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La Única Esperanza

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    El hombre con el cántaro

    La fiesta se acercaba y Cristo deseaba celebrarla con sus discípulos. Les dijo a Pedro y a Juan que buscaran un lugar y lo acondicionaran para la cena de Pascua.UE 86.5

    Muchísima gente solía venir a Jerusalén para esta ocasión, y los que vivían en la ciudad siempre prestaban un lugar en sus casas para que los visitantes pudieran observar la fiesta sin impedimentos.UE 87.1

    Jesús dijo a Pedro y a Juan que cuando anduvieran por la calle, encontrarían a un hombre con un cántaro de agua. Debían seguirlo a la casa adonde iba, y decir al propietario:UE 87.2

    “El Maestro te dice: ¿Dónde está el aposento donde he de comer la Pascua con mis discípulos?” Lucas 22:11.UE 87.3

    Entonces el hombre les mostraría en el piso alto una gran sala con los muebles necesarios; allí habían de preparar la cena de Pascua. Todo ocurrió exactamente como el Salvador les había anticipado.UE 87.4

    Esta vez los discípulos se hallaban solos con Jesús. En años anteriores estas fiestas habían sido motivo de mucho gozo para ellos. Pero ahora notaban que Jesús estaba afligido.UE 87.5

    Por fin les dijo en un tono de tristeza conmovedora:UE 87.6

    “¡Cuánto he deseado comer con vosotros esta Pascua antes que padezca!”UE 87.7

    Llenó una copa con el vino dulce que había en la mesa, y “dio gracias y dijo: Tomad esto, y repartidlo entre vosotros, porque os digo que no beberé más del fruto de la vid hasta que el reino de Dios venga”. Lucas 22:15, 17, 18.UE 87.8

    Era ésta la última vez que Cristo celebraría la fiesta con sus discípulos. En realidad, era la última Pascua que había de observarse jamás. El cordero que se sacrificaba representaba la muerte de Cristo; y cuando Cristo, el Cordero de Dios, fuera sacrificado por los pecados del mundo, ya no habría necesidad de sacrificar un cordero para simbolizar su muerte.UE 87.9

    Cuando los judíos rechazaron definitivamente a Cristo entregándolo a la muerte, rechazaron también todo lo que daba a esta fiesta su valor y significado. Por lo tanto la observancia de esta ceremonia por parte de ellos dejó de tener valor.UE 88.1

    Mientras Cristo participaba de aquel servicio pascual, tenía ante sí las escenas de su gran sacrificio. Se hallaba ahora bajo la sombra de la cruz y el dolor oprimía su corazón. Presentía toda la angustia que le esperaba.UE 88.2

    Conocía la ingratitud y la crueldad que le mostrarían aquellos a quienes había venido a salvar. Pero no pensaba en su propio sufrimiento, sino que se compadecía de los que perderían la vida eterna por causa de rechazar a su Salvador.UE 88.3

    Sus discípulos ocupaban el primer lugar en su mente. Sabía que después que terminara su propio sufrimiento ellos serían dejados solos para luchar en el mundo.UE 88.4

    Tenía para decirles muchas cosas que animarían sus corazones cuando no estuviera más con ellos. Quería decírselas en ésta su última reunión antes de su muerte.UE 88.5

    Pero no pudo hacerlo, porque vio que no estaban preparados para escuchar sus palabras.UE 88.6

    Habían estado discutiendo entre ellos. Todavía pensaban que Cristo se proclamaría rey, y cada uno de ellos deseaba el cargo más alto en ese reino. Así que entre ellos había sentimientos de celo y enojo de unos contra otros.UE 88.7

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