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Historia del Sábado

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    2 – La institución del sábado

    Evento del séptimo día – Por qué reposó el Creador – Actos por los cuales se hizo el sábado – Tiempo y orden de su ocurrencia – Significado de la palabra santificado – El cuarto mandamiento atribuye el origen del sábado a la creación – La segunda mención del sábado confirma este hecho – El testimonio del Salvador – Cuando Dios santificó el séptimo día – Objetivo del Autor del sábado – Testimonio de Josefo y de Filón – Se considera el argumento negativo del libro de Génesis – El conocimiento que del sábado tenía Adán no fue difícil que lo conocieran los patriarcas

    El trabajo del Creador había terminado, pero la primera semana aún no se había completado. Cada uno de los seis días se había distinguido por la acción del Creador sobre él; pero el séptimo día se hizo memorable de una manera muy diferente. “Y acabó Dios en el día séptimo1“En el sexto día Dios terminó su obra que había hecho; y descansó en el séptimo día”, etc., es lo que dice la Septuaginta, la versión Siriaca y la versión Samaritana; “y esta debe ser considerada la lectura genuina”, dice el Dr. A. Clarke. Ver su Comentario sobre Génesis 2. la obra que hizo; y reposó el día séptimo de toda la obra que hizo”. En un lenguaje aún más fuerte está escrito: “Y en el séptimo día cesó y descansó”.2Génesis 2:2; Éxodo 31:17, Reina-Valera 1995.HSPDS 15.1

    De esta manera el séptimo día llegó a ser el día de descanso del Señor. ¡Cuán notable es este hecho! “¿No has sabido… que el Dios eterno es Jehová, el cual creó los confines de la tierra? No desfallece ni se fatiga con cansancio”.3Isaías 40:28. Él no necesitaba descansar; no obstante, está escrito: “El día séptimo descansó y tomó respiro”. ¿Por qué el registro no registra sencillamente que el Creador cesó de su obra? ¿Por qué al final de esa obra empleó un día para descansar? La respuesta se obtendrá en el versículo siguiente. Él estaba poniendo el fundamento de una institución divina, el monumento a su gran obra.HSPDS 15.2

    “Entonces bendijo Dios el séptimo día y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación”. El cuarto mandamiento afirma el mismo hecho: Él “reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el sábado y lo santificó”.4Génesis 2:3; Éxodo 20:11. En una obra anónima titulada “La moralidad del Cuarto Mandamiento” (Londres, 1652), pero no el libro del Dr. Twisse con el mismo título, está el siguiente pasaje notable: “La raíz hebrea para siete, significa plenitud, perfección, y los judíos sostienen que hay muchos misterios en el número siete: así Juan en su Apocalipsis usó mucho ese número. Como las siete iglesias, siete estrellas, siete espíritus, siete candeleros, siete ángeles, siete sellos, siete trompetas; y apenas nos encontramos con el séptimo día, que es bendecido; y con el séptimo hombre [Génesis 5:24; Judas 14], que es trasladado”. Página 7.HSPDS 15.3

    La bendición y santificación del séptimo día fueron porque Dios descansó en él. Su descanso en ese día, entonces, era para poner el fundamento a fin de bendecir y santificar ese día. El que tuviera un respiro en su descanso, implica que él se deleitó en el acto con el que puso el fundamento para el monumento de su gran obra.HSPDS 15.4

    El segundo acto del Creador para instituir este monumento fue poner su bendición sobre el día de reposo. De allí en adelante era el bendito día de reposo del Señor. Un tercer acto completa la institución sagrada. El día ya bendecido por Dios es ahora, por último, santificado por él. Santificar es “separar, poner aparte, o designar para un uso santo, sagrado o religioso”. Santificar es “hacer santo; consagrar; poner aparte para un uso santo o religioso”.5Webster Unabridged Dictionary sobre las palabras santificar y hallow. Ed. 1859.
    La edición revisada de 1864 da esta definición: “Hacer sagrado o santo; poner aparte para un uso santo o religioso; conmemorar con ritos apropiados; santificar o consagrar. Dios bendijo el séptimo día, y lo santificó. Génesis 2:3. Moisés… santificó a Aarón y sus vestiduras. Levítico 8:30”.
    Worcester lo define así: “Ordenar o poner aparte para fines sagrados; consagrar. Dios bendijo el séptimo día y lo santificó. Génesis 2:3”.
    HSPDS 16.1

