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Historia del Sábado

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    11 – El sábado durante el ministerio de los apóstoles

    El conocimiento de Dios preservado en la familia de Abrahán – El llamado de los gentiles – El nuevo pacto pone la ley de Dios en el corazón de cada cristiano – El nuevo pacto tiene un templo en el cielo; y un arca que contiene el gran original de esa ley que estaba en el arca sobre la tierra – Y delante de ese arca un sacerdote cuya ofrenda puede eliminar el pecado – Comparación entre el Antiguo y el Nuevo Testamentos – La familia humana responsable en todas las épocas a la ley de Dios – El buen olivo muestra la relación íntima entre la iglesia del Nuevo Testamento y la iglesia hebrea – La iglesia apostólica observó el sábado – Examen de Hechos 13 – La asamblea de los apóstoles en Jerusalén – El origen sabatario de la iglesia en Filipos – De la iglesia de Tesalónica – De la iglesia de Corinto – Las iglesias de Judea y en muchos casos entre los gentiles comenzó con observadores del sábado – Examen de 1 Corintios 16:1, 2 – Auto contradicción del Dr. Edwards – Pablo en Troas – Examen de Romanos 14:1-6 – Huida de los discípulos de Judea – El sábado de la Biblia al final del siglo primero

    Hemos repasado el sábado durante todo el periodo de su conexión especial con la familia de Abrahán. La finalización de las setenta semanas nos lleva al llamado de los gentiles, y su admisión a iguales privilegios que los de la raza hebrea. Hemos visto que con Dios no había injusticia al conferir bendiciones especiales sobre los hebreos, y al mismo tiempo, dejar a los gentiles en los caminos que ellos mismos eligieron.1Ver el capítulo 3. Dos veces él, había dado a la familia humana, entretanto, los más amplios medios de gracia que su época en el mundo permitían, y cada vez resultó en la apostasía casi total de la humanidad. Entonces Dios eligió como su herencia la familia de Abrahán, su amigo; y por medio de aquella familia preservó en la tierra el conocimiento de su ley, de su sábado, y de sí mismo, hasta la venida del gran Mesías. Durante su ministerio, el Mesías afirmó solemnemente la perpetuidad de la ley de su Padre, requiriendo obediencia, aún al más pequeño de los mandamientos;2Mateo 5:17-19. con su muerte derribó la pared mediana de separación3Efesios 2:13-16; Colosenses 2:14-17. por medio de la cual los hebreos habían por tanto tiempo preservado un pueblo separado en la tierra; y cuando estaba por ascender al cielo ordenó a sus discípulos que fueran a todo el mundo y predicaran el evangelio a toda criatura; enseñándoles que observen todas las cosas que él les había mandado.4Mateo 28:19, 20; Marcos 16:15. Con la expiración de la septuagésima semana, los apóstoles entraron en la ejecución de esta gran comisión a los gentiles.5Daniel 9:24-27; Hechos 9:10, 11; 26:12-17; Romanos 11:13. Varios hechos de profundo interés deberían notarse aquí:HSPDS 101.1

    1) El nuevo pacto o testamento data desde la muerte del Redentor. En armonía con la predicción de Jeremías, comenzó con solamente los hebreos, y se limitó exclusivamente a ellos hasta la expiración de la septuagésima semana. Entonces los gentiles fueron admitidos a una plena participación con los hebreos en sus bendiciones, no siendo más extranjeros y advenedizos, sino conciudadanos de los santos.61 Corintios 11:25; Jeremías 31:31-34; Hebreos 8:8, 12; Daniel 9:27; Efesios 2:11-22. Dios entró en un pacto esta vez con su pueblo como individuos y no como nación. Las promesas del pacto abarcan dos puntos de gran interés: (1) Que Dios pondrá su ley en los corazones de la gente. (2) Que él perdonará sus pecados. Estas promesas hechas seiscientos años antes del nacimiento de Cristo, no dejan lugar a dudas acerca de qué significaba la ley de Dios. Era la ley de Dios entonces en existencia que debía ponerse en el corazón de cada santo del nuevo pacto. El nuevo pacto, entonces, está basado en la perpetuidad de la ley de Dios; no anula esa ley, pero elimina el pecado, la transgresión de la ley, del corazón, y pone la ley de Dios en su lugar.7Mateo 5:17-19; 1 Juan 3:4, 5; Romanos 4:15. La perpetuidad de cada precepto de la ley moral se encuentra, por lo tanto, en el mismo fundamento del nuevo pacto.HSPDS 102.1

    2) Como el primer pacto tenía un santuario, y dentro del santuario un arca que contenía la ley de Dios en diez mandamientos,8Hebreos 9:1-7; Éxodo 25:1-121; Deuteronomio 10:4, 5; 1 Reyes 8:9. y también tenía un sacerdocio para ministrar delante de ese arca, para expiar los pecados de los hombres,9Hebreos 7 a 10; Levítico 16. y lo mismo sucede con el nuevo pacto. En lugar del tabernáculo erigido por Moisés como el modelo del verdadero, el nuevo pacto tiene el tabernáculo más grande y más perfecto, que el Señor levantó y no el hombre, el templo de Dios en el Cielo.10Hebreos 8:1-5; 9:23, 24. Así como en el gran punto central en el santuario terrenal donde el arca contenía la ley que el hombre había quebrantado, ocurre con el santuario. “El templo de Dios fue abierto en el cielo, y el Arca de su pacto se dejó ver en el templo”.11Apocalipsis 11:19. Nuestro Señor Jesucristo como el gran Sumo Sacerdote presenta su propia sangre delante del arca del pacto de Dios en el templo en el cielo. Respecto del objeto delante del cual ministra, nótense los siguientes puntos:HSPDS 102.2

    1) El arca en el templo celestial no está vacía; contiene el pacto de Dios; y de aquí que es el gran centro del santuario arriba, como el arca del pacto de Dios era el centro del santuario terrenal.12Éxodo 25:21, 22.HSPDS 102.3

    2) La muerte del Redentor por los pecados de los hombres, y su obra como Sumo Sacerdote delante del arca en el Cielo, tienen una referencia directa al hecho de que dentro del arca está la ley que la humanidad ha quebrantado.HSPDS 102.4

    3) Así como la expiación y el sacerdocio de Cristo tienen referencia a la ley dentro del arca ante la cual él ministra, se sigue que su ley existió y fue transgredida antes de que el Salvador descendiera para morir por los hombres.HSPDS 103.1

    4) Y por lo tanto, la ley contenida en el arca arriba no es la ley que se originó en el Nuevo Testamento; porque necesariamente existió mucho antes que ella.HSPDS 103.2

    5) Si, por lo tanto, Dios ha revelado esta ley a la humanidad, esta revelación debe buscarse en el Antiguo Testamento. Porque mientras el Nuevo Testamento se refiere muchas veces a la ley que hizo que el Salvador depusiera su vida por los hombres pecaminosos y aún citara de ella, nunca publicó una segunda edición, porque nos cita del Antiguo Testamento como el código original.1313. Romanos 3:19-31; 5:8-21; 8:3, 4; 13:8-10; Gálatas 3:13, 14, Efesios 6:2, 3; Santiago 2:8-12; 1 Juan 3:4, 5.HSPDS 103.3

    6) Se sigue, por lo tanto, que esta ley es revelada, y que esta revelación se ha de encontrar en el Antiguo Testamento.HSPDS 103.4

    7) En ese volumen se encontrará: (1) el descenso del Santo sobre el monte Sinaí; (2) la proclamación de su ley en diez mandamientos; (3) los diez mandamientos escritos por el dedo de Dios sobre dos tablas de piedra; (4) estas tablas fueron puestas debajo del propiciatorio en el arca del santuario terrenal.14Éxodo 19; 20; 24:12; 31:18; Deuteronomio 10.HSPDS 103.5

    8) Que esta notable ley del Antiguo Testamento que fue encerrada en el arca del santuario terrenal era idéntica con la del arca en el cielo, puede probarse así:HSPDS 103.6

    1. el propiciatorio que fue puesto por encima de los diez mandamientos era el lugar desde donde se podía esperar el perdón, el gran punto central en la obra de la expiación;15Levítico 16.HSPDS 103.7

    2. la ley debajo del propiciatorio era la que hizo que la obra de la expiación fuera necesaria;HSPDS 103.8

