La estrategia de Satanás en el conflicto final
En lugar de poseer un mayor poder mientras nos acercamos en los peligros de los últimos días, son evidentes la debilidad, la discordia y la lucha por la supremacía. Pero si estuviéramos conectados con el Dios del cielo seríamos poderosos en él y, sin embargo, andaríamos con toda humildad, teniendo el yo escondido en Jesús. Pero ahora tanto las debilidades espirituales como físicas, así como la muerte, nos privan de ser obreros. Unicamente Dios, mediante su Santo Espíritu, nos puede despertar de este sueño mortal. Se necesita ahora a hombres y mujeres que trabajen fervorosamente con el objetivo de salvar a las almas, pues Satanás, como poderoso general, ha cercado el campamento; y en los momentos finales del tiempo que le queda está trabajando mediante todo método concebible para cerrar la puerta a la luz que Dios quiere que llegue a su pueblo. Está arrastrando a todo el mundo a sus filas, y los pocos que son fieles a los requerimientos de Dios son los únicos que podrán resistirlo, e incluso a ellos los está tratando de vencer. Se me ha mostrado mucho de estas cosas, pero nada más puedo presentarles algunas ideas a ustedes.SE1 83.4
Acudan a Dios por ustedes mismos; pídanles a Dios que los ilumine para que puedan estar seguros de que realmente conocen la verdad, para que cuando se despliegue el poder portentoso y obrador de milagros, y el enemigo venga como un ángel de luz, puedan distinguir entre la obra verdadera de Dios y la imitación de los poderes de las tinieblas.SE1 84.1
Los pastores pueden hacer una gran obra para Dios si por la fe Jesús habita en su corazón. Cristo dice: «Separados de mí, nada podéis hacer” (Juan 15: 5). Quisiera tener el poder de presentar ante ustedes su responsabilidad sagrada y solemne. A menos que ustedes caigan sobre la Roca y sean quebrantados, a menos que Cristo ponga su sello sobre ustedes, no prestarán atención a estas palabras. Ustedes son demasiado autosuficientes, están demasiado satisfechos de sí mismos, y creen que no necesitan estas palabras. Pero ellas son verdaderas. ¿No los ha hecho Dios depositarios de su mensaje? ¿No tiene él verdad adicional que será revelada a su pueblo si escudriña cuidadosamente como a un tesoro escondido?SE1 84.2
Los ministros de Dios deberían ser capaces de sacar del tesoro de la Palabra de Dios cosas nuevas y cosas viejas. «Eduquen, eduquen, eduquen», dijo el ángel. «Den la verdad al pueblo. Exalten a Jesús delante de ellos. Condúzcanlos en el sendero señalado para los redimidos del Señor. Denles línea sobre línea y mandamiento tras mandamiento, un poquito aquí, un poquito allí. Nunca dejen de estudiar la Biblia por sí mismos, para que de una manera inteligente presenten al entendimiento del pueblo lo que ha de ser”.SE1 84.3