    El momento en que se realizaron estos tres actos es digno de notarse en forma especial. El primer acto fue el descansar. Esto ocurrió el séptimo día; porque el día fue empleado en reposar. El segundo y el tercer acto ocurrieron cuando el séptimo día hubo pasado. “Dios bendijo el séptimo día y lo santificó: porque en él había reposado de toda su obra”. Por ello fue en el primer día de la segunda semana de tiempo que Dios bendijo el séptimo día, y lo puso aparte para un uso santo. La bendición y santificación del séptimo día, por lo tanto, no se relaciona con el primer séptimo día del tiempo, sino con el séptimo día de la semana para todo el tiempo futuro, en memoria del descanso de Dios en ese día de la obra de creación.HSPDS 16.2

    Con el comienzo del tiempo, Dios comenzó a contar los días, dando a cada uno un número ordinal como su nombre. Siete días diferentes reciben igual número de nombres diferentes. En memoria de lo que hizo en el último de esos días, él puso ese día aparte por nombre para un uso santo. Este acto da existencia a las semanas, o períodos de siete días. Porque con el séptimo día, él dejó de contar, y, por la designación divina de ese día para un uso santo en memoria del reposo de ese día, él hace que el hombre comience la cuenta de una semana nueva tan pronto como el séptimo día ha cesado. Y como a Dios le plugo dar al hombre, en total, sólo siete días diferentes, y dio a cada uno de estos días un nombre que indica su lugar exacto en la semana, su acto de poner aparte uno de ellos por nombre, acto con el cual creó las semanas, y le dio al hombre el sábado, nunca pueden –excepto por sofistería– hacer que se relacione con un día indefinido o incierto.HSPDS 16.3

    Los días de la semana están medidos por la revolución de nuestra tierra sobre su eje; y por ello, nuestro séptimo día, como tal, puede venir solo a los habitantes de este globo. Para Adán y Eva, por lo tanto, como habitantes de esta tierra, y no habitantes de algún otro mundo, se les dieron los días de la semana para usar. Por ello, cuando Dios puso aparte uno de estos días para un uso santo en recuerdo de su propio descanso en ese día de la semana, la misma esencia del acto consistía en contarle a Adán que ese día debe ser usado sólo para propósitos sagrados. Adán estaba en ese entonces en el Jardín del Edén, puesto allí por el Creador para labrarlo y cuidarlo. También fue comisionado por Dios para sojuzgar la tierra.6Génesis 2:15; 1:28. Por lo tanto, cuando regrese el día de descanso del Señor, de semana en semana, toda su ocupación secular, por apropiada que sea en sí misma, debe ser puesta a un lado, y el día ser observado en memoria del descanso del Creador.HSPDS 16.4

    El Dr. Twisse cita a Martín Lutero así:HSPDS 17.1

    “Y Martín Lutero profesa lo mismo (tomo vi, sobre Génesis 2:3). ‘De aquí se deduce’, dice él, ‘que si Adán hubiera mantenido su inocencia, todavía hubiera guardado santo el séptimo día, es decir, en ese día hubiera enseñado a sus hijos, y a los hijos de sus hijos, cuál era la voluntad de Dios, y en eso consistía su adoración; él debería haber alabado a Dios, dándole gracias, y haciendo ofrendas. En los otros días, él debería haber labrado la tierra, cuidado de su ganado”.7Morality of the Fourth Commandment [La moralidad del cuarto mandamiento], pp. 56, 57, Londres, 1641.HSPDS 17.2

    El verbo hebreo, kadash, aquí traducido santificado, y en el cuarto mandamiento traducido consagrado [en la versión inglesa de la Biblia], Gesenio lo define: “Pronunciar santo, santificar; instituir cualquier cosa como santa, designar”,8Léxico hebreo, p. 914, ed. 1854. se usa repetidamente en el Antiguo Testamento para una designación pública o proclamación. De esta manera, cuando se separaron las ciudades de refugio en Israel, está escrito: “Entonces señalaron [heb., santificaron] a Cedes en Galilea, en el monte de Neftalí, Siquem en los montes de Efraín”, etc. Esta santificación o designación de las ciudades de refugio fue hecho por un anuncio público a Israel que estas ciudades eran puestas aparte para ese propósito. Este verbo también se usa para la designación de ayunos públicos, y para la reunión de una asamblea solemne. Así está escrito: “Proclamad [i.e., santificad] ayuno, convocad asamblea, congregad a los ancianos y a todos los moradores de la tierra en la casa de Jehová, vuestro Dios”. “¡Tocad trompeta en Sión, proclamad [santificad] ayuno, convocad asamblea! “Luego dijo Jehú: Santificad [heb] un día solemne a Baal”.9Josué 20:7; Joel 1:14; 2:15; 2 Reyes 10:20, 21; Sofonías 1:7, margen. Este encuentro para Baal era tan público que todos los adoradores de Baal en todo Israel se reunieron. Estos ayunos y asambleas solemnes eran santificados o puestos aparte por una designación pública o proclamación del hecho. Por lo tanto, cuando Dios puso aparte el séptimo día para un uso santo, era necesario que él declarara el hecho a aquellos que tenían los días de la semana para usar. Sin tal anuncio el día no podía ser puesto aparte de los otros.HSPDS 17.3