    3. no había expiación que pudiera quitar el pecado; era solo una expiación típica o una sombra de ella;HSPDS 103.9

    4. pero había pecado real, y por ello una ley real que el hombre había quebrantado;HSPDS 103.10

    5. por lo tanto debe haber una expiación que pueda eliminar los pecados; y que esa expiación verdadera debe corresponder a la ley que había sido quebrantada, y respecto de la cual la expiación había sido una sombra.16Romanos 3:19-31; 1 Juan 3:4, 5.HSPDS 103.11

    6. Los diez mandamientos están así presentados en el Antiguo Testamento como esa ley que demandaba una expiación; mientras el hecho se mantiene a la vista de que aquellos sacrificios allí provistos no servían para eliminar los pecados.17Salmos 40:6-8; Hebreos 10.HSPDS 103.12

    7. Pero la muerte de Jesús como el antitipo de aquellos sacrificios, tenía el propósito de realizar precisamente aquello de lo cual eran la sombra pero que no podían lograr, es decir, hacer la expiación por la transgresión de aquella ley que fue puesta en el arca debajo del propiciatorio.18Hebreos 9; 10.HSPDS 103.13

    Somos llevados a la conclusión de que la ley de Dios contenida en el arca en el Cielo es idéntica a la ley que estaba contenida en el arca sobre la tierra; y que ambas son idénticas a la ley que el nuevo pacto pone en el corazón de cada creyente.19Jeremías 31:33; Romanos 8:3,4; 2 Corintios 3:3. Por lo tanto, el Antiguo Testamento nos da la ley de Dios y la pronuncia perfecta; también provee una expiación típica, pero la pronuncia inadecuada para eliminar los pecados.20Salmos 19:7; Santiago 1:25; Salmo 40. Por ello lo que se necesitaba no era una nueva edición de la ley de Dios; porque aquella que ya había sido dada era perfecta; sino la expiación verdadera para quitar los pecados del transgresor. Así el Nuevo Testamento responde precisamente a esta necesidad, proveyendo una expiación real en la muerte y la intercesión del Redentor, pero no dando una nueva edición de la ley de Dios,21Romanos 5. aunque no deja de dirigirnos al código perfecto dado mucho tiempo antes. Pero aunque el Nuevo Testamento no da una nueva edición de la ley de Dios, muestra que la dispensación cristiana tiene el gran original de la ley en el santuario en el Cielo.HSPDS 104.1

    9) Hemos visto que el nuevo pacto pone la ley de Dios en el corazón de cada creyente, y que el original de esa ley está preservado en el templo en el Cielo. Que toda la humanidad es responsable ante la ley de Dios, y que siempre lo ha sido, se ve claramente en la epístola de Pablo a los Romanos. En el primer capítulo, él rastrea el origen de la idolatría a la apostasía voluntaria de los gentiles, que ocurrió pronto después del diluvio. En el segundo capítulo, él muestra que aunque Dios los abandonó a sus propios caminos, y como consecuencia los dejó sin su ley escrita, no obstante no quedaron en oscuridad total; porque ellos tenían por naturaleza la obra de la ley escrita en sus corazones; y aunque esa luz era débil, su salvación quedaría asegurada si vivían a la altura de ella, o su ruina completada pecando contra ella. En el tercer capítulo, él muestra qué ventaja tuvo la familia de Abrahán al ser tomada como la herencia de Dios, mientras todas las otras naciones quedaban liberadas a sus propios caminos. Fueron los oráculos de Dios, la ley escrita, que les fueron dados además de la obra de la ley escrita en sus corazones, lo que tenían por naturaleza en común con los gentiles. Él entonces muestra que ellos no eran mejores que los gentiles, porque ambas clases eran transgresores de la ley. Esto lo demuestra con citas del Antiguo Testamento. Luego él muestra que la ley de Dios tiene jurisdicción sobre toda la humanidad:HSPDS 104.2

    “Pero sabemos que todo lo que la Ley dice, lo dice a los que están bajo la Ley, para que toda boca se cierra y todo el mundo quede bajo el juicio de Dios”.22Romanos 3:19.HSPDS 104.3

    Luego él muestra que la ley no puede salvar al culpable, pero debe condenarlo, y eso, con justicia. Después, él revela el gran hecho de que la redención por medio de la muerte de Jesús es el único medio por el cual Dios puede justificar a los que buscan el perdón, y al mismo tiempo permanecer él mismo justo. Y finalmente, exclama:HSPDS 104.4

    “Luego, ¿por la fe invalidamos la Ley? ¡De ninguna manera! Más bien, confirmamos la Ley.23Romanos 3:31.HSPDS 105.1

    Se sigue, por lo tanto, (1) que la Ley de Dios no está abolida; (2) que la sentencia de condenación que se pronuncia sobre los culpables es tan extensa como es la oferta del perdón por medio del evangelio; (3) que su obra existe en los corazones de los hombres por naturaleza; de lo cual podemos concluir que el hombre en su inocencia la poseía en perfección, como se prueba además por el hecho de que el nuevo pacto, después de liberar a los hombres de la condenación de la ley de Dios, pone la ley perfectamente en sus corazones. De todo esto se sigue que la ley de Dios es la gran norma por la cual se muestra el pecado,24Romanos 3:20; 1 Juan 3:4, 5; 2:1, 2. y de allí es la regla de la vida, por la que toda la humanidad, tanto judíos como gentiles, debía caminar.HSPDS 105.2

    Que la iglesia en la presente dispensación es realmente una continuación de la antigua iglesia hebrea, se muestra con la ilustración del buen olivo. Esa antigua iglesia era el olivo de Dios, y ese olivo nunca fue destruido.25Jeremías 11:16; Romanos 11:17-24. Por causa de la incredulidad, algunas de sus ramas fueron quebradas; pero la proclamación del evangelio a los gentiles no creó un nuevo árbol de olivo; sólo injertó en el buen árbol de olivo a los gentiles que creyeron; dándoles un lugar entre las ramas originales, para que junto con ellos puedan participar de su raíz y su abundancia. Este olivo debe provenir desde el llamado de Abrahán después de la apostasía de los gentiles; su tronco representa a los patriarcas, comenzando con el padre de los fieles;26Romanos 4:16-18; Gálatas 3:7-9. sus ramas, el pueblo hebreo. El injerto del olivo silvestre en lugar de aquellas ramas que fueron quebradas, representa la admisión de los gentiles a iguales privilegios como los hebreos después de la expiración de las setenta semanas. La iglesia del Antiguo Testamento, el árbol de olivo original, era un reino de sacerdotes y una nación santa; la iglesia del Nuevo Testamento, el olivo después del injerto de los gentiles, es descrito en los mismos términos.27Éxodo 19:5, 6; 1 Pedro 2:9, 10.HSPDS 105.3

    Cuando Dios abandonó a los gentiles a la apostasía antes del llamado a Abrahán, él confundió sus lenguas, para que no se pudieran entender entre sí, y así los esparció sobre la faz de la tierra. Frente a esto está el don de lenguas en el día de Pentecostés, en preparación para llamar a los gentiles, y a su injerto en el buen olivo.28Génesis 11:1-9; Hechos 2:1-11.HSPDS 105.4

    Hemos seguido el sábado hasta el llamado de los gentiles, y los eventos que iniciaron la dispensación del evangelio. Encontramos la ley de Dios, de la cual el sábado es una parte, que es lo que hacía necesaria la muerte de nuestro Señor como un sacrificio expiatorio; y que el gran original está en el arca arriba, delante del cual nuestro Señor ministra como sumo sacerdote, mientras una copia de esa ley está escrita en el corazón de cada creyente por el nuevo pacto. Se ve, por lo tanto, que la ley de Dios está conectada más íntimamente con el pueblo de Dios desde la muerte del Redentor que antes de ese evento.HSPDS 105.5

