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Testimonios para la Iglesia, Tomo 5

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    El ejercicio de la voluntad

    La religión pura tiene que ver con la voluntad. La voluntad es la fuerza gobernante de la naturaleza humana que mantiene a todas las demás facultades bajo su dominio. La voluntad no es el gusto o la inclinación, sino la facultad decisiva que obra en los hijos de los hombres, bien sea para obediencia o desobediencia a Dios.5TPI 484.1

    Usted es un hombre joven e inteligente; desea encaminar su vida de tal manera que al fin y al cabo esté capacitado para entrar en el cielo. Se desanima con frecuencia al verse falto de fuerza moral, esclavo de la duda y dominado por los hábitos y costumbres de su antigua vida de pecado. Encuentra que sus emociones lo engañan, contradicen sus mejores determinaciones y más solemnes promesas. Nada le parece real. Su propia inestabilidad lo lleva a dudar de la sinceridad de los que anhelan hacerle el bien. Mientras más lucha en su estado de duda, más irreal le parece todo, hasta que se figura que no hay terreno firme para usted en ningún lado. Sus promesas son como cuerdas de arena y juzga a la misma luz irreal las palabras y actos de aquellos en quienes debiera tener confianza.5TPI 484.2

    Usted estará en peligro constante hasta que comprenda la fuerza real de la voluntad. Podrá creer y prometer todas las cosas, pero sus promesas o su fe no tendrán valor hasta que ponga su voluntad del lado de la fe y la acción. Si pelea la batalla de la fe con toda su fuerza, vencerá. No puede confiar en sus sentimientos, sus impresiones, y sus emociones, porque no se puede depender de ellos, especialmente porque sus ideas son pervertidas; y el conocimiento de sus promesas quebrantadas y sus votos olvidados debilita su confianza en sí mismo y la confianza de otros en usted.5TPI 484.3

    Pero no tiene que desesperar. Debe estar determinado a creer, aunque nada le parezca verdadero o real. No es necesario que le diga que ha sido usted mismo el que se ha colocado en esta posición nada envidiable. Debe recobrar su confianza en Dios y en sus hermanos. Queda de su parte ceder su voluntad a la voluntad de Jesucristo; y mientras lo haga, Dios tomará posesión inmediatamente de usted y obrará en su vida el querer y el hacer por su santa voluntad. Su naturaleza entera será puesta bajo el dominio del Espíritu de Cristo, y hasta sus pensamientos estarán sujetos a él. Usted no puede controlar sus impulsos, sus emociones, como quisiera; pero puede ejercer dominio sobre la voluntad, y puede lograr cambiar enteramente su vida. Al entregar su voluntad a Cristo, su vida estará escondida juntamente con Cristo en Dios y vinculada al poder que está sobre todos los principados y potestades. Recibirá fuerza de Dios que lo mantendrá firme en su poder; y una nueva luz, la luz misma de una fe viviente, estará a su alcance. Pero su voluntad debe cooperar con la voluntad de Dios, no con la voluntad de compañeros a través de los cuales Satanás obra constantemente para engañarlo y destruirlo.5TPI 484.4

    ¿Por qué no se coloca sin demora en una relación correcta con Dios? ¿Por qué no dice: “Entregaré mi voluntad a Jesús ahora mismo”, y desde este momento se pone completamente del lado del Señor? Pase por alto las costumbres y el fuerte clamor del apetito y la pasión. No dé lugar a que Satanás diga: “Eres un hipócrita miserable”. Cierre la puerta para que Satanás no lo acuse y descorazone de esa manera. Diga: “Creeré, creo de veras, que Dios es mi ayudador”, y verá que, Dios mediante, se convertirá en triunfador. Si mantiene su voluntad con perseverancia del lado del Señor, todas sus emociones serán puestas en conformidad con la voluntad de Jesús. Entonces encontrará que sus pies están plantados sobre la roca firme. A veces se requerirá que ponga en uso hasta la última gota de voluntad que posea; pero es Dios quien obra en su favor, y saldrá del proceso moldeador convertido en un vaso para honra.5TPI 485.1

    Hable con fe. Manténgase del lado de Dios. No pose su pie en el lado del enemigo, y el Señor será su ayudador. Él hará por usted lo que no es posible que usted haga por sí mismo. El resultado será que se volverá “como un cedro del Líbano”. Su vida será noble y sus obras serán las de Dios. Habrá en usted un poder, un fervor, una sencillez, que lo harán ser un instrumento perfecto en las manos de Dios.5TPI 485.2

    Es preciso que beba a diario de la fuente de la verdad para que pueda usted comprender el secreto del placer y el gozo que hay en el Señor. Empero, usted debe recordar que su voluntad es la fuente de todos sus actos. Esta voluntad, que es un factor tan importante en el carácter del ser humano, fue en ocasión de la caída del hombre entregada al dominio de Satanás; y él desde entonces ha estado obrando en el hombre el querer y el hacer de su propia voluntad, para la ruina y la miseria del ser humano. Sin embargo, el sacrificio infinito de Dios al entregar a Jesús, su Hijo amado, como holocausto por el pecado, le capacita para decir, sin violar ni un solo principio de su gobierno: “Entrégate a mí; dame tu voluntad; apártala del control de Satanás, y yo me apoderaré de ella; entonces yo podré obrar en ti tanto el querer como el poda de mi santa voluntad”. Cuando Dios le da el pensamiento de Cristo, la voluntad de usted se hace su voluntad, y su carácter se transforma a la semejanza del carácter de Cristo. ¿Se propone usted hacer la voluntad de Dios? ¿Desea usted obedecer las Sagradas Escrituras? “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame”. Mateo 16:24.5TPI 486.1

    Usted no puede decir que sigue a Cristo, a menos que rehuse satisfacer las inclinaciones y decida obedecer a Dios. No son sus afectos, sus emociones, lo que lo hacen un hijo de Dios, sino el hacer la voluntad de él. Le espera una vida útil si su voluntad se convierte en la voluntad de Dios. Entonces podrá mantenerse erguido como hombre de Dios, un ejemplo de buenas obras. Entonces ayudará a mantener en alto las reglas de disciplina en lugar de contribuir a su violación. Ayudará a mantener el orden en lugar de despreciarlo e incitar a otros a una vida irregular por medio de su propio comportamiento. Le digo en el temor de Dios: Yo sé lo que usted puede llegar a ser si coloca su voluntad en manos del Señor. “Somos colaboradores de Dios”. 1 Corintios 3:19. Puede hacer su obra para hoy y la eternidad, de tal manera que soporte la prueba del juicio. ¿No desea intentarlo? ¿Realizará un cambio completo? Usted es objeto del amor y la intercesión de Cristo. ¿No quiere ahora rendirse a Dios y ayudar a los que han sido puestos como centinelas para proteger los intereses de su obra, en lugar de causarles dolor y desánimo? 5TPI 486.2

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