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Historia del Sábado

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    3 – El sábado encomendado a los hebreos

    Objeto de este capítulo – Apostasía total de la familia humana en la era antediluviana . Destrucción de la humanidad – Se preservó la familia de Noé – Segunda apostasía de la humanidad en la era patriarcal – La nación apóstata abandonada a sus propios caminos – Se elige la familia de Abrahán – Separada del resto de la humanidad – Su historia – Su relación con Dios – El sábado existía cuando salieron de Egipto – Análisis de Éxodo 16 – El sábado encomendado a los hebreos

    Ahora rastrearemos la historia de la verdad divina por muchas edades en conexión casi exclusiva con la familia de Abrahán. Para que podamos vindicar la verdad de la crítica de que pertenecía solo a los hebreos –una crítica a menudo señalada en contra del sábado– y justificar el trato de Dios con la humanidad al dejar a las naciones apóstatas a sus propios caminos, examinemos cuidadosamente la Biblia por las razones que guiaron a la divina Providencia en la elección de la familia de Abrahán como los depositarios de la verdad divina.HSPDS 25.1

    El mundo antediluviano había sido altamente favorecido por Dios. La vida que se otorgaba a cada generación era doce veces la de la edad actual del hombre. Por casi mil años, Adán, que había conversado con Dios en el paraíso, había permanecido con ellos. Antes de la muerte de Adán, Enoc comenzó su jornada santa por trescientos años, y luego fue trasladado para que no viera la muerte. Este testimonio de la piedad de Enoc fue un poderoso testimonio a los antediluvianos en favor de la verdad y la justicia. Además, el Espíritu de Dios luchó con la humanidad; pero la perversidad del hombre triunfó por sobre la acción moderadora llena de gracia del Espíritu Santo. “Vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos de su corazón era de continuo el mal”. Aún los hijos de Dios se unieron en la apostasía general. Por fin una sola familia fue todo lo que quedó de los adoradores del Altísimo.1Génesis 2-6; Hebreos 11:4-7; 1 Pedro 3:20; 2 Pedro 3:5.HSPDS 25.2

    Entonces vino el diluvio, barriendo el mundo y sus habitantes culpables con la escoba de la destrucción.2Génesis 7; Mateo 24:37-39; Lucas 17:26, 27; 2 Pedro 3:5, 6. Una exhibición tan terrible de la justicia divina podría bien haber sido suficiente para limitar la impiedad durante edades. Seguramente la familia de Noé no podría olvidar muy pronto esta terrible lección. Pero, he aquí, rápidamente siguieron la rebelión y la apostasía, y los hombres se apartaron de Dios a la adoración de ídolos. En contra del mandato divino separando la familia humana en naciones,3Deuteronomio 32:7, 8; Hechos 17:26. la humanidad se unió en un gran acto de rebelión en la llanura de Sinar. “Vamos, edifiquémonos una ciudad y una torre cuya cúspide llegue al cielo; y hagámonos un nombre, por si fuéramos esparcidos sobre la faz de toda la tierra”. Entonces Dios los confundió en su impiedad y los esparció desde allí sobre la faz de toda la tierra.4Génesis 11:1-9; Josefo, Antig., libro i, cap. 4. Esto sucedió en los días de Peleg, quien nació unos cien años después del diluvio. Génesis 10:25, comparado con 11:10-16; Antig.,libro 1, cap. 6, sec. 4. A los hombres no les gustó tener a Dios en su conocimiento; por lo tanto Dios los entregó a una mente réproba, y soportó que cambiaran la verdad de Dios en una mentira, y que adoraran y sirvieran a la criatura en vez del Creador. Tal fue el origen de la idolatría y de la apostasía de los gentiles.5Romanos 1:18-32; Hechos 14:16, 17; 7:29, 30.HSPDS 25.3

