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Mensajera del Señor

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    Variaba la manera de dar los mensajes

    La manera de dar la información recibida en visión era variada e impredecible. A veces se instruía a Elena de White a “divulgar” testimonios personales. ¿Cómo podía ser esto?MDS 138.10

    Ella veía a personas y eventos en vision que otros no podían ver en su verdadera luz. Cuando estas personas resistían el consejo e ignoraban el reproche enviado sólo a ellos, ella consideraba su deber hacia toda la iglesia. Su Guía celestial le dijo que la iglesia no debía continuar languideciendo debido a aquellos que rehusaban corrección: “Fui arrebatada en visión [23 de diciembre, 1860] y se me mostraron los errores de individuos que habían afectado la causa. No me atrevo a ocultar el testimonio a la iglesia con el fin de proteger los sentimientos de algunos individuos”. 40Testimonies, t. 1, p. 210. “Me fueron presentados individuos que habían rehuido el testimonio directo. Vi la influencia de sus enseñanzas sobre el pueblo de Dios”.— Id., p. 248. Ver Testimonies, t. 1, pp. 210-252 para tener una visión de conjunto de cómo Elena de White le daba carácter público a comunicaciones privadas que había recibido previamente. En un mensaje anterior escribió: “Mi rumbo es ahora claro para no perjudicar por más tiempo a la iglesia. Si se dan reproches, no me atrevo a confiarlos sólo a los individuos para que éstos los oculten, sino que aquello que el Señor ha considerado conveniente darme lo leeré a personas de experiencia en la iglesia, y si el caso lo demanda, lo llevaré ante toda la iglesia”.— Spiritual Gifts, t. 2, pp. 293-294. En 1868 ella dio instrucciones adicionales a otros en cuanto a hacer públicos los testimonios privados: “Al reprender los errores de una persona, él [Dios] planea corregir a muchos. Pero si las personas fracasan en aplicar la reprensión a sus vidas y se hacen la ilusión de que Dios pasa por alto sus errores porque no los singulariza en forma especial, engañan sus almas y quedarán encerrados en las tinieblas y abandonados a sus propios caminos para seguir la imaginación de sus corazones”.— Testimonies, t. 2, pp. 112-113.MDS 138.11

    ¿Qué ocurría después que ella difundía los testimonios por escrito, identificando a menudo a sus compañeros de trabajo mediante sus iniciales? Durante los pocos meses siguientes, la mayoría de aquellos que habían sido identificados en los testimonios de la Hna. White reconocían en la Review and Herald la veracidad de estos testimonios y confesaban sus errores. Diez años más tarde, cuando esos testimonios fueron reimpresos, ella sustituyó las iniciales por espacios en blanco. Se quitaron referencias a personas conocidas, pero los principios permanecieron.MDS 138.12

    En otras ocasiones, ella reprobó abiertamente a hombres y mujeres en reuniones públicas. Por ejemplo, en su diario en el que describía una reunión de sábado en 1868 en Tuscola, Michigan, ella notó que había hablado durante una hora reprendiendo errores individuales: “Algunos se sintieron sumamente mal porque saqué a relucir estos casos ante otros. Lamento ver este espíritu”. 41Manuscrito 13, 1868, citado en Bio., t. 2, p. 228. En una carta a su hijo Edson ella explicó que estos testimonios públicos se concentraban en “el pecado de hablar apresur adamente, burlarse, bromear y reírse”, todas manifestaciones muy públicas.MDS 138.13

    Pero una pareja se ofendió seriamente. La esposa, juntamente con su esposo, vinieron gritando: “Usted me ha matado, me ha liquidado”. En su carta a Edson, Elena de White continuó: “Encontré que su mayor dificultad era que se les había dado el testimonio delante de otros y que si yo se los hubiese enviado a solas, lo habrían recibido sin problema. El orgullo fue herido, fue terriblemente lastima do. Hablamos por un rato y ambos se apaciguaron maravillosamente y dijeron que se sentían en forma diferente”. 42Carta 6, 1868, citada en Bio ., t. 2, pp. 228-229. Más tarde, en su diario de esa fecha, ella concluyó; “No aligeramos la carga, porque todo este proceso sólo mostró cuánto necesitaba ella la reprensión”.— Ibíd.MDS 138.14

