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Testimonios para la Iglesia, Tomo 3

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    Exclusividad de la familia

    K, pobre criatura, como muchos otros tiene por delante un trabajo que nunca había soñado. Se ha apartado de Dios. Sus pensamientos se concentran demasiado en ella misma, y busca agradar al mundo, no mediante el amor desinteresado por las almas, tratando de guiarlas a Cristo, sino por su falta de espiritualidad y su conformidad con el mundo en espíritu y en obras. Ella debiera morir al yo y obtener una experiencia en el bien hacer. Es fría y carente de ternura. Necesita que todo este espíritu glacial e inaccesible sea subyugado, que sea derretido con el sol del amor de Cristo. Se encierra mucho en sí misma. Dios vio que era una pobre planta raquítica, que no llevaba fruto, nada sino hojas. Los pensamientos de ella estaban ocupados casi exclusivamente con “mí y mío”. Misericordiosamente él ha estado podando esta planta de su amor, cortando las ramas, para que las raíces puedan entrar más profundamente. Ha estado tratando de atraer a esta hija a sí mismo. Su vida religiosa ha sido casi enteramente estéril. Ella es responsable por el talento que Dios le ha dado. Puede ser útil, puede ser una colaboradora de Cristo si derriba el muro de egoísmo que la ha aislado de la luz y el amor de Dios.3TPI 586.1

    Hay muchos que necesitan nuestra comprensión y consejo, pero no aquel consejo que implica superioridad en el dador e inferioridad en el recipiente. K necesita el amor suavizador y enternecedor de Dios en su corazón. Las miradas y tonos de la voz debieran modularse con cuidadosa consideración y con un amor tierno y deferente. Cada mirada y cada tono de voz que implica la idea de “Soy superior”, enfrían la atmósfera de su presencia y se asemeja más a un carámbano que a un rayo de luz que da calor. Mi hermana, su influencia es categórica. Usted moldea a aquellos con quienes se asocia, o de lo contrario no puede estar de acuerdo con ellos. No tiene la menor intención de ser moldeada por la mejor influencia de otros ni de ceder su juicio y sus opiniones ante ellos. Usted razonará buscando su conveniencia y justificará sus ideas y su conducta. Si no convence a otros, recurrirá vez tras vez al mismo punto. Este rasgo de su carácter sería valioso si estuviera santificado para Dios y controlado por su Espíritu Santo; pero si no, resultará en una maldición para usted y una maldición para otros. Afirmaciones y consejos que tienen el sabor de un espíritu dictatorial no son un buen fruto. Usted necesita el amor enternecedor de Cristo en su corazón, el cual se reflejará en todos sus actos hacia su familia y hacia todos los que son colocados bajo su influencia.3TPI 586.2

    Temo, temo grandemente, que J no llegará al cielo. Ama tanto al mundo y las cosas del mundo que no le sobra amor para Jesús. Está tan cubierta de egoísmo que la luz iluminadora del cielo no puede penetrar las paredes frías, oscuras, del amor propio y la autoestima que ella ha estado construyendo por toda una vida. El amor es la llave para abrir los corazones, pero la preciosa planta del amor no ha sido cultivada. J ha cegado por tanto tiempo sus ojos a su egoísmo que ahora no puede discernirlo. Ha tenido tan poca religión experimental que en el corazón ella es del mundo, y me temo que este mundo es todo el cielo que ella alguna vez tendrá. Su influencia sobre su esposo no es buena. Ha sido desviado por ella y no ve la necesidad de ser fortalecido por la gracia de Dios para mantenerse de parte de lo recto con verdadero valor moral. Ella no sólo falla en comprender y hacer la obra que Dios le requiere, sino que ejerce una influencia irresistible para retener a su esposo y atarle las manos. Y en gran medida ha tenido éxito. Él está cegado.3TPI 587.1

    El hermano M debiera considerar que Dios tiene derechos sobre él que están por encima de toda relación terrenal. Necesita el colirio, las vestiduras blancas y el oro, para que pueda tener un carácter simétrico y una abundante entrada en el reino de Dios. Nada sino una conversión completa puede alguna vez abrir el alma de su esposa para ver sus errores y confesar sus faltas. Ella tiene que hacer grandes cambios, que no ha hecho porque no ha comprendido su verdadera condición y no ha podido ver la necesidad de una reforma. Lejos de estar dispuesta a aprender del Maestro celestial, que era manso y humilde de corazón, ella considera que la mansedumbre es servilismo; y estima como degradante y humillante un espíritu digno, y la humildad de corazón para considerar a otros mejores que ella.3TPI 587.2