    En medio de esta extendida apostasía se encontró un hombre cuyo corazón era fiel a Dios. Abrahán fue elegido de una familia idólatra, como el depositario de la verdad divina, el padre de los fieles, el heredero del mundo y amigo de Dios.6Génesis 12:1-3; Josué 24:2, 3, 14; Nehemías 9:7, 8; Romanos 4:13-17; 2 Crónicas 20:7; Isaías 41:8; Santiago 2:23. Cuando los adoradores de Dios se encontraron solo en la familia de Noé, Dios abandonó el resto de la humanidad para que pereciera en el diluvio. Ahora que los adoradores de Dios estaban reducidos otra vez a casi una sola familia, Dios abandonó a las naciones idólatras a sus propios caminos, y tomó a la familia de Abrahán como su herencia especial. “Yo sé”, dijo Dios, “que mandará a sus hijos y a su casa después de sí, que guarden el camino de Jehová haciendo justicia y juicio”.7Génesis 18:19. Para que pudieran preservar en la tierra el conocimiento de la verdad divina y el recuerdo y adoración del Altísimo, ellos habían de ser un pueblo separado de toda la humanidad, y que habitara en una tierra propia. Para estar separados de los paganos a su alrededor, Dios le dio a Abrahán el rito de la circuncisión, y después, a su posteridad, toda la ley ceremonial.8Génesis 17:9-14; 34:14; Hechos 10:28; 11:2, 3; Efesios 2:12-19; Números 23:9; Deuteronomio 33:27, 28. Pero ellos no podían poseer la tierra designada para ellos hasta que la iniquidad de los amorreos, sus habitantes, estuviera completa para que pudieran ser expulsados delante de ellos. El horror de una gran oscuridad, y el humo que vio Abrahán en la visión, prefiguraron el horno de hierro y la amarga servidumbre de Egipto. La familia de Abrahán debía bajar más. Siguen una breve prosperidad y una larga y terrible opresión.9Génesis 15; Éxodo 1-5; Deuteronomio 4:20.HSPDS 26.1

    A la larga, el poder de la opresión se rompe, y el pueblo de Dios es liberado. La expiración de los cuatrocientos treinta años de la promesa a Abrahán marca la hora de la liberación de su posteridad.10Éxodo 12:29-42; Gálatas 3:17. La nación de Israel es sacada de Egipto como el tesoro peculiar de Dios, para que pudiera darles su sábado, y su ley, y a sí mismo. El salmista testifica que Dios “sacó a su pueblo con gozo; con júbilo a sus escogidos. Les dio las tierras de las naciones y las labores de los pueblos heredaron, para que guardaran sus estatutos y cumplieran sus leyes”. Y el Altísimo dice: “Yo soy Jehová, que os santifico, y os saqué de la tierra de Egipto para ser vuestro Dios”.11Salmos 105:43-46; Levítico 22:32, 33; Números 15:41. No es que los mandamientos de Dios, su sábado y él mismo no tuvieran existencia previa, ni que el pueblo ignorara al verdadero Dios y su ley; porque el sábado fue designado para un uso santo antes de la caída del hombre; y los mandamientos de Dios, sus estatutos y sus leyes, fueron guardados por Abrahán; y los israelitas mismos, cuando algunos de ellos violaron el sábado, fueron reprendidos con esta pregunta: “¿Hasta cuándo os negaréis a guardar mis mandamientos y mis leyes?”12Génesis 2:2, 3; 26:5; Éxodo 16:4, 27, 28; 18:16. Y acerca del Altísimo, el salmista exclama: “Antes que nacieran los montes y formaras la tierra y el mundo, desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios”.13Salmos 90:2. Pero Dios debe adoptar formal y públicamente al pueblo, y éste debe adoptar su ley y el sábado y a él mismo.14Éxodo 19:3-8; 24:3-8; Jeremías 3:14, comparar con la última sentencia de Jeremías 31:32. Pero ni el sábado, ni la ley, ni el gran Dador de la ley, por su conexión con los hebreos, llegó a ser judío. El Legislador realmente llegó a ser el Dios de Israel,15Éxodo 20:2; 24:10. y ¿qué gentil rehusará adorarlo por esa razón?, pero el sábado todavía sigue siendo el sábado de Jehová,16Éxodo 20:10; Deuteronomio 5:14; Nehemías 9:14. y la ley siguió siendo la ley del Altísimo.HSPDS 26.2

    En el mes que siguió a su paso por el Mar Rojo, los hebreos llegaron al desierto de Sin. Es en este punto de su narración que Moisés menciona por segunda vez el santo día de reposo del Creador. El pueblo murmuró pidiendo pan:HSPDS 27.1

