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Elena De White: Mujer De Visión

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    EL CAMPESTRE DE WILLIAMSPORT

    El jueves de noche, 30 de mayo, Elena de White, acompañada por Sara McEnterfer, tomó el tren en Battle Creek rumbo a Williamsport, Pennsylvania, donde se iba a iniciar un campestre el martes 4 de junio. Debido a lluvias torrenciales, el tren avanzaba lentamente. Habían esperado llegar a Williamsport la tarde siguiente a las 5:00, pero pronto pudieron ver que no podría alcanzarse este objetivo. La inundación de Johnstown había barrido puentes y arrasado caminos. Cuando llegaron a Elmira, Nueva York, se les aconsejó que renunciaran a su viaje.MV 269.3

    Pero ni Elena ni Sara se dejaban disuadir fácilmente. Estaban decididas a ir tan lejos como fuera posible, esperando que los informes concernientes a las condiciones de viaje fueran exagerados. En Canton, a unos 64 kilómetros (40 millas) de Williamsport, su coche fue puesto en una vía lateral debido a un derrumbe; pasaron el sábado ahí en un hotel. Decididas a llegar a su destino, Elena y Sara intercambiaron ideas y no dejaron piedras sin mover en su intento de encontrar un camino. Viajando en carruaje parte del camino y caminando la otra parte, cubrieron los 64 kilómetros (40 millas) en cuatro días, en una aventura espeluznante descrita en su informe en la Review and Herald del 30 de julio de 1889. Un aspecto interesante de la misma fue el modo en que ella fue sostenida físicamente. He aquí su informe:MV 269.4

    Nos vimos obligadas a caminar kilómetros en este viaje, y parecía maravilloso que yo pudiera soportar el viaje como lo hice. Mis dos tobillos se habían quebrado años atrás, y desde entonces habían quedado débiles. Antes de partir de Battle Creek para Kansas, me había torcido uno de mis tobillos y me vi restringida a las muletas por algún tiempo; pero en esta emergencia no sentí debilidad o incomodidad, y viajé a salvo sobre rocas ásperas y resbalosas.MV 269.5

    En un momento dado esperaron por tres horas mientras, a pedido de ellas, se construía una balsa sobre la cual transportar el carruaje a la otra orilla a través de un riachuelo que corría rápidamente. Un bote pequeño arrastró la balsa a la otra orilla, los caballos nadaron al otro lado de la corriente, y las dos viajeras fueron transportadas en un bote de remos. Luego continuaron su viaje con el caballo y el carruaje. La destrucción le recordó a Elena de White de lo que va a venir en los últimos días y la animó a ser aun más diligente en su preparación para aquel día. Su informe en la Review termina con estas palabras:MV 269.6

    Llegamos a Williamsport el miércoles a las tres de la tarde. La experiencia vivida y la ansiedad por la que pasé en este viaje me agotaron grandemente, mental y corporalmente; pero estábamos agradecidas que no habíamos sufrido ningún problema serio, y porque el Señor nos había preservado de los peligros del lugar y nos había prosperado en nuestro camino.MV 270.1

    Cuando llegaron al pueblo se les dijo que el lugar del campamento no se lo podía usar debido a la inundación y que las carpas habían sido desarmadas. En realidad, encontraron que las carpas habían sido trasladadas a un terreno más alto y que las reuniones estaban en marcha.MV 270.2

    Si bien fue una reunión a la cual resultó difícil llegar, fue una reunión fácil en la cual trabajar. Escribió Elena de White:MV 270.3

    El Señor tenía para mí un trabajo que hacer en Williamsport. Hablé con mucha libertad a los hermanos y hermanas allí reunidos. No parecían poseer un espíritu de incredulidad y resistencia al mensaje que el Señor les había enviado. Sentí que era un gran privilegio hablar a aquellos cuyos corazones no tenían barreras de prejuicios y suposiciones malignas. Mi alma se desbordó en alabanza agradecida porque, cansada y agotada como estaba, no tenía que llevar sobre mi corazón la carga extra de ver a hermanos y hermanas a quienes amaba, insensibles y resistiendo a la luz que Dios había permitido bondadosamente que brillase sobre ellos.MV 270.4

    No tuve que afirmar mi rostro como un pedernal, y apremiarlos y urgirlos con aquello que yo sabía que era la verdad. Se le dio una ávida bienvenida al mensaje; y aunque tuve que hablar palabras de reproche y advertencia, como también palabras de aliento, todo fue recibido gustosamente por mis oyentes (Id., 13 de agosto, 1889).MV 270.5

    Elena de White habló trece veces en el campestre de Williamsport, incluyendo las reuniones que se tenían temprano por la mañana.MV 270.6

    A fines del verano fue en ruta al Oeste, a Colorado, y luego a California. Después del campestre en Oakland se apresuró a regresar a Battle Creek para la sesión de la Asociación General, que se inició el viernes 18 de octubre, por la mañana.MV 270.7

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