    J tiene un espíritu terminante, autoritario, orgulloso y voluntarioso. No ve nada particularmente deseable en un espíritu manso y calmado para que ella lo ambicione. Para ella este valioso ornamento posee tan poco valor que no puede consentir en usarlo. Demasiado frecuentemente tiene un espíritu de resentimiento que está tan opuesto al Espíritu de Dios como el este está del oeste. La verdadera bondad es una joya de gran valor a la vista de Dios. Un espíritu manso y sereno no estará siempre buscando la felicidad para sí, sino que procurará olvidarse de sí mismo y encontrará dulce contentamiento y verdadera satisfacción en hacer felices a otros.3TPI 588.1

    En la providencia de Dios, la hermana N ha sido separada de la familia de su padre. Aunque comparte con otros las características de la relación familiar, el hecho de llevar grandes responsabilidades la ha inducido a olvidarse de ella misma y la ha interesado en las aflicciones ajenas. En cierta medida, ha abierto su corazón en solidaridad y amor por la familia de Dios, interesándose en los demás. La obra y la causa de Dios han ocupado su atención. En cierto grado, ha sentido que los pobres mortales caídos son una gran hermandad. Ha tenido que educarse para pensar por otros, actuar por otros, y olvidarse del yo; y sin embargo no ha cultivado por otros, tan cabalmente como debiera, el interés, la comprensión y el afecto que los seguidores de Cristo necesitan. Necesita tener más compasión y ser menos justicieros y rígidos. Cuando daba su interés y tiempo al gran tema de la reforma pro salud procuró alcanzar a otros aparte de sí misma. Al hacerlo fue bendecida. Cuanto más hace por el bien de otros, más cosas encuentra para hacer y más se siente inclinada a realizar.3TPI 588.2

    Su trabajo por otros frecuentemente la lleva donde se necesita ejercer fe para poder superar situaciones penosas. Pero son contestadas oraciones fervientes, y la fe, el amor y la confianza en Dios se fortalecen. Se gana experiencia mediante reiteradas perplejidades y pruebas. Dios está moldeando el corazón en algo más semejante a él mismo. Y sin embargo el yo clama constantemente por obtener la victoria. La hermana N necesita cultivar más ternura y solícito interés en su trato diario con los demás. Necesita esforzarse para subyugar el yo. Si es ciertamente una cristiana sentirá que debe dedicar la mejor parte de su vida, y si es necesario toda la vida, al trabajo altruista y paciente y así mostrar su amor por el Maestro. Sin esta experiencia no alcanzará la perfección del carácter cristiano.3TPI 588.3

    La hermana N ha dado algunos pasos de progreso, y la farnilia considera que ella los ha abandonado, lo cual es una prueba muy dolorosa para ellos. No sienten que tenga ahora los mismos intereses y afectos y objetivos en la vida como ellos. Creen que ya no pueden gozar más, como antes, el compañerismo de su hermana. Consideran que es culpable, que ha cambiado, y que sus simpatías ya no se identifican más con las de ellos. La razón de esta falta de integración de sentimientos es que la hermana N ha ido avanzando en la experiencia de ser sensible a las aflicciones de los demás, mientras que ellos han sido siervos perezosos, que no están realizando la obra que Dios les ha dado que hagan en la tierra. Consecuentemente han estado retrocediendo. La familia ha limitado egoístamente sus intereses y afectos a ellos mismos y al amor al mundo.3TPI 589.1

    N ha sido una obrera en una causa buena. La reforma pro salud ha sido para ella un tema de gran importancia, porque su experiencia le ha mostrado su necesidad. La familia de su padre no ha visto la necesidad de la reforma pro salud. No han percibido la parte que desempeña en la obra final de estos últimos días, porque no han estado dispuestos a ver. Se han colocado en la rodada del carruaje de la costumbre, y es una tarea difícil hacer el esfuerzo que se necesita para salir de ella. Preferirían que se los dejara solos. Es algo terrible oxidarse debido a la inacción. Pero esta familia seguramente será pesada en las balanzas del cielo y hallada en falta a menos que comiencen inmediatamente a hacer algo. “Si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él” Romanos 8:9. Éste es un lenguaje definido. ¿Quién puede resistir la prueba? La Palabra de Dios es para nosotros una reproducción de la mente de Dios y de Cristo; también del hombre caído y del hombre renovado a la imagen de Cristo, poseyendo la mente divina. Podemos comparar nuestros pensamientos, sentimientos e intenciones con el retrato de Cristo. No tenemos relación con él a menos que estemos dispuestos a realizar las obras de Cristo.3TPI 589.2

