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Historia del Sábado

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    26 – Observadores ingleses del sábado

    Sabatarios ingleses del siglo dieciséis – Su doctrina – John Trask puesto en el cepo, azotado y encarcelado – Él se retracta – Carácter de la Sra. de Trask – El crimen de ella – Su valor indomable – Ella sufre quince años de cárcel, y muere en ella – Principios de los Traskitas – Barbourne escribe en favor del séptimo día – Apelación al rey Carlos I para que restaure el sábado antiguo – El rey emplea al Dr. White para escribir contra Brabourne, y el Dr. Heylyn para escribir la Historia del sábado – El rey intimida a Brabourne y él se retracta – Él vuelve otra vez al sábado – Philip Tandy – James Ockford escribe La doctrina del cuarto mandamiento – Su libro quemado – Edward Stennett – Wm. Sellers – Cruel trato a Francisa Bampfield – Thomas Bampfield – Martirio de John James – Cómo la causa del sábado fue derribada

    Chambers habla así de los observadores del sábado en el siglo dieciséis:HSPDS 311.1

    “Durante el reinado de Elizabeth, a muchos pensadores concienzudos e independientes (como habían hecho antes algunos protestantes en Bohemia), que el cuarto mandamiento requería que ellos lo observaran, no en el primer día, sino en el especificado séptimo día de la semana, y un descanso físico estricto, como un servicio debido a Dios; mientras otros, aunque convencidos de que el día había sido alterado por autoridad divina, aceptaron la misma opinión en cuanto a la obligación bíblica de abstenerse de trabajar. La primera clase llegó a ser suficientemente numerosa para constituir un grupo considerable por más de un siglo en Inglaterra, bajo el título de ‘sabatarios’, una palabra ahora remplazada por la apelación menos ambigua de ‘bautistas del séptimo día’”1Chambers, Enciclopedia, art. Sabbath, t. viii, p. 402, Londres, 1867.HSPDS 311.2

    Gilfillan cita a un escritor inglés del año 1584, John Stockwood, quien dice que entonces habíaHSPDS 311.3

    “Una gran diversidad de opinión entre el pueblo común y sencillo, con respecto al día sábado, y al uso correcto del mismo”.HSPDS 311.4

    Y Gilfillan expone una de las bases de la controversia del siguiente modo:HSPDS 311.5

    “Algunos sostienen la obligación no cambiada e inmutable del sábado del séptimo día”.2Gilfillan, Sábado, p. 60.HSPDS 311.6

    En 1607, un escritor inglés del primer día, John Sprint, expuso el concepto de los observadores del séptimo día, que en verdad han sido sustancialmente el mismo en todas las épocas:HSPDS 311.7

    “Ellos presentan razones obtenidas, 1. De anterioridad del sábado con respecto a la ley y a la caída; las leyes de esa naturaleza son inmutables. 2. De la perpetuidad de la ley moral. 3. Y de la gran extensión de ella tocante al [sábado por sobre] todos [los otros] preceptos. 4. …Y por la causa de [este precepto de ] la ley que la hace perpetua, que es un memorial y la meditación de las obras de Dios; que pertenece a los cristianos así como a los judíos”.3Observancia del sábado cristiano, p. 2.HSPDS 311.8

    John Task comenzó a hablar y a escribir en favor del séptimo día como el sábado del Señor, por el tiempo en que el rey Jaime I y el arzobispo de Canterbury, publicaron el famoso Libro de deportes para el domingo, en 1618. Su campo de labor era Londres, y siendo un hombre lleno de celo, pronto fue llamado a responder por la autoridad perseguidora de la iglesia de Inglaterra. Él tomó una base elevada en cuanto a la suficiencia de las Escrituras para dirigir todos los servicios religiosos, y que las autoridades civiles no deberían forzar las consciencias de los hombres en asuntos de religión. Él fue llevado ante el infame Star Chamber [tribunal británico de inquisición], donde se celebró una larga discusión con respecto al sábado. En esta ocasión el Obispo Andrews presentó por primera vez ese ahora famoso argumento acerca del primer-día, de que los antiguos mártires eran probados con la pregunta: “¿Has guardado el día del Señor?”4Ver el capítulo 15 de esta obra.HSPDS 312.1

