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Consejos para la Iglesia

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    Haciendo frente a la disensión en la iglesia

    En Jerusalén, los delegados de Antioquía se encontraron con los hermanos de las diversas iglesias, que se habían reunido para asistir a un concilio general, y les relataron el éxito que había tenido su ministerio entre los gentiles. Expusieron entonces la confusión provocada por el hecho de que ciertos fariseos convertidos habían ido a Antioquía y habían declarado que para salvarse, los conversos gentiles debían circuncidarse y guardar la ley de Moisés.CPI 443.2

    Esta cuestión se discutió calurosamente en la asamblea.CPI 443.3

    Plugo al Espíritu Santo no imponer la ley ceremonial a los conversos gentiles, y la actitud de los apóstoles en cuanto a este asunto era como la actitud misma del Espíritu de Dios. Santiago presidía el concilio, y su decisión final fue “yo juzgo que no se inquiete a los gentiles que se convierten a Dios”.CPI 443.4

    Esto puso fin a la discusión.CPI 444.1

    En este caso, Santiago parece haber sido escogido para anunciar la decisión a la cual había llegado el concilio.CPI 444.2

    Los conversos gentiles, sin embargo, debían abandonar las costumbres que no concordaban con los principios del cristianismo. Los apóstoles y ancianos convinieron, por lo tanto, en pedir a los gentiles, por carta, que se abstuvieran de los alimentos ofrecidos a los ídolos, de fornicación, de cosa estrangulada, y de sangre. Debía instárselos a guardar los mandamientos y a vivir una vida santa. Debía asegurárseles también que los que habían declarado obligatoria la circuncisión no estaban autorizados por los apóstoles para hacerlo.7Los Hechos de los Apóstoles, 157, 160, 161.CPI 444.3

    El concilio que decidió este caso estaba compuesto por los apóstoles y maestros que se habían destacado en fundar iglesias cristianas judías y gentiles, con delegados escogidos de los diversos lugares. Estaban presentes los ancianos de Jerusalén y los delegados de Antioquía, y estaban representadas las iglesias de más influencia. El concilio procedió de acuerdo con las disposiciones de un juicio iluminado, y con la dignidad de una iglesia establecida por la voluntad divina. Como resultado de sus deliberaciones, todos vieron que Dios mismo había resuelto la cuestión en disputa concediendo a los gentiles el Espíritu Santo; y comprendieron que a ellos les correspondía seguir la dirección del Espíritu.CPI 444.4

    No todo el cuerpo de cristianos fue llamado a votar sobre este asunto. Los “apóstoles y ancianos”, hombres de influencia y juicio, redactaron y promulgaron el decreto, que fue luego aceptado generalmente por las iglesias cristianas. No todos, sin embargo, estaban satisfechos con la decisión; había un bando de hermanos ambiciosos y confiados en sí mismos que estaban en desacuerdo con ella. Estos hombres asumieron la tarea de ocuparse de la obra bajo su propia responsabilidad. Se tomaron la libertad de murmurar y hallar faltas, de proponer nuevos planes y tratar de derribar la obra de los hombres a quienes Dios había escogido para que enseñaran el mensaje evangélico. Desde el principio, la iglesia ha tenido que afrontar tales obstáculos, y tendrá que hacerlo hasta el fin del tiempo.8Los Hechos de los Apóstoles, 161, 162.CPI 444.5

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