    Cristo vino para hacer la voluntad de su Padre. ¿Estamos siguiendo en sus pasos? Todos los que llevan el nombre de Cristo debieran estar buscando constantemente una relación más íntima con él, para que puedan caminar incluso como él caminó, y hacer las obras de Cristo. Debiéramos apropiarnos de las lecciones de su vida para nuestras vidas. Cristo “se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras”. Tito 2:14. “En esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos”. 1 Juan 3:16. He aquí la obra de abnegación que debemos abrazar con alegría, en imitación del ejemplo de nuestro Redentor. La vida del cristiano debe ser una vida de conflicto y de sacrificio. Debiera seguirse la senda del deber, no la senda de la inclinación y la preferencia.3TPI 590.1

    Cuando la familia del hermano I vea el trabajo que tienen por delante y realicen la obra que Dios les ha dejado para hacer, no estarán tan ampliamente separados del hermano y la hermana O, de la hermana N ni de aquellos que trabajan en unión con el Maestro. Puede requerir tiempo alcanzar la perfecta sumisión a la voluntad de Dios, pero jamás podemos conformarnos con menos que eso y ser idóneos para el cielo. La verdadera religión conducirá a su poseedor a la perfección. Sus pensamientos, palabras y acciones, como también sus apetitos y pasiones, deben ser puestos en sujeción a la voluntad de Dios. Usted debe llevar fruto en santidad. Entonces será guiado para defender a los pobres, a los huérfanos y a los afligidos. Hará justicia a la viuda y aliviará al necesitado. Usted hará justicia, amará la misericordia, y caminará humildemente delante de Dios.3TPI 590.2

    Si queremos caminar en la luz debemos permitir que Cristo entre en nuestros corazones y en nuestros hogares. Debiera hacerse del hogar todo lo que la palabra implica. Debería ser un pequeño cielo en la tierra, un lugar donde se cultiven los afectos en vez de que se los reprima deliberadamente. Nuestra felicidad depende de que cultivemos el amor, la comprensión y la verdadera cortesía mutua. La razón por la que hay tantos hombres y mujeres de corazón duro en nuestro mundo es porque el verdadero afecto ha sido considerado como debilidad y se lo ha desalentado y reprimido. La mejor parte de la naturaleza de personas de esta clase fue pervertida y deformada en la infancia, y a menos que los rayos de la luz divina puedan derretir su frialdad y su egoísmo insensible, la felicidad de los tales está enterrada para siempre. Si queremos tener corazones tiernos, como tuvo Jesús al estar en la tierra, y compasión santificada, como los ángeles la tienen por los mortales pecadores, debemos cultivar esa ternura de la infancia, que no tiene doblez. Entonces seremos refinados, elevados y dirigidos por principios celestiales.3TPI 591.1

    Un intelecto cultivado es un gran tesoro; pero sin la influencia suavizadora de la ternura y el amor santificado, no es de mayor valor. Debiéramos tener palabras y hechos de amorosa consideración hacia otros. Podemos manifestar mil pequeñas atenciones en palabras amigables y miradas agradables, lo cual se reflejará sobre nosotros nuevamente. Los cristianos desconsiderados manifiestan por su descuido de los demás que no están unidos a Cristo. Es imposible estar unidos a Cristo y sin embargo ser poco amables con otros y olvidarnos de sus derechos. Muchos anhelan intensamente ser objeto de la comprensión y la amistad. Dios nos ha dado a cada uno de nosotros una identidad propia, que no puede fusionarse en la de otra persona; pero nuestras características individuales serán mucho menos prominentes si ciertamente somos de Cristo y su voluntad es la nuestra. Nuestras vidas debieran estar consagradas al bien y a la felicidad de otros, como estuvo la de nuestro Salvador. Debiéramos olvidarnos del yo, buscando siempre oportunidades, aun en las cosas pequeñas, para mostrar gratitud por los favores que hemos recibido de otros, y estando atentos para ver oportunidades de alegrar a otros y aligerar y aliviar sus tristezas y cargas mediante actos de tierna bondad y pequeños actos de amor. Estas atentas cortesías que, comenzando en nuestras familias, se extienden fuera del círculo familiar, contribuyen a formar la suma de la felicidad de la vida; y el descuido de estas cosas pequeñas constituye la suma de la amargura y tristeza de la vida.3TPI 591.2

