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Mensajera del Señor

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    Defensora dinámica del evangelismo público

    La capacitación debe preceder a la práctica. Durante los dos años en los que la Sra. White estuvo en Europa (1885-1887), ella les dio sugerencias claras y de comprobada eficacia a quienes estaban abriendo huella en materia de evangelismo, explicándoles cómo ser más efectivos. Una de las primeras lecciones aprendidas en los Estados Unidos fue la de que los obreros no preparados ni capacitados, no importa cuán fervientes fuesen, no honraban a Dios con sus métodos inefectivos. En la quinta sesión del Concilio Europeo (1887), en Moss, Noruega, ella aconsejó: “Podría haberse hecho una obra mucho mayor si nuestros hermanos se hubiesen empeñado más, aun a costa de grandes gastos, en educar a licenciados [en Teología] antes de haberlos enviado al campo para trabajar. Se les permitió ir y probar sus talentos. No fueron con obreros de experiencia que podrían haberlos ayudado y educado, sino que fueron solos... No crecieron y no utilizaron al máximo sus facultades como para llegar a ser hombres competentes en las Escrituras”. 25Manuscrito 34, 1887, citado en Bio., t. 3, p. 369. MDS 212.3

    La Sra White no sustituía la debida preparación ministerial por el entusiasmo. “Si los jóvenes desean entrar al campo [ministerio público], de ninguna manera se los debiera desanimar; pero primero permítaseles aprender el oficio”. 26Testimonies, t. 4, pp. 437-448. Los estudiantes en el Colegio de Battle Creek debieran “alcanzar una norma de cultura intelectual y moral más elevada” que la que podría encontrarse en “cualquier otra institución de ese tipo en nuestro país”.— Testimonies, t. 4, p. 425. Como lo dijo Jaime White, siempre era “una deshonra que los adventistas hicieran un trabajo de segunda clase en cualquier cosa”. 27Review and Herald, 24 de mayo, 1877, p. 164. MDS 212.4

    Importancia de comenzar bien. Para Elena de White las primeras impresiones eran importantes. Aquellos que representan a la Iglesia Adventista en público deben estar preparados espiritualmente como también profesionalmente, o si no su trabajo no será permanente: “Es sumamente necesario que la obra en los campos nuevos comience bien, llevando la huella de lo divino. En estos campos nuevos muchos estarán en peligro de aceptar la verdad o de consentir a ella, sin tener una genuina conversión del corazón. Cuando sean probados por la tormenta y la tempestad, se encontrará que su casa no está construida sobre una roca sino sobre arena movediza. El ministro debe poseer y cultivar piedad práctica en su vida diaria y en su carácter. Sus sermones no debieran ser exclusivamente teóricos”. 28Testimonies, t. 4, p. 321 MDS 212.5

    El “comenzar bien” también abarcaba las impresiones que se causaban al elegir los lugares de reuniones, 29El evangelismo, p. 97; Delafield, Ellen G. White in Europe, p. 99. al evitar “despliegues teatrales” y “avisos alarmantes”, 30El evangelismo, pp. 104-106. al publicar artículos apropiados “en los periódicos del mundo”, 31Id, p. 99. al familiarizarse con los pastores de las diversas iglesias”, 32Id, p.109. al “guardar el paso con el tiempo” en los mensajes que se presentan, 33Id, p. 114. al “vestirse [los ministros] de una manera adecuada a la dignidad de su posición”, 34Id. , pp. 110,487-88. al evitar los ministros cualquier cosa que pueda considerarse “tosca” en cualquier actitud o en el porte, de modo “que no disgusten al espectador”. 35Id. , p. 110.MDS 212.6

    Las presentaciones públicas debieran reflejar el espíritu y ¡a manera de ser de Jesús. Una de las características del espíritu de profecía es que se exalta y se refleja a Jesús en todas las empresas ganadoras de almas. Cualquiera sea el tema que Elena de White considere, el lector queda impresionado con el sentimiento predominante de que Cristo no sólo es nuestro Salvador sino también nuestro Ejemplo en todas las cosas. Su obra de ga- nancia de almas, ya sea al conducir a individuos a la salvación o al dirigir a las multitudes hacia el cielo, provee métodos claros y eficaces de efectividad evangelística.MDS 212.7