    Gilfillan, citando las palabras de escritores contemporáneos, dice del juicio de Trask queHSPDS 312.2

    “Por ‘hacer camarillas y facciones, por tales medios que tienden a la sedición y conmoción, y por escandalizar al rey, los obispos y el clero’, ‘él fue censurado en la Star Chamber para ser puesto en la picota en Westminster, y de allí a ser azotado en la cárcel, para quedar allí como prisionero”.5Gilfillan, Sábado, p. 88.HSPDS 312.3

    Esta cruel sentencia fue ejecutada, y finalmente quebrantó su espíritu. Después de soportar la miseria de su prisión por un año, él se retractó de su doctrina.6Íd. Ib. El caso de su esposa es digno de mención especial. Pagitt describe así su carácter:HSPDS 312.4

    “Ella era una mujer dotada de muchas virtudes especiales, bien dignas de imitación de todos los buenos cristianos, no tenía errores en otras cosas, sino especialmente un espíritu de extraña obstinación y testarudez en sus conceptos privados, la perjudicaba”.7Pagitt, Heresiografía, p. 209, Londres, 1661.HSPDS 312.5

    Pagitt dice que ella era maestra de escuela de de una excelencia superior. Era especialmente cuidadosa al tratar con los pobres. Él da las razones de ella del siguiente modo:HSPDS 312.6

    “Ella profesaba hacerlo por la consciencia, como creyendo que un día sería juzgada por todas las cosas hechas en la carne. Por lo tanto resolvió ir por la regla más segura, más bien que por sus intereses personales”.8Pagitt, Heresiografía, p. 209.HSPDS 312.7

    Pagitt indica cuál fue su crimen en las siguientes palabras:HSPDS 313.1

    “Al fin, por enseñar sólo cinco días por semana, y descansar el sábado [Saturday], se sabía por qué lo hacía, ella fue llevada a la nueva prisión de la calle Maiden, un lugar designado entonces para la reclusión de diversas otras personas de opiniones diferentes de las de la iglesia de Inglaterra”.9Íd., p. 210.HSPDS 313.2

    Observen el crimen: no lo que ella hizo, porque una persona del primer-día podría haber hecho lo mismo, sino porque obedecía el cuarto mandamiento. Su motivo la expuso a la venganza de las autoridades. Ella era una mujer de un valor indomable, y no compraría su libertad con renunciar al Señor del sábado. Durante su larga prisión, Pagitt dice que alguien le escribió de este modo:HSPDS 313.3

    “Su sufrimiento constante sería digno de alabanza, si fuera por la verdad; pero estando en el error, su retractación sería más aceptable a Dios, y laudable ante los hombres”.10Íd., p. 164.HSPDS 313.4

    Pero su fe y paciencia la sostuvieron hasta que fue liberada por la muerte.HSPDS 313.5

    “La Sra. Trask, estuvo prisionera por quince o dieciséis años por su creencia acerca del sábado del séptimo día; en todo el tiempo ella no recibiría alivio de nadie, a pesar de que ella tenía mucha necesidad: alegando que está escrito: ‘Es más bendición… dar que recibir’. Tampoco ella quería pedir prestado, porque está escrito: ‘Prestarás a muchas naciones, y tú no pedirás prestado’. Así ella consideraba una deshonra a su jefe, Cristo, ya sea pedir o tomar prestado. Su dieta en su mayor parte durante su encarcelamiento, es decir, hasta poco antes de su muerte, fue pan y agua, raíces y yerbas; nada de carne, ni de vino, ni de bebidas fermentadas. Todos sus medios eran una pensión anual de cuarenta chelines; lo que le faltaba en recursos para vivir lo obtenía de los prisioneros que la empleaban a veces para que hiciera alguna cosa para ellos”.11Pagitt, Heresiografía, pp. 196, 197.HSPDS 313.6

