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El Cristo Triunfante

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    La historia se repetirá cuando los seguidores de Cristo sean perseguidos, 21 de septiembre

    “Entonces Herodes con sus soldados le menospreció y escarneció, vistiéndole de una ropa espléndida; y volvió a enviarle a Pilato”. Lucas 23:11.CT 273.1

    La historia pasada se repetirá. Un conflicto ha de dirimirse en el mundo cristiano. Aquellos que no son leales a los mandamientos de la voluntad del Dios viviente, en su pretendida importancia propia, serán inspirados por Satanás para hacer guerra contra quienes deben seguir al Cordero de Dios que quita el pecado del mundo... Consecuentemente, los seres humanos se volverán inhumanos en sus acciones contra los demás...CT 273.2

    Si el profeso mundo cristiano hubiera sacado una lección de la forma como los judíos trataron a Cristo y hubiesen resuelto en Dios jamás volver a actuar de la misma forma, no se los hubiera considerado responsables de la muerte de Cristo en la persona de sus santos.CT 273.3

    Un numeroso grupo de sacerdotes y ancianos había acompañado a Cristo hasta Herodes. Y cuando el Salvador fue conducido ante el monarca, estos dignatarios, hablando todos con agitación, expusieron con insistencia sus acusaciones contra él. Pero Herodes prestó poca atención a sus cargos. Encontró que Cristo era inocente de todo crimen.CT 273.4

    Los soldados romanos sabían que si volcaban sobre Cristo todo el peso de su desprecio complacerían las bajas e indecentes pasiones de la muchedumbre endurecida y de los sacerdotes y dignatarios. Y en esta acción contaron con el apoyo de los dignatarios hebreos... Catalogaron a Cristo, la Majestad del cielo, el Rey de gloria, como un impostor y lo hicieron objeto de ludibrio.CT 273.5

    De este modo, el Rey de gloria fue puesto bajo la luz del ridículo. Le pusieron un viejo manto real de color púrpura que otrora había servido a algún monarca. Colocaron en sus manos una vieja caña y en su divina frente una cruel corona de espinas, que horadó las sagradas sienes e hizo brotar de ellas la sangre que corrió por su rostro y su barba. Le dirigieron, entonces, una serie de discursos impregnados de burla y de sarcasmo. Sin embargo, Cristo no pronunció contra ellos reproche alguno. Llegaron a cubrirle el rostro con un antiguo vestido y golpeándolo en el rostro, le decían: “¡Profetiza! ¿Quién es el que te golpeó?” Luego, arrebatándole ese antiguo vestido, lo abofetearon y lo golpearon en la cara con la caña animados por la fuerza brutal de una soldadesca corrompida. Usaron contra él las actitudes más grotescas, el vocabulario más soez y desplegando una falsa humildad se inclinaban ante su presencia...CT 273.6

    Los judíos habían esperado que un milagro evidenciara su divinidad, pero ahora tenían una evidencia mayor que cualquier milagro que hubiera realizado.—Manuscrito 112, 1897.CT 273.7

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