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Mensajera del Señor

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    Jerusalén nunca ha de ser reconstruida

    Elena de White escribió en 1851 que “la vieja Jerusalén nunca [sería]... edificada”. 22Primeros escritos,p. 75. Esta frase aparece en el capítulo, “El Tiempo de Reunión”, que combinó dos visiones y algunas líneas adicionales. La primera visión, que tuvo lugar el 23 de septiembre de 1850, trataba del “tiempo de reunión” de “Israel”, las fechas en el diagrama millerita de 1843, el “continuo”, la fijación de fechas del regreso de Cristo, y el error de ir a la vieja Jerusalén. La segunda visión, del 21 de junio de 1851, se concentraba en el mensaje del tercer ángel, la fijación de fechas y el hecho de que no se construiría la vieja Jerusalén. Por sí misma, la declaración parece insostenible. Pero cuando se reconstruye el marco que la acompaña, encontramos que la Sra. White estaba aconsejando al grupo creciente de adventistas que tanto el fijar fechas23Muchos ex milleritas estaban fijando diversas fechas para el regreso de Jesús, siendo 1850 y 1851 las últimas fechas para el fin de la profecía de los 2.300 días/años. Aunque los adventistas sabatistas eran generalmente inmunes a la tendencia de fijar fechas, Hiram Edson y José Bates abogaron por los años 1850 y 1851, respectivamente. Jaime White no incluyó sus puntos de vista en la Present Truth, la Advent Review y la Review and Herald. como la noción de la “era venidera” 24 Los exponentes de la doctrina de la era venidera, encabezados por Joseph Marsh, O. R. L. Crosier y George Storrs, creían, con diversas variaciones, que el segundo advenimiento introduciría el reino milenial en la tierra y que durante dicho tiempo el mundo se convertiría bajo el reino de Cristo, jugando los judíos un papel sobresaliente. Este grupo estaba relacionado estrechamente con los literalistas (adventistas británicos) que habían creído que en la década de 1840 los judíos literales darían la bienvenida a su Mesías (Cristo) en Palestina, para cumplir de esa manera las profecías del Antiguo Testamento, convirtiéndose Jerusalén en la capital de Cristo durante el milenio. La mayoría de los milleritas habían rechazado este aspecto de la teología adventista de ellos, llamándolo judaismo. (Ver Josiah Litch, “The Rise and Progress of Adventism”, The Advent Shield and Review, mayo, 1844, p. 92, citado en Seventh-day Adventist Bible Students’ Source Book, p. 513). Los primeros desertores al comienzo de la Iglesia Adventista del Séptimo Día fueron H. S. Case y C. P. Russell quienes, entre otros conceptos, habían aceptado la teoría de la ”era venidera”. Ver SDAE, t.11, “Messenger party”, pp. 51-52. no eran compatibles con la verdad bíblica. Ella recalcó que las profecías del Antiguo Testamento respecto al establecimiento de un reino judío en Palestina estaban basadas sobre la condición de la obe- diencia y caducaba su vigencia debido a la desobediencia. Las profecías incumplidas se cumplirían en el “Israel verdadero” como se expone en el texto del Nuevo Testamento.MDS 488.7

    Por lo tanto, el movimiento popular de las décadas de 1840 y 1850 para promover un estado sionista en Palestina no era un cumplimiento de la profecía bíblica ni un proyecto en el cual los adventistas deberían involucrarse. Las advertencias e instrucciones de la Sra. White tenían el propósito de desviar el interés en Palestina y dirigirlo hacia la obra que Dios había abierto ante ellos.MDS 489.1

    En una visión de septiembre de 1850 ella vio que era un “gran error” creer “que tienen el deber de ir a la vieja Jerusalén, y [pensar]... que tienen una obra que hacer allí antes que venga el Señor;... porque los que piensan que todavía tienen que ir a Jerusalén fijarán sus pensamientos en esto, y privarán de sus recursos a la causa de la verdad presente para transportarse a sí mismos y llevar a otros allí”. 25Primeros escritos, p. 75. MDS 489.2

    Menos de un año más tarde, en agosto de 1851, ella escribió con mayor énfasis “que la vieja Jerusalén nunca será edificada; y que Satanás estaba haciendo cuanto podía para extraviar en estas cosas a los hijos del Señor ahora, en el tiempo de reunión, a fin de impedirles que dediquen todo su interés a la obra actual de Dios e inducirlos a descuidar la preparación necesaria para el día del Señor”. 26Primeros escritos, pp. 75-76. MDS 489.3

    ¿Cómo entendieron esta declaración los lectores de Elena de White? Que no hay luz en la enseñanza popular de la “era venidera”, que no tiene significado bíblico el hecho de que los judíos regresen a Palestina, que Jerusalén nunca será reconstruida en un período milenial futuro. Ella no estaba hablando de una posible reconstrucción política de Jerusalén sino de una reconstrucción proféticamente significativa de la vieja Jerusalén. Seguir pensando de esa manera, destacó ella, era hundirse más en los engaños de Satanás y alejarse de los deberes presentes.27Para los antecedentes sobre el contexto religioso de este tema concerniente a la reconstrucción de la vieja Jerusalén, ver Julia Neuffer, “The Gathering of Israel” (un panfleto preparado por el Comité de Investigación Bíblica, Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día).MDS 489.4

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