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Elena De White: Mujer De Visión

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    ADVERTENCIAS DE ÚLTIMO MINUTO

    El 8 de julio de 1901, Elena de White escribió al gerente de la Review and Herald:MV 439.4

    Actos injustos, profanos, han atraído la desaprobación de Dios sobre la oficina de la Review and Herald. Obras malas han desacreditado la causa de Dios, y han hecho que el que se ha apartado de la fe se vea impedido de obedecer su santa ley (Carta 74, 1901).MV 439.5

    Las condiciones empeoraron durante 1901, a pesar de los muchos mensajes de advertencia. Frank Belden acusó de que el capataz era “brutal” y que a veces les requería a los empleados que limpiasen su bicicleta en horas de oficina. Un hombre que todavía vivía en 1970 recordaba sus días en la sala de prensas de la Review donde comenzó a trabajar en 1896 a la edad de 14 años. Todavía estaba trabajando allí cuando ocurrió el incendio, y dejó el edificio apenas minutos antes de que las llamas lo barriesen. Recordaba un libro sobre hechicería que se estaba imprimiendo allí, y a un prensista que imprimía ejemplares de Bible Readings mientras escupía jugo de tabaco sobre la prensa. Este joven fue ridiculizado por otros obreros cuando decidió bautizarse. El terror engendrado por el trato brusco de sus superiores lo indujo a desear que nunca llegase el día siguiente. Había jóvenes trabajadoras que leían pruebas de libros llenos de escepticismo hacia la religión y que luego incorporaban este escepticismo en sus conversaciones en la oficina.MV 439.6

    “El Señor no nos permite —escribió Elena de White— dedicarnos a la impresión o venta de tales publicaciones, pues son un agente de destrucción para muchas almas. Sé lo que escribo, pues esta cuestión me ha sido presentada claramente. Que aquellos que creen en el mensaje de nuestro tiempo no se dediquen a semejante trabajo con la esperanza de ganar dinero” (3JT, p. 165). Acerca de ese tiempo ella hizo una observación sumamente interesante, que muestra el discernimiento espiritual que Dios le dio:MV 440.1

    Aun las hombres que están tratando de exaltar sus propios sentimientos como una ciencia maravillosa están asombrados de que hombres en cargos de responsabilidad en nuestra oficina de publicación —una oficina impresora establecida para la defensa de la verdad de Dios— hayan consentido a imprimir sus libros (MS 124, 1901).MV 440.2

    En su angustia y en un intento desesperado para detener la obra satánica, Elena de White pidió que los empleados de la casa publicadora realizasen un boicot virtual. Después de describir los efectos desmoralizadores de la literatura que se estaba imprimiendo en las prensas de la Review and Herald —incluyendo historias de romances y libros que exponían crímenes, atrocidades y prácticas licenciosas— ella señaló que la postura asumida por los administradores (que no eran responsables por el tipo de libros que salían de las prensas y que los empleados tampoco eran responsables por la elección de la naturaleza de los materiales que pasaban por la casa publicadora) estaba equivocada. Ella declaró:MV 440.3

    En estos asuntos, la responsabilidad descansa no solamente en los directores sino también en los empleados... Niéguense los tipógrafos a componer una sola frase de estas cuestiones. Niéguense los correctores de pruebas a leerlas, los impresores a imprimirlas y los encuadernadores a encuadernarlas (3JT, p. 167).MV 440.4

    De alguna manera aquellos que administraban la obra habían llegado a endurecerse contra los mensajes que Dios había enviado. Ahora el miércoles de mañana, 31 de diciembre de 1902, todo lo que quedaba de la gran planta publicadora de la Review and Herald, excepto por el depósito de libros en el Edificio Oeste, eran brasas calientes, paredes de ladrillo derrumbadas y maquinaria retorcida. No quedó nada de valor.MV 440.5

    Había caído la espada de fuego sobre Battle Creek, y todos sabían que Dios había hablado.MV 440.6

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