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Testimonios para la Iglesia, Tomo 3

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    Obreros en la oficina

    Aquellos que están en la oficina y que profesan creer la verdad debieran mostrar el poder de la verdad en sus vidas y probar que están trabajando hacia adelante y hacia arriba en base a principios. Debieran moldear sus vidas y caracteres siguiendo el ejemplo del Modelo perfecto. Si todos pudieran examinar con una mirada que discierne las tremendas realidades de la eternidad, qué horror de condenación se apoderaría de algunos en la oficina que ahora andan con aparente indiferencia, aunque separados de escenas eternas por una distancia muy pequeña. Se han dado muchas advertencias y se han hecho exhortaciones al corazón con intenso sentimiento y con oraciones fervientes, cada una de las cuales está registrada fielmente en el cielo, para equilibrar la cuenta de cada uno en el día de la investigación final. El amor incansable de Cristo ha seguido a los que están ocupados en su obra en la oficina. Dios los ha acompañado con bendiciones y súplicas, a pesar de que odia los pecados y la infidelidad que se adhiere a ellos como la lepra. Las verdades profundas y solemnes que las personas que están en la oficina han tenido el privilegio de escuchar, deberían granjear sus simpatías y conducirlos a una elevada apreciación de la luz que Dios les ha dado. Si caminan en la luz, ella embellecerá y ennoblecerá sus vidas con los propios atavíos del cielo, a saber, la pureza y la verdadera piedad.3TPI 212.1

    Ante cada obrero en la oficina se abre un camino para ocuparse de corazón directamente en la obra de Cristo y la salvación de las almas. Cristo dejó el cielo y el seno de su Padre para venir a este mundo abandonado y perdido a fin de salvar a quienes se dejarían salvar. Se exiló de su Padre y canjeó la compañía pura de los ángeles por la de la humanidad caída y contaminada totalmente con el pecado. Con tristeza y asombro, Cristo presencia la frialdad, la indiferencia y el descuido con el cual sus profesos seguidores en la oficina tratan la luz y los mensajes de advertencia y amor que él les ha dado. Cristo ha provisto el pan y el agua de vida para todos los que tienen hambre y sed.3TPI 212.2

    El Señor requiere de todos en la oficina que trabajen movidos por un propósito elevado. Con su propia vida, Cristo les dio ejemplo. Todos debieran trabajar con interés, devoción y fe por la salvación de las almas. Si todos en la oficina laboran con propósitos desinteresados, discerniendo el carácter sagrado del trabajo, la bendición de Dios descansará sobre ellos. Si todos hubieran tomado sus diferentes cargas alegre y gozosamente, mi esposo no se habría visto agobiado tan pesadamente por el cansancio y la perplejidad.3TPI 213.1

    ¡Cuán pocas oraciones fervientes han sido elevadas con fe a Dios en favor de aquellos que trabajaban en la oficina y que no estaban plenamente en la verdad! ¿Quién ha sentido el valor de las almas por las cuales Cristo murió? ¿Quiénes han sido obreros en la viña del Señor? Vi que los ángeles estaban afligidos por las frivolidades triviales de los profesos seguidores de Cristo que estaban manejando asuntos sagrados en la oficina. Algunos no tienen más conciencia del carácter sagrado del trabajo que si estuvieran ocupados en trabajos comunes. Dios ahora pide que los que obstruyen en forma infructuosa el terreno se consagren a él y centren sus afectos y esperanzas en él.3TPI 213.2