    “Jehová dijo a Moisés: Mira, yo os haré llover pan del cielo. El pueblo saldrá y recogerá diariamente la porción de un día, para que yo lo pruebe si anda en mi ley, o no. Pero en el sexto día se prepararán para guardar el doble de lo que suelen recoger cada día… Yo he oído las murmuraciones de los hijos de Israel. Háblales y diles: Al caer la tarde comeréis carne, y por la mañana os saciaréis de pan. Así sabréis que yo soy Jehová, vuestro Dios. Al llegar la tarde, subieron codornices que cubrieron el campamento, y por la mañana descendió rocío alrededor del campamento. Cuando el rocío cesó de descender, apareció sobre la faz del desierto una cosa menuda, redonda, menuda como escarcha sobre la tierra. Al verlo, los hijos de Israel se dijeron unos a otros: ¿Qué es esto?, porque no sabían qué era. Entonces Moisés les dijo: Es el pan que Jehová os da para comer. Esto es lo que Jehová ha mandado: Recoged de él cada uno según lo que pueda comer, un gomer por cabeza, conforme al número de personas en su familia; tomaréis cada uno para los que están en su tienda. Los hijos de Israel lo hicieron así, y recogieron unos más, otros menos. Lo medían por gomer, y no sobró al que había recogido mucho, ni faltó al que había recogido poco; cada uno recogió conforme a lo que había de comer. Luego les dijo Moisés: Ninguno deje nada de ello para mañana. Pero ellos no obedecieron a Moisés, sino que algunos dejaron algo para el otro día, pero crió gusanos y apestaba. Y se enojó con ellos Moisés. Lo recogían cada mañana, cada uno según lo que había de comer; y luego que el sol calentaba, se derretía. En el sexto día recogieron doble porción de comida,17Sobre este versículo el Dr. A. Clarke comenta: “En el sexto día recogieron doble porción – Esto hicieron para tener provisión para el sábado”. dos gomeres para cada uno. Todos los príncipes de la congregación fueron y se lo hicieron saber a Moisés. Él les dijo: Esto es lo que ha dicho Jeyhová:18La Biblia de Douay dice: “Mañana es el reposo del sábado santificado para Jehová”. El Dr. Clarke comenta lo siguiente sobre este texto: “Mañana es el reposo del sábado. No hay nada ya sea en el texto o el contexto que parezca sugerir que el sábado fue ahora dado por primera vez a los israelitas, como algunos han supuesto; por lo contrario, aquí se habla de ello como siendo perfectamente bien conocido, por haber sido generalmente observado. El mandamiento, es cierto, puede ser considerado como siendo ahora renovado, porque ellos pueden haber supuesto, que en el estado incierto en el desierto, ellos pudieran haber estado exentos de la observancia de él. De este modo encontramos, 1. Que cuando Dios terminó su creación instituyó el sábado; 2. Cuando sacó al pueblo de Egipto, insistió en la estricta obediencia de él; 3. Cuando dio la LEY, la hizo una décima parte del todo: ¡tal importancia tiene esta institución a los ojos del Ser Supremo!”
    Richard Baxter, un famoso clérigo del siglo diecisiete, y un defensor decidido de la abrogación del cuarto mandamiento, en su “Asignación Divina del Día del Señor”, declara así claramente el origen del sábado: “¿Por qué comenzaría Dios dos mil años después [de la creación] a dar a los hombres un sábado por la razón de su descanso de la creación del mismo, si él nunca hubiera llamado antes a los hombres a conmemorarlo? Y es claro que el sábado fue observado en la caída del maná antes de darse la ley; y juzgue cualquier cristiano atento… 1) Si la no caída del maná, o el descanso de Dios después de la creación, sea la razón original para el sábado. 2) Y si hubiera sido el primero, no se habría dicho: Acuérdate de santificar el sábado, porque en seis días cayó el maná, y no en el séptimo; más bien, porque ‘en seis días hizo Dios los cielos y la tierra, etc. y descansó el séptimo’. Y se añade, de paso, ‘Por tanto bendijo Jehová el sábado y lo santificó’. Además, considere si esta razón adicional sugiere no que este día por esta razón fuera santificado antes, por lo tanto fue Dios quien no envió el maná en ese día, y que él prohibió que la gente lo buscara” –Obras prácticas, t. iii, p. 784, ed. 1707.
    Mañana es sábado, el día de reposo consagrado a Jehová; lo que tengáis que cocer, cocedlo hoy, y lo que tengáis que cocinar, cocinadlo; y todo lo que os sobre, guardadlo para mañana. Ellos lo guardaron hasta el día siguiente, según lo que Moisés había mandado, y no se agusanó ni apestó. Entonces dijo Moisés: Comedlo hoy, porque hoy es sábado dedicado a Jehová;19La versión de Douay dice: “Porque es el sábado de Jehová”. hoy no hallaréis nada en el campo. Seis días lo recogeréis, pero el séptimo día, que es sábado, nada se hallará. Aconteció que algunos del pueblo salieron en el séptimo día a recoger, y no hallaron nada. Y Jehová dijo a Moisés: ¿Hasta cuándo os negaréis a guardar mis mandamientos y mis leyes? Mirad que Jehová os dio el sábado, y por eso él les da en el sexto día el pan para dos días; quédese cada hombre en su lugar, que ninguno salga de su lugar en el séptimo día”. 20Éxodo 16.
    HSPDS 27.2