    En el capítulo “Nuestro Ejemplo”, en El ministerio de curación, Elena de White des cribió cómo Jesús “encontraba a los hombres donde ellos estaban”. Ella escribió: “Procuraba llegar al pueblo por medio de las cosas que le resultaban más familiares”. 36El ministerio de curación, p. 14. A menudo recalcaba que es “esencial que entendamos y sigamos los métodos correctos de enseñanza e imitemos el ejemplo de Cristo”. 37El evangelismo, p. 44. “Aprended sus caminos. Obtendremos mucha instrucción para nuestra obra de un estudio de los métodos de trabajo de Cristo y de su manera de encontrarse con la gente... Las palabras del Maestro eran claras y distintas, y eran pronunciadas con simpatía y ternura. Llevaban consigo la seguridad de que eran la verdad. Era la sencillez y el fervor con que Cristo trabajaba y hablaba lo que atraía a tantas personas a él”.— IbídMDS 213.1

    El ejemplo de Cristo incluía evitar las “controversias”, 38Id, pp. 48,130,250,122-123,224; El Deseado de todas las gentes, p. 218. identificarse con “los intereses y la felicidad” de la persona, 39El ministerio de curación, p. 14. observar “los rostros de sus oyentes” cuya mirada “revelaba que la verdad había llegado al alma”, 40El evangelismo, p. 45. hablar con “sencillez” no presentando “muchas cosas a la vez, no fuera que su mente se confundiese, [haciendo] cada punto... claro y distinto”, apelar a todos los niveles intelectuales y sociales vistiendo sus mensajes “de una belleza tan singular que interesaban y cautivaban a los grandes intelectos”, 41Id, p. 46. dosificar su enseñanza estimando el momento apropiado cuando su auditorio estaba listo para recibirla, y retener “muchas cosas con respecto a las cuales su sabiduría le hizo guardar silencio”. 42Id, p. 47.MDS 213.2

    Presentar el Evangelio al público en general, incluyendo a muchos que han tenido experiencias religiosas negativas en el pasado, requiere tacto al seleccionar la secuencia de los temas. Elena de White mostró qué hacer mediante su ejemplo y una instrucción persistente. Al destacar la importancia del tacto, ella escribió: “Cuando os encontráis con personas que, como Natanael, tienen prejuicios contra la verdad, no presentéis con insistencia y con mucha fuerza vuestros puntos de vista peculiares. Hablad con ellos al principio de temas acerca de los cuales tenéis unanimidad... Tanto vosotros como ellos alcanzaréis una relación aún más estrecha con el cielo, el prejuicio se debilitará y será más fácil alcanzar el corazón”. 43Id, p. 327. “Presentad a Jesús porque lo conocéis como a vuestro Salvador personal. Fluya de los labios humanos su amor subyugador, su rica gracia. No necesitáis presentar puntos doctrinales a menos que se os pregunte”.— Id, p. 324.MDS 213.3

    Ella encomió a las hermanas de la iglesia que se asociaban con la Unión pro Temperancia de Mujeres Cristianas y las exhortó a que se destacasen por la “luz de la vida... sobre temas en los que todas ustedes pueden concordar”. 44El ministerio de la bondad, p. 171.MDS 213.4

    Elena de White fue invitada veintenas de veces a hablar al público en general en toda Norteamérica. Generalmente elegía temas de temperancia cristiana y piedad práctica, y los desarrollaba en una forma tal que conmovía profundamente a sus oyentes. Sabía que al comenzar con un tema neutro, contemporáneo, conseguiría que el auditorio tuviese una actitud favorable, lo que preparaba el ambiente para temas más distintivos. Conocía los principios de las buenas relaciones públicas. 45 Los sermones sobre temperancia y salud serán “un agente por cuyo intermedio la verdad puede ser presentada a la atención de los no creyentes. Ellos razonarán que si tenemos ideas tan seguras con respecto a la salud y la temperancia, debe haber algo en nuestra creencia religiosa que vale la pena ser investigado”.— El evangelismo, p. 375.MDS 213.5

    Defensora destacada del evangelismo urbano. Algunos pueden preguntarse cómo y por qué una mujer tan ocupada como Elena de White se involucraba en técnicas evangelísticas. Sin embargo, ella envió muchos mensajes por escrito a dirigentes denominad onales y a evangelistas destacados, concentrándose en métodos de ganancia de almas en las áreas urbanas. 46El evangelismo, pp. 282-314; ver Howard B. Weeks, Adventist Evangelism in the Twentieth Century (Washington, D.C.: Review and Herald Publishing Association, 1969). Sus consejos sobre eVan- gelismo público, por ejemplo, especialmente en las grandes ciudades del mundo, impulsaron nuevos avances en favor del evangelismo urbano: “Sobre nosotros pesa el reproche de Dios debido a que las dudades populosas que están a nuestro alcance no han sido trabajadas ni amonestadas... No hemos hecho demasiado por los campos misioneros extranjeros, pero no hemos hecho nada comparativamente por las ciudades populosas que están a nuestras mismas puertas”. 47Id, p. 294.MDS 213.6