    El Señor quisiera que todos los que están vinculados con la oficina lleguen a ser guardianes y portadores de cargas. Si son buscadores de placeres, si no practican la abnegación, no son aptos para ocupar un lugar en la oficina. Los trabajadores en la oficina debieran sentir cuando entran en ella que éste es un lugar sagrado, un lugar donde se está haciendo la obra de Dios en la publicación de la verdad que decidirá el destino de las almas. Esto no se siente ni se comprende como se debiera. Hay conversaciones en el departamento tipográfico que distraen la mente del trabajo. La oficina no es un lugar para tener visitas, o para albergar un espíritu de coqueteo, o para tener diversiones o un espíritu egoísta. Todos debieran sentir que están trabajando para Dios. El que zarandea todos los motivos y lee todos los corazones está examinando y probando y zarandeando a su pueblo, especialmente a aquellos que tienen luz y conocimiento y que están ocupados en su sagrada obra. Dios escudriña los corazones y prueba los pensamientos, y no aceptará nada que no sea una entera devoción y consagración a él. Todos en la oficina debieran asumir sus deberes diarios como si estuviesen en la presencia de Dios. No tendrían que satisfacerse con hacer las cosas descuidadamente, y recibir sus salarios, sino que deberían trabajar en cualquier lugar donde puedan ayudar al máximo. En ausencia del hermano White hay algunos que son fieles; otros meramente procuran agradar al ojo. Si en la oficina todos los que profesan ser seguidores de Cristo hubieran sido fieles en el cumplimiento del deber, habría habido un gran cambio para bien. Los jóvenes y las señoritas han estado demasiado absortos en el compañerismo mutuo, hablando, burlándose y bromeando, y los ángeles de Dios han sido ahuyentados de la oficina.3TPI 213.3

    Marcus Lichtenstein era un joven temeroso de Dios, pero vio tanta escasez de verdaderos principios religiosos en aquellos que estaban en la iglesia y los que estaban trabajando en la oficina que se sintió perplejo, angustiado, disgustado. Tropezó por la falta de rectitud en la observancia del sábado manifestada por algunos que sin embargo profesaban ser observadores del mandamiento. Marcus tenía una exaltada consideración por el trabajo de la oficina; pero la vanidad, la frivolidad y la falta de principios lo hicieron tropezar. Dios lo había levantado y en su providencia lo vinculó con su obra en la oficina. Pero algunos que trabajan en la oficina conocen tan poco de la mente y la voluntad de Dios que consideraban de poca importancia esta gran obra de la conversión de Marcus desde el judaísmo. Su valor no fue apreciado. Frecuentemente se afligía con la conducta de F y otros en la oficina; y cuando intentaba reprobarlos, sus palabras eran recibidas con desprecio porque él se atrevía a instruirlos. Su lenguaje defectuoso era para algunos una ocasión de burla y diversión.3TPI 214.1

    Marcus lamentaba profundamente el caso de F, pero no podía ver cómo podría ayudarlo. Marcus nunca habría dejado la oficina si los jóvenes hubieran sido fieles a su profesión. Si naufraga en su fe, su sangre seguramente se encontrará en el borde del manto de los jóvenes que profesan a Cristo, pero que por sus obras, sus palabras, y su conducta, declaran llanamente que no son de Cristo sino del mundo. Este estado deplorable de negligencia, indiferencia e infidelidad, debe cesar; debe ocurrir un cambio completo y permanente en la oficina, o aquellos que han tenido tanta luz y tan grandes privilegios debieran ser despedidos y otros tomarán sus lugares, aunque sean incrédulos. Es algo terrible autoengañarse. Dijo el ángel, señalando a los que están en la oficina: “Os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos”. Mateo 5:20. Una profesión de fe no es suficiente. Debe haber una obra íntimamente entretejida en el alma y llevada a la práctica en la vida.3TPI 214.2

    El amor de Cristo llega a las mismas profundidades de la miseria y el dolor humanos, o no alcanzaría al mayor pecador. También llega al trono del Eterno, o el hombre no podría ser elevado de su condición degradada, o no se suplirían nuestras necesidades ni se satisfarían nuestros deseos. Cristo ha encabezado el camino de la tierra al cielo. Él forma el lazo de unión entre los dos mundos. Él trae el amor y la condescendencia de Dios al hombre, y eleva al ser humano mediante sus méritos para experimentar la reconciliación con Dios. Cristo es el camino, la verdad y la vida. Es una obra difícil avanzar, paso a paso, dolorosa y lentamente, hacia adelante y hacia arriba, en el camino de la pureza y la santidad. Pero Cristo ha hecho amplia provisión para impartir nuevo vigor y fuerza divina a cada paso de avance en la vida divina. Éste es el conocimiento y la experiencia que todos los empleados en la oficina necesitan, y que deben tener, o diariamente traerán oprobio sobre la causa de Cristo.3TPI 215.1

