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Mensajera del Señor

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    Capitulo 29—Educación/1
    Principios y Filosofía

    La “ hábil articulación” de Elena de White “del papel de la educación cristiana como un vehículo de primera calidad para la transmisión de los valores y el propósito religiosos constituye una teología profunda de la educación cristiana ”.1 George H. Akers, “The Role of SDA Education in the Formation of Adventist Lifestyle”, Journal of Adventist Theological Society, primavera, 1993, p. 3.MDS 344.1

    Elena de White fue reconocida como la “dirigente de pensamiento profético de la educación adventista desde su iniciación hasta que ella murió en 1915...Es imposible entender la educación adven tista ya sea en la actualidad o históricamente sin comprender el papel y el impacto de Elena de White sobre su desarrollo. Ella no solo fue una figura central en su desarrollo, sino que fue la única dirigente adventista que estuvo en un lugar de constante prominencia desde el comienzo hasta el fin de su period formativo (alrededor de 1910)”. 2 George Knight, Early Adventist Educators (Berrien Springs, MI: Andrews University Press, 1983), p. 26. “Bajo la dirección de Elena de White, los adventistas del séptimo día siempre se han entregado a la causa de una educación de calidad... La calidad de la educación adventista fue asegurada virtualmente por el papel activo que Elena de White jugó para establecer el sistema”. —Provonsha, Remnant in Crisis, p. 27. “Elena de White... el primer y principal escritor de la denominación sobre teoría educacional”. —SDAE, t.1, p. 497. “El pensamiento educacional de la Sra. White forma la base filosófica del programa de educación adventista”. — Conclusión de Richard Lesher en su disertación doctoral, “Concepto de Santificación de Elena G. de White”, Universidad de Nueva York, 1970. “¿Cómo nos involucramos en este sistema de educación cristiana que es peculiar en todo el mundo y que ha traído tanto fruto en la preparación de obreros para el servicio evangélico? Ustedes saben cómo fuimos guiados en este asunto. Ustedes saben los años en los que el don del espíritu de profecía nos advirtió y exhortó continuamente y nos condujo y marcó el camino para que lo siguiéramos. La verdadera idea educacional se destaca a través de todos esos libros del espíritu de profecía”. —W. A. Spicer, “The Spirit of Prophecy in the Advent Movement”, Report of the Blue Ridge Educational Convention (Washington, D.C: General Conference of Seventh-day Adventists, 1937), p. 79. MDS 344.2

    En ningún lugar de los escritos de Elena de White encontramos expuestos más explícitamente los principios del tema del Gran Conflicto que en sus escritos sobre principios educativos. Su comprensión de la redención como “restauración” yace en el corazón mismo de su filosofía educativa. 3“La obra de la redención debía restaurar en el hombre la imagen de su Hacedor, hacerlo volver a la perfección con que había sido creado, promover el desarrollo del cuerpo, la mente y el alma, a fin de que se llevase a cabo el propósito divino de su creación. Este es el objeto de la educación, el gran objeto de la vida”. — La educación, p. 13. Estos principios educativos fueron desarrollados, por una parte, dentro del contexto de los intentos del siglo XIX de reformar la educación y, por la otra, dentro del contexto denominacional de una “comparativa indiferencia hacia la reforma de la educación. 4 Graham, Ellen G. White, Co-founder, p. 91.MDS 344.3

    Las voces que intentaban reformar los sistemas educativos en el siglo XIX sonaban como lamentos solitarios en el desierto. El siglo XIX fue una era de transición con respecto a siglos de pensamiento tradicional. En casi cada área de la vida norteamericana — incluyendo teología, filosofía, medicina, industrialización y educación — el siglo XIX estaba en fermento.MDS 344.4

    En materia de educación, la lucha se concentraba en los viejos odres de la educación clásica que se enfocaba en las palabras (idiomas antiguos o “lenguas muertas”) y en las ideas (filosofías) de la civilización occidental. 5 Los blancos y propósitos de la educación han sido un motivo de especial preocupación por parte de todas las sociedades y los grandes pensadores, por lo menos desde el tiempo de Aristóteles: “No puede negarse que el Estado debe reglamentar la educación, encargándose de ella; mas queda por considerar cuál debe ser el carácter de la enseñanza pública, cómo hay que educar a la juventud. No todos están acordes sobre ello, porque los hombres no muestran conformidad acerca de lo que debe enseñarse, ya con miras a la virtud o a la perfección. Tampoco está claro si hay que cultivar la inteligencia o las cualidades morales. La práctica actual produce perplejidad; nadie sabe cómo hay que proceder: ¿hay que aplicar la enseñanza a las artes útiles, a los preceptos de la virtud o a las ciencias superiores? Las tres opiniones cuentan con adeptos. Tampoco hay conformidad en cuanto a los medios, porque como todos no se basan en las mismas ideas respecto de la naturaleza de la virtud, disienten en cuanto a su práctica”. —Obras selectas de Aristóteles (Buenos Aires: Librería El Ateneo, 1966), pp. 203-204 [“La Política”, libro VIII, cap. 1]. Se esperaba que la persona educada, como un común denominador, leyese y discutiese en griego y latín a los antiguos poetas y filósofos. Sin embargo, se estaba planteando la pregunta: Con el surgimiento de las ideas democráticas, con más tiempo libre y condiciones y expectativas de trabajo cambiantes, ¿satisfacía esta educación elitista y libresca las necesidades de los tiempos “modernos”? John Locke, Jean Jacques Rousseau, Heinrich Pestalozzi y otros habían estado diciendo “no” por varios siglos, pero sus esfuerzos hicieron poca “mella” en la educación tradicional. 6Ver Knight, Early Adventist Educators, pp. 4-5.MDS 344.5