    Es la obra que hacemos o que dejamos de hacer lo que impacta con tremendo poder en nuestras vidas y destinos. Dios nos pide que aprovechemos toda oportunidad que se nos ofrece para ser útiles. El descuido en hacer esto es peligroso para nuestro crecimiento espiritual. Tenemos una gran obra que hacer. No pasemos en ociosidad las horas preciosas que Dios nos ha dado para perfeccionar caracteres para el cielo. No debemos ser inactivos o perezosos en esta obra, porque no tenemos un momento para perder sin un propósito u objetivo. Dios nos ayudará a vencer nuestros errores si oramos y creemos en él. Podemos ser más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Cuando la corta vida en este mundo termine, y veamos como somos vistos y conozcamos como somos conocidos, cuán breves en duración y cuán pequeñas nos parecerán las cosas de este mundo en comparación con la gloria del mundo mejor. Cristo nunca habría dejado las cortes celestiales y tomado la humanidad, ni se habría hecho pecado por la raza humana, si no hubiera visto que el hombre, con su ayuda, podría llegar a ser infinitamente feliz y obtener riquezas perdurables y una vida que correría paralela con la vida de Dios. Sabía que sin su ayuda el hombre pecador no podría alcanzar estas cosas.3TPI 592.1

    Deberíamos tener un espíritu de progreso. Debemos estar en guardia continuamente contra la tendencia a concentrarnos en nuestras opiniones, sentimientos y acciones. La obra de Dios va hacia delante. Deben efectuarse reformas, y debemos aferrarnos al carro de la reforma y ayudar a que éste avance. Cada cristiano necesita ahora energía mitigada con paciencia, y ambición equilibrada con sabiduría. Se nos ha dejado a nosotros, los discípulos de Cristo, la obra de salvar almas. Ninguno de nosotros está excusado. Muchos se han achicado y empequeñecido en su vida cristiana debido a la inacción. Debiéramos emplear diligentemente nuestro tiempo mientras estamos en este mundo. ¡Cuán fervientemente debiéramos aprovechar cada oportunidad de hacer bien, de traer a otros al conocimiento de la verdad! Nuestro lema debiera ser siempre: “Hacia adelante, más arriba”, avanzando segura y firmemente al deber y a la victoria.3TPI 592.2

    Se me ha mostrado en cuanto a los individuos mencionados que Dios los ama y que los salvará si ellos quieren ser salvados en la manera establecida por el Señor. “Y se sentará para afinar y limpiar la plata; porque limpiará a los hijos de Leví, los afinará como a oro y como a plata, y traerán a Jehová ofrenda en justicia. Y será grata a Jehová la ofrenda de Judá y de Jerusalén, como en los días pasados, y como en los años antiguos”. Malaquías 3:3, 4. Éste es el proceso de refinación y purificación que realiza el Señor de los ejércitos. Es una obra muy penosa para el alma, pero es el único proceso por el cual pueden eliminarse las escorias e impurezas contaminadoras. Nuestras pruebas son todas necesarias para acercarnos a nuestro Padre celestial en obediencia a su voluntad, para que podamos llevar al Señor una ofrenda de justicia. A cada una de las personas cuyos nombres se mencionan aquí Dios les ha dado capacidades y talentos que deben aprovechar. Cada uno necesita una experiencia nueva y viva en la vida divina, a fin de hacer la voluntad de Dios. Ninguna experiencia pasada nos bastará para el presente, ni nos fortalecerá para vencer las dificultades de nuestra senda. Debemos tener diariamente nueva gracia y fortaleza para ser victoriosos.3TPI 593.1

    Con muy poca frecuencia somos colocados dos veces en circunstancias exactamente iguales. Abraham, Moisés, Elías, Daniel y muchos otros fueron todos probados duramente, pero no de la misma manera. Cada uno tiene sus pruebas individuales en el drama de la vida. Pero es muy raro que se presenten dos veces las mismas pruebas. Cada uno tiene su propia experiencia peculiar, según su carácter y circunstancias, para realizar cierta obra. Dios tiene una obra, un propósito en la vida de cada uno de nosotros. Cada acto, por pequeño que sea, tiene su lugar en la experiencia de nuestra vida. Debemos tener continuamente la luz y la experiencia que provienen de Dios. Todos necesitamos estas cosas, y Dios está más que dispuesto a que las tengamos si queremos aceptarlas. Él no ha cerrado las ventanas de los cielos a nuestras oraciones, pero ustedes se han sentido satisfechos con seguir adelante sin la ayuda divina que tanto necesitan.3TPI 593.2