    Pero la ilustración más notable del significado de esta palabra puede encontrarse en el registro de la santificación del Monte Sinaí.10Éxodo 19:12, 23. Cuando Dios estaba por expresar los diez mandamientos en oídos de todo Israel, él envió a Moisés para que bajara de la cumbre del Monte Sinaí para que la gente no tocara el monte. “Moisés dijo a Jehová: El pueblo no podrá subir al monte Sinaí, porque tú nos has mandado diciendo: Señala límites al monte y santifícalo”. Volviendo al versículo donde Dios le dio este encargo a Moisés, leemos: “Señalarás límites alrededor del pueblo, y dirás: ‘Guardaos, no subáis al monte ni toquéis sus límites”. Por ello, santificar el monte era ordenar a la gente que no tocara ni el borde de él; porque Dios estaba por descender en majestad sobre él. En otras palabras , santificar o poner aparte el Monte Sinaí para un uso santo, era decir a la gente que Dios deseaba que ellos trataran al monte como sagrado para él. Y así también santificar el día de reposo del Señor era decirle a Adán que él debía tratar el día como santo para el Señor.HSPDS 17.4

    La declaración, “Dios bendijo el día séptimo y lo santificó”, no es en realidad un mandamiento para la observancia de ese día; sino es el registro de que tal precepto fue dado a Adán.11El Comentario del Dr. Lange habla así de este punto, en el tomo 1, p. 197: “Si no tuviéramos otro pasaje que éste de Génesis 2:3, no habría dificultad en deducir de él un precepto para la observancia universal de un sábado, o séptimo día, para ser dedicado a Dios, como tiempo santo, por todos los de la raza para quienes la tierra y su naturaleza fue especialmente preparada. Los primeros hombres deben haberlo conocido. Las palabras, ‘Lo santificó’ no pueden tener otro significado. Sería un espacio en blanco a menos que se refiera a algo que fuera requerido que se guardara como santo”.
    El Dr. Nicholas Bound, en su Verdadera Doctrina del Sábado, Londres, 1606, p. 7, afirma de este modo la antigüedad del precepto del sábado: “El primer mandamiento del sábado entonces no fue dado por primera vez cuando fue pronunciado desde el Cielo por Jehová, que cualquier otro de los preceptos morales, o sea, que tiene tanta antigüedad como lo tiene el séptimo día; porque apenas fue el día, fue santificado, para que pudiéramos saber que, al venir con el primer hombre, no debe irse sino con el último hombre; y como fue santificado en el principio del mundo, así debe continuar hasta el fin del mismo; y, como el primer séptimo día fue santificado, así debe ser el último. Y esto es lo que uno dice, que el sábado fue ordenado por Dios, y que el séptimo día fue santificado por él aun desde el principio del mundo; donde (las últimas palabras ilustran las anteriores) él muestra que, cuando Dios lo santificó, entonces también ordenó que se lo guardara santo; y por lo tanto considere cuán antigua es la santificación del día, la misma antigüedad como el mandamiento de santificarlo; porque esos dos son todos uno”.
    Porque, ¿cómo podría Dios “poner aparte para un uso santo” el día de su reposo, cuando los que habían de usar el día no sabían nada de su voluntad en este caso? Que lo contesten los que puedan.
    HSPDS 18.1

    Esta idea del registro en el Génesis lo encontraremos sustentado por todo el testimonio en la Biblia relacionado con el día de descanso del Señor. Los hechos que hemos examinado son la base del cuarto mandamiento. Así habló el gran Legislador desde la cumbre del ardiente monte: “Acuérdate del sábado, para santificarlo”. “El séptimo día es de reposo para Jehová tu Dios”. “Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto Jehová bendijo el día sábado y lo santificó”.12Éxodo 20:8-11.HSPDS 18.2

