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Testimonios para la Iglesia, Tomo 6

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    Las mujeres como obreras evangélicas

    La obra que se ha iniciado en lo relativo a ayudar a nuestras hermanas a sentir su responsabilidad individual delante de Dios, es una obra buena y necesaria. Ha sido descuidada durante largo tiempo. El Señor quiere que siempre insistamos en el valor del alma humana, ante aquellos que no lo comprenden. Cuando esta obra se hace en forma clara, sencilla y definida, podemos esperar que en vez de descuidar los deberes familiares, se los cumplirá con más inteligencia.6TPI 119.1

    Si podemos organizar grupos regulares que reciban instrucciones inteligentes acerca de la parte que sus miembros deben desempeñar como siervos del Maestro, nuestras iglesias tendrán la vitalidad que necesitan desde hace mucho. La excelencia del alma por cuya salvación murió Cristo será apreciada. Nuestras hermanas llevan generalmente una carga pesada con sus crecientes familias y sus pruebas, algo que nadie valora. Durante mucho tiempo he anhelado que hubiera mujeres que pudiesen prepararse para ayudar a nuestras hermanas a salir de su desaliento y sentir que podían hacer una obra para el Señor. Esto hará penetrar en su propia vida rayos de sol que se reflejarán en la vida de otras personas. Dios bendecirá a todos los que participen en esta gran obra.6TPI 119.2

    Muchas hermanas jóvenes, como también otras de más edad, parecen rehuir la conversación religiosa. No aprecian sus oportunidades. Cierran las ventanas del alma que debieran mirar hacia el cielo, y abren ampliamente las que miran hacia la tierra. Pero cuando vean la excelencia del alma humana, cerrarán las ventanas que dan a la tierra, que dependen de las diversiones mundanales y las relaciones insensatas y pecaminosas, y abrirán las que dan al cielo, para contemplar las cosas espirituales. La Palabra de Dios será su garantía, su esperanza, su paz. Entonces podrán decir: “Recibiré la luz del Sol de justicia, a fin de que resplandezca sobre otros”.6TPI 119.3

    Las personas que trabajan con más éxito son aquellas que asumen alegremente la obra de servir a Dios en las cosas pequeñas. Cada ser humano debe trabajar con el hilo de su vida, entretejiéndolo con la urdimbre para completar el modelo.6TPI 119.4

    La obra de Cristo consistió mayormente en entrevistas personales. Tenía una fiel consideración por el auditorio de una sola alma. Mediante esta única alma, el conocimiento recibido era comunicado a millares.6TPI 120.1

    Debemos enseñar a las personas jóvenes a ayudar a la juventud; y mientras tratan de hacer esta obra, adquirirán una experiencia que las calificará para trabajar en forma consagrada en una esfera más amplia. Millares de corazones pueden ser alcanzados de esta manera muy sencilla y humilde. Los más intelectuales, aquellos que son considerados y alabados como los hombres y mujeres más talentosos del mundo, quedan con frecuencia refrigerados por las sencillas palabras que fluyen de un corazón que ama a Dios y que puede hablar de ese amor con tanta naturalidad como los mundanos hablan de las cosas que su mente contempla y recibe como alimento. Con frecuencia las palabras bien preparadas y estudiadas tienen poca influencia. Pero las palabras veraces y sinceras de un hijo o una hija de Dios, dichas con sencillez natural, abrirán la puerta de corazones que habían estado cerrados durante mucho tiempo.6TPI 120.2

    Los gemidos que causa el pesar del mundo se oyen en todo nuestro alrededor. El pecado nos apremia con su sombra, y nuestra mente debe estar lista para toda buena palabra y obra. Sabemos que poseemos la presencia de Jesús. La dulce influencia del Espíritu Santo está enseñando y guiando nuestros pensamientos para inducirlos a hablar palabras que alegren la senda de otros. Si pudiéramos hablar con frecuencia a nuestras hermanas y en vez de decirles: “Id”, pudiéramos guiarlas a realizar lo que nosotros haríamos, y a sentir lo que nosotros sentiríamos, entonces comenzaríamos a apreciar más y más el valor del alma humana. Debemos aprender, a fin de enseñar. Este pensamiento debe grabarse en la mente de todo miembro de la Iglesia.6TPI 120.3

    Creemos plenamente en la organización de la Iglesia; pero ésta no tiene el propósito de prescribir la manera exacta como debemos trabajar; porque no todas las mentes han de ser alcanzadas por los mismos métodos. No debe permitirse cosa alguna que separe al siervo de Dios de sus semejantes. El creyente individual ha de trabajar para el pecador individual. Cada persona debe mantener ardiendo su propia luz; y si el aceite corriera a estas lámparas por los conductos de oro; si los vasos fueran vaciados del yo, y preparados para recibir el aceite santo, se derramaría luz sobre la senda del pecador con algún propósito. Más luz caerá sobre la senda del extraviado de parte de una lámpara tal, que de toda una procesión de antorchas enarboladas para la ostentación. La consagración personal y la santificación para Dios traen más resultados que el más imponente despliegue.6TPI 120.4