    Que la iglesia apostólica consideró sagradamente el sábado, así como todos los otros preceptos de la ley moral, no admite dudas. El hecho está probado, no meramente porque los primeros cristianos no fueron acusados de su violación por sus enemigos más inveterados; ni totalmente por el hecho de que consideraban pecado la transgresión de la ley, y que la ley era la gran norma por la cual se muestra el pecado, y que por la cual el pecado llega a ser sumamente pecaminoso.29Romanos 7:12, 13. Estos puntos ciertamente son evidencia decisiva de que la iglesia apostólica guardó el cuarto mandamiento. El testimonio de Santiago en relación con los diez mandamientos, de que el que viola uno de ellos llega a ser culpable de todos, es una evidencia sólida más de que la iglesia primitiva consideró sagrada toda la ley de Dios.30Santiago 2:8-12. Pero además de estos hechos, tenemos la garantía peculiar de que el sábado del Señor no fue olvidado por la iglesia apostólica. La oración que nuestro Señor enseñó a sus discípulos, de que su huida de Judea no debía ser en sábado tenía, como hemos visto, el propósito de impresionar su carácter sagrado profundamente en sus mentes, y no podría sino haber logrado ese resultado.31Ver el capítulo 10. El primero de estos es como sigue:HSPDS 106.1

    “Ellos, pasando de Perge, llegaron a Antioquía de Pisidia; y entraron en la sinagoga un sábado y se sentaron”.32Hechos 13:14.HSPDS 106.2

    Por invitación de los dirigentes de la sinagoga, Pablo presentó un largo discurso, probando que Jesús era el Cristo. En el transcurso de sus observaciones, él usó el siguiente lenguaje:HSPDS 106.3

    “Porque los habitantes de Jerusalén y sus gobernantes, que no conocían a Jesús ni las palabras de los profetas que se leen todos los sábados, las cumplieron al condenarlo”.33Versículo 27.HSPDS 106.4

    Cuando concluyó el discurso de Pablo, leemos:HSPDS 106.5

    “Cuando salieron ellos de la sinagoga de los judíos, los gentiles les rogaron que el siguiente sábado les hablaran de estas cosas.34El Dr. Bloomfield tiene la siguiente nota sobre este texto: “Muchos comentadores suponen que las palabras, εἰς τὸ μεταξὺ σαββ [el sabado siguiente], significan ‘en algún día intermedio de la semana’. Pero eso lo refuta el versículo 44, y sin duda, el sentido expresado en nuestras versiones comunes es el verdadero. Los mejores comentadores recientes lo adoptan, y está confirmado por las versiones antiguas”. El Testamento griego con notas en inglés, tomo i, p. 521. Y el Prof. Hacket tiene una nota similar. Comentario sobre Hechos, p. 233. Y despedida la congregación, muchos de los judíos y de los prosélitos piadosos siguieron a Pablo y a Bernabé, quienes hablándoles los persuadieron a que perseveraran en la gracia de Dios. El siguiente sábado se juntó casi toda la ciudad para oír la palabra de Dios”.35Hechos 13:42-44.HSPDS 106.6

    Estos textos muestran, (1) Que con el término sábado en el libro de los Hechos se quiere decir ese día en el que el pueblo judío se reunía en la sinagoga para escuchar las voces de los profetas. (2) Que como este discurso fue presentado catorce años después de la resurrección de Cristo, y el registro que hizo Lucas ocurrió unos treinta años después de ese evento, se sigue que el supuesto cambio del sábado en la resurrección de Cristo no había llegado, aun después de muchos años, al conocimiento, ya sea de Lucas o de Pablo. (3) Que hubo una notable oportunidad de mencionar el cambio del sábado, si hubiera sido cierto que el sábado había sido cambiado en honor de la resurrección de Cristo. Porque cuando se le pidió a Pablo que predicara las mismas palabras el sábado siguiente, él podría haber respondido que el día siguiente era ahora el día apropiado para el culto divino. Y Lucas, al registrar este incidente, no podría haber evitado la mención de este nuevo día, si hubiera sido cierto que otro día había llegado a ser el sábado del Señor. (4) Que como esta segunda reunión estaba compuesta casi totalmente por gentiles, no puede decirse en este caso que Pablo predicaba en sábado por consideración a los judíos. Por lo contrario, la narración indica con fuerza la consideración de Pablo por el sábado como el día apropiado para el culto divino. (5) Ni puede negarse que el sábado fue bien comprendido por los gentiles en esta ciudad, y que ellos tenían consideración por él hasta cierto punto, un hecho que será corroborado con otros textos.HSPDS 107.1

    Varios años después de estas cosas, los apóstoles se reunieron en Jerusalén para considerar el tema de la circuncisión.36Hechos 15. “Entonces algunos que venían de Judea”, encontrando que los gentiles no estaban circuncidados, enseñaban que “si no os circuncidáis conforme al rito de Moisés no podéis ser salvos”. Si hubieran encontrado a los gentiles descuidando el sábado, sin duda esto habría demandado primero su reprensión. En realidad es digno de notar que ninguna disputa en este tiempo existía en la iglesia relacionado con la observancia del sábado; porque ninguno fue presentado ante esta asamblea apostólica. Pero si hubiera sido cierto que se defendía entonces el cambio del sábado, o que Pablo había enseñado a los gentiles a descuidar el sábado, sin duda aquellos que habían iniciado el tema de la circuncisión habrían demandado el del sábado, sin duda con aún mayor fervor. Que la ley de Moisés, la observancia de la cual estaba en discusión en esta asamblea, no eran los diez mandamientos, es evidente por varios hechos decisivos.HSPDS 107.2

    1) Por cuanto Pedro llama el código bajo consideración un yugo que ni sus padres ni ellos mismos eran capaces de llevar. Pero Santiago llama esa ley expresamente la ley suprema, que, según él mismo muestra, incluye los diez mandamientos, una ley de libertad.HSPDS 107.3

    2) Porque esta asamblea decidió en contra de la autoridad de la ley de Moisés; pero Santiago, quien era miembro de este cuerpo, algunos años más tarde solemnemente ordena la obediencia a los mandamientos, afirmando que el que viola uno era culpable de todos.37Hechos 15:10, 28, 29; Santiago 2:8-12.HSPDS 107.4

    3) Porque la característica principal de la ley de Moisés aquí presentada era la circuncisión.38Hechos 15:1, 5. Pero la circuncisión no está en los diez mandamientos; y si fuera cierto que la ley de Moisés incluye estos mandamientos, la circuncisión no sería, en ese caso, la característica principal de esa ley.HSPDS 108.1

    4) Finalmente, porque los preceptos declarados como todavía obligatorios tampoco son ninguno de los diez mandamientos. Estos eran, primero, la prohibición de comer carne ofrecida a los ídolos; segundo, sangre; tercero, cosas estranguladas; y cuarta, fornicación.39Hechos 15:29; 21:25. Cada uno de estos preceptos pueden encontrarse a menudo en los libros de Moisés,40Éxodo 34:15, 16; Números 25:2; Levítico 17:13, 14; Génesis 9:4; Levítico 3:17; Génesis 34; Levítico 19:29. y el primero y el último están bajo el segundo y el séptimo mandamientos respectivamente; pero ninguno de ellos cubre sino una parte de aquello que está prohibido en ambos mandamientos. Por lo tanto, es evidente que la autoridad de los diez mandamientos no estaba bajo la consideración en esta asamblea, y que la decisión de esa asamblea no tenía relación con estos preceptos. Porque de otra manera, los apóstoles liberaron a los gentiles de todas las obligaciones de ocho de los diez mandamientos, y de las prohibiciones mayores contenidas en los otros dos.HSPDS 108.2

    Es evidente que yerran grandemente aquellos que representan a los gentiles liberados de la obligación del sábado por esta asamblea. La pregunta no vino delante de los apóstoles en esta ocasión; una prueba firme de que a los gentiles no se les había enseñado a descuidar el sábado, como tenían que omitir la circuncisión, que fue el motivo de ser llevado delante de los apóstoles en Jerusalén. Pero el sábado fue referido a esta misma asamblea como una institución existente, y eso, también, en conexión con los cristianos gentiles. De este modo, cuando Santiago pronunció sentencia sobre la pregunta, él usó el siguiente lenguaje:HSPDS 108.3

    “Por lo cual yo juzgo que no se inquiete a los gentiles que se convierten a Dios, sino que se les escriba que se aparten de las contaminaciones de los ídolos, de fornicación, de ahogado y de sangre, porque Moisés desde tiempos antiguos tiene en cada ciudad quien lo predique en las sinagogas, donde es leído cada sábado”.41Hechos 15:19-21.HSPDS 108.4