    El término sábado es transferido de la lengua hebrea, y significa descanso.13Diccionario teológico de Buck, art. Sábado; Diccionario Calmet, artículo, Sábado. El mandato: “Acuérdate del sábado para santificarlo”, es por lo tanto exactamente equivalente a decir, “Acuérdate del día de descanso, para guardarlo santo”. La explicación que sigue sostiene esta afirmación: “El séptimo día es el Sábado [o día de descanso] de Jehová tu Dios”. El origen de este día de descanso se da en estas palabras: “Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el sábado y lo santificó”. Lo que se ordena en el cuarto mandamiento es guardar santo el día de descanso del Señor. Y esto está definido como el día en el cual él descansó de su obra de creación. Además, el cuarto mandamiento llama al séptimo día el día sábado en la ocasión en que Dios bendijo y santificó ese día; por lo tanto, el sábado es una institución que data desde la fundación del mundo. El cuarto mandamiento señala hacia atrás a la Creación para el origen de su obligación; y cuando vamos atrás a ese punto, encontramos la sustancia del cuarto mandamiento dado a Adán: “Dios bendijo el séptimo día, y lo santificó”, o sea, lo puso aparte para un uso santo. Y en el mandamiento mismo, se afirma el mismo hecho: “El Señor bendijo el sábado, y lo santificó”, es decir, lo apartó para un uso santo. Una declaración afirma que “Dios bendijo el séptimo día, y lo santificó”; la otra, que “El Señor bendijo el día sábado y lo santificó”. Estas dos declaraciones se refiere a los mismos actos. Como la palabra sábado no aparece en la primera declaración, se ha planteado que el sábado no se originó en la creación, siendo meramente que el séptimo día fue santificado. De la segunda declaración, se ha alegado que Dios no bendijo el séptimo día, sino sencillamente la institución del sábado. Pero ambas declaraciones abarcan toda la verdad. Dios bendijo el séptimo día, y lo santificó; y este día así bendecido y santificado era su santo sábado, o día de reposo. De este modo, el cuarto mandamiento establece el origen del sábado en la creación.HSPDS 18.3

    La segunda mención del sábado en la Biblia provee una confirmación decisiva de los testimonios ya mencionados. En el sexto día de la semana, Moisés, en el desierto de Sin, dijo a Israel: “Mañana es el descanso del santo sábado para el Señor”.14Éxodo 16:22, 23. ¿Qué se había hecho al séptimo día desde que Dios lo bendijo y santificó como el día de reposo en el paraíso? Nada. ¿Qué le hizo Moisés al séptimo día para hacerlo el descanso del santo sábado para el Señor? Nada. Moisés en el sexto día sencillamente afirma el hecho de que mañana es el descanso del santo sábado para el Señor. El séptimo día ha sido tal desde que Dios bendijo y santificó el día de su descanso.HSPDS 19.1

    El testimonio de nuestro divino Señor relacionado con cl origen y el propósito para el sábado es de importancia peculiar. Él es competente para testificar, porque él estuvo con el padre en el comienzo de la creación.15Juan 1:1-3; Génesis 1:1, 26; Colosenses 1:13-16. El sábado para el hombre fue hecho”, dijo él, “no el hombre para el sábado”.16Marcos 2:27. La siguiente regla gramatical es digna de notar: “Un sustantivo sin un adjetivo es invariablemente tomado en su extensión más amplia, como: El hombre es responsable”.17Principios de Gramática Inglesa, de Barret, p. 29. Los siguientes textos ilustrarán esta regla, y también esta afirmación de nuestro Señor: “El hombre yace y no vuelve a levantarse. Mientras exista el cielo, no despertará ni se levantará de su sueño”. “No os ha sobrevenido ninguna prueba que no sea humana”. “Está establecido para los hombres que mueran”.18Job 14:12; 1 Corintios 10:13; Hebreos 9:27. En estos textos hombre está usado sin restricciones, y por lo tanto, involucra necesariamente a toda la humanidad. El sábado fue por lo tanto hecho para toda la familia humana, en consecuencia, se originó con la humanidad. Pero el lenguaje del Salvador es aún más enfático en el original: “El sábado fue hecho para EL hombre, no EL hombre para el sábado”. Este lenguaje fija en la mente del hombre Adán, quien fue hecho del polvo de la tierra justo antes de que el sábado fuera hecho para él, el séptimo día.HSPDS 19.2

    Esta es una notable confirmación del hecho ya señalado de que el sábado le fue dado a Adán, cabeza de la familia humana.HSPDS 19.3

