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Sermones Escogidos Tomo 1

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    ¿Qué más puede hacer Dios?

    ¿Acaso no habrá ningún poder capaz de controlar nuestras emociones y mostrarnos que estamos al borde del mundo eterno? ¿Somos incapaces de pensar ello? ¿Qué se podría hacer para despertar a nuestro pueblo? ¡Cómo hablamos de nuestras leves tribulaciones! Escuchen lo que Pablo dice acerca de ellas: «Pues esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven” (2 Cor. 4:17, 18). ¿Considerarían como aflicciones leves el ser azotados con varas, pasar una noche y un día en las profundidades, sufrir de hambre, frío, desnudez, todas estas cosas y, lo peor de todo, de falsos hermanos? Pero a estas tribulaciones él las llama leves.SE1 62.1

    Ahora, hermanos, el celo por mi Salvador me hace sentir indignada y disgustada pues los que profesan ser cristianos son niños. Ellos se enfurecen si alguien hace algo que no les agrada. Y si alguien se cruza en su camino, se desaniman y se dan por vencidos. Pues que se den por vencidos si no pueden hacer lo correcto. Ellos deben ser tallados y preparados para el edificio celestial. Ahora hay mucho egoísmo. Anhelamos que el yo muera y permanezca escon-dido en Cristo Jesús, entonces no hablaremos de desánimo ni de dificultades ni de todas estas pequeñeces. En cambio, hablaremos del gran plan de la redención y del poder inigualable de Jesucristo al venir a nuestro mundo y tomar sobre sí la naturaleza humana para que por medio de él seamos ennoblecidos y tengamos un lugar a su diestra. ¿Habrá algo más maravilloso que eso?SE1 62.2

    Si esto no fuera suficiente, ¿qué más podría hacer el cielo a favor de la raza caída? «¿Cuánto más —dice Cristo— podría haber hecho yo a favor de mis ovejas?». ¿Qué más? ¿Tendrá que abandonarnos? Lo hará a menos que cambiemos nuestra actitud hacia Dios, porque ya hizo todo lo que podía hacer a fin de salvarnos. Nuestra responsabilidad delante de Dios es proporcional a la luz que hemos recibido. Caminemos en la luz, así como él está en luz. No hay tinieblas en él.SE1 62.3

    Bien, supongamos que ustedes están caminando en la luz, ¿entonces qué? Entonces, sus testimonios serán luz. Ustedes hablarán de luz, todas estas malas sospechas y habladurías serán abandonadas. Al hablar no nos preocuparemos por pensar en nosotros mismos y en lo que hacen los demás, sino en lo que Dios y Jesús están haciendo. ¿Y qué hacen? Están purificando el santuario. Nosotros deberíamos estar junto con Dios en la realización de esta obra y estar purificando el santuario de nuestras almas de toda injusticia, para que nuestros nombres sean inscritos en el libro de la vida del Cordero, y para que nuestros pecados sean borrados cuando lleguen los tiempos del refrigerio de la presencia del Señor. Esta obra es la más solemne que jamás se haya encomendado a los mortales.SE1 62.4

    No hay tiempo para la glorificación del yo, sino únicamente para exaltar a Jesús. ¡Oh, exaltémoslo! ¿Cómo lo podemos hacer? ¿Cómo podemos estar siempre buscando nuestra propia salvación y exaltándonos a nosotros mismos? Quiera el Dios del cielo que su poder entre en nuestros corazones para que podamos tener caracteres rectos y corazones puros y sepamos cómo trabajar por los enfermos y los que sufren. Dijo el Pastor del rebaño: [falta la cita] ¿A quiénes se refiere esto, a los ministros? No. A cada individuo que ha tomado el nombre de Cristo sobre sí y que ha gustado que el Señor es bueno.SE1 63.1

    Vayan a trabajar por los que están a su alrededor con contrición de espíritu, con corazones conmovidos por el amor del Señor. Cristo puede obrar con ustedes, pero nunca obrará sin la cooperación del ser humano. Pónganse en el lugar correcto, y Dios les concederá su poder y combinará sus esfuerzos divinos con nuestros esfuerzos humanos, y de ese modo podremos obrar nuestra salvación con temor y temblor. Ese poder es tal que Satanás no lo puede resistir ni derrotar. Cuando tenemos un seguro asidero de lo alto, Satanás no puede tentarnos. Queremos que se conviertan de nuevo y tengan la gracia de Cristo en sus corazones.SE1 63.2

    Ya es hora de levantarnos del sueño, de buscar al Señor con todo el corazón, y creo que él será reconocido en nosotros. Sé que todo el cielo está a nuestra disposición. Tan pronto como amamos a Dios con todo nuestro corazón y a nuestro prójimo como a nosotros mismos, Dios obrará a través de nosotros. ¿Estamos listos para la lluvia tardía? ¿Quiénes esperan tener parte en la primera resurrección? ¿Acaso ustedes que han estado abrigando el pecado y la maldad en el corazón? Ustedes fracasarán aquel día.SE1 63.3

    Ahora bien, hay un grupo que serán los vencedores. ¿Son acaso los que atesoran el pecado y la maldad en el corazón? No, estos no podrán estar firmes en aquel día. Hay muchas tentaciones que nos asedian de parte de Satanás, y si no somos engañados es porque conocemos la verdad. Si ellos fracasan por los milagros de Satanás, si no son engañados por los milagros de Satanás, entonces serán víctimas de la ira de Dios. No se desanimen ni piensen que Dios jamás perdona, porque él dice que si nuestros pecados son como la grana los hará blancos como la nieve. El Dios de los cielos ofrece todo incentivo para que acudamos a él y nos sometamos al proceso de refinación. ¿Acaso no acudiremos?SE1 63.4

    El amor de Cristo en el corazón hará más para convertir a los pecadores que todos los sermones que ustedes puedan predicar. Lo que necesitamos es recibir el amor de Cristo para que podamos estudiar la Biblia y saber qué dicen las Escrituras. La Palabra será revelada a través de los siglos sin fin de la eternidad. Ahora, hermanos, bien podríamos eliminar la basura de las puertas de nuestros corazones, ahora, precisamente ahora, y preparémonos para el juicio, pues no tenemos tiempo que perder.SE1 64.1

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