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Elena De White: Mujer De Visión

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    CAPITULO 7— APRENDIENDO UN NUEVO ESTILO DE VIDA

    Muchos factores comunes a los habitantes de Nueva Inglaterra a mediados del siglo XIX determinaban su estilo de vida:MV 104.1

    1. Hábitos alimentarios. Había muy poco alimento que se compraba en los negocios, excepto carne, papas, sal y azúcar. Los inviernos eran largos y fríos. La gente compensaba la falta de frutas y verduras frescas con panes y pasteles. Bollos, bizcochos rellenos y rosquitas fritas se usaban corrientemente como alimento para el desayuno. No había aceites vegetales ni mantequilla para mezclar con la masa. La carne era costosa, y la de cerdo era la más fácil de obtener.MV 104.2

    2. Ropa. Había muy poca ropa que se compraba en los negocios. Los inviernos fríos requerían ropa de vestir y de cama que fuese gruesa.MV 104.3

    3. No había instalaciones de cañerías dentro de las casas. Ni electricidad. Ni máquinas de lavar.MV 104.4

    4. Calefacción. Las casas eran calentadas con estufas de leña y chimeneas francesas u hogares. Las ventanas estaban completamente cerradas por la noche. Se consideraba que el aire nocturno era dañino.MV 104.5

    5. Se usaba té, café, alcohol, tabaco y sidra. Tanto entonces como ahora, todas estas sustancias formaban hábito. En vidas que tenían tan poca recreación o variaciones, ¡estas prácticas ofrecían una especie de solaz!MV 104.6

    6. Expectativa de vida. En 1900 en los Estados Unidos el promedio de vida era de 47,3 años.MV 104.7

    7. Propensión a enfermarse: causada por una ignorancia pasmosa de normas de higiene, medidas sanitarias y causas de la enfermedad.MV 104.8

    No se comprendía la relación entre la dieta y el cuidado del cuerpo por un lado y la salud por el otro, ni las causas de las enfermedades.MV 104.9

    Bien temprano en los años que siguieron al Gran Chasco, los creyentes al reunirse reconocían los males del licor y el tabaco. En 1851 un hombre le escribió a Elena de White preguntándole si había visto en visión que estaba mal usar tabaco. Ella replicó el 14 de diciembre:MV 104.10

    He visto en visión que el tabaco es una hierba sucia, y que debe ser desechada o que debe renunciarse a ella. Dijo mi ángel acompañante: “Si es un ídolo, es sobrado tiempo de que se renuncie a ella, y a menos que se la abandone, el desagrado de Dios recaerá sobre quien la use...”MV 104.11

    Vi que Cristo tendrá una iglesia sin mancha o arruga o cosa semejante para presentar a su Padre,... cuando nos guíe a través de las puertas perlinas de la Nueva Jerusalén... Después que Jesús ha hecho tanto por nosotros, ¿estará alguno indeciso en negarse a sí mismo y renunciar a la sucia hierba por causa del Señor, o no? Debemos ser perfectos cristianos, negamos a lo largo de todo el camino, transitar la senda estrecha y ardua que recorrió nuestro Jesús, y entonces, si somos finalmente vencedores, el cielo, el dulce cielo nos habrá costado muy poco (Carta 5, 1851).MV 105.1

    Elena de White escribió en forma comprensiva sobre la lucha que algunos tendrán para abandonar el uso del tabaco, y sugirió que hicieran como hizo S. W. Rhodes cuando estaba luchando para romper con su uso. “Él llamó a los hermanos para que orasen por él, y lo hicimos. Se curó y desde entonces no lo ha deseado”.MV 105.2

    En 1856 había un número de adventistas observadores del sábado a quienes todavía los atormentaba el uso del tabaco en una forma u otra.MV 105.3

    El 7 de febrero la Review publicó un artículo que incluía una compilación de declaraciones de médicos sobre el uso del tabaco. Uno en abril, escrito por J. N., Andrews, titulado “El Uso de Tabaco, un Pecado contra Dios”, remachó el punto. En un editorial corto, Jaime White, en una forma indirecta, enjuició a un buen número de los miembros de iglesia. Preguntó a aquellos que sostenían que eran demasiado pobres como para pagar la revista de la iglesia: “¿Usan ustedes té, café y tabaco?”MV 105.4

    Entonces, en 1861, cuando comenzaba a cristalizarse la cuestión de la organización de la iglesia, surgió la pregunta:MV 105.5

    ¿Cómo se arreglan para formar una iglesia añadiendo miembros que usan té, café, tabaco, y faldas con aros de miriñaque, y algunos que no creen en las visiones de la Hna. White? (RH, 5 de noviembre, 1861).MV 105.6

    Loughborough trabajó muy de cerca con Jaime y Elena White, y Jaime White era director de la Review, donde se publicarían las respuestas. De manera que podemos estar seguros que ellos se consultaban en estos asuntos; lo que aparecía impreso representaba el modo de pensar de los tres.MV 105.7

    La respuesta fue que nadie, ni aun aquellos que se habían unido para adorar en sábado con un grupo de creyentes, debiera ser incorporado a la iglesia como miembro a menos que él o ella estuviese en plena armonía con las creencias de la iglesia.MV 105.8

    Requirió tiempo guiar a la gente para que reconociese la importancia de seguir principios razonables de salud.MV 105.9

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