    Pagitt, que fue contemporáneo de Trask, expone así los principios de los sabatarios de aquel tiempo, a los que llama Traskites:HSPDS 313.7

    “Las posiciones que ellos sostenían con respecto al sábado eran estas.HSPDS 313.8

    “1. Que el cuarto mandamiento del Decálogo, ‘Acuérdate del sábado, para santificarlo’ [Éxodo 20], es un precepto divino, sencillo y enteramente moral, que contiene nada legalmente ceremonial en todo o en parte, y por lo tanto, la observancia semanal de él debería ser perpetua, y continuar en vigor y valor hasta el fin del mundo.HSPDS 313.9

    “2. Que el sábado [Saturday], o séptimo día de cada semana, debería ser un día santo eterno en la iglesia cristiana, y la observación religiosa de este día obliga a los cristianos bajo el evangelio, como lo hizo a los judíos antes de la venida de Cristo.HSPDS 313.10

    “3. Que el domingo, o día del Señor, es un día de trabajo ordinario, y es superstición y adoración voluntariosa hacer del mismo el sábado del cuarto mandamiento”.12Íd., p. 161.HSPDS 313.11

    Por esta noble confesión de fe que la Sra. Trask fue puesta en prisión hasta el día de su muerte. Por la misma, el Sr. Trask fue obligado a estar en la picota, y fue azotado y de allí a la cárcel, y encerrado en esa miserable prisión, de la cual él escapó por su retractación después de soportar miserias por más de un año.13Manual de los bautistas del séptimo día, pp. 17, 18; Heylyn, Hist. del sáb., parte ii, cap. 8, sec. 10; Gilligan, Sábado, pp. 88, 89; Cox, Literatura sabática, t. i, pp. 152, 153.HSPDS 314.1

    El Sr. Utter menciona el siguiente ministro sabatario como sigue:HSPDS 314.2

    “Theophilus Brabourne, un docto ministro del evangelio en la iglesia establecida, escribió un libro, que fue impreso en Londres en 1628, en el que alegaba ‘que el día del Señor no es el día sábado por institución divina’, sino ‘que el sábado del séptimo día está ahora en vigor’. El Sr. Brabourne publicó otro libro en 1632, titulado Una defensa de esa más antigua ordenada y sagrada ordenanza de Dios, el día sábado’”.14Manual de los bautistas del séptimo día, p. 18.HSPDS 314.3

    Brabourne dedicó su libro al rey Carlos I, solicitándole usar su autoridad real para la restauración del antiguo sábado. Pero aquellos que pusieron su confianza en príncipes fueron seguramente chasqueados. El Dr. F. White, obispo de Ely, expone así la ocasión de su propia obra contra el sábado:HSPDS 314.4

    “Ahora porque este tratado sobre el sábado de Brabourne fue dedicado a su Real Majestad y los principios sobre los que fundamenta todos sus argumentos (comúnmente predicados, impresos y creídos en todo el reino), podría haber envenenado e infectado a muchas personas ya sea con este error sabatario, o con algún otro de calidad similar; fue el rey nuestro gracioso amo, su voluntad y decisión, que un tratado se prepare, para prevenir más malicia, para tranquilizar a sus buenos súbditos (que por mucho tiempo han sido distraídos por esta cuestión sabataria), en el antiguo y buen camino de la antigua y ortodoxa iglesia católica. Ahora lo que es un mandato de su sagrada majestad, he realizado obedientemente por la dirección de su Gracia [Arzobispo Llaud]”.15Dr. Francis White, Tratado sobre el día sábado, citado en Cox, Liter. Sab., t. i, p. 167.HSPDS 314.5

    El rey no solo deseó por esta designación vencer a aquellos que guardaban el día ordenado en el mandamiento, sino también aquellos que por medio de la nueva teoría del Dr. Bound pretendían que que el domingo era ese día. Por lo tanto él unió al Dr. Heylyn con el Obispo White en esta obra:HSPDS 314.6