    Santiago da este último hecho como una razón para el curso propuesto hacia los hermanos entre los gentiles. “Porque Moisés desde tiempos antiguos tiene en cada ciudad quien lo predique en las sinagogas, donde es leído cada sábado”. De esto resulta aparente que la antigua costumbre del culto divino en sábado, no solo fue conservada por el pueblo judío, sino fue llevado con ellos a cada ciudad de los gentiles, y que los cristianos gentiles asistían a esas reuniones. De otro modo la razón ofrecida por Santiago perdía toda su fuerza, al no tener aplicación a este caso. Que ellos asistían a ellas testifica que el sábado era el día del culto divino en las iglesias gentiles.HSPDS 108.5

    Que el antiguo sábado de Jehová no había sido abrogado ni cambiado antes de esta reunión de los apóstoles, es claramente atestiguado por la naturaleza de la disputa aquí resuelta. Y la atención de su asamblea consideró al sábado bíblico como todavía sagradamente entronizado dentro de la ciudadela del cuarto mandamiento. Después de esto, en una visión de la noche, Pablo fue llamado a visitar Macedonia. En obediencia a este llamado fue a Filipos, que es la principal ciudad de esa parte de Macedonia. Lucas registra así la visita:HSPDS 108.6

    “Estuvimos en aquella ciudad algunos días. Un sábado salimos fuera de la puerta, junto al río, donde solía hacerse la oración. No sentamos y hablamos a las mujeres que se habían reunido. Entonces una mujer llamada Lidia, vendedora de púrpura, de la ciudad de Tiatira, que adoraba a Dios, estaba oyendo. El Señor le abrió el corazón para que estuviera atenta a los que Pablo decía”.42Hechos 16:12-14.HSPDS 109.1

    Esta no parece haber sido una reunión de judíos, sino de gentiles, que, como Cornelio, adoraban al verdadero Dios. Así se observa que la iglesia de los Filipenses se originó con una asamblea piadosa de gentiles observadores del sábado. Y es probable que Lidia y los empleados en su negocio, quienes evidentemente eran observadores del sábado, fueron los medios de introducir el evangelio en su propia ciudad de Tiatira.HSPDS 109.2

    “Pasando por Anfípolis y Apolonia llegaron a Tesalónica, donde había una sinagoga de los judíos. Como acostumbraba,43La costumbre de Pablo está ejemplificada en los siguientes textos, en todos los cuales aparece que la reunión en cuestión era en sábado. Hechos 13:5; 14:1; 17:10, 17; 8:19; 19:8. fue a ellos, y por tres sábados discutió con ellos, declarando y exponiendo por medio de las Escrituras… algunos de ellos creyeron y se juntaron con Pablo y con Silas; asimismo un gran número de griegos piadosos, y mujeres nobles no pocas”.44Hechos 17:1-4.HSPDS 109.3

    Ese fue el origen de la iglesia de Tesalónica. Que era una asamblea de observadores del sábado en su comienzo no admite dudas. Porque además de los pocos judíos que recibieron el evangelio por medio de las labores de Pablo, había una gran multitud de griegos devotos; es decir, de griegos que se habían unido a los judíos en la adoración de Dios en sábado. Tenemos una prueba sólida del hecho de que siguieron observando el sábado después de recibir el evangelio en las siguientes palabras de Pablo dirigidas a ellos como una iglesia de Cristo:HSPDS 109.4

    “Vosotros, hermanos, vinisteis a ser imitadores de las iglesias de Dios en Cristo Jesús que están en Judea”.451 Tesalonicenses 2:14.HSPDS 109.5

    Las iglesias en Judea, como hemos visto, eran observadoras del sábado del Señor. Los primeros conversos tesalonicenses, antes de recibir el evangelio, eran observadores del sábado y cuando llegaron a ser una iglesia cristiana adoptaron las iglesias de Judea como sus ejemplos apropiados. Y esta iglesia fue un ejemplo que adoptaron las iglesias de Macedonia y Acaya. En este número se incluyeron las iglesias de Filipos y de Corinto. Así escribe Pablo:HSPDS 109.6

    “Vosotros vinisteis a ser imitadores nuestros y del Señor, recibiendo la palabra en medio de gran tribulación, con el gozo que da el Espíritu Santo. De esta manera habéis sido ejemplo a todos los creyentes de Macedonia y de Acaya, porque partiendo de vosotros, ha sido divulgada la palabra del Señor; y no solo en Macedonia y Acaya, sino que también en todo lugar vuestra fe en Dios se ha extendido”.461 Tesalonicenses 1:6-8.HSPDS 110.1

    Después de estas cosas, Pablo vino a Corinto. Aquí, encontró por primera vez a Aquila y Priscila.HSPDS 110.2

    “Y, como era del mismo oficio, se quedó con ellos y trabajaban juntos, pues el oficio de ellos era hacer tiendas. Y discutía en la sinagoga todos los sábados, y persuadía a judíos y a griegos”.47Hechos 18:3, 4.HSPDS 110.3

    En este lugar también Pablo encontró gentiles como también judíos que asistían a la adoración de Dios en sábado. Los primeros miembros de la iglesia de Corinto eran por lo tanto observadores del sábado cuando recibieron el evangelio; y, como hemos visto, adoptaron como su modelo la iglesia observadora del sábado de Tesalónica, que a su vez, seguía el ejemplo de las iglesias de Judea.HSPDS 110.4

    Las primeras iglesias fueron fundadas en la tierra de Judea. Todos sus miembros habían estado familiarizados desde su niñez con la ley de Dios, y entendían bien el precepto: “Acuérdate del sábado para santificarlo”. Además de este precepto, todas estas iglesias tenían un recuerdo peculiar del sábado. Ellos sabían por nuestro Señor mismo que el tiempo llegaría cuando tendrían todos que huir repentinamente de esa tierra. Y en vista de ese hecho, estaban orando para que el momento de su huida repentina no ocurriera en sábado; una oración que tenía el propósito, como hemos visto, de conservar el carácter sagrado del sábado. Que las iglesias en Judea estaban compuestas por miembros observadores del sábado, por lo tanto no admite dudas.HSPDS 110.5

    De las iglesias fundadas fuera de la tierra de Judea, cuyo origen se da en el libro de los Hechos, casi todas comenzaron con conversos judíos. Estos eran observadores del sábado cuando recibieron el evangelio. Entre ellos, fueron injertados los conversos gentiles. Y es digno de notar que en un gran números de casos, a aquellos gentiles se los llama “griegos devotos”, “prosélitos piadosos”, personas que “adoraban a Dios”, que temían a Dios, y que “oraban siempre a Dios”.48Hechos 10:2, 4, 7, 30-35; 13:43; 14:1; 16:13-15; 17:4, 10-12. Estos gentiles, en el momento o de su conversión al evangelio, eran, como hemos visto, adoradores de Dios en sábado junto con el pueblo judío. Cuando Santiago propuso el tipo de carta que debían dirigir los apóstoles a los conversos gentiles, él dio como la razón de su adopción, la fuerza de lo cual podemos ahora apreciar: “Porque Moisés”, dijo él, “desde tiempos antiguos tiene en cada ciudad quien lo predique en las sinagogas, donde es leído cada sábado”. El carácter sabatario de las iglesias apostólicas se muestra así claramente.HSPDS 110.6

    En una carta dirigida a los Corintios, unos cinco años después de que recibieran el evangelio, se supone que Pablo contribuyó un quinto pilar al templo del primer día. Él escribió esto:HSPDS 111.1

    “En cuanto a la ofrenda para los santos, haced vosotros también de la manera que ordené en las iglesias de Galacia. Cada primer día de la semana, cada uno de vosotros ponga aparte algo, según haya prosperado, guardándolo, para que cuando yo llegue no se recojan entonces ofrendas”.491 Corintios 16:1, 2.HSPDS 111.2

    A partir de este texto se argumenta en favor del sábado en el primer día, (1) Que se recogía la ofrenda en público. (2) Que por ello el primer día de la semana era el día de adoración pública en las iglesias de Corinto y Galacia. (3) Y por lo tanto, que el sábado había sido cambiado a ese día. Así el cambio del sábado se infiere de las asambleas públicas para el culto divino en el primer día en Corinto y en Galacia; y la existencia de esas asambleas en ese día se infiere de las palabras de Pablo: en el “primer día de la semana, cada uno de vosotros ponga aparte algo”.HSPDS 111.3

