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Mensajera del Señor

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    Inspiración del pensamiento o verbal

    Pero Elena de White vio problemas adicionales que pueden surgir cuando uno pregunta: ¿Cómo habla el Dios infinito, infalible, a hombres y mujeres falibles, finitos? ¿Cómo puede una persona, muchos años después de la aparición de un profeta, entender sus mensajes divinamente inspirados que han sido escritos centenares, aun miles de años antes?MDS 375.1

    Para algunos parece más fácil creer que Dios dictó las palabras que el profeta registró fielmente. Para ellos, este método evitaría equivocaciones al eliminar el error humano.MDS 375.2

    Para otros, este método del dictado no sólo ignora la realidad sino que abre la puerta innecesariamente a una enorme lista de problemas que desacreditan lo que Dios ha estado tratando de hacer.23 Ver pp. 16,120,173,421.MDS 375.3

    Elena de White se identificó con aquellos que aceptaban el concepto de inspiración del pensamiento en vez de inspiración verbal. Ella reconocía que “los escritores de la Biblia tuvieron que expresar sus ideas con lenguaje humano. Fue escrita por seres humanos... La Biblia no nos es dada en un grandioso lenguaje sobrehumano... Todo lo que es humano es imperfecto. Diferentes significados se expresan con la misma palabra: no hay una palabra para cada idea distinta... La Biblia está escrita por hombres inspirados, pero no es la forma del pensamiento y de la expresión de Dios... La inspiración no obra en las palabras del hombre ni en sus expresiones, sino en el hombre mismo, que está imbuido con pensamientos bajo la influencia del Espíritu Santo. Pero las palabras reciben la impresión de la mente individual... La mente y voluntad divinas se combinan con la mente y voluntad humanas. De ese modo, las declaraciones del hombre son la palabra de Dios”. 24Mensajes selectos, t.1, pp. 22-24. “Con frecuencia los hombres dicen que cierta expresión no parece de Dios. Pero Dios no se ha puesto a sí mismo a prueba en la Biblia por medio de palabras, de lógica, de retórica. Los escritores de la Biblia eran los escribientes de Dios, no su pluma”. — Ibíd.MDS 375.4

    ¿Qué conclusión extraeremos de este reconocimiento de la enorme diversidad de expresión y lógica, tan diversa como el número de escritores que hay? ¿De qué modo los lectores de estos profetas pueden encontrar más tarde coherencia y unidad en lo que todos declaran que es “la palabra del Señor”? La unidad del mensaje está garantizada por el Autor que los inspiró a todos. Elena de White escribió: “El Creador de todas las ideas puede impresionar a diferentes mentes con el mismo pensamiento, pero cada una puede expresarlo de una manera diferente, y sin embargo sin contradicción”. 25Id, p. 25.MDS 375.5

    Con todo, la unidad de la Biblia no siempre es evidente al lector casual. “El alma iluminada ve una unidad espiritual, una gran hebra de oro que corre por todo el conjunto, pero se requieren paciencia, meditación y oración para rastrear la preciosa hebra áurea”.26Id., p. 23. “Escritos en diferentes épocas y por hombres que diferían notablemente en posición social y económica, y en facultades intelectuales y espirituales, los libros de la Biblia presentan contrastes en su estilo, como también diversidad en la naturaleza de los asuntos que desarrollan. Sus diversos escritores se valen de expresiones diferentes; a menudo la misma verdad está presentada por uno de ellos de modo más patente que por otro. Ahora bien, como varios de sus autores nos presentan el mismo asunto desde puntos de vista y aspectos diferentes, puede parecer al lector superficial, descuidado y prevenido, que hay divergencias o contradicciones, allí donde el lector atento y respetuoso discierne, con mayor penetración, la armonía fundamental”. — Id. , pp. 28.29 Gottfried Oosterwal señaló: “Toda vez que Dios se revela lo hace en el manto cultural de la gente que son los destinatarios de su mensaje... Aunque aparece en las diversas formas de la cultura humana, la verdad de Dios en sí viene desde fuera de esa cultura. A veces está por encima de ella, a veces en contra de ella. Pero ya sea en o encima o en contra de la cultura, siempre la trasciende. Revelación y cultura, integradas como están, se relacionan entre sí como la sustancia con la sombra, el significado con la forma, el contenido con el vaso que lo lleva”. — “Gospel, Culture, and Mission”, Ministry, octubre, 1989, p. 22. Ver también Niels- Erik Andreasen, “From Vision to Prophecy”, Adventist Review, 28 de enero, 1982.MDS 375.6

    Los eruditos bíblicos han comparado la unión divino-humana en Jesucristo con la unión divino-humana en la escritura de la Biblia. Elena de White respaldó esta comparación: “La Biblia no nos es dada en un grandioso lenguaje sobrehumano. Jesús tomó la humanidad a fin de llegar hasta el hombre donde éste está”. 27Mensajes selectos, t. 1, p. 23. “La Biblia, con sus verdades de origen divino expresadas en el idioma de los hombres, es una unión de lo divino y lo humano. Esta unión existía en la naturaleza de Cristo, quien era Hijo de Dios e Hijo del hombre. Se puede decir de la Biblia lo que fue dicho de Cristo: ‘Aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros’ (Juan 1:14)”.28El conflicto de los siglos, p. 8.MDS 375.7