    Esta narración muestra,HSPDS 28.1

    1) Que Dios tenía una ley y mandamientos antes de dar el maná.HSPDS 28.2

    2) Que Dios al dar a su pueblo pan del cielo quería probarlos con respecto a su ley.HSPDS 28.3

    3) Que en esta ley estaba el santo sábado; para la prueba con respecto a caminar en la ley se refería directamente al sábado; y cuando Dios dijo: “¿Hasta cuándo rehusaréis guardar mis mandamientos y mis leyes?” era el sábado al que habían violado.HSPDS 28.4

    4) Que al probar al pueblo con respecto a esta ley existente, Moisés no dio ningún precepto nuevo con respecto al sábado hasta después que el pueblo, por propia decisión, había reunido una doble porción el sexto día.HSPDS 28.5

    5) Que por este acto el pueblo probó no solo que no ignoraban el sábado, sino que estaban dispuestos a obedecerlo.21Realmente se ha aseverado que Dios por un milagro igualó la porción de cada uno de los cinco días, y duplicó la porción de cada una en el sexto, de modo que ninguna acción de la gente tuviera algo que ver con el sábado. Pero Pablo no entendió de esa manera la porción igual de cada uno de los cinco días. Él dice: “Sino para que en este momento, con igualdad, la abundancia vuestra supla la escasez de ellos, para que también la abundancia de ellos supla la necesidad vuestra, para que haya igualdad, como está escrito: El que recogió mucho no tuvo más y el que poco, no tuvo menos”. 2 Corintios 8:14, 15. Y Moisés afirma que la doble porción en el sexto día era el acto de la gente. Él dice que “en el sexto día recogieron doble porción de comida”. Éxodo 16:22.HSPDS 29.1

    6) Que el reconocimiento de la semana, indicios de la cual aparecen en toda la edad patriarcal,22Génesis 7:4, 10 8:10, 12; 29:27, 28; 50:10; Éxodo 7:25; Job 2:13. había sido correctamente guardado, porque el pueblo sabía cuándo había llegado el día sexto.HSPDS 29.2

    7) Que si hubiera habido alguna duda en cuanto a ese punto, la caída del maná en los seis días, la retención de él en el séptimo, y la preservación de lo necesario para ese día sábado, debe haber resuelto ese punto en forma incontrovertible.23Por este triple milagro, que ocurrió cada semana durante cuarenta años, el gran Legislador distinguió su día santo. La gente, por lo tanto estaba admirablemente preparada para escuchar el cuarto mandamiento que ordenaba la observancia del mismo día en que él había reposado. Éxodo 16:35; Josué 5:12; Éxodo 20:8-11.HSPDS 29.3

    8) Que no hubo un acto de institución del sábado en el desierto de Sin; porque Dios no lo hizo su día de descanso en ese momento, ni lo bendijo ni lo santificó. Por lo contrario, el registro muestra que el séptimo día ya era el día de reposo santificado de Jehová.24El capítulo doce de Éxodo relata el origen de la Pascua. Está en un contraste notable con Éxodo 16, que se supone que da origen al sábado. Si el lector quiere comparar los dos capítulos verá la diferencia entre el origen e una institución como se da en Éxodo 12, y una referencia familiar a una institución existente como en Éxodo 16. Si también compara Génesis 2 con Éxodo 12, verá que el uno da el origen del sábado de la misma manera en que el otro da el origen de la Pascua.HSPDS 29.4

    9) Que la obligación de observar el sábado existía y era conocida antes de la caída del maná. Porque el lenguaje usado implica la existencia de tal obligación, pero no contiene una promulgación nueva hasta después que algunos del pueblo hubieran violado el sábado. De este modo Dios dice a Moisés: “En el sexto día prepararán lo que hayan recogido”, pero no habla del séptimo. Y en el sexto día Moisés dice: “Mañana es sábado, el día de reposo consagrado a Jehová”, pero no ordena que lo observen. En el séptimo día él dice que es el sábado, y que no encontrarían maná en el campo. “Seis días lo recogeréis, pero el séptimo día, que es sábado, nada se hallará”. Pero en todo esto no se da ningún precepto, no obstante la existencia de tal precepto está claramente implicado.HSPDS 29.5

