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Mensajera del Señor

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    Papeles gemelos

    Debido a que ella creía firmemente que Dios la estaba usando como su mensajera de los últimos días, ella se veía a sí misma como alguien que tenía dos papeles: Para el público en general, una evangelista que apela y advierte, y para los adventistas, una consejeramaestra. 28Ver p. 112 respecto a los artículos de revista (primariamente de Signs of the Times) que ella preparó para el público en general.MDS 172.8

    Comprendiendo la diferencia marcada en esta doble responsabilidad, ella declaró enfáticamente que sus escritos no debían usarse como autoridad doctrinal para el público en general: “El primer número de los Testimonios publicados [alguna vez] contiene una amonestación contra el empleo imprudente de la luz que ha sido dada por este medio al pueblo de Dios. Declaré que algunos habían asumido una conducta imprudente, cuando al hablar de su fe a los incrédul os habían leído en mis escritos la prueba que se les había pedido, en vez de acudir a la Biblia para obtenerla. Me fue mostrado que esta conducta era inconsecuente y que llenaría a los incrédulos de prejuicios contra la verdad. Los Testimonios no pueden tener valor para aquellos que no saben nada de su espíritu. No debe hacerse referencia a ellos en tales casos”. 29Joyas de los testimonios, t. 2, pp. 284-285; también Review and Herald, 22 de agosto, 1893.MDS 172.9

    Pero era diferente para los miembros de iglesia. Sabiendo que sus escritos armonizaban con la Biblia y que Dios le había dado luz especial para los adventistas con una tarea distintiva para los últimos días, ella instó a los miembros de iglesia a aceptar sus escritos como la verdad de Dios: “A medida que se acerca el fin, y la obra de dar la última amonestación al mundo se extiende, resulta más importante para los que aceptan la vedad presente tener una clara comprensión de la naturaleza e influencia de los Testimonios, que en su providencia Dios vinculó con la obra del mensaje del tercer ángel desde su mismo nacimiento”. 30 Id, t. 2, p. 270. “La voz de Dios nos ha llegado continuamente en amonestación e instrucción a través de su Espíritu Santo, para confirmar la fe de los creyentes en el Espíritu de profecía. Ha llegado repetidamente el mensaje: Escribe las cosas que te he dado para confirmar la fe de mi pueblo en la posición que han tomado... La instrucción que fue dada en los primeros días del mensaje debe mantenerse como una enseñanza segura que ha de seguirse en estos días finales. Se nos ha dicho claramente que los que son indiferentes a esta luz e instrucción no deben esperar que escaparán de las trampas que harán que los que rechacen la luz tropiecen, y caigan, y sean entrampados y apresados”.— Review and Herald, 18 de julio, 1907, p. 8.MDS 173.1

    Elena de White hizo claro el hecho de que no recibía una visión específica para cada testimonio. Algunas personas estaban adoptando la posición de que si ella no tenía una visión especial para cada caso individual, sus advertencias o reproches “no deben tener más peso que los consejos y amonestaciones de otras fuentes”. 31Joyas de los testimonios, t. 2, pp. 294.MDS 173.2

    Ella luego usó la experiencia de Pablo como una analogía. Aun cuando Pablo no tuvo una visión especial antes de escribir su primera carta a los Corintios pero recibió información básica de la familia de Cloé (1 Cor.1:11), de la misma manera ella se había sentido impulsada a escribir principios generales que serían apropiados para la necesidad especial del momento. Los corintios no consideraron menos seriamente la carta de Pablo porque él reveló la fuente de su preocupación. Sabían que el apóstol estaba hablando la verdad acerca de su condición, y prestaron atención cuidadosa a sus admoniciones. De modo que en la experiencia de la Sra. White, “Dios me ha mostrado que si se sigue cierto curso de acción o se complacen ciertos rasgos de carácter, se producirán ciertos resultados. Es por esto que me ha educado y disciplinado para que pueda ver los peligros que amenazan a las almas, y para que instruya y advierta a su pueblo, línea sobre línea... a fin de que no sean ignorantes de las estratagemas de Satanás y puedan escapar de sus trampas... ¿Guardaré silencio porque cada caso individual no me ha sido señalado en una visión directa?” 32Testimonies, t. 5, pp. 686-687.MDS 173.3