    “El séptimo día es el Sábado del Señor tu Dios”; no obstante, él hizo el sábado para el hombre. “Dios hizo el sábado por una solemne asignación, para que él pudiera transmitirlo a nosotros bajo la garantía de un título divino, para que nadie pueda robárnoslo sin impunidad”.HSPDS 19.4

    Pero, ¿no es posible que el acto divino de bendecir y santificar el séptimo día no ocurriera al final de la semana de la creación? ¿No podría ser que fuera mencionado entonces porque Dios quería que el día de descanso fuera observado más tarde? O tal vez, como Moisés escribió el libro del Génesis mucho después de la creación, ¿no podría haberse insertado este informe de la santificación del séptimo día con el registro de la primera semana, aunque el día mismo fue santificado en su propio tiempo?HSPDS 20.1

    Es muy seguro que tal interpretación del registro no puede ser admitida, a menos que los hechos del caso lo exijan. Porque es, para decir lo menos, una explicación forzada del lenguaje. El registro del Génesis, a menos que esto sea una excepción, es una narración sencilla de eventos. De este modo, lo que Dios hizo cada día está registrado en su orden hasta el séptimo. Ciertamente es hacer violencia a la narración afirmar que el registro respecto del séptimo día es de un carácter diferente de lo que respecta a los otros seis. Él descansó el séptimo día; él santificó el séptimo día porque había descansado en él. La razón por la que él debiera santificar el séptimo día existió cuando su descanso concluyó. Decir, por lo tanto, que Dios no santificó el día en ese tiempo, sino que lo hizo en los días de Moisés, no es sólo distorsionar la narración, sino afirmar que él descuidó de hacer aquello cuya razón existía en la creación, hasta veinticinco siglos más tarde.19El Dr. Twisse ilustra lo absurda que es la idea que hace que la primer observancia del sábado en recuerdo de la creación comenzara unos 2.500 años después de ese evento. “Leemos que cuando los ilienses, habitantes de Ilium, llamada antiguamente con el nombre de Troya, enviaron una embajada a Tiberio, para condolerse por la muerte de su padre Augusto, él, considerando que era irrazonable, siendo que pasó mucho tiempo desde su muerte, les contestó del mismo modo, diciendo que lamentaba su dolor también, habiendo perdido un caballero tan renombrado como fue Héctor, más de mil años antes en las guerras de Troya.”–Moralidad del Cuarto Mandamiento, p. 198.HSPDS 20.2

    Pero pedimos que se presenten los hechos que demuestren que el sábado fue santificado en el desierto de Sin, y no en la creación. ¿Y cuáles son los hechos que muestran esto? Se confiesa que tales hechos no están registrados. Su existencia es supuesta a fin de sostener la teoría de que el sábado se originó en la caída del maná, y no en el paraíso.HSPDS 20.3

    ¿Santificó Dios el sábado en el desierto de Sin? No hay indicios de tal hecho. Por el contrario, se menciona en ese tiempo como algo puesto aparte por Dios. En el sexto día Moisés dijo: “Mañana es sábado, el día de reposo consagrado a Jehová”.20Éxodo 16:23. Ciertamente este no es un acto de instituir el sábado, sino la mención familiar de un hecho existente. Pasamos al Sinaí. ¿Santificó Dios el sábado cuando pronunció los diez mandamientos? Nadie pretende que lo hizo. Todos admiten que Moisés habló de ello en forma familiar el mes anterior.21Éxodo 16. ¿Habla Dios de la santificación del sábado en Sinaí? Sí, lo hace; pero en el mismo lenguaje del Génesis vuelve, para la santificación del sábado, no al desierto de Sin, sino a la creación del mundo.22Éxodo 20:8-11. Preguntamos a aquellos que sostienen la teoría que estamos examinando, lo siguiente: Si el sábado no fue santificado en la creación, sino que fue santificado en el desierto de Sin, ¿por qué la narración en cada caso23Comparar Génesis 2:1-3; Éxodo 20:8-11. registra la santificación del sábado en la creación y omite toda mención de tal hecho en el desierto de Sin? Más aún, ¿por qué el registro de los eventos en el desierto de Sin, muestran que el santo Sábado en ese tiempo ya estaba en existencia? En una palabra, ¿cómo puede una teoría que subvierte todos los hechos en el registro, ser mantenida como la verdad de Dios?HSPDS 20.4