    ¡Cuán poco reconocen la influencia de sus actos diarios sobre la historia ajena! Tal vez piensan que lo que hagan o digan no tendrá seria repercusión, cuando los resultados más importantes para el bien o para el mal son la consecuencia de sus palabras y acciones. Las palabras y las acciones consideradas pequeñas y sin importancia, son eslabones en la larga cadena de los sucesos humanos. Ustedes no han sentido la necesidad de que Dios nos manifieste su voluntad en todos los actos de nuestra vida diaria. En el caso de nuestros primeros padres, el deseo de satisfacer una sola vez el apetito abrió las compuertas de la desgracia y el pecado sobre el mundo. Ojalá que ustedes, mis amadas hermanas, comprendieran que cada paso que dan puede tener una influencia duradera y dominante sobre sus vidas y el carácter de otros. ¡Oh, cuánta necesidad hay, pues, de comunión con Dios! ¡Qué necesidad de gracia divina para dirigir cada paso, y mostrarnos cómo desarrollar un carácter cristiano!3TPI 594.1

    Los cristianos tendrán que pasar por nuevas escenas y nuevas pruebas, donde la experiencia pasada no podrá ser una guía suficiente. Tenemos mayor necesidad de aprender del divino Maestro ahora que en cualquier otro período de nuestra vida. Cuanto más experiencia ganemos, cuanto más nos acerquemos a la luz pura del cielo, tanto mayor número de defectos discerniremos que es necesario reformar en nosotros. Todos podemos hacer una buena obra en beneficio de los demás, si procuramos el consejo de Dios y lo seguimos con obediencia y fe. La senda de los justos es progresiva, y va de fuerza en fuerza, de gracia en gracia, y de gloria en gloria. La iluminación divina aumentará más y más; corresponderá a nuestros movimientos de adelanto, y nos preparará para afrontar las responsabilidades y emergencias que nos esperan.3TPI 594.2

    Cuando las pruebas los rodean, cuando el abatimiento y la sombría incredulidad dominan sus pensamientos, cuando el egoísmo amolda sus acciones, no ven la necesidad que tienen de Dios, ni de un conocimiento profundo y cabal de su voluntad. No conocen la voluntad de Dios, ni pueden conocerla mientras viven para el yo. Confían en sus buenas intenciones y resoluciones, y la suma principal de sus vidas se compone de resoluciones hechas y resoluciones quebrantadas. Lo que todos necesitan es morir al yo, dejar de aferrarse a él y entregarse a Dios. Yo gustosamente los consolaría si pudiera. Gustosamente alabaría sus buenas cualidades, buenos propósitos y buenos actos; pero Dios no se complació en mostrármelos. Me presentó las cosas que les impiden ganar el carácter noble y elevado de la santidad que necesitan para no perder el reposo celestial y la gloria inmortal que él los quisiera ver alcanzar. Aparten los ojos de ustedes mismos y diríjanlos a Jesús. Él es todo en todos. Los méritos de la sangre de un Salvador crucificado y resucitado bastarán para purificarlos del menor y del mayor pecado. Con fe y confianza, entreguen la custodia de sus almas a Dios, como a un Creador fiel. No alberguen continuamente aprensiones y temores de que Dios los abandonará. No lo hará nunca a menos que os aparten de él. Cristo vendrá y morará con ustedes si le abren la puerta de su corazón. Puede haber perfecta armonía entre ustedes y el Padre y su Hijo, si quieren morir al yo y vivir para Dios.3TPI 595.1

    ¡Cuán pocos se dan cuenta de que tienen ídolos favoritos y acarician pecados! Dios ve estos pecados que ustedes quizás no ven, y obra con su podadera para separarlos de ustedes. Todos quieren elegir por cuenta propia el proceso de purificación. ¡Cuánto les cuesta someterse a la crucifixión del yo! Pero cuando se somete todo a la obra del Dios que conoce nuestras debilidades y nuestra pecaminosidad, él emplea el mejor método para producir los resultados deseados. Enoc anduvo con Dios por medio de un conflicto constante y una fe sencilla. Todos podemos hacer lo mismo. Ustedes pueden convertirse, transformarse cabalmente, ser de veras hijos de Dios, y disfrutar no sólo del conocimiento de su voluntad, sino conducir también por su ejemplo a otros por la misma senda de humilde obediencia y consagración. La verdadera piedad se difunde y comunica. El salmista dice: “No encubrí tu justicia dentro de mi corazón; he publicado tu fidelidad y tu salvación; no oculté tu misericordia y tu verdad en grande asamblea”. Salmos 40:10. Dondequiera que haya amor de Dios, hay siempre un deseo de expresarlo.3TPI 595.2

    Dios les ayude a todos a hacer esfuerzos fervientes para ganar la vida eterna y conducir a otros por la senda de la santidad.3TPI 596.1

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