    Jesús nació como un judío, no un africano o un noruego. Probablemente tenía menos de 1,80 m de alto. Estaba limitado por el DNA de su pasado genético. No obstante, revelaba la Palabra de Dios, su mensaje, en su sentido más puro. 29 Richard Rice escribió: “El carácter divino-humano de la Escritura es incompatible con la idea de que la Biblia es una mezcla de lo humano y lo divino. La Biblia tiene una textura abigarrada... Las diferencias han inducido a la gente a concluir de que ciertas partes de la Biblia son inspiradas divinamente, mientras que otras son meramente humanas, de modo que podemos obtener la pura Palabra de Dios separando las dos.
    “Pero los dos aspectos de la Escritura, el divino y el humano, son inseparables. La Biblia no es una combinación de las palabras de Dios y las palabras de los hombres. Expresa la palabra de Dios en las palabras de los hombres. Elimine usted lo humano y también eliminará lo divino.
    “La unión de lo divino y lo humano en la Biblia es un poco parecida a la combinación genética de dos padres en un niño. Algunas cosas de un niño le recuerdan a usted de su madre. En otros aspectos, se parece al padre. Pero no hay manera de separar los dos sin hacer violencia a la persona involucrada”. — The Reign of God (Berrien Springs, MI: Andrews University Press, 1985), p. 26.
    MDS 375.8

    La Biblia tal como la conocemos hoy fue escrita por “hombres [limitados] que diferían notablemente en posición social y económica y en facultades intelectuales y espirituales”. 30El conflicto de los siglos, p. 8. El Autor de la Biblia habló a hombres diversos que tenían ideas diversas, algunos más limitados que otros. Sin embargo, cada escritor captaba “los puntos que armoniza[ba]n con su experiencia o con sus facultades de percepción y apreciación”. Cuando los mensajes escritos son finalmente reunidos, todos estos “aspectos diferentes de la verdad” son vistos en “perfecta armonía”. En conjunto, por limitado que cada escritor pueda ser, forman un “todo perfecto”. Estas experiencias y percepciones diversas de sus muchos escritores presentan a lectores posteriores, en todo lugar y en todos los tiempos, la Palabra del Señor “adecuada para satisfacer las necesidades de los hombres en todas las circunstancias de la vida”. 31Id, pp. 8-9.MDS 376.1

    En una carta significativa al joven médico David Paulson, Elena de White trató de apartarlo del punto de vista de una inspiración verbal. El Dr. Paulson, un notable hombre de fe, tuvo mucho que ver con el establecimiento del Sanatorio y Hospital de Hinsdale, en Hinsdale, Illinois. Ella escribió: “En su carta, usted habla de que fue instruido desde niño en tener fe implícita en los testimonios y dice: ‘Fui inducido a concluir y creer con toda firmeza que cada palabra que usted habló en público o en privado, que cada carta que usted escribió en cualquiercircunstancia y en todas ellas, fueron tan inspiradas como los Diez Mandamientos’ ”.MDS 376.2

    Ella continuó: “Mi hermano, usted ha estudiado mis escritos diligentemente, y nunca ha encontrado que yo haya pretendido algo semejante, ni tampoco encontrará que los pioneros de nuestra causa jamás pretendieran eso.MDS 376.3

    “En mi introducción al libro El conflicto de los siglos, sin duda usted ha leído mi declaración en cuanto a los Diez Mandamientos y a la Biblia, lo que debería haberle ayudado a una correcta comprensión del asunto que consideramos”. Ella entonces citó de su propia introducción a El conflicto de los siglos y de una declaración anterior pertinente que se encuentra en el tomo 5 de los Testimonios. 32Mensajes selectos, t. 1, pp. 27-34.MDS 376.4

    En resumen, para entender la Biblia y los escritos de Elena de White, debe ser clara la diferencia importante entre revelación del pensamiento e inspiración verbal. Aunque los inspiracionistas verbales (ya sea estudiantes de la Biblia o de los escritos de la Sra. White) pretenden disfrutar de mayor seguridad al poseer la palabra exacta de Dios, tienen gran dificultad al tratar de explicar los que parecen ser “errores”, “contradicciones” o “discrepancias”. Los falsos supuestos de los inspiracionistas verbales han causado mucha confusión y pérdida de confianza entre aquellos que han tratado de estudiar los escritos inspirados.MDS 376.5

    Aquellos que creen en la inspiración del pensamiento entienden que el profeta es el “escribiente” de Dios, no su pluma. Dios obra a través de los procesos mentales de su mensajero, inspirando los pensamientos, pero, bajo la dirección del Espíritu, permite que el mensajero escoja la manera como los pensamientos han de expresarse.MDS 376.6

    La introducción de Elena de White de El conflicto de los siglos nos ha dado una percepción clara sobre cómo trabajan los profetas. Reconociendo que pueden existir discrepancias en la Biblia y que el “orden perfecto o [la] aparente unidad” pueden a veces no estar presentes, ella concluyó: “Todos los errores no ocasionarán dificultad a un alma ni harán que ningún pie tropiece, a menos que se trate de alguien que elaboraría dificultades de la más sencilla verdad revelada”. 33Id, t 1, pp. 22,18. “Definir la inspiración es como atrapar un arco iris. Cuando hemos invertido nuestros mejores esfuerzos, allí permanecerá un factor elusivo, un elemento de misterio. Los escritos inspirados pueden conocerse, pero nunca pueden aprehenderse plenamente. En cambio, ellos nos aprehenden a nosotros porque a través de ellos Dios habla a la humanidad”. — William G. Johnsson, “How Does God Speak?”, Ministry, octubre, 1981.MDS 376.7

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