    “Carga considerada demasiado pesada para que uno la llevara, y la necesidad de un trabajo que requiere pronta realización, se vio conveniente dividir el empleo entre los dos. La parte argumentativa y escolástica fue referida al muy docto Dr. White, entonces obispo de Ely, quien había dado buenas pruebas de su capacidad en asuntos de polémica en varios libros y disputas contra los papistas. La parte práctica e histórica [sería escrita] por Heylyn de Westminster, quien había ganado cierta reputación por sus estudios de los escritores antiguos”.16Heylyn, Cyprianus Anglicus, citado en Cox, t. i, p. 173.HSPDS 314.7

    Las obras de White y Heylyn fueron publicadas simultáneamente en 1635. El Dr. White, al dirigirse a aquellos que promovían la observancia del domingo por el cuarto mandamiento habla de esta manera de los argumentos de Brabourne, que no el domingo, sino el antiguo séptimo día era allí ordenado:HSPDS 315.1

    “Manteniendo vuestros propios principios de que el cuarto mandamiento es pura y sencillamente moral y de la ley natural, será imposible para vosotros, ya sea en inglés o en latín, resolver las objeciones de Theophilus Brabourne”.17Tratado del día sábado, p. 110.HSPDS 315.2

    Pero el rey tenía algo aparte de argumento para Brabourne. Él fue llevado ante el arzobispo Laud y la corte de la Alta Comisión, y emocionado por la suerte de la Sra. Trask, se sometió por el momento a la autoridad de la iglesia de Inglaterra, pero algún tiempo más tarde escribió otros libros en favor del séptimo día.18Hessey, Conferencias Bampton, pp. 373, 374; Cox, Lit. Sab., t. ii, p. 6: A. H. Lewis, Sábado y domingo, pp. 178-184. Esta obra contiene mucha información valiosa con respecto a los sabatarios ingleses y norteamericanos. El libro del Dr. White tiene esta medulosa información de la teoría del tiempo indefinido:HSPDS 315.3

    “Por cuanto un tiempo indefinido debe unirse a todos los momentos de tiempo, como una deuda, cuando el día de pago no está expresamente indicado, es exigible en todo momento; o si no, no está unido a nada”.19Tratado del día sábado, p. 73.HSPDS 315.4

    El Sr. Utter, después de exponer el caso de Barbourne, continúa así:HSPDS 315.5

    “Por ese tiempo Philip Tandy comenzó a promulgar en la parte norte de Inglaterra la misma doctrina con respecto al sábado. Él fue educado en la iglesia establecida, de la cual llegó a ser ministro. Habiendo cambiado sus ideas con respecto al modo del bautismo y el día del sábado, abandonó esa iglesia ‘y llegó a ser un blanco de muchos tiros’. Tuvo varias disputas públicas acerca de sus ideas peculiares, e hizo mucho para propagarlas. James Ockford fue otro defensor temprano en Inglaterra de la afirmación de que el séptimo día era el sábado. Él parece haber sido bien conocedor de las discusiones en las que Trask y Brabourne habían estado participando. No estando satisfecho con la pretendida convicción de Brabourne, él escribió un libro en defensa de los conceptos sabatarios, titulado La doctrina del cuarto mandamiento. Este libro, publicado por el año 1642, fue quemado por orden de las autoridades de la iglesia establecida”.20Manual de los bautistas del s. d., pp. 19, 20.HSPDS 315.6

    La famosa familia Stennett proveyó durante cuatro generaciones, de una sucesión de ministros sabatarios capaces. El Sr. Edward Stennett, el primero de ellos, nación por el comienzo del siglo diecisiete. Su obra titulada, La ley Real por la cual luchar, fue publicada por primera vez en Londres en 1658. “Él era un ministro capaz y dedicado, pero disentía de la iglesia establecida, y fue privado de los medios de sostén”. “Él sufrió mucho por la persecución a la que los Disidentes fueron expuestos en ese tiempo, y más especialmente, por su fiel adhesión a la causa del sábado. Por esta verdad él experimentó tribulación, no solo de aquellos que estaban en el poder, por quienes estuvo largo tiempo en prisión, sino también mucha angustia de hermanos poco amigables, disidentes, que procuraron destruir su influencia, y arruinar su causa”. En 1664 publicó una obra titulada, El séptimo día es el sábado del Señor.21Cox, t. i, p. 268; t. ii, p. 10. En 1671, Wm. Sellers escribió una obra en favor del séptimo día en respuesta al Dr. Owen. Cox expone su objeto así:HSPDS 315.7