    Sin embargo, hubo dos influencias en el siglo XIX que fueron significativas e hicieron cierto impacto en la reforma educativa adventista. Horace Mann (1796-1859) fue tal vez quien estuvo a la cabeza para establecer la necesidad del sistema público de la escuela elemental en los Estados Unidos. 7Id, pp. 5-6. También escribió extensamente sobre la necesidad temprana de que los niños comprendieran la fisiología y obtuviesen una educación práctica. 8 Jaime y Elena White publicaron extractos de escritos de Mann en Health: Or How to Live (V: 19-25; VI:25-47). Escribiendo desde Australia, la Sra. White le pidió a su hijo Edson, que estaba considerando el viaje, que trajese consigo ciertos libros que Mann había escrito.MDS 344.6

    La otra influencia importante se centró en experimentos educativos con trabajo manual unidos al énfasis en instrucción bíblica en vez de los clásicos tradicionales en ciertas instituciones académicas. El Colegio Oberlin (Ohio), el mejor conocido de estos centros, promovía la Biblia como “un libro de texto en todos los departamentos de educación”, integraba un programa de trabajo manual para todos los estudiantes, requería fisiología y fomentaba un ambiente no competitivo en el campus en áreas generalmente asociadas con premios y honores. Su presidente/fundador anunció: “El sistema de educación en este Instituto proveerá [lo necesario] para el cuerpo y el corazón así como para el intelecto, porque persigue la mejor educación del hombre completo”. Pero a fines de la década de 1850 estas notables reformas educativas habían perdido su entusiasmo inicial y sus programas pronto se amoldaron al patrón prevaleciente en otros colegios norteamericanos”. 9 Knight, Early Educators, pp. 5-6.MDS 344.7

    Aunque Oberlin decayó como una institución de reforma, probablemente porque no mantuvo un contexto espiritual exigente, surgieron otras voces que recalcaron una educación más práctica (educación progresiva) que desplazaba los clásicos por temas más “útiles” y promovía la educación manual. El presidente de la Universidad Johns Hopkins declaró en 1888 que la educación manual no sólo mejoraba la salud física sino también “aumentaba el vigor mental”. 10Ibíd. Pero estas voces no constituían la corriente principal.MDS 345.1

    La similitud entre el mensaje de reforma educativa de Elena de White y las pocas voces claras de su tiempo descansa sobre el hecho obvio de que todos los que estaban involucrados en la reforma educativa contendían con los mismos problemas: currículum clásico en vez de una educación más práctica; aulas ventiladas e iluminadas pobremente; relación directa entre el ejercicio/entrenamiento manual y el vigor mental, aun los valores espirituales; y la educación como un factor importante en el desarrollo del carácter. Especialmente cuando los reformadores con orientación bíblica intentaban una reforma educativa, uno esperaría un acuerdo general en cuanto a los principios y la práctica. Elena de White comprendió esto cuando en su libro La educación escribió este notable resumen de principios educacionales: “Podemos rastrear la ascendencia de los maestros del mundo hasta donde alcanzan los informes humanos: pero antes de ellos estaba la Luz. Así como la luna y los planetas de nuestro sistema solar brillan por la luz del sol que reflejan, los grandes pensadores del mundo, en lo que tenga de cierto su enseñanza, reflejan los rayos del Sol de Justicia. Todo rayo del pensamiento, todo destello del intelecto, procede de la Luz del mundo”. 11La educación, pp. 11-12.MDS 345.2

    ¿Hay algo único respecto a los principios de educación de Elena de White? Su contribución especial yace en la unidad y claridad de su filosofía de la educación, libre de las modas y de los “falsos guías” de entre sus contemporáneos del siglo XIX. 12 George R. Knight, Myths in Adventism (Washington, D.C.: Review and Herald Publishing Association, 1985), p. 36. Aunque unos pocos contemporáneos veían también el propósito religioso de la educación, la Sra. White colocó la educación dentro del tema del Gran Conflicto, incluyendo su papel vital en la escatología (el estudio de los eventos de los últimos días). La originalidad no es la prueba de un profeta; sí lo es la frescura dinámica, la coherencia y la unidad que armoniza con la Biblia. 13Ibíd. Ver George H. Akers, “The Role of SDA Education in the Formation of Adventist Lifestyle”, Journal of the Adventist Theological Society, primavera, 1993, p. 3: “Debido a que los adventistas creen que la obra de la redención y la obra de la educación cristiana son una y la misma, tenemos en esa creencia la estructura conceptual para una teología de la educación: el Evangelio cristiano en la teoría y en la aplicación”.MDS 345.3

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