    Hemos visto que el sábado fue ordenado por Dios al final de la semana de la creación. El objeto de su Autor es digno de atención especial. ¿Por qué estableció el Creador este memorial en el paraíso? ¿Por qué puso aparte de los otros días de la semana ese día que él había usado en descansar? “Porque en él”, dice el registro, “él descansó de toda su obra que Dios había creado y hecho”. Un reposo necesariamente implica un trabajo realizado. Y de aquí que el sábado fue ordenado por Dios como monumento de la obra de la creación. Y por lo tanto ese precepto de la ley moral que se relaciona con este monumento, a diferencia de todo otro precepto de esa ley, comienza con la palabra “Acuérdate”. La importancia de este memorial se apreciará cuando descubrimos por la Escritura que es la obra de la creación la que su Autor pretende como la gran evidencia de su poder eterno y Deidad, y como ese gran hecho lo distingue a él de todos los dioses falsos. Así está escrito:HSPDS 21.1

    “Pero el que hizo todas las cosas es Dios”. “Los dioses que no hicieron los cielos ni la tierra, desaparezcan de la tierra y de debajo de los cielos”. “Mas Jehová es el Dios verdadero: él es el Dios vivo y el Rey eterno”. “Él hizo con su poder la tierra, con su saber puso en orden el mundo y con su sabiduría extendió los cielos”. “Lo invisible de él, su eterno poder y deidad, se hace claramente visible desde la creación del mundo”. “Porque él dijo, y fue hecho; él mandó, y existió”. Por ello “comprendemos que el universo fue hecho por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía”.24Hebreos 3:4; Jeremías 10:10-12; Romanos 1:20; Salmos 33:9; Hebreos 11:3.HSPDS 21.2

    Tal es la estima que las Escrituras ponen sobre la obra de la creación como evidenciando el poder eterno y la Deidad del Creador. El sábado se encuentra como un monumento a esta gran obra. Su observancia es un acto de reconocimiento agradecido de parte de sus criaturas inteligentes de que él es su Creador, y que ellos deben todo a él; y que por su voluntad son y fueron creados. ¡Cuán apropiada fue esta observancia para Adán! Y cuando el hombre hubo caído, cuán importante para su bienestar fue que él recordara “el sábado, para santificarlo”. Él se hubiera preservado del ateísmo y de la idolatría; porque nunca podría olvidar que había un Dios de quien se derivan todas las cosas y tienen su ser; ni podría adorar como Dios a ningún otro que al Creador.HSPDS 21.3

    El séptimo día, como fue santificado en el Edén, no era judío, sino divino; no era un monumento a la huida de Israel de Egipto, sino al descanso del Creador. Ni es cierto que los escritores judíos más distinguidos nieguen el origen primario del sábado, o pretendan que es un memorial judío. Citamos al historiador Josefo y a su erudito contemporáneo, Filón Judío. Josefo, cuyas Antigüedades judaicas son paralelas a la Biblia desde el comienzo, cuando trata del desierto de Sin, no hace ninguna alusión al sábado, una prueba clara de que no tenía la idea de que se originó en ese desierto. Pero cuando dio cuenta de la creación, él provee el siguiente testimonio:HSPDS 21.4

    “Moisés dice que en solo seis días se hizo el mundo y todo lo que hay en él. Y que el séptimo día fue un descanso y una liberación del trabajo de tales operaciones; DE DONDE es que celebramos un descanso de nuestras labores en ese día, y lo llamamos el sábado; palabra que denota descanso en la lengua hebrea”.25Antigüedades judaicas, libro i, cap. 1, sec. 1.HSPDS 22.1

    Y Filón presenta un testimonio enfático relacionado con el carácter del sábado como un memorial. Y así dice:HSPDS 22.2

    “Pero después que todo el mundo había sido completado de acuerdo con la naturaleza perfecta del número seis, el Padre santificó el día siguiente, el séptimo, alabándolo y llamándolo santo. Porque ese día es la fiesta, no de una ciudad o un país, sino de toda la tierra; un día que es el único correcto de ser llamado el día de fiesta para todos los pueblos, y el cumpleaños del mundo”.26Obras, t. 1, “La Creación del mundo”, sec. 30.HSPDS 22.3

    Tampoco el descanso de Jehová fue una sombra del descanso del hombre después de su recuperación de la caída. Dios siempre será adorado en una manera racional por sus criaturas inteligentes. Por lo tanto cuando puso aparte su día descanso para un uso santo, si no fue un memorial de su obra, sino una sombra de la redención del hombre de la caída, el verdadero designio de la institución debió haber sido aseverado, y, como consecuencia, el hombre en su estado no caído nunca podría haber observado el sábado como una delicia, sino siempre con profunda angustia, por recordarle que pronto iba a apostatar de Dios. Ni había de ser el santo de Jehová y honorable, una de las “ordenanzas carnales impuestas sobre ellos hasta el tiempo de la reforma”;27Isaías 58:13, 14; Hebreos 9:10. porque no podría haber reforma con seres no caídos.HSPDS 22.4

