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Testimonios para la Iglesia, Tomo 6

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    Asuntos administrativos

    Hasta donde sea posible, nuestros congresos campestres debieran dedicarse enteramente a intereses espirituales. No deben ser oportunidades para tratar asuntos administrativos.6TPI 51.2

    En estos congresos se reúnen obreros de todas partes del campo, y pareciera ser una oportunidad favorable para considerar asuntos de negocios relacionados con los varios aspectos de la obra, y para la capacitación de obreros en diferentes renglones. Todos estos variados intereses son importantes, pero cuando se han llevado a cabo durante los congresos campestres, han dejado escasa oportunidad para considerar la relación práctica de la verdad con el alma. Los pastores se han desviado de su cometido de fortalecer a los hijos de Dios en la santísima fe, y como resultado, el congreso no ha cumplido los objetivos para los cuales fue convocado. Se llevan a cabo numerosas reuniones en las cuales la mayoría de las personas no tiene ningún interés, y si asistieran a ellas, saldrían fastidiadas en lugar de recibir beneficio y refrigerio espiritual. Muchos se sienten frustrados porque sus expectativas de recibir ayuda en las reuniones del congreso campestre no han sido satisfechas. Los que acudieron en busca de orientación y fortaleza regresaron a sus hogares e iglesias no mucho mejor capacitados para atender a sus familias que antes de asistir a las reuniones.6TPI 51.3

    Los asuntos de negocios deben estar a cargo de las personas designadas especialmente para ello. Y hasta donde sea posible, debieran reunirse con los miembros en alguna otra ocasión que no sea un congreso campestre. Las reuniones de capacitación para el colportaje, Escuela Sabática y publicaciones para la obra misionera, debieran llevarse a cabo en la iglesia local o en reuniones especiales para ese fin. Este mismo principio debe aplicarse a las reuniones de enseñanza del arte culinario. Aunque estas actividades son apropiadas en el lugar que les corresponde, no debieran ocupar el tiempo de nuestros congresos campestres.6TPI 52.1

    Los presidentes de las asociaciones y los pastores tienen que dedicarse a atender los intereses espirituales de los hermanos, y por lo tanto, deben ser liberados de las labores ordinarias que acompañan a los congresos. Los ministros debieran estar listos para actuar como maestros y guías en las tareas del campamento cuando la ocasión lo requiera; pero no deben agotarse. Deben sentirse refrigerados, y estar en disposición animosa, porque esto es esencial para el bienestar de la congregación. Deben poder hablar palabras de aliento y valor, y dejar caer en el terreno de los corazones sinceros, semillas de verdad espiritual que brotarán y darán precioso fruto.6TPI 52.2

    Los ministros deben enseñar a la gente a acudir al Señor y cómo llevar a otros a él. Deben adoptarse métodos, ejecutarse planes, por los cuales se elevarán las normas y se enseñará cómo purificarse de la iniquidad y superarse por la adhesión a los principios puros y santos.6TPI 52.3

    Es necesario que haya tiempo para el escudriñamiento del corazón y el cultivo de la mente. Cuando la mente se espacia exageradamente en asuntos de negocios, se producirá como resultado falta de poder espiritual. La piedad personal, la verdadera fe y la santidad del corazón, deben tenerse presentes, para que los hermanos comprendan su importancia.6TPI 52.4

    Debe manifestarse el poder de Dios en nuestros congresos, o no podremos prevalecer contra el enemigo de las almas. Cristo dice: “Separados mí, nada podéis hacer”. Juan 15:5.6TPI 53.1

    A los que se reúnen en los congresos debe inculcárseles la idea de que el propósito de las concentraciones es obtener una experiencia cristiana superior, progresar en el conocimiento de Dios, fortalecerse con vigor espiritual; y a menos que lo comprendamos, las concentraciones serán infructuosas para nosotros.6TPI 53.2

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