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La Única Esperanza

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    Jesús lava los pies de sus discípulos

    Había otra causa de dificultad. En ocasión de la fiesta, era la costumbre que un siervo lavara los pies de los huéspedes, y en esta oportunidad se habían hecho los preparativos para el servicio. La jarra con el agua, la palangana y la toalla, estaban allí, listas para el lavado de los pies, pero ningún sirviente se hallaba presente, por lo tanto correspondía a los discípulos realizar el lavamiento.UE 88.8

    Pero ninguno estaba dispuesto a ser siervo de sus hermanos. Ni a lavar sus pies. De manera que se quedaron en silencio en los lugares que habían ocupado alrededor de la mesa.UE 89.1

    Jesús esperó un poco para ver lo que harían. Entonces él mismo se levantó, se ató la toalla a la cintura, echó agua en la palangana y comenzó a lavar los pies de los discípulos. Se había sentido afligido por su disputa, pero no los reprochó con palabras ásperas, sino que manifestó su amor actuando como siervo de sus propios discípulos. Cuando hubo terminado, les dijo:UE 89.2

    “Pues si yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los otros”. Juan 13:14, 15.UE 89.3

    De este modo Cristo les enseñó que debían ayudarse unos a otros. En vez de buscar el lugar más alto para sí mismo, cada uno debe estar dispuesto a servir a sus hermanos.UE 89.4

    El Salvador vino al mundo para trabajar por los demás. Vivió para ayudar y salvar a los que estaban en necesidad y en pecado. Desea que nosotros hagamos lo mismo.UE 89.5

    Los discípulos se sentían ahora avergonzados de sus celos y egoísmo y sus corazones se llenaron de amor por su Señor y por los demás. Ahora podían prestar oído a la enseñanza de Cristo.UE 89.6

    Mientras estaban quietos en torno a la mesa, Jesús tomó el pan, y habiendo dado gracias, lo partió, y les dio diciendo: “Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí.UE 89.7

    “De igual manera, después de haber cenado, tomó la copa, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama”. Lucas 22:19, 20.UE 90.1

    La Biblia dice: “Así pues, todas las veces que comáis este pan y bebáis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga”. 1 Corintios 11:26.UE 90.2

    El pan y el mosto representan el cuerpo y la sangre de Cristo. Así como el pan fue quebrado, y el vino vertido, sobre la cruz el cuerpo de Cristo fue quebrantado y su sangre derramada para salvarnos.UE 90.3

    De manera que al comer el pan y beber el vino, expresamos que creemos en esto, que nos arrepentimos de nuestros pecados y que recibimos a Cristo como nuestro Salvador.UE 90.4

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