    A menudo las visiones se referían a eventos específicos que convencerían a personas no adventistas de que Elena de White era una genuina mensajera del Señor. En 1850 los White estaban en Oswego, Nueva York, en su obra habitual de escribir y predicar. El tesorero del condado, que también era el predicador laico metodista local, había cultivado un vivo interés en las cosas espirituales entre la gente del pueblo. Dos jóvenes, Hiram Patch y su novia, habían asistido tanto a las reuniones metodistas como a las adventistas y estaban indecisos en cuanto a cuál grupo debían unirse. La pareja presenció a Elena de White en visión, después de lo cual le preguntaron: “¿Qué piensa usted sobre el hermano M [el tesorero del condado]?” Después de hacer referencia a Oseas 5:6-7, la Sra. White contestó (según recordó el Sr. Patch): “Se me dijo [en visión] que les dijera que en este caso se cumplirá literalmente la declaración del texto. Esperen un mes y sabrán por ustedes mismos cómo es el carácter de las personas que están ocupadas en este reavivamiento y que profesan tener una preocupación tan grande por los pecadores”. 43Loughborough, GSAM, p. 231, citado en Bio ., t.1, p. 175.MDS 139.1

    Poco después de esta conversación, al tesorero del condado se le rompió un vaso sanguíneo y quedó en la casa en una “condición enfermiza”. El sheriff y un agente de policía, después de hacerse cargo de las finanzas del condado, encontraron un déficit de $1.000. Cuando se lo confrontó en su casa, el tesorero alegó ignorancia. Pero el agente trajo a la casa los $1.000 que faltaban en una bolsa que la esposa del tesorero había tratado de ocultar en un banco de nieve.MDS 139.2

    Las reuniones evangelísticas del tesorero se terminaron, y los dos jóvenes hicieron su decisión de unirse a los adventistas: habían presenciado una clara evidencia de la autenticidad y utilidad de las visiones de Elena de White. 44Id, pp. 175-176.MDS 139.3

    Una visión (o un sueño) impedía a menudo que un grupo tomase una decisión precipitada y lo encaminaba a un curso correcto de acción, lo que con el transcurso del tiempo se vería más claramente. En el verano de 1881 Jaime y Elena White se sentían cansados. Ella estaba enferma. Sin embargo, tenía una “profunda impresión” de que debían dejar las reuniones del campestre de Michigan e ir al de Iowa, que comenzaría en dos días. Cuando llegaron a Des Moines, ella le dijo a un pastor: “Bien, estamos aquí por mandato del Señor; no sabemos con qué propósito especial, pero sin duda lo sabremos cuando avancen las reuniones”.MDS 139.4

    Los White tuvieron a su cargo gran parte de la predicación. El domingo a la noche, después que la Sra. White se había retirado a descansar, la feligresía estaba realizando una reunión de negocios sobre el tema de votar, especialmente en relación con la temperancia y la prohibición [de consumir bebidas alcohólicas]. Después de un corto tiempo llegó el mensaje de que el grupo quería el consejo de ella. G. B. Starr recordó más tarde que Elena de White relató un sueño que describía las circunstancias de Iowa y que el portavoz celestial había dicho: “Dios planea ayudar a la gente en un gran movimiento sobre este tema. También planeó que ustedes como pueblo fueran la cabeza y no la cola en el movimiento; pero la posición que han tomado ahora los colocará en la cola”.MDS 139.5

    Se le preguntó a la Sra. White en la reunión si los adventistas de Iowa debían votar por la prohibición. Su respuesta fue inmediata: “Sí, lo digo hasta al último de los hombres en todas partes, y tal vez voy a escandalizar a algunos de ustedes al decirles: Si es necesario, voten por la prohibición en el día sábado si no pueden hacerlo en algún otro momento”.MDS 139.6

    Al escribir más tarde sobre lo ocurrido, Starr destacó lo siguiente: “Puedo testificar que el efecto de la narración de ese sueño fue eléctrico sobre toda la asociación. Le acompañó un poder convincente, y yo vi por primera vez el poder unificador del don de profecía en la iglesia” 45Bio., t. 3, pp. 158-160. Elena de White apoyó el informe de G. B. Starr.MDS 139.7

    A veces el dar un testimonio era extraordinariamente dramático. En mayo de 1853, en Vergennes, Michigan, ocurrió un incidente que aumentó grandemente la confianza en las visiones de Elena de White. El asunto afec tó a la Sra. Alcott, una mujer que había profesado gran santidad y que ahora se estaba congraciando con los nuevos creyentes. La Sra. White había tenido anteriormente una visión en Tyrone, Michigan, respecto al verdadero estado espiritual de esta mujer y escribió algunos de los detalles. Dos pastores, M. E. ComeU y J. N. Loughborough, conocían los detalles escritos y dijeron: “Ahora observaremos y veremos cómo salen las cosas”. 46Id., t. 1, p. 277. Loughborough escribió: “En la descripción escrita que la Hna. White hizo de la mujer no sólo mencionó el modo como procedería, sino que cuando se la reprendiese ella ‘asumiría una mirada de santurrona y diría, Dios—conoce—mi—corazón', . La Sra. White dijo que esta mujer estaba viajando por el país con un joven, mientras que su esposo, un hombre de más edad, estaba en la casa trabajando para sostenerlos en su trayectoria. La Hna. White dijo que el Señor le había mostrado que ‘con todas las pretensiones de santidad de esta mujer, ella era culpable de violar el séptimo mandamiento”.—Loughborough, Review and Herald, 6 de mayo, 1884, p. 299.MDS 139.8

