasta la noche, o por tomar un descanso, y para banquetear. Al recurrir a estas costumbres, ustedes deliberadamente desvían de sus propios ritos religiosos hacia aquellos de los extraños”.47Tertuliano, Ad Nationes, libro i, cap. 13.HSPDS 177.3

    Tertuliano, en su discurso, se dirige a las naciones que están todavía en idolatría. Para algunos de ellos, el domingo era un festival antiguo; para otros, era de una data comparativamente reciente. Pero algunos de estos paganos reprochaban a los cristianos del domingo por ser adoradores del sol. Y ahora, observen la respuesta. Él no dice: “Nosotros los cristianos, hemos recibido la orden de celebrar el primer día de la semana en honor de la resurrección de Cristo”. Su respuesta sin duda es la mejor que él pudo preparar. Es una mera réplica, y consiste en aseverar, primero, que los cristianos no habían hecho nada más de lo que hicieron los acusadores, los paganos; y segundo, que ellos tenían tanto derecho de hacer del domingo un día de festividad como lo tenían los paganos.HSPDS 177.4

    El origen de la observancia del domingo ha sido el tema de investigación en este capítulo. Hemos encontrado que el domingo desde la remota antigüedad era un festival pagano en honor del sol, y que en los primeros siglos de la era cristiana, este antiguo festival era venerado en general en el mundo pagano.HSPDS 177.5

    Hemos aprendido que el patriotismo y la conveniencia, y una tierna consideración por la conversión del mundo gentil, provocaron que los líderes de la iglesia adoptaran como su festival religioso el día observado por el mundo gentil, y a retener el mismo nombre que los gentiles le habían dado. Hemos visto que el caso más temprano que está registrado de la real observancia del domingo en la iglesia cristiana, se encuentra en la iglesia de Roma por el año 140 d. C. El primer gran esfuerzo en su favor, año 196 d. C., es por una singular coincidencia el primer acto de usurpación papal. El primer caso de aplicación de un título sagrado a este festival, y el indicio más temprano de la abstinencia del trabajo en ese día, se encuentran en los escritos de Tertuliano a fines del siglo segundo. El origen del festival del domingo está ahora delante del lector, los pasos por los cuales ascendió al poder supremo serán señalados en el lugar y el orden apropiados.HSPDS 178.1

    Un hecho de profundo interés concluirá este capítulo. El primer gran esfuerzo hecho para rebajar el sábado fue el acto de la iglesia de Roma al transformarlo en un ayuno mientras el domingo se convertía en un festival lleno de alegría. Mientras las iglesias orientales retuvieron el sábado, una porción de las iglesias de occidente, con la iglesia de Roma a la cabeza, lo volvieron en un ayuno. Mientras una parte de las iglesias occidentales rehusaron cumplir esta orden, siguió una larga lucha, el resultado de la cual es así descrito por Heylyn:HSPDS 178.2

    “En esta diferencia siguieron juntas por largo tiempo, hasta que al fin la iglesia de Roma ganó la causa, y el sábado llegó a ser un ayuno en casi todas partes del mundo occidental. Yo digo el mundo occidental, y solo en él: las iglesias orientales estaban tan lejos de alterar su antigua costumbre que en el sexto concilio de Constantinopla, año 692, ellos amonestaron a los de Roma a abandonar el ayuno en ese día bajo pena de censura”.48Historia del sábado, parte 2, cap. 2, sec. 3.HSPDS 178.3

    Wm. James, en un sermón ante la Universidad de Oxford, declara así el tiempo cuando se originó el ayuno:HSPDS 178.4

    “Las iglesias occidentales comenzaron a ayunar en sábado al comienzo del siglo tercero”.49Sermones sobre los sacramentos y el sábado, p. 166.HSPDS 178.5

    De este modo se ve que esta lucha comenzó con el siglo tercero, es decir, inmediatamente después del año 200. Neander expone así el motivo de la iglesia Romana:HSPDS 178.6

    “En las iglesias occidentales, específicamente la Romana, donde la oposición al judaísmo era la tendencia prevaleciente, esta misma oposición produjo la costumbre de celebrar el sábado específicamente como un día de ayuno”.50Neander, p. 186.HSPDS 178.7

    Por judaísmo, Neander quería decir la observancia del séptimo día como el sábado. El Dr. Charles Hase, de Alemania, declara el objetivo de la iglesia Romana en un lenguaje muy explícito:HSPDS 178.8

    “La iglesia de Roma consideraba el séptimo día como un día de ayuno en oposición directa a aquellos que lo consideraban como un sábado. El domingo seguía siendo un festival alegre en el que todo ayuno y asuntos mundanos era evitado lo más posible, pero el mandamiento original del decálogo respecto del sábado no se aplicaba entonces a ese día”.51Historia de la Iglesia Antigua, parte i, div. 2, años 100-312 d. C., sec. 69.HSPDS 179.1

    Lord King atestigua de este hecho con las siguientes palabras:HSPDS 179.2

    “Algunas de las iglesias occidentales, para que no parecieran judaizar, ayunaban el séptimo día, como escribe Victorino Petavionense: Solemos ayunar el séptimo día. Y es nuestra costumbre entonces ayunar, para que no parezcamos, con los judíos, observar el sábado”.52Investigación en la constitución de la iglesia primtiva, parte ii, cap. vii, sec. 11. Ver también Schaff, Historia de la iglesia cristiana, t. i, p. 373.HSPDS 179.3

    De esta manera el sábado del Señor fue transformado en un ayuno a fin de hacerlo despreciable ante los hombres. Tal fue el primer gran esfuerzo de la iglesia de Roma hacia la supresión del antiguo sábado de la Biblia.HSPDS 179.4

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