    Enseñemos a nuestras hermanas que su pregunta debe ser cada día: “Señor, ¿qué quieres que haga hoy?” Cada vaso consagrado recibirá cada día el aceite santo para que fluya a otros vasos. 6TPI 121.1

    *****

    Si la vida que vivimos en este mundo es enteramente para Cristo, será una vida de entrega diaria. Él recibirá nuestro servicio voluntario, y cada alma será su joya. Si podemos hacer comprender a nuestras hermanas el bien que pueden hacer por Cristo, veremos realizarse una gran obra. Si podemos despertar su mente y corazón para que cooperen con el divino Obrero, ganaremos grandes victorias por medio de la obra que ellas realicen. Pero el yo debe ocultarse; Cristo debe aparecer como el que lleva a cabo la obra.6TPI 121.2

    Tiene que haber intercambio entre dar y tomar, en recibir e impartir. Esto nos califica como colaborados de Dios. Esta es la obra del cristiano. El que pierda su vida la hallará.6TPI 121.3

    La capacidad de recibir el aceite santo de los dos olivos aumenta a medida que el recipiente trasmite este aceite en palabras y acciones que suplan las necesidades de otras almas. Obra preciosa y satisfactoria es la que consiste en estar recibiendo constantemente e impartiendo.6TPI 121.4

    Necesitamos y debemos tener nuevas provisiones cada día. ¡Y a cuántas almas podremos ayudar si nos comunicamos con ellas! Todo el cielo está esperando los conductos por los cuales pueda ser derramado el aceite santo, para regocijar y bendecir a otros. Yo no temo que haya quienes cometan errores en el trabajo, si tan sólo quieren mantenerse unidos con Cristo. Si él mora en nosotros, trabajaremos en forma continua y sólida, de manera que nuestro trabajo permanecerá. La plenitud divina fluirá por el agente humano consagrado para ser transmitida a otros. 6TPI 122.1

    *****

    El Señor tiene una obra tanto para las mujeres como para los hombres. Ellas pueden hacer una buena obra para Dios si quieren aprender primero en la escuela del Cristo la preciosa e importantísima lección de la mansedumbre. No sólo deben llevar el nombre de Cristo, sino poseer su Espíritu. Deben andar como él anduvo, purificando su alma de todo lo que contamina. Entonces podrán beneficiar a otros presentando la excelsa suficiencia de Jesús. 6TPI 122.2

    *****

    Las mujeres pueden ocupar su puesto en la obra en esta crisis, y el Señor trabajará por su medio. Si las inspira un sentimiento de deber, y trabajan bajo la influencia del Espíritu de Dios, tendrán el dominio propio requerido para este tiempo. El Salvador hará reflejar sobre estas mujeres abnegadas la luz de su rostro. Y esto les dará un poder que excederá al de los hombres. Ellas pueden realizar en las familias una obra que los hombres no pueden hacer, una obra que llega a la vida íntima. Pueden acercarse al corazón de aquellas personas a quienes los hombres no pueden alcanzar. Se necesita su labor. 6TPI 122.3

    *****

    Una necesidad directa queda suplida por la obra de las mujeres que se han entregado al Señor y están tratando de ayudar a las personas menesterosas y heridas por el pecado. Se ha de realizar una obra de evangelización personal. Las mujeres que se hacen cargo de esta obra llevan el Evangelio a los hogares de la gente por los caminos y los vallados. Leen y explican la Palabra a las familias, orando con ellas, cuidando a los enfermos y aliviando sus necesidades temporales. Presentan a las familias y a sus miembros individuales la influencia purificadora y transformadora de la verdad. Demuestran que la manera de hallar paz y gozo consiste en seguir a Jesús. 6TPI 122.4

    *****

    Todas las que trabajan para Dios deben reunir los atributos de Marta y los de María: una disposición a servir y un sincero amor a la verdad. El yo y el egoísmo deben ser eliminados de la vida. Dios pide obreras fervientes, que sean prudentes, cordiales, tiernas y fieles a los buenos principios. Llama a mujeres perseverantes, que aparten su atención del yo y la conveniencia personal, y la concentren en Cristo, hablando palabras de verdad, orando con las personas a las cuales tienen acceso, trabajando por la conversión de las almas.6TPI 123.1

    ¡Oh! ¿cuál es nuestra excusa, hermanas mías, para no dedicar tanto tiempo como podamos al estudio de las Escrituras, haciendo de la mente un almacén de cosas preciosas, a fin de que podamos presentarlas a las personas que no se interesan en la verdad? ¿Se levantarán nuestras hermanas para hacer frente a la emergencia? ¿Trabajarán para el Maestro?6TPI 123.2

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