    Al arribar finalmente a Vergennes, estando enfrente de la casa donde iban a parar y en presencia de Loughborough y Comell, la Sra. White le dijo a su esposo que debían encontrar la iglesia donde “vive esa mujer a quien vi en la visión de Tyrone”. Ella también señaló que la pareja que los estaba hospedando conocía a esa mujer. La esposa no confiaba en la Sra. Alcott pero su esposo “piensa que ella es una buena persona”. (Esta pareja y los White todavía no habían conversado entre sí.)MDS 140.1

    Pronto pasó un carruaje por la calle y Elena de White dijo que ninguno de los que estaban en ese contingente tenían la menor confianza “en las pretensiones de esa mujer”. Cuando pasó el segundo carruaje, dijo que esa caiga estaba dividida. Los del tercer contingente estaban “todos bajo la influencia de la mujer”. Entonces ella dijo: “Esta debe ser la iglesia donde vive esa mujer porque he visto a todas esas personas en conexión con ese asunto”.MDS 140.2

    El sábado, mientras Jaime White estaba predicando, entraron un hombre de edad, un joven y una mujer, la que quedó junto a la puerta. Cuando Jaime terminó su sermón, Elena de White se levantó para decir unas pocas palabras acerca del cuidado que los pastores deben tener en su trabajo. Dijo que Dios no llamaba a una mujer para que viajase con ningún otro hombre que no fuese su esposo. Para confirmar su punto de vista, se refirió a “esa mujer que acaba de sentarse cerca de la puerta... Dios me ha mostrado que ella y ese joven han violado el séptimo mandamiento”. Loughborough comentó: “Todos los que estaban en el granero sabían que la Hna. White nunca había visto personalmente a esos individuos hasta que entraron en el lugar. El hecho de escogerlas a ellas y su descripción del caso le dio autoridad a su visión”.MDS 140.3

    ¿Cuál fue la respuesta de la Sra. Alcott? Loughborough escribió: “Se levantó lentamente, asumió una mirada santurrona y dijo: ‘Dios—conoce—mi—corazón’. Eso fue todo lo que dijo y se sentó. Fue precisamente lo que el Señor había mostrado (28 de mayo) que diría la mujer. El 11 de junio ella hizo precisamente lo que se había dicho que haría, y dijo las palabras idénticas que se había predicho que diría cuando fuese reprobada, y nada más”.MDS 140.4

    ¿Qué pasó con el joven? Unas pocas semanas más tarde, antes de que regresase a Canadá, se le preguntó respecto a la visión de Elena de White, y él contestó: “Esa visión fue demasiado cierta”. 47Id., pp. 279-281.MDS 140.5

    En el campestre de Wisconsin a comienzos de la década de 1870 ocurrió un incidente que habría sido quizás aún más dramático e incluso más desafortunado, si las visiones de Elena de White no hubieran sido exactas El orador ya había comenzado cuando llegaron los White. Elena y Jaime se detuvieron por un momento mientras ella le decía algo a Jaime, que no fue oído por aquellos que observaban. Pero los que estaban más cerca oyeron que Jaime dijo: “¡De acuerdo!” Fueron hasta el pasillo central pero Elena de White no se sentó. Miró al predicador, lo señaló con el dedo y dijo: “Hermano, he oído su voz en visión, y cuando esta mañana entré en esta carpa, reconocí esa voz y el Señor me dijo que cuando oyera esa voz que sin vacilar le diera el mensaje que me dio para usted y tendré que hacerlo”.MDS 140.6

    El predicador se detuvo. Elena de White continuó: “Hermano, conozco a una mujer en Pennsylvania con dos niñitos. Esa mujer le dice a usted esposo y esos niños lo llaman a usted papá, y lo están buscando por todas partes y no pueden encontrarlo. No saben dónde está. Aquí hay otra mujer con seis hijos que se aferran a sus faldas y ella lo llama esposo y ellos le dicen papá. Hermano, usted no tiene nada que hacer detrás de ese pulpito”.MDS 140.7