    “En oposición a la creencia de que algún día en siete es todo lo que requiere el cuarto mandamiento que se ponga aparte, el escritor sostiene la obligación del sábado del séptimo día [Saturday] sobre la base de que ‘Dios mismo directamente en la letra del texto llama al séptimo día el día sábado, dando tanto los nombres de uno y el mismo día, como lo saben todos los hombres que alguna vez leyeron los mandamientos”.22Íd., t. ii, p. 35.HSPDS 316.1

    Uno de los más eminentes ministros sabatarios de la última mitad del siglo diecisiete fue Francis Bampfield. Él fue originalmente un clérigo de la Iglesia de Inglaterra [Anglicana]. El historiador bautista, Crosby, habla así de él:HSPDS 316.2

    “Pero estando totalmente insatisfecho en su consciencia con las condiciones de conformismo, él dejó su entristecida y llorosa congregación en… 1662, y fue rápidamente apresado después por adorar a Dios en su propia familia. Tan pronto se olvidó su inconmovible lealtad al rey, … él fue apresado con más frecuencia y expuesto a mayores dificultades por su no conformismo, que la mayoría de los disidentes”.23Hist. de los bautistas ingleses, t. i, pp. 365, 366.HSPDS 316.3

    De su encarcelamiento, Neale dice:HSPDS 316.4

    “Después del acta de uniformidad, él continuó predicando en privado cuando tenía oportunidad, hasta que fue puesto en la cárcel por cinco días y noches, con veinticinco de sus oyentes en una celda… donde pasaron su tiempo en ejercicios religiosos, pero después de algún tiempo fue liberado. Poco después, fue apresado otra vez y estuvo nueve años en la cárcel de Dorchester, aunque él era una persona de lealtad inconmovible al rey”.24Hist. de los puritanos, parte 2, cap. 10.HSPDS 316.5

    Durante su encarcelamiento, él predicaba casi cada día, y reunía una iglesia aún en su confinamiento. Y cuando estaba en libertad, no cesaba de predicar en el nombre de Jesús. Después de su liberación, fue a Londres, donde predicó con mucho éxito.25Crosby, Hist. Baut. ingleses, t. i, pp. 366. 367. Neale cuenta de sus labores en esa ciudad:HSPDS 316.6

    “Cuando residió en Londres, formó una iglesia sobre los principios de los bautistas sabatarios, en el Salón Pinner, de esos principios él era un celoso defensor. Él era un predicador célebre, y un hombre de piedad sincera”.26Hist. Purit., parte 2, cap. 10.HSPDS 317.1

    El 17 de febrero de 1682, él fue arrestado mientras predicaba, y el 28 de marzo fue sentenciado a renunciar a todos sus bienes y a estar en la cárcel de Newgate para toda la vida. Como consecuencia de los sufrimientos que tuvo en esa prisión, murió, el 16 de febrero de 1683.27Calamy, Ministros expulsados, t. ii, pp. 258, 259; Lewis, Sábado y domingo, pp. 188-193. “Bampfield”, dice Wood, “muriendo en esa prisión de Newgate… a la edad de setenta años, su cuerpo fue… seguido por una muy grande compañía de personas de las facciones y cismáticos hasta su tumba”.28Wood, Athenæ Oxonienses, t. iv, p. 123. Crosby dice de él:HSPDS 317.2

    “Todos los que lo conocieron reconocen que fue un hombre de gran piedad. Y con toda probabilidad hubiera conservado el mismo carácter, con respecto a su saber y buen juicio, si no fuera por su creencia en dos puntos, es decir, que los infantes no deberían ser bautizados, y que el sábado judío debía ser observado”.29Crosby, t. i, p. 367.HSPDS 317.3

