El arrepentimiento y la confesión son necesarios

Durante la noche Dios me reveló la condición espiritual de los miembros de la iglesia de Oakland y las ciudades vecinas. Un gran estandarte fue levantado cuando muchos se quejaban, criticaban y hablaban en detrimento del otro, y este estandarte se dio la vuelta hasta que apareció frente a ellos como un magnífico espejo en el cual todos los que miraban se vieron a sí mismos con todas sus faltas y pecados. Todos los que habían errados, los que estaban condenados por la pecaminosidad de sus acciones, se postraron delante de Dios y de inmediato comenzaron a confesar su propia maldad y, ¡oh, qué escena de arrepentimiento y confesión fue esta! Siguió una extraordinaria purificación del campamento y se manifestó el gran poder de Dios.SE1 318.2

Nunca estaré satisfecha hasta que una experiencia como esa acontezca en las iglesias de Oakland y San Francisco. Queremos ver la salvación de nuestro Dios. Queremos que la verdad llegue con gran poder; entonces ¿por qué, por qué nos interponemos en el camino? ¿Por qué entristecemos al Espíritu Santo de Dios? ¿Por qué lo exponemos a la burla, llevando con nosotros nuestra disposición egoísta, no convertida, y, sin embargo, afirmamos en todo momento que somos cristianos? Quiera Dios que podamos tener una visión clara para discernir lo que podemos hacer si contemplamos a Jesús, y que nos demos cuenta de cómo le debe parecer a él nuestras acciones y cómo considera la envidia y la contienda. Ojalá que Dios nos ayude a renunciar a nuestros defectos de carácter. Queremos ver el poder de Dios revelado en esta comunidad. Si no fuera por esto, no saldría de mi hogar ni vendría aquí a predicarles frecuentemente. No obstante, noche tras noche no puedo dormir más que unas pocas horas y, a menudo, me siento en la cama durante las horas de la noche para ro garle a Dios por quienes no reconocen su condición espiritual. Luego me levanto y camino por la habitación y digo: «Señor, orienta a tu pueblo antes de que sea demasiado tarde”.SE1 318.3

A menudo, durante los momentos de intercesión, cuando la carga se hace más pesada, mi corazón se llena de gran ansiedad, las lágrimas brotan de mis ojos y retuerzo mis manos delante de Dios, porque sé que hay almas que se encuentran en peligro en las iglesias de Oakland y los lugares cercanos, almas que, en su condición actual, no conocen más sobre cómo están delante de Dios de lo que sabrían si jamás hubiesen profesado religión alguna.SE1 319.1

Hermanos y hermanas, ha llegado la hora de que fijemos nuestros ojos en Jesús para que podamos reflejar su imagen. Este es el momento de eliminar todo lo que entristecerá al Espíritu Santo de Dios: las divisiones, las divergencias, la crítica, las acusaciones. Dios quiere que vengamos a la luz para que nuestra luz brille en buenas obras. Que la alabanza de Dios esté en el corazón y la voz. «Y otra vez dice: “Alegraos, gentiles, con su pueblo”. Y otra vez: “Alabad al Señor todos los gentiles y exaltadlo todos los pueblos”» (Rom. 15: 10-11).SE1 319.2