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Mensajera del Señor

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    W. C. White no está presente

    W. C. White, la persona más valiosa a quien podía consultarse, y que estaba disponible, podría haber contestado algunas de las preguntas más exactamente que cualquier otro. 14La ambigüedad de W. W. Prescott, como fue percibida por algunos de los presentes, habría sido aclarada con la presencia y el consejo de W. C. White. Tal vez, con su experiencia y habilidades de comunicación, podría haber ayudado a enfocar más claramente los problemas que estaban dividiendo seriamente a los dirigentes de la iglesia y a los laicos en aquel tiempo y por años en el futuro. Ese enfoque habría conducido a un examen cuidadoso y franco de los hechos referentes a la obra de un profeta en los tiempos modernos. Cercenar ideas equivocadas habría sido doloroso para algunos, pero el proceso de curación hubiera sido más rápido y hubiese durado más tiempo que la dilatada brecha de confianza que siguió a la Conferencia/Concilio.MDS 439.2

    Sin embargo, debe considerarse otro as pecto. Muchos dirigentes de iglesia, en la Asociación General y en el campo, tenían la sospecha, y la habían tenido por veinte años, que W. C. White era uno de los “liberales”. 15Por ejemplo, note las acusaciones de su hermano Edson, de las que se hicieron eco seguidores del Dr. Kellogg en 1906. — Bio., t. 6, pp. 62, 94-101, 155-157; el áspero ataque en el congreso de la Asociación General y en el Concilio Otoñal de 1913, citado en Moon, W. C. White and E. G. White, pp. 340-342. La falta de confianza de Stephen Haskell en cuanto al papel de W. C. White como el principal editor de los escritos de su madre se reflejó en cartas dirigidas tanto a él como a su madre en 1909. Haskell se refirió a “ la experiencia que he tenido ” y desafió a su colega más joven: “ Los enemigos de la verdad se han aprovechado [del hecho] que se han quitado algunas de esas cosas que han sido publicadas en los escritos de su madre y se han cambiado algunas cosas, y esto es actualmente la causa de que algunos de nuestros mejores hermanos estén perdiendo confianza en usted; porque piensan que usted cambia los escritos de su madre y llama a eso ‘redactar’. Ahora bien, no quiero decir con esto que usted hace cambios en el pensamiento, pero sí en las palabras y en la redacción ”.
    Más adelante en la carta él recordó una experiencia “ que me dejó perplejo”. Se levantó una mujer en una reunión en la que Haskell había anunciado que defendería “ los escritos de su madre [la madre de W. C. White] en base a la Biblia ”. La mujer preguntó: “¿Puede usted probar por la Biblia que un profeta tuvo alguna vez hijos que cambiaron el testimonio del profeta y que llamaron a eso ‘redactar’? ” Haskell contestó en esencia “ que podía probar por la Biblia que hubo profetas que tuvieron hijos que no siempre hicieron lo correcto, y que el hecho de no hacer lo recto puso a prueba a la gente. Ella se sentó y no dijo más”. — Moon, W. C. White and E. G. White, p. 361.
    ¿Por qué? Porque él había estado recalcando que los escritos de su madre siempre debían entenderse su contexto, que “el tiempo, el lugar y las circunstancias” determinan su significado y aplicación. W. C. White, con Daniells. Wilcox y más tarde Prescott, representaban a aquellos que eran partidarios de la inspiración del pensamiento, aunque en aquel entonces no se había usado ese término.
    MDS 439.3

    A menudo en el centro mismo de la controversia con el Dr. J. H. Kellogg y A. T. Jones estaba la cuestión de cómo interpretar las declaraciones de Elena de White. Estos dos dirigentes talentosos, que expresaban claramente sus ideas, eventualmente usaron los escritos de la Sra. White sólo cuando parecían apoyar sus ideas. Parte del ataque de Jones a Daniells se basaba en los comentarios de la Sra. White en 1897 en cuanto a que los dirigentes de la Asociación General no eran dignos de confianza, y luego acusó de que las mismas declaraciones se aplicaban en 1906. 16 Haloviak, “In the Shadow of the ‘Daily’... ”, p. 14. Ver p. 396. En otras ocasiones, cuando encontraban dificultades en los escritos de ella, la respuesta de ellos era que “alguien” le había dado información errónea a la Sra. White. Amenudo ese “alguien”, según ellos, era el hijo de ella, W. C. White. 17 Ver Mensajes selectos, t. 3, p. 69; MR, t.13, p. 122.MDS 439.4