    Pero el hombre no continuó con su rectitud. El paraíso se perdió, y Adán fue excluido del árbol de la vida. La maldición de Dios cayó sobre la tierra, y la muerte entró por el pecado, y pasó a todos los hombres.28Génesis 3. Romanos 5:12. Después de esta triste apostasía, no ocurre ninguna mención posterior del sábado hasta que Moisés en el sexto día dijo: “Mañana es sábado, el día de reposo consagrado a Jehová”.HSPDS 22.5

    Se objeta que no hay en el libro de Génesis ningún precepto para la observancia del sábado, y en consecuencia, no había obligación de que los patriarcas lo guardaran. Este argumento tiene un defecto que los que lo usan no notan. El libro de Génesis no fue una regla dada a los patriarcas para que anduvieran según él. Por lo contrario, fue escrito por Moisés 2.500 años después de la creación, y mucho después que los patriarcas hubieran muerto. En consecuencia, el hecho de que ciertos preceptos no se encuentran en Génesis no es evidencia de que no fueran obligatorios para los patriarcas. Así, el libro no es un mandato para los hombres a amar a Dios con todos sus corazones, y a sus prójimos como a sí mismos, ni prohíbe la idolatría, la blasfemia, la desobediencia a los padres, el adulterio, el robo, el falso testimonio o la codicia. ¿Quién afirmará sobre esta base que los patriarcas no tuvieron restricciones en estas cosas? Como un mero registro de los eventos, escrito mucho después que ocurrieron, no era necesario que el libro contuviera un código moral. Pero si el libro se hubiera dado a los patriarcas como regla de vida, por necesidad debiera haber tenido tal código. Es un hecho digno de tomar especialmente en cuenta que tan pronto como Moisés alcanzó su propio tiempo en el libro de Éxodo, se dio toda la ley moral. El registro y el pueblo fueron entonces contemporáneos, y todo el tiempo después la ley escrita estuvo en manos del pueblo de Dios, como regla para la vida, y un código completo de preceptos morales.HSPDS 22.6

    El argumento bajo consideración es defectuoso, 1. Porque está basado en la suposición de que el libro de Génesis era la regla de vida para los patriarcas; 2. Porque si se aceptara, liberaría a los patriarcas de todos los preceptos de la ley moral salvo el sexto.29Génesis 9:5, 7. 3. Porque el acto de Dios de separar su día de reposo para un uso santo, como hemos visto, necesariamente involucra el hecho de que él dio un precepto con respecto a ese día a Adán, en cuyo tiempo fue puesto aparte. Y de allí que, aunque el libro de Génesis no contiene ningún precepto con respecto al sábado, no contiene evidencia directa de que tal precepto se diera al jefe y representante de la familia humana.HSPDS 23.1

    Después de dar la institución del sábado, el libro de Génesis, en su breve registro de 2.370 años, no lo menciona de nuevo. Esto ha sido presentado como una prueba amplia de que aquellos hombres santos, quienes, durante ese período, fueron perfectos, y caminaron con Dios en observancia de sus mandamientos, estatutos y leyes,30Génesis 5:24; 6:9; 26:5. todos vivieron en abierta profanación de ese día que Dios había bendecido y puesto aparte para un uso santo. Pero el libro de Génesis también omite cualquier referencia clara a la doctrina del castigo futuro, la resurrección del cuerpo, la revelación del Señor en fuego llameante, y el Juicio del gran día. ¿Prueba este silencio que los patriarcas no creyeron estas grandes doctrinas? ¿Hacen que alguna de ellas sea menos sagrada?HSPDS 23.2