    ¿Qué es lo que ordenan estas palabras? Pero se puede dar una respuesta inversa: Ellas ordenan precisamente lo inverso de una recolección pública. Cada uno debía poner aparte por sí mismo algo cada primer día de la semana, de acuerdo a cómo Dios lo había prosperado, para que cuando Pablo llegara, ellos tuvieran una abundancia lista. El Sr. J. W. Morton, misionero presbiteriano a Haití, ya fallecido, da el siguiente testimonio:HSPDS 111.4

    “Toda la cuestión gira sobre el sentido de la expresión ‘cada uno de vosotros’; y me maravilla mucho cómo puede usted imaginarse que significa ‘en el recipiente de las ofrendas en la congregación’. Greenfield, en su Léxico, traduce el término griego ‘por sí mismo, es decir, en casa’. Dos versiones latinas, la Vulgata y la de Castellio, lo traducen, ‘apud se’, con uno mismo; en casa. Tres traducciones Francesas, las de Martin, Osterwald, y De Sacy, ‘chez soi’, en su propia casa, en casa. La alemana de Lutero, ‘bei sich selbst, por sí solo, en casa. La holandesa, ‘by hemselven’, igual que en alemán. La Italiana de Diodati, ‘appresso di se’, en su propia presencia; en casa. La española de Felipe Scio, ‘en su casa’. La portuguesa de Ferreira, ‘em casa’, consigo mismo. La sueca, ‘nær sig self’, cerca de sí mismo”.50Vindicación del Verdadero Sábado, Battle Creek, ed., pp. 51, 52.HSPDS 111.5

    El Dr. Bloomfield comenta así sobre el original: “par eautw, ‘por él’. Francés, chez lui, ‘en casa’”.51Testamento Griego con notas en Inglés, t. 2, p. 173.HSPDS 111.6

    La Biblia de Douay dice: “Que cada uno de vosotros ponga aparte por sí mismo”. El Sr. Sawyer lo traduce así: “Que cada uno ponga aparte por sí mismo”. La versión latina de Theodoro Beza dice: “Apud se”, es decir, en casa. La versión Siriaca dice: “Que cada uno ponga aparte y conserve en casa”.HSPDS 111.7

    Es cierto que un escritor eminente del primer día, Justin Edwards, D.D., en un esfuerzo elaborado para probar el cambio del sábado, presenta este texto para mostrar que el domingo era el día de adoración religiosa en la iglesia temprana. Así él dice:HSPDS 111.8

    “Este acto de dejar de lado no sucedia EN CASA, porque no impediría que la recolección se realizara cuando llegara Pablo”.52Manual del Sábado, de la Sociedad Norteamericana de Tratados, p. 116.HSPDS 112.1

    Este es el lenguaje utilizado por un teólogo sobre quien ha caído la difícil tarea de probar el cambio del sábado, por la autoridad de las Escrituras. Pero en sus Notas sobre el Nuevo Testamento, en las cuales se siente libre para decir la verdad, claramente contradice sus propias palabras citadas anteriormente. Comenta lo siguiente sobre el mismo texto:HSPDS 112.2

    “Ponerlo en depósito, EN CASA. Para que no haya recolección; para que los dones puedan estar listos cuando el apóstol viniera”.53Testamento de la familia, de la Sociedad Norteamericana de Tratados, p. 286.HSPDS 112.3

    Así aún el Dr. Edwards confiesa que la idea de una colecta pública no se encuentra en este pasaje. Por el contrario, parece que cada individuo, en obediencia a este precepto, al iniciar cada nueva semana, se encontrara EN CASA poniendo a un lado algo para la causa de Dios, de acuerdo como sus asuntos mundanos se lo permitan. El cambio del sábado, como prueba este texto, descansa totalmente sobre la idea que el Dr. Edwards confiesa no se encuentra en él. Hemos visto que la iglesia de Corinto era una iglesia observadora del sábado. Es evidente que el cambio del sábado nunca pudo haber sido sugerido a ellos por este texto.HSPDS 112.4

    Este es el único pasaje bíblico en el cual Pablo siquiera menciona el primer día de la semana. Fue escrito casi treinta años después del supuesto cambio del sábado. No obstante, Pablo omite todo título de santidad, sencillamente lo nombra como el primer día de la semana; un nombre que le correspondía como uno de los “seis días de trabajo”.54Ezequiel 46:1. También es digno de notar que este es el único precepto en la Biblia en el cual ni siquiera se nombra al primer día; y que este precepto no dice nada en relación con el carácter sagrado del día al que corresponde; aún el deber que ordena es más apropiado para un día secular en lugar de un sagrado.HSPDS 112.5

    Poco después de escribir su primera epístola a los Corintios, Pablo visitó Troas. En el registro de esta visita aparece el último caso en el que se menciona el primer día de la semana en el Nuevo Testamento:HSPDS 112.6

    “Y nosotros, pasados los días de los Panes sin levadura, zarpamos de Filipos y en cinco días nos reunimos con ellos en Troas,55El Prof. Hacket observa acerca de este viaje: “El pasaje acerca del primer viaje del apóstol a Europa ocupó solo dos días; ver el capítulo 16:11. Vientos adversos o calma podrían ser culpables, en cualquier estación del año, de ocasionar esta variación”. Comentario sobre Hechos, p. 329. Esto muestra cuán poca base hay para pretender que Pablo quebrantó el sábado en este viaje. Hay suficiente tiempo para llegar a Troas antes del sábado cuando comenzó en Filipos, si no lo hubieran estorbado causas providenciales. donde nos quedamos siete días. El primer día de la semana, reunidos los discípulos para partir el pan, Pablo que tenía que salir al día siguiente, les enseñaba, y alargó el discurso hasta la medianoche. Había muchas lámparas en el aposento alto donde se hallaban reunidos. Un joven llamado Eutico estaba sentado en la ventana, y rendido de un sueño profundo por cuanto Pablo disertaba largamente, vencido del sueño cayó del tercer piso abajo, y fue levantado muerto. Entonces descendió Pablo y se echó sobre él, y abrazándolo, dijo: No os alarméis, pues está vivo. Después de haber subido, partió el pan, lo comió y siguió hablando hasta el alba; y luego se fue. Llevaron vivo al joven, y fueron grandemente consolados. Nosotros, adelantándonos a embarcarnos, navegamos a Asón para recoger allí a Pablo, ya que así lo había determinado, queriendo él ir por tierra”.56Hechos 20:6-13.HSPDS 112.7

    Se supone que este pasaje bíblico provee el sexto pilar para el templo del primer día. El argumento puede ponerse concisamente de este modo: este testimonio muestra que el primer día de la semana fue designado por la iglesia apostólica para reuniones para comer el pan en honor de la resurrección de Cristo en ese día; de lo cual es razonable concluir que este día había llegado a ser el sábado cristiano.HSPDS 113.1

    Si esta proposición pudiera establecerse como una verdad indubitable, el cambio del sábado seguiría como una conclusión necesaria; hasta sería la única conjetura plausible. Los siguientes hechos nos ayudarán a juzgar la veracidad de este argumento en favor del cambio del sábado.HSPDS 113.2

    1) Que este es el único caso de una reunión religiosa en el primer día de la semana registrado en el Nuevo Testamento.HSPDS 113.3

    2) Que no se puede enfatizar la expresión “reunidos los discípulos”, para demostrar que las reuniones con el propósito de partir el pan se tenían en cada primer día de la semana; porque en el original solo hay tres palabras: el participio perfecto pasivo συνηγμένων [sunegménon], “estando reunidos”, y τῶν μαθητῶν [ton matheton], “los discípulos”; el escritor sagrado sencillamente afirma la reunión de los discípulos en esta ocasión.57Así el Prof. Whiting traduce la frase: “Estando reunidos los discípulos”. Y Sawyer dice: “Estando nosotros reunidos”.HSPDS 113.4

    3) Que la ordenanza de quebrar el pan no tenía el propósito de conmemorar la resurrección de Cristo, sino recordar su muerte sobre la cruz.581 Corintios 11:23-26. El acto de partir el pan en el primer día de la semana, no es una conmemoración de la resurrección de Cristo.HSPDS 113.5