    El Sr. Bampfield publicó dos obras en favor del séptimo día como el sábado, una en 1672, la otra en 1677. En el primero, presenta la doctrina del sábado:HSPDS 317.4

    “La ley del sábado del séptimo día fue dada antes que la ley fuera proclamada en Sinaí, aun desde la creación, fue dada a Adán… y por medio de él a todo el mundo30Éxodo 16:23; Génesis 2:3.… . La obediencia de Cristo a esta cuarta palabra al observar durante su vida el séptimo día como un sábado semanal… y ningún otro día de la semana como tal, es una parte de esa justicia perfecta que cada verdadero creyente aplica a sí mismo a fin de estar siendo justificado a la vista de Dios; y cada persona tal ha de conformarse a Cristo en todos los actos de su obediencia a las diez palabras”.31Juicio por la observación del sábado judío o del séptimo día, pp. 6-8, 1672.HSPDS 317.5

    Su hermano, el Sr. Thomas Bampfield, quien había sido presidente de uno de los parlamentos de Cromwell, escribió también en favor de la observancia del séptimo día, y fue puesto en prisión por sus principios religiosos en la cárcel de Ilchester.32Calamy, t. 2, p. 260. Por el tiempo del primer encarcelamiento del Sr. Bampfield, se levantaron severas persecuciones contra los observadores del sábado en Londres. Crosby da este testimonio:HSPDS 317.6

    “Fue más o menos en este tiempo [1661], que una congregación de bautistas que guardaban el séptimo día como sábado, estando reunidos en su casa de reuniones en la calle Bull-stake, estando las puertas abiertas, como a las tres de la tarde, [19 de oct.], mientras el Sr. John James estaba predicando, un magistrado Chard, con el Sr. Wood, un concejal, entraron al lugar de reunión. Wood le ordenó en nombre del rey a callar y a descender, habiendo hablado traición contra el rey. Pero el Sr. James, haciendo poco o ningún caso de ello, siguió haciendo su obra. El concejal se acercó a él en el medio del lugar de reunión y le ordenó otra vez en el nombre del rey que descendiera o si no lo tirarían abajo; en eso la perturbación se hizo tan grande que él no pudo seguir”.33Crosby, t. 2, pp. 165-171.HSPDS 317.7

    El oficial habiéndolo bajado a la fuerza del púlpito, lo llevó a la corte bajo una fuerte guardia. El Sr. Utter continúa su narración:HSPDS 318.1

    “El Sr. James fue examinado y enviado a Newgate, por el testimonio de varios testigos libertinos, que lo acusaron de hablar palabras de traición contra el rey. Su juicio ocurrió como un mes después, en el cual él se condujo de tal manera como para crear mucha simpatía. Sin embargo, él fue sentenciado a ser colgado, eviscerado y descuartizado.34Cuando se le preguntó lo que tenía que decir por qué no se debía pronunciar su sentencia, él dijo que él dejaría con ellos estos pasajes bíblicos: Jeremías 26:14, 15; Salmo 116:15. Esta sentencia terrible no lo desanimó en absoluto. Con calma, dijo: ‘Bendito sea Dios; a quien los hombres condenan, Dios los justifica’. Mientras yacía en prisión, bajo sentencia de muerte, muchas personas distinguidas lo visitaron, quienes quedaron grandemente afectadas por su piedad y resignación, y ofrecieron esforzarse para lograr su perdón. Pero él parece haber tenido poca esperanza del éxito de ellos. La Sra. de James, por consejo de sus amigos, dos veces presentó peticiones al rey [Carlos II], planteando la inocencia de su esposo, el carácter de los testigos contra él, y rogando a Su Majestad que otorgara el perdón. En ambos casos ella fue rechazada con burlas y ridículo. En el cadalso, el día de su ejecución, el Sr. James se dirigió a la asamblea de una manera muy noble y afectuosa. Habiendo terminado su discurso, y arrodillándose, agradeció a Dios por las misericordias del pacto, por su consciente inocencia, él oró por los que testificaron contra él, por el verdugo, por el pueblo de Dios, por la eliminación de las divisiones, por la venida de Cristo, por los espectadores, y por sí mismo, para que pudiera gozar de un sentido del favor y la presencia de Dios, y una entrada a la gloria. Cuando hubo terminado, el verdugo dijo: ‘El Señor reciba tu alma’, a lo cual el Sr. James respondió, ‘Le agradezco’. Un amigo que le comentaba, ‘Este es un día feliz’, él le contestó: ‘Bendito sea Dios que lo es’. Luego, habiendo agradecido al jefe de policía por su cortesía, él dijo;: ‘Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu’… Después que hubo muerto, le sacaron el corazón y lo quemaron, sus miembros fueron fijados a la puerta de la ciudad, y su cabeza fue puesta en un palo en la capilla White opuesta a la calle donde estaba su casa de reunión”.35Manual, etc., pp. 21-23.HSPDS 318.2