    Stephen y Hetty Haskell fueron quizás los principales proponentes del programa de Elena de White para llegar a las masas. La venta de libros de puerta en puerta, los estudios bíblicos personales, las reuniones de obreros para enseñar evangelismo personal, la utilización de la educación de la salud para despertar el interés del público, los estudios bíblicos impresos, las revistas evangelísticas, ponerse en contacto con dirigentes en el mundo de los negocios y profesionales, escoger sitios adecuados para reuniones públicas: todos estos métodos convergieron en el programa de los Haskell para evangelizar Nueva York a comienzos de la década de 1900. 48 Robinson, Ella M., S. N. Haskell, Man of Action (Washington, D.C.: Review and Herald Publishing Association, 1967), pp. 177-195. Uno de los principios evangelísticos de Elena de White que los Haskell tomaron seriamente, fue: “Si se sermoneara la mitad de lo que ahora se hace, y se duplicara la cantidad de trabajo personal dedicado a las almas en sus hogares y en las congregaciones, se vería un resultado que sería sorprendente”.— El evangelismo, p. 316.MDS 213.7

    Los dirigentes denominacionales, preocu- pados con diversas crisis de ese tiempo, descuidaron el reiterado énfasis de Elena de White en el evangelismo urbano. Pero ella no se desanimaba. Para ella, no sólo había muchos millones que iban a sus tumbas sin ser advertidos, sino que la predicación de los mensajes de los tres ángeles de Apocalipsis 14 estaba siendo frustrada seriamente. 49Joyas de los testimonios, t. 3, pp. 333-343; Review and Herald, 1.° de julio, 1909.MDS 213.8

    En 1909 ella encaró de frente el problema: los dirigentes máximos de la iglesia, incluyendo a A. G. Daniells, presidente de la Asociación General, y W. W. Prescott, director de la Review, debían dar el ejemplo en evangelismo público. Les escribió severamente a ambos hombres en 1910 después de haber llegado a la conclusión de que su consejo en 1909 había producido sólo una respuesta simbólica: “Se me ha encomendado un mensaje para ustedes dos de que necesitan humillar sus corazones ante Dios. Ni el pastor Prescott m el pastor Daniells están preparados para dirigir la obra de la Asociación General, porque en algunas cosas han deshonrado al Señor Dios de Israel... Durante la última reunión a la que asistí en Washington, D. C., se me revelaron claramente algunas cosas... La obra en las ciudades todavía no ha sido llevada adelante como debiera serlo... Si el presidente de la Asociación General se hubiese despertado completamente, podría haber visto la situación. Pero él no ha comprendido el mensaje que Dios ha dado... No puedo guardar silencio por más tiempo”. 50Carta 58, 1910, citada en Bio., t. 6, p. 225; MR, t. 6, pp. 7377; t. 10, pp. 362-364.MDS 214.1

    Prescott hizo planes para realizar trabajo evangelístico, pero una combinación de tragedias familiares lo abrumaron. Su salud sufrió seriamente. Con el transcurso del tiempo, nuevas responsabilidades en la obra editorial ocuparon eventualmente su tiempo. 51 Valentine, The Shaping of Adventism, pp. 197-214.MDS 214.2

    Daniells tuvo cierta dificultad para hacer los arreglos en sus responsabilidades de liderazgo. Durante esos meses, Elena de White le escribió: “Redima el tiempo perdido de los últimos nueve años avanzando ahora sin titubeos con la obra en nuestras ciudades, y el Señor lo bendecirá y sostendrá”. 52 Carta 68,1910, citada en Bio., t. 6, p. 229; pp. 219-230; MR, t 19, pp. 123-124MDS 214.3

    Estas exhortaciones constantes al presidente de la Asociación General y a otros dirigentes produjeron una explosión del evangelismo adventista urbano en los años que siguieron. 53 Schwarz, Light Bearers, pp. 336-341.MDS 214.4

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