    4) Que como el partir el pan conmemora la crucifixión de nuestro Señor, y fue instituido en la noche en que comenzó el día de la crucifixión, en cuya ocasión Jesús mismo y todos los apóstoles estuvieron presentes,59Mateo 26. es evidente que el día de la crucifixión presenta mayores reclamos para la celebración de esta ordenanza que el día de la resurrección.HSPDS 113.6

    5) Pero como nuestro Señor no designó ningún día para esta ordenanza, y como la iglesia apostólica en Jerusalén dejó registrado haberlo celebrado diariamente,60Hechos 2:42-46. es evidentemente presuntuoso alegar el cambio del sábado de un solo caso de su celebración en el primer día de la semana.HSPDS 113.7

    6) Que este caso de partir el pan en el primer día, fue con una referencia evidente a la partida inmediata y final de Pablo.HSPDS 113.8

    7) Porque es un hecho notable que este, el único caso de una reunión religiosa en el primer día registrado en el Nuevo Testamento, fue una reunión nocturna. Esto se prueba con el hecho de que había muchas luces encendidas en esa asamblea, y que Pablo predicó hasta la medianoche.HSPDS 114.1

    8) Y de este hecho se sigue la consecuencia importante de que esta reunión en el primer día fue un sábado de noche.61Este hecho ha sido reconocido por muchos comentadores del primer día. Así el Prof. Hacket comenta sobre este pasaje: “Los judíos contaban el día de tarde a la mañana, y sobre este principio la tarde del primer día de la semana sería nuestro sábado de noche. Si Lucas contaba aquí de ese modo, como muchos comentadores suponen, el apóstol entonces esperaba la conclusión del sábado judío, y tuvo su último culto religioso con los hermanos en Troas, al comienzo del sábado cristiano, o sea, el sábado de noche, y en consecuencia, reanudó su viaje el domingo de mañana.”–Comentario sobre Hechos, pp. 329, 330. Pero él procura proteger el sábado del primer día de su admisión fatal al sugerir que Lucas probablemente contaba el tiempo de acuerdo con el método pagano, ¡en vez de hacerlo por el que está ordenado en las Escrituras!
    Kitto, al notar el hecho de que esta era una reunión nocturna, habla así: “De esta última circunstancia se ha inferido que la reunión comenzó después de la puesta del sol del sábado, a la hora en que había comenzado el primer día de la semana, de acuerdo con la forma judía de contarlos [Antiq. Bibl. de Jahn, sec. 398], lo que difícilmente concuerda con la idea de una conmemoración de la resurrección”. –Cyclopedia of Biblical Literature, art. Día del Señor.
    Y Prynne, cuyo testimonio relacionado con la redención como un argumento para el cambio del sábado ha sido ya citado, afirma este punto: “Como el texto dice que había muchas luces en el aposento alto donde se habían reunido juntos, y que Pablo predicó desde el tiempo en que se reunieron hasta la medianoche, … esta reunión de los discípulos en Troas, y de la predicación de Pablo a ellos, comenzó en la noche. La única duda será qué noche fue… Por mi parte concibo claramente que era un sábado de noche, como lo llamamos falsamente, y no el siguiente domingo de noche… Porque S. Lucas registra que fue en el primer día de la semana cuando fue esta reunión… por lo tanto tiene que ser en sábado, no en nuestro domingo de noche, siendo que el domingo de noche en el informe de S. Lucas y el informe del registro bíblico no fue parte del primero sino del segundo día; el día siempre comienza de tarde y termina a la tarde”.
    Prynne nota la objeción tomada de la frase, “tenía que salir al día siguiente”, como indicando que esta partida no fue en el mismo día de la semana de la reunión nocturna. La sustancia de su respuesta es esta: Si se recuerda el hecho de que los días de la semana son contados de tarde a tarde, los siguientes textos, en los cuales en la noche, se habla de la mañana, mostrarán de inmediato que otro día de la semana no es necesariamente sugerido por la frase en cuestión. 1 Samuel 19:11; Ester 2:14; Sofonías 3:3; Hechos 23:31, 32.–Disert. acerca del sábado del día del Señor, pp. 36-41, 1633.
    Porque los días de la semana se contaban de tarde a tarde, y la tarde es la puesta del sol,62Ver la conclusión del cap. 8. se ve que el primer día de la semana comienza el sábado de tarde a la puesta del sol, y termina a la puesta del sol del domingo. Por lo tanto, una reunión nocturna, en el primer día de la semana, podría solo realizarse el sábado de noche.
    HSPDS 114.2

    9) Pablo por lo tanto predicó hasta la medianoche del sábado de noche –porque los discípulos tuvieron una reunión nocturna al final del sábado, porque él debía partir en la mañana– la que se interrumpió luego por la caída del joven, él bajó y lo sanó, luego subió y estuvo presente en el partimiento del pan; y al amanecer el día, el domingo de mañana, él partió.HSPDS 114.3

    10) De este modo estamos provistos con evidencias concluyentes de que Pablo y sus compañeros reanudaron su viaje a Jerusalén en la mañana del primer día de la semana; ellos tomaron el barco para Asón, y él quiso ir a pie. Este hecho es prueba incidental de la consideración de Pablo por el sábado, en que él esperó hasta que hubiera pasado antes de reanudar su viaje; y es una prueba positiva de que él no sabía nada de lo que en tiempos modernos se llama el sábado cristiano.HSPDS 114.4

    11) Esta narración fue escrita por Lucas por lo menos treinta años después del supuesto cambio del sábado. Es digno de notar que Lucas omite todo título de carácter sagrado, sencillamente designa el día en cuestión como el primer día de la semana. Esto está en armonía admirable con el hecho de que en su evangelio, cuando registraba cada evento que se dice haber cambiado el sábado, él no sólo omite el menor indicio de ese hecho, pero designa el día mismo con su título secular de primer día de la semana, y al mismo tiempo, designa el día previo como el sábado de acuerdo con el mandamiento.63Lucas 23:56; 24:1.HSPDS 115.1

    El mismo año en que Pablo visitó Troas, escribió lo siguiente a la iglesia de Roma:HSPDS 115.2

    “Recibid al débil en la fe, pero no para contender sobre opiniones. Uno cree que se ha de comer de todo; otro, que es débil, solo come legumbres. El que come de todo no menosprecie al que no come, y el que no come no juzgue al que come, porque Dios lo ha recibido. ¿Tú quién eres, que juzgas al criado ajeno? Para su propio señor está en pie, o cae; pero estará firme, porque poderoso es el Señor para hacerlo firme. Uno hace diferencia entre día y día, mientras que otro juzga iguales todos los días. Cada uno esté plenamente convencido de lo que piensa. El que distingue un día de otro, lo hace para el Señor; y el que no distingue el día, para el Señor no lo hace. El que come, para el Señor come, porque da gracias a Dios; y el que no come, para el Señor no come, y también da gracias a Dios”.64Romanos 14:1-6.HSPDS 115.3

    Estas palabras se han citado a menudo para mostrar que la observancia del cuarto mandamiento es ahora un asunto indiferente; cada individuo está en libertad de actuar su voluntad en el asunto. Una doctrina tan extraordinaria debiera ser probada exhaustivamente antes de ser adoptada. Porque como agradó a Dios ordenar el sábado antes de la caída del hombre, y darle un lugar en su código de diez mandamientos, haciéndolo así parte de esa ley con la que se relaciona la gran expiación; y como el Señor Jesús, durante su ministerio, ocupó mucho tiempo en explicar su propósito misericordioso, y cuidó de proveer contra su profanación en la huida de su pueblo de la tierra de Judea, que estaba diez años en el futuro cuando Pablo escribió estas palabras; y como el cuarto mandamiento mismo es reconocido expresamente después de la crucifixión de Cristo; si, bajo estas circunstancias, pudiéramos suponer que fuera consistente con la verdad, que el Altísimo abrogara el sábado, ciertamente podríamos esperar que ese agregado fuera expresado en lenguaje explícito. No obstante, ni el sábado ni el cuarto mandamiento son nombrados aquí. Que en este lenguaje de Pablo no se refiere a ellos, lo mostrarán las siguientes razones:HSPDS 115.4

    1) Tal idea haría que la observancia de uno de los diez mandamientos fuera un asunto indiferente; mientras Santiago muestra que violar uno de ellos es transgredir el todo.65Santiago 2:8-12.HSPDS 115.5