    Desde 1919 hasta su muerte en 1937, la contribución de W. C. White a los hechos que rodearon el ministerio profético de su madre fue enormemente útil. 18 Moon, W. C. White and E. G. White, pp. 451-456.MDS 439.5

    (2) Por debajo de las diferencias de los delegados (y muchos de los ministros y laicos en las iglesias) sobre asuntos que figuraban en la agenda como la cuestión del Oriente, la controversia entre el arrianismo y los que sostenían la Trinidad, los dos pactos, el “diario” [o el “continuo”] (Dan. 8:11-13), el comienzo y el fin de los 1.260 años, y el rey del norte (Dan. 11), estaba la cuestión de cómo interpretar a Elena de White. Acusaciones de deslealtad a ella, de infidelidad a su autoridad al seleccionar entre sus escritos lo que creían que estaba inspirado, de dirigentes pe- ligrosos que conducían a la denominación por una temible cuesta abajo sin la dirección que ella le había dado durante setenta años : todas estas palabras ardientes dirigidas a oficiales de la Asociación General y a aquellos maestros de los colegios que los apoyaban, no sacaban a relucir lo mejor de la gente en ninguno de los dos lados.MDS 439.6

    La Conferencia/Concilio estuvo cargada de tensión desde el momento en que se inició. Cada lado creía que lo que estaba en juego era la autoridad de Elena de White. Cada lado creía además que de este asunto dependía el futuro de la iglesia. 19 George I. Butler, ex presidente de la Asociación General, en una carta escrita a A. G. Daniells, había previsto el desarrollo de una fisura entre estos dos grupos en relación con interpretaciones opuestas sobre cómo leer a Elena de White: “¡Es una cosa terrible, terrible! ¿Y vamos a entrar en el conflicto que está ante nosotros... el conflicto grande y final, con estos dos bandos disputando entre sí, Arthur? No creo que es posible continuar así, a menos que de alguna manera arreglemos este asunto y se restaure la unidad, sin quedar terriblemente debilitados por años y sufrir la pérdida de muchas almas”.—Haloviak, “In the Shadow of the Daily’... ”, p. 13.MDS 440.1

    (3) Ambos lados, los partidarios de la inspiración verbal y los de la inspiración del pensamiento, poseían mucho de valor a lo cual aferrarse. Pero ninguno de los dos veía la verdad básica por la que el otro estaba contendiendo. Por eso no percibieron la naturaleza trascendente, curativa, de la elipse de la verdad. 20 Ver pp. 574-576. Ningún lado vio claramente la razón más importante por la que el ministerio de la Sra. White había hecho un impacto tan enorme en sus vidas, aunque cada lado apelaba a su propia experiencia bajo la dirección de ella como algo innegable. Ninguno de los dos lados pudo ver claramente que el mensaje distintivo de ella, sus principios teológicos coherentes, unificadores, eran el fundamento de sus conceptos guiadores en materia de educación, salud, misión y las enseñanzas teológicas adventistas.MDS 440.2

    Los principios fundamentales, entendidos como el tema del Gran Conflicto, 21 Ver pp. 256-263. eran las razones por las que las normas que habían seguido estos dirigentes eran tan efectivas. Habían estado viviendo tan cerca de la iglesia rápidamente en desarrollo y del cambio igualmente rápido de las condiciones nacionales y mundiales, que la mayoría de ellos no había puesto suficiente distancia como para ver el cuadro en su perspectiva amplia. Ambos lados veían estos resultados innegablemente maravillosos (en educación, salud y crecimiento rápido de la iglesia) y querían proteger a su mensajera que era guiada divinamente del uso o mal uso de sus escritos. Cada lado vio al otro como el problema máximo cuando percibían lo que parecía ser una falta de aprecio por el don de profecía que estaba en su medio.MDS 440.3

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