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Mensajera del Señor

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    Comprensión errónea del papel del Espíritu Santo

    Una década o más de interpretar erróneamente el papel del Espíritu Santo en la salvación por la fe debilitó la comprensión de Ballenger respecto al papel de Cristo en la expiación. Al concentrar su atención en el carácter inmediato de la experiencia de purificación mediante el acto de reclamar la obra del Espíritu Santo, apartó sus ojos teológicos de la función de Cristo como Sumo Sacerdote, tanto en su primera fase de ministerio en el lugar santo como luego en el lugar santísimo. Al negarse a aceptar el ministerio correctivo de Elena de White, Ballenger comenzó a atacar la credibilidad de ella en asuntos teológicos como también en otras áreas.MDS 205.5

    En una de sus respuestas públicas durante este período, la Sra. White dijo: “Engaños de toda clase se levantarán en el futuro, y queremos un fundamento sólido para nuestros pies... No debe quitarse ni un alfiler de lo que el Señor ha establecido. El enemigo traerá teorías falsas, como la doctrina de que no hay santuario. Este es uno de los puntos sobre los que habrá un abandono de la fe... Estoy orando para que el poder del Salvador se ejerza en favor de aquellos que han entrado en las tentaciones del enemigo. Los tales no permanecen bajo el amplio escudo del Omnipotente”. 67Review and Herald, 25 de mayo, 1905, p. 17.MDS 206.1

    Más tarde escribió: “El [Ballenger] estuvo reuniendo un conjunto de pasajes bíblicos que confundirían las mentes [de muchos] debido a sus aseveraciones y a su aplicación errónea de esas escrituras, porque la aplicación era engañosa y no se relacionaba en absoluto con el tema sobre el cual pretendía justificar su posición. Cualquiera puede hacer esto y seguirá su ejemplo para dar testimonio de una posición falsa; pero era la suya”. 68 Manuscrito 59, 1905, citado en Bio., t. 5, p. 408. En 1891, A. F. Ballenger, el principal portavoz que contendía por un cambio en el rumbo de la revista American Sentinel, fue uno de los dirigentes de la Asociación General en Battle Creek que confesó públicamente su error y reafirmó su confianza en la integridad del ministerio de Elena de White; ver p. 188.MDS 206.2

    Después de notar cómo Ballenger reaccionó a su consejo en 1891, la Sra. White continuó: “Ahora nuestro Hno. Ballenger está presentando nuevamente teorías que no pueden probarse con la Palabra de Dios. Uno de los grandes males que vendrá a nuestro pueblo será el que se saquen las Escrituras de su verdadero lugar y se las interprete como para probar el error que contradice la luz y los Testimonios que Dios nos ha dado durante el último medio siglo... Declaro en el nombre del Señor que las herejías más peligrosas están tratando de encontrar cabida entre nosotros como pueblo, y el pastor Ballenger está dañando su propia alma. El Señor me ha fortalecido para hacer el largo viaje a Washington a esta reunión a fin de dar mi testimonio en vindicación de la verdad de la Palabra de Dios, y la manifestación del Espíritu Santo en confirmación de la verdad bíblica. La Palabra es segura y firme, y resistirá la prueba”. MDS 206.3

    Ella continuó: “No hay verdad en las explicaciones de la Escritura que están presen tando el pastor Ballenger y sus asociados. Las palabras son correctas, pero se aplican inapropiadamente para vindicar el error. No debemos aprobar su razonamiento. No está guiado por Dios... Se me ha instruido que le diga al pastor Ballenger: Las teorías suyas, que tienen una multitud de finas hebras y necesitan tantas explicaciones, no son verdad, y no deben traerse al rebaño de Dios”. 69Ibíd.MDS 206.4

    En una de las sesiones públicas Elena de White fue inducida a narrar experiencias antiguas. Como lo había hecho en varias ocasiones anteriores, 70 Ver pp. 170-171. ella describió cómo, en los primeros años, un estudio bíblico intenso precedía la “explicación clara de los pasajes que habíamos estado estudiando”, que le sería revelada en visión. Nada de esto se hizo en secreto. “Los hermanos sabían que, cuando yo no estaba en visión, no podía entender esos asuntos, y aceptaban las revelaciones dadas como una luz que procedía directamente del cielo”. 71Review and Herald, 25 de mayo, 1905, p. 17.MDS 206.5