    2) Contradice directamente lo que Pablo había escrito previamente en esta epístola; porque al tratar la ley de los diez mandamientos, él la califica de santa, espiritual, justa y buena; y declara que el pecado –la transgresión de la ley– por el mandamiento llega a ser “EXTREMADAMENTE PECAMINOSO”.66Romanos 7:12, 13; 1 Juan 3:4, 5.HSPDS 115.6

    3) Como Pablo en la misma epístola afirma la perpetuidad de esa ley que hizo que nuestro Señor depusiera su vida por los hombres pecadores;67Romanos 3. la que hemos visto antes que eran los diez mandamientos.HSPDS 116.1

    4) Porque Pablo en este caso no sólo no nombró el sábado y el cuarto mandamiento, pero ciertamente no estaba tratando con la ley moral.HSPDS 116.2

    5) Porque el tema bajo consideración que lo llevó a hablar como lo hace de los días en cuestión era el de comer toda clase de alimentos, o de abstenerse de ciertas cosas.HSPDS 116.3

    6) Porque el cuarto mandamiento no está asociado con preceptos de tal clase, pero exclusivamente con la ley moral.68Éxodo 20.HSPDS 116.4

    7) Porque en la ley ceremonial, asociado con los preceptos con respecto a carnes, había un gran número de festivales, enteramente distintos del sábado de Jehová.69Levítico 23. Estos están específicamente enumerados en Colosenses 2, como ya hemos notado en el capítulo 7, y en la parte final del capítulo 10.HSPDS 116.5

    8) Porque la iglesia de Roma, que comenzó probablemente con aquellos judíos de Roma que estuvieron presentes en el día de Pentecostés, tenía muchos miembros judíos en su comunión, como puede colegirse de la epístola misma;70Hechos 2:1-11; Romanos 2:17; 4:1; 7:1. y por lo tanto estarían profundamente interesados en la decisión de esta cuestión relacionada con la ley ceremonial, y los miembros judíos sintiéndose conscientes de observar sus distinciones, los miembros gentiles no sintiendo tales escrúpulos: de allí el admirable consejo de Pablo resolviendo exactamente el caso de ambas clases.HSPDS 116.6

    9) Tampoco se puede reclamar la expresión “cada día” como prueba decisiva de que el sábado de Jehová está incluido. Cada vez que el sábado fue formalmente entregado a los hebreos, se usaron expresiones similares, aunque solo tenían el propósito de indicar los seis días de trabajo. Así se dijo: “El pueblo saldrá y reunirá cierta cantidad diariamente [cada día]”; y la narración dice: “Lo recogían cada mañana”. No obstante, cuando algunos de ellos fueron para recogerlo en sábado, Dios dijo: “¿Hasta cuándo os negaréis a guardar mis mandamientos y mis leyes?71Éxodo 16:4, 21, 27, 28. Siendo el sábado una gran verdad, claramente declarada y muchas veces repetida, es manifiesto que Pablo, en la expresión “cada día”, habla de los seis días de trabajo, entre los cuales una distinción había existido precisamente en forma coetánea con la que se refería a las carnes; y que él manifiestamente exceptúa ese día que desde el principio Dios había reservado para sí mismo. Así como cuando Pablo cita y aplica a Jesús las palabras de David: “Todas las cosas las sujetó debajo de sus pies”, él añade: “Claramente se exceptúa aquel que sujetó a él todas las cosas”.721 Corintios 15:27; Salmo 8.HSPDS 116.7

    10) Y finalmente, en las palabras de Juan: “Estando yo en el Espíritu en el día del Señor”,73Apocalipsis 1:10. escrito muchos años después de esta epístola de Pablo, tenemos una prueba absoluta de que en la dispensación del evangelio, el Altísimo reclama todavía un día como suyo.74Para mostrar que Pablo consideraba la observancia sabática como peligrosa, Gálatas 4:10 se cita a menudo; a pesar de que las mismas personas alegan que Romanos 14 prueba que es un asunto de perfecta indiferencia; estos no ven que esto hace que Pablo se contradiga a sí mismo. Pero si se lee la conexión del versículo 8 al 11, se verá que los Gálatas antes de su conversión no eran judíos, sino paganos: y que esos días, meses, tiempos y años no son los de la ley levítica, sino los que ellos habían considerado con reverencia supersticiosa mientras eran paganos. Observe el énfasis que pone Pablo sobre la expresión “de nuevo” en el versículo 9. Y cuántos que profesan la religión de Cristo en el día presente consideran supersticiosamente ciertos días como “de suerte” o de “mala suerte”, aunque tales ideas se deriven sólo de distinciones paganas.HSPDS 117.1

    Unos diez años después que se escribió esta epístola, ocurrió la memorable huida de todo el pueblo de Dios que estaba en la tierra de Judea. No fue en invierno; pues ocurrió enseguida después de la fiesta de los tabernáculos, en algún momento de octubre. Y no fue en sábado; porque Josefo, que habla de una repentina retirada del ejército romano después que habían rodeado la ciudad, que fue la señal para la huida que nuestro Señor había prometido a su pueblo, nos cuenta que los judíos salieron apresuradamente de la ciudad en persecución de los romanos en retirada, que fue el momento exacto cuando la orden de nuestro Señor de una huida inmediata llegó a ser imperativa para los discípulos. El historiador no sugiere que los judíos persiguieron a los romanos en sábado, aunque él cuidadosamente nota el hecho de que unos pocos días antes de este evento ellos, en su furia, totalmente olvidaron el sábado y se apresuraron a salir y dar batalla a los romanos en ese día. Estas circunstancias providenciales en la huida de los discípulos haciéndola depender de pedir tal interposición de parte de Dios, es evidente que los discípulos no se olvidaron la oración que el Salvador les enseñó con relación a este evento; y que, como consecuencia, no olvidaron el sábado del Señor. Y de este modo, el Señor Jesús en su tierno cuidado por su pueblo y en su vigilante atención en favor del sábado, mostró que era tanto Señor de su pueblo como Señor del sábado.75Ver el capítulo 10.HSPDS 117.2

    Veintiséis años después de la destrucción de Jerusalén, el libro de Apocalipsis fue entregado al discípulo amado. Éste lleva la siguiente fecha profundamente interesante en cuanto a lugar y tiempo:HSPDS 117.3

    “Yo, Juan, vuestro hermano y compañero en la tribulación, en el reino y en la perseverancia de Jesucristo, estaba en la isla llamada Patmos, por causa de la palabra de Dios y del testimonio de Jesucristo. Estando yo en el Espíritu en el día del Señor oí detrás de mí una gran voz como de trompeta, que decía: ‘Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último. Escribe en un libro lo que ves’”.76Apocalipsis 1:9-11.HSPDS 117.4

    Este libro está fechado en la isla de Patmos, y en el día del Señor. El lugar, el día, y la persona, tienen cada uno existencia real, y no meramente simbólica o mística. De ese modo Juan, casi al final del primer siglo, y mucho después que se escribieron aquellos pasajes que ahora se presentan como pruebas de que no existe distinción de días, muestra que el día del Señor tiene una existencia real, como la tiene la isla de Patmos, o como la tenía el amado discípulo mismo.HSPDS 118.1

    Entonces, ¿qué día es el que se indica con esta designación? Se han dado varias respuestas a esta pregunta. (1) Es la dispensación evangélica. (2) Es el día del Juicio. (3) Es el primer día de la semana. (4) Es el sábado del Señor. La primera respuesta no puede ser la verdadera; porque no sólo le da al día un nombre místico, sino que involucra el absurdo de representar a Juan como escribiendo a los cristianos sesenta y cinco años después de la muerte de Cristo, de que la visión que él acaba de tener, fue vista por él en la dispensación evangélica, como si fuera posible que ellos ignoraran el hecho de que si él había tenido realmente una visión debe haberla tenido en la dispensación existente.HSPDS 118.2

    Ni la segunda respuesta puede ser admitida como la verdad. Porque aunque es cierto que Juan pudo tener una visión CON RESPECTO al día del Juicio, es imposible que él pudiera tener una visión EN el día cuando aquél todavía era futuro. Si no fuera más que un absurdo representar a Juan como fechando su visión en la isla de Patmos, en la dispensación evangélica, llega a ser una falsedad positiva, si se le hace decir que estaba en visión en Patmos en el día del Juicio.HSPDS 118.3

