La iglesia y el ministerio
Cualquier cosa que sea menos que un servicio activo y ferviente por el Maestro desmiente nuestra profesión de fe. Únicamente un cristianismo revelado por una labor ferviente y práctica impresionará a los que están muertos en sus delitos y pecados. Los cristianos humildes que creen y oran, los que por sus acciones demuestran que su mayor deseo es dar a conocer la verdad salvadora que ha de probar a toda la gente, cosecharán una rica mies de almas para el Maestro.6TPI 417.1
Necesitamos romper la monotonía de nuestra labor religiosa. Estamos haciendo una obra en el mundo, pero no manifestamos suficiente actividad y celo. Si fuésemos más fervorosos, los hombres se convencerían de la verdad de nuestro mensaje. La manera inocua y monótona en que servimos a Dios es rechazada por mucha gente de una clase superior, que necesita ver un celo profundo, ferviente y santificado. La religión legal no responderá a las necesidades de esta época. Podemos cumplir todos los actos exteriores de servicio y estar, sin embargo, tan destituidos de la influencia vivificadora del Espíritu Santo como estaban destituidas de rocío y lluvia las colinas de Gilboa. Todos necesitamos lluvia espiritual, y también los brillantes rayos del Sol de justicia para enternecer y subyugar nuestro corazón. Debemos ser siempre tan firmes en los principios como una roca. Debemos enseñar los principios bíblicos y apoyarlos con una práctica santa.6TPI 417.2
Los que sirven a Dios deben manifestar animación y firmeza en la obra de salvar almas. Recordemos que hay quienes perecerán a menos que nosotros, como instrumentos de Dios, obremos con resolución inquebrantable. Debemos depender de continuo del trono de la gracia.6TPI 417.3
Es inexcusable que la fe de nuestras iglesias sea tan débil. “Volveos a la fortaleza, oh presos de esperanza”. Zacarías 9:12. En Cristo hay fuerza para nosotros. Él es nuestro Abogado delante del Padre. Envía sus mensajeros a todas partes de su dominio para comunicar su voluntad a su pueblo. Anda en medio de sus iglesias. Desea santificar, elevar y ennoblecer a sus discípulos. La influencia de los que creen verdaderamente en él, será un sabor de vida en el mundo. Él tiene las estrellas en su diestra y es su propósito dejar que por intermedio de ellas su luz brille para el mundo. Desea preparar así a su pueblo para un servicio más sublime en la iglesia celestial. Nos ha confiado una gran obra. Hagámosla con exactitud y resolución. Demostremos por nuestra vida lo que la verdad ha hecho para nosotros. 6TPI 417.4
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“El que anda en medio de los siete candeleros de oro”. Apocalipsis 2:1. Este pasaje demuestra la relación que sostiene Cristo con las iglesias. Anda en medio de las iglesias por toda la longitud y la anchura de la tierra. Las observa con intenso interés para ver si están en una condición espiritual que les permita hacer progresar su reino. Cristo está presente en toda asamblea de la iglesia. Conoce a todos los que están relacionados con su servicio y a aquellos cuyo corazón puede llenar de aceite santo para que lo impartan a otros. Son muy preciosos para Cristo los que realizan fielmente su obra en nuestro mundo y, representando en palabra y obra el carácter de Dios, cumplen el propósito del Señor para con ellos. Cristo se deleita en ellos como un hombre se deleita en un jardín bien cuidado y en la fragancia de las flores que ha plantado. 6TPI 418.1
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Costó abnegación, sacrificio propio, energía indomable y mucha oración sacar adelante las diversas empresas misioneras hasta donde están. Existe el peligro de que algunos de los que entran ahora en el escenario de acción se conformen con ser deficientes y crean que ya no hay necesidad de tanta abnegación y diligencia ni de tanto trabajo arduo y desagradable como pusieron de manifiesto los iniciadores de este mensaje, porque los tiempos han cambiado y, en vista de que ahora hay más recursos en la causa de Dios, no es necesario colocarse en circunstancias tan penosas como las que muchos tuvieron que arrostrar en el desarrollo del mensaje.6TPI 418.2
Pero si se manifestase en el cumplimiento actual de la obra la misma diligencia y abnegación que se vio en sus comienzos, veríamos resultados cien veces mayores que los alcanzados ahora.6TPI 419.1
Para que la obra siga progresando en el elevado nivel de acción en que se inició, no debe haber decaimiento de los recursos morales. Debe haber de continuo nuevos aportes de fuerza moral. Si quienes entran ahora en el campo como obreros llegan a sentir que pueden cejar en sus esfuerzos, que ya no son esenciales la abnegación y la estricta economía, no sólo de los recursos sino también del tiempo; la obra retrocederá. Los obreros del momento actual deben tener el mismo grado de piedad, energía y perseverancia que tuvieron los dirigentes de los primeros años.6TPI 419.2
La obra se ha extendido de tal manera que abarca ahora un extenso territorio y ha aumentado el número de los creyentes. Sin embargo, hay una gran deficiencia, porque podría haberse realizado una obra mayor si se hubiera manifestado el mismo espíritu misionero que en los primeros tiempos. Sin este espíritu, el obrero no hará sino mancillar y deshonrar la causa de Dios. La obra retrocede realmente en vez de progresar como Dios quisiera. Nuestro número actual y la extensión de nuestra obra no deben ser comparados con lo que eran al comienzo. Debemos considerar lo que pudo haberse hecho si cada obrero se hubiese consagrado a Dios en alma, cuerpo y espíritu, como debiera haberlo hecho. 6TPI 419.3
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Nuestras iglesias deben colaborar en la obra de cultivar la vida espiritual, con la esperanza de obtener cosechas repetidas. Existe mucha perversidad a la que se debe hacer frente, mucha frustración de planes divinos y esfuerzos dedicados, provocadas por la maldad de los incrédulos; pero la obra debe continuar. El suelo es duro, pero el terreno inculto debe ararse. Hay que sembrar los secretos de la rectitud moral. Maestros amados por Dios. No dejéis de trabajar, como si temierais al mal tiempo, porque el trabajo que realizáis crecerá constantemente. No os detengáis ni os desaniméis. El que siembra con lágrimas cosechará con regocijo. “Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios”. 1 Corintios 3:9. Recordad que no debéis confiar en vosotros mismos. 6TPI 419.4
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Como nunca antes, debemos orar no sólo que sean enviados obreros al gran campo de la mies, sino pedir un claro concepto de la verdad, a fin de que cuando lleguen los mensajeros de la verdad podamos aceptar el mensaje y respetar al mensajero.6TPI 420.1