    Ella presentó varios otros mensajes a diversos grupos en la sesión de 1905, en cada uno de los cuales advertía tanto a Ballenger como a dirigentes de la iglesia a “no mezclar teorías erróneas con la verdad de Dios”. Ella recalcó que Ballenger había “estado permitiendo que su mente recibiese y creyese errores engañosos”. Si se aceptaran sus teorías, “socavarían los pilares de nuestra fe“. Uno de los problemas era que al quitar “los antiguos hitos“, estaban “trabajando como hombres ciegos“. 72 Manuscrito 62, 1905, citado, en parte, en Bio., t. 5, pp. 411-412. Durante este período crítico, Elena de White escribió más de cincuenta páginas de cartas y manuscritos. Ver Manuscrito 75,1905, citado, en parte, en Bio., t. 5, pp. 425-426; Carta 329,1905 (Mensajes selectos, 1.1, pp. 187190), citada, en parte, en Bio., t. 5, pp. 426-427; Carta 50, 1906,citada en Bio., t. 5, pp. 427-428; y Manuscrito 125, 1907, citado, en parte, en Bio., L 5, p. 428, en el cual Elena de White escribió: “Cualquier hombre que busca presentar teorías que nos desviarían de la luz que nos ha llegado sobre el ministerio en el santuario celestial no debiera ser aceptado como maestro ”. Para un estudio bíblico sobre los textos del libro de Hebreos que Ballenger usó para fundamentar su posición de que Jesús entró en el lugar santísimo del santuario celestial y para una refutación de su principal argumento, ver William G. Johns son, “Day of Atonement Allusions ”, F. B. Holbrook, ed., Issues in the Book of Hebrews (Silver Spring, MD: Biblical Research Institute, 1989), pp. 105-120.MDS 206.6

    Bajo la iluminación de Dios, el liderazgo esclarecedor y unificador de Elena de White en estas cuatro crisis teológicas—enfrentamiento sobre la salvación por la fe en Minneapolis en 1888; el movimiento de la carne santificada en 1901 en Battle Creek; la crisis del panteísmo en 1903 en Washington, D.C; y el desafío sobre el santuario en 1905— fue notablemente oportuno y determinante. Ninguna otra persona involucrada en estas cuatro crisis potencialmente divisivas era capaz de unificar y marcar el rumbo para el futuro. Como ha sido notado a menudo por muchos, “fue ella quien jugó un papel clave en la solución de estos problemas... Sin la voz llena de autoridad de Elena de White, el desenla- ce podría haber sido muy diferente”. 73 Schwarz, en Land, Adventism in America, p. 109. “Las dimensiones de la crisis que la iglesia enfrentó entre 1897 y 1911 indican que la iglesia, sin la dirección del Señor mediante el espíritu de profecía, habría perdido su mensaje especial o se habría fragmentado sin esperanza [de recuperación] ”.—Bert Haloviak, “Pioneers, Pantheists, and Progressives: A. F. Ballenger and Divergent Paths to the Sanctuary ”, p. 52, manuscrito inédito, junio de 1980.MDS 206.7

    Elena de White fue ciertamente la voz del Movimiento Adventista, pero no para explicar minuciosamente cada detalle teológico y resolver cada crisis con truenos del Sinaí. Ella luchó para establecer el mejor pensamiento del momento, esperando a veces hasta que ese mejor pensamiento madurase de manera que no quebrase la ecuación iniciada muchos años antes: estudio sólido de la Biblia + confirmación mediante la revelación divina = verdad presente.MDS 207.1

    Pareciera que la contribución mayor y más elevada de la Sra. White fue mantener en vista el cuadro completo, captando siempre las consecuencias perjudiciales de las teorías falsas. Comprendía el Evangelio en forma plena y clara, y cualquier teoría que empañase algún aspecto del Evangelio atraía su atención cuidadosa y reflexiva. Ella alejó a la iglesia del legalismo de la derecha y del fanatismo romántico de la izquierda, y estuvo siempre preocupada por la unidad y por la mission distintiva de la Iglesia Adventista MDS 207.2

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