    Pero el sábado no es mencionado desde Moisés hasta David, un período de quinientos años, durante los cuales fue impuesto bajo pena de muerte. ¿Prueba esto que no fue observado durante este período?31Ver el comienzo del cap. 8 de esta obra. El jubileo ocupaba un lugar muy destacado en el sistema típico, no obstante en toda la Biblia no se registra un solo caso de su observancia. Lo que es todavía más notable, no hay un solo registro de un solo caso de la observancia del gran día de expiación, a pesar del hecho de que la obra en el lugar santísimo era el servicio más importante conectado con el santuario terrenal. Y no obstante la observancia de otras fiestas menos importantes en el séptimo mes, que están muy íntimamente conectadas con el día de la expiación, el que lo precedía por diez días, el otro que lo seguía después de cinco días, se registra repetida y específicamente.32Esdras 3:1-6; Nehemías 8:2, 9-12, 14-18; 1 Reyes 8:2, 65; 2 Crónicas 5:3; 7:8, 9; Juan 7:2-14, 37. Sería sofistería alegar de este silencio con respecto al día de la expiación, cuando hubo tantos casos en los que su mención es casi requerida, que ese día nunca fue observado; y no obstante es realmente un mejor argumento que el similar presentado contra el sábado en el libro de Génesis.HSPDS 23.3

    El cómputo del tiempo por semanas se deriva de nada que haya en la naturaleza, sino debe su existencia a la designación divina del séptimo día para un uso santo en memoria del descanso del Señor de la obra de la creación en seis días.33“La semana, otra medida original, no es una medida natural del tiempo, como algunos astrónomos y cronólogos supusieron, indicada por las fases de la luna. Se originó por designación divina en la creación: seis días de trabajo y uno de descanso siendo designado sabiamente para el bienestar físico y espiritual del hombre”.–Sacra cronología de Bliss, p. 6; Cronología de Hale, t. 1, p. 19.
    “Siete ha sido un antiguo número honrado entre las naciones de la tierra. Ellas midieron su tiempo en semanas desde el comienzo. El origen de esto fue el sábado de Dios, como Moisés ha dado las razones en sus escritos”.–Brief Dissertation on the first three Chapters of Genesis, por el Dr. Coleman, p. 26.
    Este período está marcado solo por la recurrencia del santificado día de reposo del Creador. Que los patriarcas computaron el tiempo por semanas y por grupos de siete días, es evidente de varios textos.34Génesis 29:27, 28; 8:10, 12; 7:4, 10; 50:10; Éxodo 7:25; Job 2:13. Que ellos retuvieran la semana y se olvidaran del sábado, que es lo único que marca la semana, no es una conclusión probable. Que el cómputo de la semana fue correctamente conservado es evidente por el hecho de que en el desierto de Sin en el sexto día la gente, por su propia decisión, reunió una doble porción de maná. Y Moisés le dijo: “¡Mañana es el descanso del santo sábado para Jehová!”35Éxodo 16:22, 23.
    HSPDS 24.1

    La brevedad del registro en Génesis hace que pasemos por alto muchos hechos del más profundo interés. Adán vivió 930 años. ¡Cuán profundo y absorbente interés debe haber existido en la familia humana de ver al primer hombre! ¡Conversar con uno que él mismo había hablado con Dios! ¡Escuchar de sus labios una descripción de aquel paraíso en el cual había vivido! ¡Escuchar de sus labios las palabras mismas del Creador cuando puso aparte su día de reposo para un uso santo” ¡Y conocer la triste historia de la pérdida del paraíso y del árbol de la vida!36El interés en ver al primer hombre se declara de esta manera: “Sem y Set fueron gloriosos entre los hombres, mas por encima de toda criatura viviente está Adán”. Eclesiástico 49:16, BJ.HSPDS 24.2

    Por lo tanto, no fue difícil que los hechos con respecto a los seis días de la creación y la santificación del día de reposo se difundieran entre la humanidad en la era patriarcal. Hasta era imposible que fuera de otro modo, especialmente entre los piadosos. Desde Adán hasta Abrahán una sucesión de hombres –probablemente inspirados por Dios– preservaron el conocimiento de Dios sobre la tierra. De este modo, Adán vivió hasta que Lamec, el padre de Noé tuvo 56 años de edad; Lamec vivió hasta que Sem, el hijo de Noé tuvo 93 años; Sem, vivió hasta que Abrahán tuvo 150 años de edad. De esta manera llegamos a Abrahán, el padre de los fieles. De él se registra que obedeció a la voz de Dios y mantuvo sus estatutos, sus mandamientos, y sus leyes. Y de él el Altísimo dio el siguiente testimonio: “Yo sé que mandará a sus hijos, y a su casa después de sí, que guarden el camino de Jehová haciendo justicia y juicio”.37Génesis 26:5; 18:19. El conocimiento de Dios fue preservado por la familia de Abrahán; y luego encontraremos que el sábado fue familiarmente mencionado entre su posteridad, como una institución en existencia.HSPDS 24.3

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