2—Llamados a la fiesta de bodas
LA LECTURA bíblica que he escogido como base para mi reflexión se encuentra Mateo 22, vamos a leer a partir del primer versículo (se citan los versículos 1-10).SE1 13.1
Esta porción de la Escritura, a la que me he referido y que les he presentado, tiene un significado mucho más profundo de lo que soy capaz de explicar. Es de sumo interés para nosotros, y debiéramos tomarla en cuenta y atesorarla en nuestras mentes. Si examinamos a fondo la sagrada Palabra de Dios veremos que cuando el Mesías prometido, el Hijo de Dios, vino al mundo, su propio pueblo, su propia nación, los judíos, no querían recibirlo y no lo recibieron. Según lo dicho por Juan: «A lo suyo vino, pero los suyos no lo recibieron» (Juan 1: 11).SE1 13.2
La provisión fue hecha, pero no lo recibieron. El mismo Padre proporcionó un rescate, de hecho un sacrificio. El amado Hijo se sometió a los requerimientos deSE1 13.3
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Sermón predicado en Washington, Township, Iowa, alrededor de 1874. Manuscrito 8, 1874. su Padre, vino a este mundo de pecado, se convirtió en un varón de dolores, experimentado en quebranto. Anduvo haciendo bienes, hablando tiernamente, diciendo con el acento más profundo, más ferviente y más dulce jamás pronunciado: «Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón” (Mat 11: 28, 29). Él nos asegura que hallaremos descanso para nuestras almas.