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Mensajera del Señor

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    Vastos hábitos de lectura

    Los vastos hábitos de lectura de Elena de White le ayudaron a enriquecer su amplio sistema de ideas con antecedentes históricos y formas frescas de expresar sus inteligentes observaciones.MDS 111.5

    Cuando los hijos del matrimonio White eran jovencitos, su madre leía extensamente en revistas religiosas para buscar historias con lecciones morales que fuesen adecuadas especialmente para leer en sábado. Ella recortaba los artículos deseados y los pegaba en álbumes de recortes. 24Estos álbumes se exhiben en la oficina del Centro White, Silver Spring, Maryland.MDS 111.6

    En la década de 1870 muchos de esos artículos fueron clasificados en libros para grupos de edades diferentes. La primera de esas colecciones, Sabbath Readings, Moral and Religious Lessons for Youth and Children (Lecturas para el sábado, lecciones morales y religiosas para jóvenes y niños), contenía 154 historias paginadas individualmente. 25Battle Creek, MI: Steam Press of the Seventh-day Adventist Publishing Association, 1863. Más tarde, Sabbath Readings for the Home Circle (Lecturas de sábado para el círculo del hogar), un juego de historias de cuatro tomos, apareció en numerosas ediciones. 26Oakland, CA. The Pacific Press, 1877, 1877, 1878, 1881; Nashville, TN: M. A. Vroman, publicador, 1905. A comienzos del siglo, Golden Grains (Granos de Oro), una serie de diez panfletos, cada uno de 72 páginas, fue publicada por la Pacific Press Publishing Association, 27Fecha desconocida.También fue publicada una colección sin fecha de historias infantiles, Sunshine Series (Serie Rayos de Sol); la primera tenía diez panfletos de 16 páginas cada uno, y la segunda, veinte panfletos con 16 páginas cada uno. 28En 1881 Jaime White escribió: “La Sra. White siempre ha sido una gran lectora, y en nuestros extensos viajes ella ha reunido libros juveniles y artículos en gran cantidad, de los que seleccionaba lecciones morales y religiosas para leer a sus propios queridos hijos. Este trabajo comenzó hace unos treinta años. Compramos cada serie de libros para niños y jóvenes que se imprimían en Norteamérica y en Europa en el idioma inglés, que llegaban a nuestro conocimiento, y compramos, pedimos prestado y mendigamos libros misceláneos de esta clase, casi en número ilimitado... Y con eso publicamos la Serie Rayos de Sol para los pequeños, de 5 a 10 años de edad, la serie de Granos de Oro, para niños de 10 a 15 años, y los tomos para Sabbath Readings for the Home Circle para lectores aún más avanzados... ¡Libros preciosos! Los compiladores han pasado años leyendo y rechazando noventa y nueve partes, y aceptado una. Libros preciosos, ciertamente, para la preciosa juventud”.— Review and Herald, 21 de junio, 1881.MDS 111.7

    A comienzos de 1900, mientras estaba en Australia, Elena de White le escribió a su hijo Edson, pidiéndole que le envíase ciertos libros de la biblioteca de ella: “He pedido que me envíen cuatro o cinco tomos grandes de notas de Barnes sobre la Biblia. Creo que están en Battle Creek, en mi casa ahora ya vendida, en algún lugar con mis libros. Espero que tú veles para que mi propiedad, si es que tengo algo, sea debidamente cuidada y no esté desparramada en cualquier parte como propiedad común. Quizás nunca visite nuevamente los Estados Unidos, y mis mejores libros debieran enviárseme cuando sea conveniente”. 29 Carta 189, 1900, citada en Bio., t. 4, p. 448.MDS 111.8

    En 1920, E. E. Andross, presidente de la División Norteamericana, rogó que se aclarase el uso que hacía la Sra. White de materiales encontrados en sus lecturas. W. C. White respondió: “En los primeros días de su trabajo, se le prometió a mi madre sabiduría en la selección de los escritos de otros, lo que la capacitaría para seleccionar las gemas de verdad de entre la hojarasca del error. Todos hemos visto el cumplimiento de esto, y sin embargo, cuando ella me dijo esto, me advirtió que no lo dijese a otros. Nunca supe por qué hizo esta restricción, pero ahora me siento inclinado a creer que ella podía ver cómo esto podría inducir a algunos de sus hermanos a alegar demasiado firmemente que sus escritos eran una norma para corregir a los historiadores”.30Archivo de correspondencia del Centro White, citado por Robert W. Olson, “Uso de Elena G. de White de fuentes históricas en El conflicto de los siglos”, Adventist Review, 23 de febrero, 1984.MDS 111.9

    W. C. White escribió al Comité de Publicaciones de la Pacific Press en 1911: “Generalmente se admite que en los discursos de la Hna. White, presentados al público, ella usa gran libertad y sabiduría en la selección de pruebas e ilustraciones, para hacer que las verdades reveladas en su visión resulten claras y evidentes en su presentación. También, el hecho de que seleccione hechos y argumentos que se adapten al auditorio a quien se dirige. Esto es esencial para lograr los mejores resultados con su discurso. Y ella siempre ha creído y enseñado que era su deber usar la misma sabiduría que emplea en la selección de material para sus discursos, cuando elige y prepara material para sus libros”. 31Mensajes selectos, t. 3, p. 504.MDS 112.1

    Con la mente y el corazón de Elena de White que desbordaban del amor de Dios, se le había dado a ella el cuadro completo del plan divino para resolver el problema del pecado; era su deber encontrar la mejor manera para transmitir este cuadro a otros. En la introducción a The Great Teacher (El gran Maestro), un libro que Elena de White valoraba altamente, John Harris escribió: “Supongamos, por ejemplo, que un profeta inspirado apareciese ahora en la iglesia, para agregar un suplemento a los libros canónigos; ¡qué Babel de opiniones encontraría en casi cada tema teológico! Y cuán altamente probable es que su ministerio consistiría, o parecería consistir, en una mera selección y ratificación de aquellas opiniones que están de acuerdo con la mente de Dios. Parecería casi imposible una absoluta originalidad. La mente inventiva del hombre ya ha representado opiniones especulativas en casi cada forma concebible, despojando al futuro de una considerable proporción de novedades, y dejando poco más, aun para un mensajero divino, que la función de tomar algunas de esas opiniones e imprimir en ellas el sello del Cielo”. 32Páginas xxxiii-xxxiv.MDS 112.2

    Estas palabras podrían aplicarse a Elena de White. Su capacidad para leer voluminosamente y seleccionar en forma cuidadosa le proveyeron las herramientas que requería su misión profética. Mentalmente equipada con el bosquejo inspirado de la verdad, sus extensas lecturas le ayudaron frecuentemente a completar los detalles con los antecedentes históricos pertinentes y con adaptaciones literarias que hacen que sus escritos sean vigorosos, encantadores y creativos.MDS 112.3

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