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Elena De White: Mujer De Visión

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    “MIS ESCRITOS HABLARÁN CONSTANTEMENTE”

    Cuando W. C. White inició su viaje hacia el Oeste después del funeral en Battle Creek, su mente se dirigió al cuidado y la publicación de los escritos de su madre. Serían administrados por el Centro White que acababa de ser activado, bajo la dirección de cinco fideicomisarios designados por Elena de White: A. G. Daniells, presidente de la Asociación General; E M. Wilcox, director de la Review and Herald; C. H. Jones, gerente de la Pacific Press; C. C. Crisler, por 14 años el principal secretario de Elena de White; y W. C. White, que había viajado y trabajado con su madre por 34 años.MV 579.1

    El domingo de mañana, después de su regreso del Este, el Pastor White hizo la caminata de ocho minutos desde su casa a la oficina y residencia de Elmshaven; sabía que tendría que enfrentar allí nuevas condiciones. Entró en el porche de la casa de Elmshaven. La casa estaba desocupada y las puertas, cerradas. Abrió la puerta y entró, como lo había hecho tan a menudo. Describió sus hallazgos y sentimientos.MV 579.2

    Todo estaba en perfecto orden, pero la vida del lugar se había ido. Subiendo las escaleras a la sala grande del este, donde por quince años Mamá había estudiado y orado y planeado y escrito, la encontré vacía. El viejo sofá y las mesas y las sillas y las cómodas estaban en sus lugares habituales, y el sillón grande, con su tabla giratoria enfrente, estaba donde solía estar, entre la gran ventana salediza y la chimenea francesa; pero la querida madre, cuya presencia había hecho de este cuarto el lugar más precioso de todo el mundo para mí, no estaba allí. Entonces recordé las muchas veces que había regresado de los estados del Este y me había apresurado a ir al cuarto de Mamá, seguro de recibir una afectuosa bienvenida, y de tener una oyente ávida de mis informes de las reuniones a las que había asistido y del progreso de la obra en la cual ella estaba tan profundamente interesada. Pero ahora no había nadie en el sillón de escribir para que escuchase mi informe (WCW a “Apreciado amigo”, 20 de octubre, 1915).MV 579.3

    Era el fin de una era en la vida de la iglesia. Una nueva era estaba por comenzar.MV 579.4

    Cuando el pastor White se acercó a los armarios en la esquina noroeste del escritorio y abrió las puertas que daban a los estantes que sostenían copias de los libros de E. G. de White y copias de sus manuscritos y cartas, deben haber acudido a su mente las palabras de Elena de White cuando ella a veces abría esas puertas y exhibía sus libros y papeles:MV 579.5

    “Aquí están mis escritos; cuando me vaya ellos testificarán por mí” (Carta de WCW, 9 de julio, 1922 [MR, p. 93]).MV 580.1

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