    10) Que cuando algunas personas violaron el sábado fueron reprendidas en un lenguaje que claramente implica una transgresión previa de este precepto. “¿Hasta cuándo os negaréis a guardar mis mandamientos y mis leyes?”HSPDS 29.6

    11) Y que esta reprensión del Dador de la ley contuvo por un tiempo la transgresión de la gente.HSPDS 29.7

    “Mirad que Jehová os dio el sábado, y por eso en el sexto día os da pan para dos días.25Esto implica, primero, la caída de una mayor cantidad en ese día, y segundo, su conservación para las necesidades del sábado. Quédese, pues, cada uno en su lugar, y nadie salga de él en el séptimo día”.26Esto debe referirse a salir a buscar maná, como lo implica la conexión; porque las asambleas religiosas en el sábado eran ordenadas y observadas. Levítico 23:3; Marcos 1:21; Lucas 4:16; Hechos 1:12; 15:21. Como un cometido especial, Dios entregó el sábado a los hebreos. Se les entregó ahora a ellos, no fue hecho ahora para ellos. Fue hecho para el hombre al final de la primera semana del tiempo; pero como todas las otras naciones se apartaron del Creador para adorar a los ídolos, se entregó al pueblo hebreo. Esto tampoco demuestra que todos los hebreos hasta entonces lo habían desatendido. Porque Cristo usa el mismo lenguaje con respecto a la circuncisión. Así él dijo: “Por cierto, Moisés os dio la circuncisión, no porque sea de Moisés, sino de los padres”.27Juan 7:22. No obstante Dios había mandado esta ordenanza a Abrahán y a su familia cuatrocientos años antes de esta entrega de ella por Moisés, y había sido retenida por ellos.28Génesis 17; 34; Éxodo 4. Se dice que Moisés dio la circuncisión a los hebreos; no obstante es un hecho singular que su primera mención de esa ordenanza es puramente incidental, y claramente implica que ellos tenían un conocimiento anterior de ella. Así está escrito: “Esta es la ley para la Pascua: ningún extraño comerá de ella. Pero todo siervo humano comprado por dinero comerá de ella, después que lo hayas circuncidado”. Éxodo 12:43, 44. Y de manera similar cuando se dio el sábado a Israel, la gente no ignoraba la institución sagrada.HSPDS 30.1

    La expresión “Jehová os dio el sábado”, implica un acto solemne de entrega de un tesoro al cuidado de ellos. ¿Cómo se hizo esto? Aquí no ocurrió ningún acto de institución del sábado. Ningún precepto ordenando su observancia fue dado hasta que alguno del pueblo lo violó, cuando fue dado en forma de reprensión; lo que demuestra una obligación previa, y que ellos estaban transgrediendo una ley existente. Y este concepto ciertamente se ve fortalecido por el hecho de que no se dio ninguna explicación de la institución al pueblo; un hecho que indica que algún conocimiento del sábado ya estaba en su dominio.HSPDS 30.2

    Pero entonces, ¿cómo les dio Dios el sábado? Hizo esto, primero, al liberarlos de la miserable cautividad de Egipto, donde eran una nación de esclavos. Y segundo. Al proveerles alimento de tal manera como para imponer una obligación más fuerte de guardar el sábado. Cuarenta años les di pan del cielo, enviándolo seis días, y reteniéndolo en el séptimo, y preservando la comida para ellos durante el sábado. De este modo el sábado les fue especialmente confiado.HSPDS 30.3

    Como un don a los hebreos, el gran monumento del Creador llegó a ser una señal entre Dios y ellos. “Les di también mis sábados, para que fueran por señal entre yo y ellos, para que supieran que yo soy Jehová que los santifico”. Como una señal, se afirma que su objeto era dar a conocer al verdadero Dios; y se nos dice por qué era tal señal. “Será una señal entre mí y los hijos de Israel, porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, y en el séptimo cesó y descansó”.29Ezequiel 20:12; Éxodo 31:17. La institución misma significaba que Dios creó los cielos y la tierra en seis días y descansó en el séptimo. La observancia de él por el pueblo significaba que el Creador era su Dios. ¡Cuán llena de significado era esta señal!HSPDS 30.4

    El sábado era una señal entre Dios y los hijos de Israel, porque solo ellos eran los adoradores del Creador. Todas las demás naciones se habían apartado de él a “los dioses que no hicieron los cielos y la tierra”.30Jeremías 10:10-12. Por esta razón el monumento del gran Creador fue entregado a los hebreos, y llegó a ser una señal entre el Altísimo y ellos. De este modo el sábado fue un eslabón de oro que une al Creador con sus adoradores.HSPDS 31.1

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