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Elena De White: Mujer De Visión

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    RELATO DE UN TESTIGO PRESENCIAL

    W. W. Blackford, un teniente coronel del ejército sureño, en su libro War Years With jeb Stuart (Años de guerra con Jeb Stuart), dio un relato emocionante de lo ocurrido en Manassas en la batalla del 21 de julio de 1861:MV 91.4

    Era ahora alrededor de las cuatro de la tarde y la batalla rugía sin que su furia disminuyese. Las líneas de azul [soldados del Norte] no habían sido quebradas y su fuego seguía vigoroso como siempre mientras arremetían contra los sólidos muros de gris [soldados del Sur], que permanecían inamovibles frente a ellos. Fue en la cumbre de ese cerro más temprano en el día, que Jackson se ganó el nombre de Stonewall [Muro de Piedra].MV 91.5

    Pero entonces ocurrió el espectáculo más extraordinario que yo jamás haya presenciado. Había estado contemplando las numerosas líneas bien formadas mientras avanzaban al ataque, unos 15.000 a 20.000 soldados vigorosos plenamente visibles, y por alguna razón volví mi cabeza en otra dirección por un momento, cuando alguien exclamó señalando al campo de batalla, “¡Mire! ¡Mire!”MV 91.6

    Miré y qué cambio había ocurrido en un instante. Donde esas líneas bien vestidas y definidas, con espacios despejados entre ellos, habían estado avanzando firmemente, ahora todo el campo era un enjambre confuso de hombres, semejantes a abejas, que huían tan rápidamente como sus piernas se lo permitían, habiendo abandonado todo orden y organización. En un momento todo el valle estaba lleno de ellos, tan lejos como el ojo podía alcanzar.MV 91.7

    Se precipitaron por el arroyo Bull Run en cualquier punto donde llegasen a él, sin hacer caso de vados o puentes, y muchos se ahogaron. Mosquetes, cajas de cartuchos, cintos, mochilas, morrales y mantas fueron tirados en su loca carrera, para que nada pudiera impedirles su huida. En su prisa atolondrada, la artillería atropelló a cualquiera que no se quitase de su camino. Los conductores de las ambulancias y los carros cortaron los arreos y se escaparon en las muías. Al cruzar el Cub Run, una granada explotó en una yunta de animales, lo que bloqueó el camino, y 28 piezas de artillería cayeron en nuestras manos (pp. 34-35 [ver también DF 956]).MV 91.8

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