    Esa fue la experiencia de un inglés observador del sábado en el siglo diecisiete. Costaba mucho obedecer el cuarto mandamiento en tiempos como aquéllos. Las leyes de Inglaterra durante ese siglo eran muy opresivas para todos los disidentes, y pesaba mucho extraordinariamente sobre los observadores del sábado. Pero Dios levantó hombres capaces, eminentes por su piedad, para defender su verdad durante esos tiempos agitados, y, si era necesario, que sellaran su testimonio con su sangre. En el siglo diecisiete, once iglesias sabatarias florecieron en Inglaterra, mientras muchos observadores del sábado esparcidos se podían encontrar en diversas partes del reino. Ahora, ¡sólo tres de estas iglesias están en existencia! ¡Y sólo remanentes, aún de ellas, permanecen!HSPDS 318.3

    ¿A qué causa asignaremos este doloroso hecho? No es porque sus adversarios fueron capaces de refutar su doctrina; porque las obras controvertidas de ambos lados todavía permanecen, y hablan por sí mismas. No es que les faltaran hombres de piedad y conocimiento; porque Dios les dio estos, especialmente en el siglo diecisiete. Ni tampoco que el fanatismo surgió y puso en desgracia la causa; porque no hay registro de nada semejante. Ellos fueron cruelmente perseguidos, pero el periodo de su persecución fue el de su mayor prosperidad. Como la zarza de Moisés, ellos se mantenían sin consumirse en el fuego ardiente. La postración de la causa del sábado en Inglaterra no se debió a ninguna de estas cosas.HSPDS 319.1

    El sábado fue herido en la casa de sus propios amigos. Ellos tomaron sobre sí mismos la responsabilidad, después de un tiempo, de hacer que el sábado no tuviera importancia práctica, y de tratar su violación como una transgresión no muy seria de la ley de Dios. Sin duda ellos esperaban ganar hombres para Cristo y su verdad por este camino; pero, en lugar de esto, sencillamente bajaron la norma de la verdad divina hasta el polvo. Los ministros observadores del sábado asumieron el cuidado pastoral de iglesias del primer día, en algunos casos, como su única carga, en otros, lo hicieron en conexión con la supervisión de iglesias sabatarias. El resultado no necesita sorprender a nadie; ya que estos ministros e iglesias observadores del sábado dijeron a todos los hombres, al actuar así, que el cuarto mandamiento podría ser quebrantado con impunidad, la gente les tomó la palabra. El Sr. Crosby, un historiador del primer-día, pone el asunto bajo una luz clara:HSPDS 319.2

    “Si el séptimo día debía ser observado como el sábado cristiano, entonces todas las congregaciones que observan el primer día como tal deben ser quebrantadores del sábado…Yo debo dejar a esos caballeros del lado contrario de sus propias creencias; y vindicar la práctica de llegar a ser pastores de un pueblo que en sus consciencias deben creer que son quebrantadores del sábado”.36Crosby, Hist. Baut. Ingl., t. iii, pp. 138, 139.HSPDS 319.3

    Sin duda alguna ha habido nobles excepciones de este proceder; pero el cuerpo de los sabatarios ingleses por muchos años ha dejado de cumplir fielmente el elevado cometido entregado a ellos.HSPDS 319.4

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