    Desde sus primeras visiones hasta su muerte, Elena de White conoció la Fuente de su conocimiento. “Vi” era una palabra muy frecuente cuando hablaba a los miembros de iglesia. Otras expresiones que destacaban su sentido de autoridad y su misión incluían, “Estoy hablando de lo que sé”; 33Australian Union Conference Record, 28 de julio, 1899, p. 8. “de la instrucción que el Señor me ha dado.Si alguna vez el Señor me ha hablado”. 34General Conference Bulletin, 3 de junio, 1909, p. 292.MDS 173.4

    Aunque deseaba que sus lectores “oyeran” la voz de Dios a través de sus escritos, ella enseñaba claramente que Dios no le dictaba cada palabra. Creía que sus palabras no eran las palabras de Dios (aun como no lo eran las palabras de los autores bíblicos); comunicaba los pensamientos de Dios con las mejores palabras que podía emplear. 35Verpp. 16, 120-121, 173, 375-376, 421 para un análisis sobre la diferencia entre inspiración verbal y de pensamiento; ver Mensajes selectos, t.1, pp. 17-29.MDS 173.5

    En 1867 escribió lo siguiente dentro de un artículo que se refería al atuendo femenino adecuado al estar en público, en un tiempo cuando se hallaban de moda los vestidos largos y sueltos: “Aunque dependo tanto del Espíritu del Señor al escribir mis visiones como al recibirlas, sin embargo las palabras que empleo al describir lo que he visto son mías, a menos que sean las dichas por un ángel, las que siempre coloco entre comillas”. 36Review and Herald, 8 de octubre, 1867, p. 260. Aquí está haciendo una diferencia entre las palabras exactas habladas divinamente y las palabras usadas por ella al comunicar el mensaje de la visión. La distinción es entre las palabras divinas y sus palabras, no entre sus palabras y las de otros seres humanos que ella usaba a veces para darles precisión y color históricos a sus escritos.MDS 173.6

    Elena de White apelaba al sentido común del lector así como nosotros debemos usar sentido común al estudiar la Biblia. Los principios no cambian; pero las normas y las aplicaciones de los principios a un tiempo y lugar determinado pueden cambiar debido a los tiempos y circunstancias cambiantes. 37“Acerca de los testimonios, nada es ignorado, nada es puesto a un lado. Sin embargo, deben tomarse en cuenta el tiempo y el lugar. Nada debe hacerse fuera de su tiempo”.— Mensajes selectos, t.1, p. 65. Ver págs. 395-397.MDS 174.1

    Se necesita sentido común para discernir la diferencia entre lo común y lo sagrado. En 1909 ocurrió un ejemplo clásico de confusión entre ambas cosas. Un miembro de iglesia creía que la Sra. White estaba equivocada cuando declaró en una carta que el Sanatorio de Paradise Valley tenía cuarenta habitaciones cuando sólo tenía treinta y ocho. Para ayudarles a quienes estaban confundidos, ella dio la siguiente explicación:MDS 174.2

    “La información que di en cuanto al número de habitaciones del Sanatorio de Paradise Valley no fue dada como una revelación del Señor sino simplemente como una opinión humana. Nunca me ha sido revelado el número exacto de habitaciones de ninguno de nuestros sanatorios, y el conocimiento que tengo en cuanto a tales cosas lo he obtenido preguntando a los que suponía que estaban informados. En mis palabras, cuando hablo acerca de estos temas comunes, no hay nada para inducir a la mente a creer que recibo mi conocimiento en una visión del Señor y que presento eso como tal... Es un gran error que uno mezcle lo sagrado con lo común...MDS 174.3

    “Hay oportunidades cuando deben declararse cosas comunes, pensamientos comunes deben ocupar la mente, deben escribirse cartas comunes y se debe dar información que ha pasado de un obrero a otro. Tales palabras, tal información, no son dadas bajo la inspiración especial del Espíritu de Dios. Se hacen preguntas a veces que no tienen nada que ver con temas religiosos, y esas preguntas deben ser contestadas. Conversamos acerca de casas y tierras, transacciones comerciales y ubicación para nuestras instituciones, sus ventajas y desventajas. Recibo cartas en las que se me pide consejo en cuanto a muchos temas extraños, y aconsejo de acuerdo con la luz que se me ha dado”. 38Id., t. l, pp. 43-44.MDS 174.4

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