    El predicador se lanzó hacia el pliegue de la carpa y desapareció. Su hermano, que estaba sentado con la concurrencia, se levantó de un salto y les dijo a los oyentes estupefactos: “Hermanos, lo peor de esto es que es totalmente cierto”. 48 El pastor Armitage contó esta historia en la iglesia de Redlands, California, a comienzos del año 1931, donde G. B. Starr era el pastor. Más tarde ese año, en el campestre de Oakland, California, el 30 de junio, Starr recontó la historia. El hecho interesante que acompaña a esta historia es que cuando el pastor Armitage la contó en Redlands también dijo que cuando su madre murió, su padre se casó con la hermana de esa mujer de Wisconsin con los seis hijos.
    Los seis eran miembros de iglesia y uno de ellos “ocupaba un lugar muy importante en el Hospital de Loma Linda”. Luego, para hacer la historia aun más dramática, señaló a la madre que había sido engañada por su esposo bigamo; ella estaba en la iglesia ese día visitando a su hija, uno de los seis hijos.—DF 496-d.
    MDS 140.8

    Muchas y muy diversas fueron las situaciones de la vida que Elena de White encaró, siempre aconsejando, reprobando, animando, cualquiera fuese la necesidad. En cada caso, los destinatarios y los observadores por igual notaron que nadie podría haber conocido los hechos de la situación a menos que el Espíritu de Dios hubiese inspirado a su mensajera humana. 49 A continuación mencionaremos una lista parcial de eventos adicionales en los que el ojo y el dedo profético de Elena de White condujeron a la gente hacia el cielo: (1) El gerente de negocios del Hospital de Santa Helena (1887), cuya infidelidad moral le fue revelada a Elena de White mientras estaba en Europa, quien le llamó la atención mediante sus cartas, finalmente se sintió agradecido por la persistente confrontación de Elena de White y por la manera como lo trató.—Roger Coon, A Gift of Light (Hagerstown, MD: Review and Herald Publishing Association), 1983, pp. 34-35. (2) Elbe (Sam) Hamilton, un joven moribundo a quien Elena de White le diagnosticó que estaba sufriendo de triquinosis, aprendió a cocinar y a comer correctamente en la propia cocina de la Hna. White. Pocos años más tarde, ella trajo a Sam al Sanatorio de Paradise Valley, donde él presenció la famosa excavación del pozo y las asombrosas predicciones de ella.— Id., pp. 35-38. (3) Nathaniel Davis, director de la revista Signs of the Times en Australia, quien tenía severos problemas con el dinero, el espiritismo y la moral, fue puesto al descubierto en una reunión pública, pero más tarde se sintió sumamente agradecido por la persistencia de Elena de White.— Id., pp. 38-41. (4) A fines de 1851, en Johnson, Vermont, el Hno. Baker y otros estaban teniendo desacuerdos doctrinales que condujeron a discusiones muy intensas. Las visiones de Elena de White durante un período de varios días trajeron claridad y calma. Baker cambió totalmente de actitud y confesó que “cada palabra de la visión relatada por la mañana concerniente a él era verdad, cada palabra de ella, exactamente como se había dicho”,— Bio., t. 1, pp. 220-221. (5) En Vergennes, Vermont, poco después de la experiencia de Baker en 1851, Elena de White, mediante una visión, le ayudó a un miembro de iglesia que estaba confundido con el error de la “era venidera”. “Después que tuve la visión y se la dije, el Hno. Everts comenzó a confesar y a quebrantarse ante Dios. Renunció a [su idea de] la ‘era venidera’ y sintió la necesidad de mantener la mente de todos concentrada en el mensaje del tercer ángel”.— Id , pp. 222-223. (6) Elena de White relató una visión que incluía a un predicador (a quien ella no conocía) que estaba lejos de la casa en un itinerario de predicación, pero que se hallaba en violación del séptimo mandamiento. Seis semanas más tarde, ella encontró al hombre en presencia de otros, y le dijo: “Tú eres el hombre”. El confesó plena e inmediatamente, lo que verificó una visión dada a más de ochocientos kilómetros (quinientas millas) de distancia.—Loughborough, Review and Herald, 4 de marzo, 1884. Ver también Loughborough, GSAM, pp. 319-320. (7) En junio de 1853 una visión de Elena de White ayudó a poner término a una agria disputa sobre “quién dijo qué”, que estaba dividiendo a la iglesia de Jackson, Michigan. Pero el incidente también representó el antecedente del primer movimiento disidente entre los adventistas que guardaban el sábado, conocido como el Messenger Party (El bando del mensajero).— Bio., t. 1, pp. 276-277. (8) Víctor Jones, un joven de Monterey, Michigan, tenía una lucha con el apetito. Elena de White le escribió un testimonio basado en una visión, una elocuente apelación.—Carta 1, 1861, citada en Bio., t. 1, p. 465.MDS 141.1

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