    El hermano G está cometiendo un error en su vida. Se tiene en demasiada alta estima. No ha comenzado a construir en forma correcta para hacer que su vida sea un éxito. Está construyendo en la parte superior, pero el fundamento no está puesto correctamente. El fundamento debe colocarse bajo tierra, y entonces el edificio puede ser construído. Él necesita una disciplina y experiencia en los deberes cotidianos de la vida que las ciencias no darán; toda su educación no le dará ejercicio físico para llegar a acostumbrarse a las penurias de la vida.3TPI 215.2

    Por lo que se me ha mostrado, debiera seleccionarse cuidadosamente a quienes ayuden en la oficina. No debiera colocarse allí a los jóvenes sin experiencia y que no son consagrados, porque están expuestos a tentaciones y no tienen caracteres firmes. Aquellos que han formado sus caracteres, que poseen principios firmes y tienen la verdad de Dios en su corazón no serán una constante fuente de preocupación y ansiedad, sino más bien de ayuda y bendiciones. La oficina de publicaciones es ampliamente capaz para hacer los arreglos a fin de conseguir buenos ayudantes, que posean capacidad y principios. Y la iglesia, a su vez, no debiera tratar de aprovecharse en lo más mínimo de quienes vienen a la oficina para trabajar y aprender su oficio. Hay posiciones donde algunos pueden ganar mejores salarios que en la oficina, pero jamás podrán encontrar una posición más importante, más honorable o más exaltada que la obra de Dios en la oficina. Aquellos que trabajan fiel y desinteresadamente serán recompensados. Para ellos hay preparada una corona de gloria, en comparación de la cual todos los honores y placeres terrenales son como el pequeño polvo de la balanza. Especialmente serán bendecidos aquellos que han sido fieles a Dios en velar por el bien espiritual de otros en la oficina. Los intereses pecuniarios y temporales, en comparación con esto, se hunden en la insignificancia. En un platillo está el polvo del oro; en el otro, un alma humana de tal valor que los honores, las riquezas y la gloria han sido sacrificados por el Hijo de Dios para rescatarla de la esclavitud del pecado y del desánimo sin esperanza. El alma humana es de valor infinito y demanda suprema atención. Cada hombre que teme a Dios en esa oficina debiera desechar las cosas infantiles y vanas, y, con verdadero valor moral, mantenerse erguido en la dignidad de su virilidad, evitando la familiaridad vulgar, y sin embargo uniendo corazón a corazón en el vínculo del interés y el amor cristianos. Los corazones anhelan comprensión y afecto, y son renovados y fortalecidos por ello así como las flores lo son por las lluvias y la luz del sol.3TPI 216.1

    Debe leerse la Biblia cada día. Una vida de religión, de devoción a Dios, es el mejor escudo para los jóvenes que están expuestos a la tentación en sus relaciones sociales mientras adquieren una educación. La Palabra de Dios dará la norma correcta de lo que es bueno y lo que es malo, y de los principios morales. Un principio firme de verdad es la única salvaguardia para la juventud. Los propósitos firmes y una voluntad resuelta cerrarán muchas puertas abiertas a la tentación y a influencias que no son favorables para el mantenimiento del carácter cristiano. Un espíritu débil e irresoluto permitido en la adolescencia y juventud producirá una vida de constantes afanes y luchas, por la falta de una actitud decidida y principios firmes. Personas así siempre tendrán obstáculos para lograr el éxito en esta vida y correrán el peligro de perder la vida mejor. Será un camino seguro estar sinceramente de parte de lo recto. La primera consideración debería ser honrar a Dios, y la segunda, ser fieles a la humanidad, cumpliendo los deberes que trae cada día, enfrentando sus pruebas y llevando sus cargas con firmeza y con un corazón resuelto. Un esfuerzo sincero e incansable, unido a un propósito firme y a una completa confianza en Dios, ayudará en cada emergencia, capacitará para una vida útil en este mundo, y dará la idoneidad necesaria para la vida inmortal.3TPI 217.1

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