    La tercera respuesta, que el día del Señor es el primer día de la semana, es ahora casi universalmente recibida como una verdad. El texto en examen es traído con un aire de triunfo como completando el templo del carácter sagrado del primer día, y probando más allá de toda duda que ese día es realmente el sábado cristiano. No obstante, como hemos examinado este templo con peculiar cuidado, hemos descubierto que el fundamento sobre el cual descansa es una cosa solo de la imaginación; y que los pilares que lo sostienen existen solo en las mentes de aquellos que adoran en su altar. Está por verse si el domo que se supone que este texto proporciona es más real que los pilares sobre los que descansa.HSPDS 118.4

    Que el primer día de la semana no tiene derecho al título de día del Señor, lo mostrarán los siguientes hechos: (1) Que, como este texto no define el término día del Señor, debemos buscar en otra parte en la Biblia la evidencia que muestre que el primer día tiene derecho a tal designación. (2) Que Mateo, Marcos, Lucas y Pablo, los otros escritores sagrados que mencionan el día, no usan otra designación para él que primer día de la semana, nombre al cual tiene derecho como uno de los seis días de trabajo. No obstante tres de los escritores lo mencionan en la misma época en que se dice que llegó a ser el día del Señor; y dos de ellos lo mencionan también unos treinta años después de ese evento. (3) Que, mientras se afirma que el Espíritu de la inspiración, al guiar sencillamente a Juan a usar el término día del Señor, aunque de ningún modo lo conecta con el primer día de la semana, quiso fijarlo como el título apropiado del primer día de la semana, es un hecho notable que después que Juan regresó de la isla de Patmos él escribió su evangelio;77El Dr. Bloomfield, aunque él mismo es de una opinión diferente, habla así de los conceptos de otros con respecto a la fecha del evangelio de Juan: “Ha sido la idea general, tanto de las investigaciones antiguas como modernas, que fue publicado alrededor del fin del primer siglo.”–Greek Testament with English Notes, t. 1, p. 328.
    Morer dice que Juan “escribió su evangelio dos años después del Apocalipsis, y después de su retorno de Patmos, como lo afirman S. Agustín, S. Jerónimo y Eusebio.”–Diálogos sobre el día del Señor, pp. 53, 54.
    La Paragraph Bible, de la Sociedad de Tratados Religiosos de Londres, en su prefacio al libro de Juan, dice así: “De acuerdo con el testimonio de escritores antiguos, Juan escribió su evangelio en Éfeso, por el año 97”.
    En apoyo de la misma idea, ver también la Enciclopedia Religiosa, las Notas de Barnes (evangelios), el Diccionario bíblico, la Biblia Cottage, la Biblia Doméstica, la Mina no Explorada, el Diccionario bíblico Unión, la Comprehensive Bible, al Dr. Hales, Horne, Nevins, Olshausen, etc.
    y en ese evangelio menciona dos veces el primer día de la semana; pero en cada uno de estos casos donde es seguro que se quiso indicar el primer día, no se usa ninguna otra designación que simplemente primer día de la semana. Esta es una prueba muy convincente de que Juan no estimaba el primer día de la semana como con derecho a ese nombre, o a ningún otro, que expresara un carácter sagrado. (4) Lo que además decide el punto en contra del primer día de la semana es el hecho de que ni el Padre ni el Hijo alguna vez pretendieron que el primer día tuviera en ningún sentido superior que el que tiene cada uno de los seis días dados al hombre para el trabajo. (5) Y lo que completa la cadena de evidencia en contra del derecho del primer día a este título es el hecho de que el testimonio aducido por los defensores del primer día para probar que ha sido adoptado por el Altísimo en lugar de ese día que una vez pretendió como suyo, habiendo sido examinado, se encuentra que no tiene tal significado ni intención. Al poner aparte la tercera respuesta, también, como que no está de acuerdo con la verdad, el primer día de la semana puede ser eliminado adecuadamente con él, como que no tiene derecho de nuestra consideración como una institución bíblica.78La Enciclopedia Británica, en su artículo con respecto al sábado, procura probar que la “observancia religiosa del primer día de la semana es de designación apostólica”. Después de citar y comentar sobre todos los pasajes que podrían ser presentados como prueba del punto, hace el siguiente reconocimiento ingenuo: “Sin embargo, todavía debe reconocerse que estos pasajes no son suficientes para probar la institución apostólica del día del Señor, o aun de la observación presente de él”.
    De la ausencia de todo testimonio bíblico relacionado con el cambio del sábado, dan cuenta ciertos defensores de esa teoría, no por una admisión franca de que nunca fue cambiado por el Señor, sino al citar Juan 21:25, suponen el cambio del sábado como una verdad indudable, pero que ¡fue dejado fuera de la Biblia para que no fuera un libro tan grande! Por lo tanto, ellos creen que debemos ir a la historia eclesiástica para aprender esta parte de nuestro deber, no considerando que, como el cuarto mandamiento todavía está en la Biblia, sin haberse repelido y sin cambios, reconocer que ese cambio debe apoyarse totalmente fuera de la Biblia es reconocer que la observancia del primer día es una tradición que anula el mandamiento de Dios. Los siguientes capítulos de esta obra, sin embargo, examinarán pacientemente el argumento en favor de la observancia del primer día obtenido de la historia eclesiástica.
    HSPDS 118.5

    Que el día del Señor es el sábado bíblico, admite una prueba clara y certera. El argumento es el siguiente: Cuando Dios le dio al hombre seis días de la semana para trabajar, reservó expresamente para sí el séptimo, sobre el cual puso su bendición en memoria de su propio acto de descansar en ese día, y de allí en adelante, a lo largo de toda la Biblia, siempre ha reclamado ese día como su día santo. Como él nunca eliminó ese día sagrado y eligió otro, el sábado de Jehová [o del Señor] es todavía su día santo. Estos hechos pueden rastrearse en los siguientes pasajes. Al fin del descanso del Creador, se dice:HSPDS 119.1

    “Entonces bendijo Dios el séptimo día y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación”.79Génesis 2:3.HSPDS 120.1

    Después que los hijos de Israel habían llegado al desierto de Sin, Moisés les dijo en el sexto día:HSPDS 120.2

    “Mañana es sábado, el día de reposo consagrado a Jehová”.80Éxodo 16:23.HSPDS 120.3

    Al dar los diez mandamientos, el Dador de la ley declaró así su derecho a este día:HSPDS 120.4

    “El séptimo día es de reposo para Jehová, tu Dios… porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el sábado y lo santificó”.81Éxodo 20:8-11.HSPDS 120.5

    Él le dio al hombre los seis días en los que él mismo había trabajado; se reserva como suyo ese día en el que él reposó de toda su obra. Unos ochocientos años después de esto, Dios habló por medio de Isaías lo que sigue:HSPDS 120.6

    “Si retraes del sábado tu pie, de hacer tu voluntad en mi día santo… entonces te deleitarás en Jehová. Yo te haré subir sobre las alturas de la tierra”.82Isaías 58:13, 14.HSPDS 120.7

    Este testimonio es perfectamente explícito; el día del Señor es el antiguo sábado de la Biblia. El Señor Jesús presenta la siguiente afirmación:HSPDS 120.8

    “El Hijo del hombre es Señor aun del sábado”.83Marcos 2:27, 28.HSPDS 120.9

    Así, sea el Padre o el Hijo cuyo título está involucrado, el único día que puede ser llamado “día del Señor” es el sábado del gran Creador.84Un adversario hábil de la observancia del sábado habla así con relación a la expresión día del Señor en Apocalipsis 1:10: “Si tuvo la intención de que fuera un día corriente, el único día que lleva esta definición, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamentos, es el sábado, el séptimo día de la semana.”–W. B. Taylor, en La obligación del sábado, p. 296. Y aquí, al final de la historia bíblica del sábado, se presentan dos hechos del más profundo interés: (1) Que Juan expresamente reconoce la existencia del día del Señor al fin mismo del primer siglo. (2) Que agradó al Dios del sábado poner un honor señalado sobre su propio día por cuanto él lo eligió para dar a Juan esa revelación, que él solo había sido digno de recibir del Padre.HSPDS 120.10

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